Parte 11

Miller

La primera vez que quise besar a Becca fue al verla indefensa luego de que un desgraciado quisiera abusar de ella. Sin embargo, no podía hacerle más daño de lo que debía por esa razón, no la iba a tocar.

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—Debes controlar tus emociones —Escuché a mi abuelo que visitó una vez en la oficina, un bastón que lo hacía caminar un poco mejor.

—Abuelo —Me levanto rápido para ayudarle a sentar, me da una leve sonrisa mientras se sienta en el sofá.

—Hijo mío, ¿Por qué golpeaste a ese muchacho? —Sí, era la pregunta que deseaba que llegara de mi padre.

—Tocó algo que no debía.

—¿Una chica? —Me quedó callado, y creo que eso la suficiente respuesta para él —Ah, igual que tu madre, siempre piensan con el corazón —suspira, pero me da una sonrisa —No te puedo juzgar, después de todo yo también hice lo mismo con tu abuela —su mirada llena de diversión me hace bajar un poco la guardia.

—Es joven, abuelo —acarició mi frente recordando su edad —No puedo meterme con ella, sumando que ella debe hacer más cosas, le espera un futuro grandioso.

—¿por qué no te incluyes en él?, no creo que pases desapercibido por la chica, eres notable en cada sentido de la palabra, ¿entonces?, ¿te preocupa la edad?, ¿o que te rechacé?

—Ambos.

—Puedes esperar, tener paciencia para tocarla, eso demostrará cuanto sientes por ella, dando mejores puntos —Una leve sonrisa aparece nuevamente en su rostro —El amor es complicado, en ocasiones dejamos ir grandes amores por miedo, no cometas ese error —Se levanta.

—¿ya te vas?

—Quería pasar a verte y analizar la situación, estoy orgulloso de ti, sumando que esta vez pudiste enfrentarte a tu padre, cada vez te haces más fuerte.

Ese día, comencé a sentirme mejor conmigo misma. Debía proteger a Becca, no podía permitir que ella le pasará algo, tampoco deseaba meterla en la familia tan loca que tenía, Isaac pronto volvería, y tenerlo acerca de ese, era tener mil peligros por minuto, y no iba a permitir eso.

Los días fueron pasando como si fueran años, hasta que por fin pude ver su rostro nuevamente, no tenía su mejilla tan herida como antes, había ido nuevamente al psicólogo para hablar sobre ese asunto, y ahora estaba mejor que antes. Los gemelos me decían que preguntaba todos los días por mí, ¿cómo me hacía sentir eso?, emocionado y lleno de alegría que le importaba, que, a pesar de tener un montón de cosas en su cerebro, había una parte para mí.

Quería darle un beso, quería abrazarla, quería tenerla conmigo cada día del año, por el resto de mi vida. Su bella sonrisa me hizo volver a la realidad, como corrió hacia mí.

—¡Volviste! —Me abrazó con fuerza, mientras reía satisfecha.

—Siempre —Correspondí a su abrazo, la mirada de los Smith me hizo sentir un pequeño escalofrío haciéndome alejar un poco de ella. Incluso sus amigos me miraban con cara de pocos amigos, como unos putos mafiosos que en cualquier momento me sacarían un arma y no tendría oportunidad.

No estaba seguro de porque la situación estaba tan tensa, pero me hacía temblar por eso. Fue luego de un tiempo que pude descubrir la razón de esto.

—Isaac va a volver —Fue lo primero que dije cuando me quedé solo con mis amigos, el dúo me giró a ver pálidos.

—¿Estás de coña? —Es la primera grosería que sale de la boca del menor, Mathias.

—No, no lo es —Digo suspirando —Mi padre está furioso por la pelea.

—¿Eres un niño o qué?

—No, pero tiene el poder suficiente para hacerme daño, necesito este lugar para ganarme el puesto de mi abuelo —Matt se toca su cien estresado.

—Tu abuelo en ocasiones me cae como un culo —Responde de forma tierna, enarco una ceja al escucharlo, pero lo comprendía, también me pasaba eso.

