Parte 5

Miller

Escuchar de una niña de 14 años que deseaba morir, que no quería morir al principio no había sido algo que le prestará atención, al menos no del todo. Después de todo, siempre pensé que iba a tener una vida perfecta, totalmente opuesta a mí, que tendría lo mejor de lo mejor.

Ahora estaba deseando morir, no podía decir que solo por tener 14 años no merecía sufrir de esa manera, sufrir no está cuestionado por una edad, no está ligado a eso. Aún más, tuvo que madurar lo suficientemente rápido para que sus hermanos y su padre no la hicieran sufrir aún más.

Recuerdo como si fuera ayer, cuando ella los miraba desde lejos, con ojos de anhelo, queriendo estar junto a ellos, jugando, que ellas la amarán. Yo tenía un hermano, pero ese hermano era una jodida mierda, por un lado, era menor que yo unos siete años; muchas personas piensan "Oh, que adorable", no todos los hermanos menores son unos santos, muchos son el diablo en persona. Siendo crueles con sus hermanos mayores que siempre bajan la cabeza, que sufren humillaciones de su padre, haciéndose notar de una manera infantil y tonta.

Por ahora, estaba en el extranjero especializando en administración de empresas. ¿Yo?, había tenido que matarme estudiando negocios internacionales, aprendí a las malas que, si no sabes algo, te van abrir el cerebro y hacerlo entrar a la fuerza, eso era una escuela. Estuve unos tres años en el extranjero, la primera vez fue a los ocho años, que me hicieron alejar de los hermanos Smith, porque ellos eran totalmente diferentes a nosotros.

Por un lado, yo soy... ¿Undécima? generación de los Petrov, en cambio ellos son la tercera, el abuelo de estos fue el que inicio su línea de automóviles hace muy poco, en cambio nosotros fue hace tantos años, lleno de hombres crueles que son egoístas la mayor parte del tiempo, ¿Qué me hace diferente a ellos?, esta vez tengo cosas que proteger y cuidar, aunque ninguno lo sepa.

—Señor Petrov, ¿si está concentrado? —Ellise, la secretaria, había iniciado hace poco, miento si digo que no está buena, mayormente cuando tienes tanto dinero que puede comprar el poder, te hace creer que todas las mujeres son tuyas, que puedes tener a la que deseas, sin embargo, la mujer frente a mí no estaba en ese calibre, siempre seria y moderada que siempre está bien vestida, sin utilizar faldas o vestidos que hacen ver la mitad de su trasero.

—Sí —Ella me mira para suspirar —De acuerdo, no lo estoy —Niega con la cabeza, para salir de la oficina, a los minutos volvió para darme una aromática.

—Necesito que terminé el trabajo.

—Ya lo terminé —Ella se gira a ver el montón de papeles sobre la mesa de centro de la pequeña mesa que teníamos en la oficina.

—¿Otra vez?, ¿Usted no duerme? —Sonrío para evitar esa pregunta —De acuerdo, ya puede quedar sumergido en sus pensamientos otra vez, sin embargo, no se dejé llevar demasiado.

Sale luego de recoger todos los papeles e irse a sentar en su escritorio. Mientras que yo me dedique a mirar por el ventanal que tenía atrás mío, podía voltear la mesa para quedarme mirando siempre esta vista, sin embargo, mi padre me mataría por quitar sus cosas más preciadas. ¿Primera regla Petrov?, la tradición no se debe quitar por nada del mundo, no importa que tanto creas que es una mierda, siempre tienes que dejar todo tal cual, incluyendo una mesa. Nunca le vi sentido a eso, ¿Cuándo se muera se va lo va a llevar?, ojalá.

—Señor, tiene visita —Ellise medio abre la puerta, y entran como si su oficina fuera, los Smith, Mathias le guiña el ojo a la chica, la cual disimula una cara de disgusto para retirarse.

—¿Qué hacen aquí? —Es lo primero que digo.

—Uno saluda, ¿sabes? —No cambio mi expresión, ellos suspiran y se sientan en esos lujosos sofás —Terminamos el trabajo, hicimos la promoción para la empresa, incluso ya hablamos con los socios, no tenemos nada para hacer —Prodigios los llamaba, ¿quieres que alguien haga el trabajo de cuatro horas en media hora?, pídeles a estos bastardos.

—¿Entonces?, ¿Soy un payaso personal o qué? —Ambos se miran, dispuestos a decir una estupidez, entonces los freno —Al grano, los conozco, no solo vienen cuando están aburridos o no tienen nada que hacer.

—Bien, queremos poner guardaespaldas a Becca —Tira como si nada Matt.

—¿Están jodiendo?, ¿No? —Niegan con su cabeza, y llevo mi mano izquierda a mi rostro para apoyar mi mentón en está, reflexionando como estos hombres tan inteligentes, eran tan idiotas respecto a su hermana, ¿tal vez por qué la quieran?, me quise reír por ese pensamiento, los Smith tienen como regla general nunca sentir nada por nadie, apenas están escalando, y si lo hacen van a fracasar, como el padre de estos, que al enamorarse tuvo que batallar para casarse.

—Miller, no queremos que sufra por algún desconocido que simplemente se aparezca.

—Los desconocidos son ustedes, ¿creen que es normal o qué?, la ignoraron durante toda su vida, ¿quería que abriera sus brazos para abrazarlo y que fuera como si nada? —El silencio de esté par me hace afirmar que son unos idiotas —Ah... —Me levanto de mi escritorio y voy hacia ellos, para sentarme al frente de ambos, sintiendo que soy un hermano mayor por culpa de sus tontas cabezas que no piensan sobre los demás —La etiqueta general, es disculparse e ir mejorando, no pueden pretender que toda su vida, se verá reducida a solo un día, ni siquiera un día, menos. Porque en la mañana muy contentos diciendo que la llevarían a la escuela, ¿recuerdan que la negaron?, ¿Qué ella no existe como la Smith de la marca de autos?, ¿Lo saben?, va a una escuela pública porque no querían que ella se juntará con niños ricos porque iban a descubrir quién era, no solo sus compañeros, si no los medios. ¿Quieren que siga o ya puedo parar?

—Sí, sabemos que somos la cagada, aún más con ese golpe —Mathew apoya sus codos sobre sus piernas para mirarme —Nuestro cerebro siempre fue el mejor, ganábamos los primeros puestos.

—Lo recuerdo, por su culpa siempre era castigado.

—Disculpa por eso, pero no podíamos perder, por la presión, porque deseábamos ser alguien, queríamos llegar algún lado. Siempre habíamos pensando