—Simplemente dejemos que esto pase, no discutamos por esta tontería, simplemente pondremos la seguridad necesaria para ella, no se puede acercar.

—¿Becca?, ¿por qué? —Ellos se giraron a verme con expresión "Tú sabes por qué", y no puedo discutir llevaban la razón en la situación.

Así fue como mi hermano llego a mi vida, y se volvió un desastre. Con la fiesta de conmemoración que estaban dando, todas las familias incluyentes tendrían que venir, como los Smith

Nunca me lleve bien con mi hermano, uno cree que por ser pequeño es un santo, dulce y cruel mentira que se dicen los adultos para justificar algún acto. Un niño mayormente aprende todo de los padres, pero pude tomar una decisión mediante crece, mi madre murió y mi padre se casó al mes con su amante.

Siempre me preguntaba cómo hubiera sido si se hubiera casado con la madre de los gemelos, ¿Sería igual?, ¿habría tenido un diferente destino?, ¿Tal vez Becca la hubiera la hubiera pasado mejor?, no estaba seguro de eso, lo que, si estaba casi al cien, era que este era el presente, tenía que enfrentarlo de la peor manera.

—Mira, no has cambiado tanto —La voz de mi hermano, me hace levantar la mirada de los papeles, mis pesadillas se estaban volviendo realidad.

—¿Qué quieres?

—¿Es la forma de saludar a tu hermano que no has visto hace años?

—No tengo hermanos —Respondo de forma simple, para seguir leyendo los documentos. El golpea mi escritorio, mientras ladea su cabeza como si fuera inocente.

—Que malo eres conmigo, cuando tu madre me amaba tanto, después de todo soy su favorito —Su risa me hace cerrar los ojos para no caer en la tentación.

—Bueno, mi madre murió, no sé de quién hablar —Respuesta fría que me hace rezar a quien sabe quién para que me deje hacer mi trabajo.

—Ah, siempre con lo mismo, vas a lastimar su corazón —Camina por toda la oficia, para quedar al lado de mi silla, y susurra en mi oído —Incluso a tu madre muerta la va a lastimar —"Tienes que controlar las emociones" recuerdo lo que decía mi abuelo cuando no era capaz de contener toda la ira contra mi padre, recuerdo un poco hace unos días con Becca, que me mostró un nuevo proyecto que empezó.

Soy la primera persona que lo sabe, empezó a escribir de forma anónima, y está teniendo un éxito tremendo, que me hace estar orgulloso, hasta ahora soy el único que lo conoce, ¿Por qué?, le estuve ayudando con su investigación.

Además, que me cuenta cómo le va en el nuevo colegio, le está yendo mejor que a mí. Aunque ya fueron llamados donde el director, porque discutió con una chica por llamarla pobre. Sin utilizar su apellido mandó a callar a la chica, simplemente con palabras, sus ojos brillaban mientras lo contaba.

Sí, la mejor manera de controlarme era eso.

—Tal vez —Respondo simple, sin dejarme provocar, simplemente siguiendo con el trabajo, Isaac sale hecho una furia cuando ve que no caigo tan fácil en su tonto acto.

Eso trae más problemas, porque mi padre me manda a llamar para cenar porque su hijo pródigo volvió, incluso quería hacer una tonta fiesta. Ya sabía a donde iba todo esto, sin embargo, ya me estaba preparando para este momento.

—Buenas señor Petrov —La gente creía que este era mi apellido de parte de mi papá, pero era el oscuro secreto de la familia, mi primer apellido siempre fue de parte de mi madre. Dejando siempre en evidencia quién sería el siguiente en la línea, una rabia que mi padre siempre tuvo porque no pudo controlar nada de eso.

—ya que todos están reunidos, es hora de iniciar la reunión —Patrocinadores, nosotros éramos una gran marca, para seguir escalando necesitamos tener aliados, en mi caso los necesitaba para el próximo proyecto.

Así, cuando llegué a la cena de mi padre con su mujer, fue mostrarle los papeles de la nueva inversión del proyecto que comenzaba, y daba inicio a una nueva era. La mirada de la víbora temblaba de la rabia, y de cómo ahora le estaba robando el puesto a su hijo, dándome la suficiente satisfacción de que lo estaba haciendo bien.

—Muy bien —Mi padre dejó los papeles al lado de la comida, bastante satisfecho con lo que hice.

—No puedo quedarme a comer, tengo unos asuntos —Le prometí a Becca que iría a comer este día, no podía dejarla plantada.

—Está bien —Mi padre mueve su mano con desinterés ante lo que digo, y salgo de la casa totalmente a gusto con lo que hice.

Sí, mi padre estaba pensando en hacerme el daño suficiente por muchas razones, y con la señora que estaba a su lado manipulando todo, lo hacía aún peor, para conseguirlo necesitaba que me fuera de ese lugar. Cuando Isaac volviera era cuestión de tiempo para que tratará de manejar todo a su antojo, primero trataría de provocarme a como diera lugar, para tener la justificación suficiente para echarme de todo eso y decir que todo era mi culpa, una excusa para los medios, ahora con este proyecto, se volvería complicado echarme, dándome dos oportunidades que necesita.

Ser reconocido por mi abuelo, y dar el gran proyecto con el dinero que necesitaba a mano. No podía quedarme sin hacer nada, necesitaba toda la fuerza para conseguir mi objetivo, protegiendo lo que quería, no iba a permitir que nada le pasará.

Así fue pasando el tiempo, dando inicio al nuevo asunto, el cumpleaños de Becca, su cabello estando más largo, luego de echarle mucho tratamiento a este, dejando en evidencia que ella se preocupaba bastante por lo que en verdad quería. Siempre cantaba mientras se peinaba el cabello, siempre tan hermosa y tierna como siempre, quería besarla, abrazarla como si fuera mi novia.

No podía, no debía. Hoy cumplía 15 años, solo un año de diferencia, pero 15 de cuándo nació. Me sentía viejo, esto pasaba cada vez más rápido, sus hermanos querían romper totalmente los medios, de alguna manera era una disculpa por todos los años.

Tenía una sorpresa, la llegada de sus amigos, Michael estuvo en el extranjero más de tres meses porque estaba siendo candidato para un equipo de fútbol, Nicolás estuvo ocupado con la universidad, los otros dos fuera de la ciudad por lo mismo que el primero, que dejaba siempre un poco sola a la castaña que trataba de no hacerlo notar demasiado, no quería que se sintieran mal.

Hoy por fin los iba a ver, además de algunos amigos que había hecho en el nuevo colegio, donde se agarró con dos chicas por idiotas, que la podía justificar, sin embargo, como el adulto no podía dejarlo a reconocer.

Nunca entendí porque debía hacer eso, ¿lo mejor no era la verdad?, había hecho mal por pelearse, después de todo eso no soluciona y decirle en pocas palabras a alguien "Idiota", lo es mucho menos, sin embargo, había hecho lo que creía, y tuvo razón en cada sentido de la palabra, pero no se podía justificar la grosería.

Sonaba como viejo. Se estaba haciendo cada vez más tarde, los invitados llenaban la sala de banquetes, incluso mi abuelo fue invitado por parte de los gemelos, ¿no era el cumpleaños de Becca?, ¿por qué estaba invitado?, no quería preguntar.

La música paró, para dar la gran entrada a la cumpleañera. Sentí como mi vino se quedó atascado en mi garganta al verla bajar tan hermosa, su cabello tiene ondas, un leve maquillaje que resalta su mirada, sus pechos...joder, debía mirar a otro lado. Una diosa, una jodida diosa, había leído mitología griega, sabía quién era Afrodita, conocía todo de la belleza en cómo describen a esas personas, pero Becca estaba a otro nivel, donde no tenía que tener ojos azules para resaltar, ni mucho menos grandes pechos para ser sexualmente llamativa.

Simplemente perfecta>>

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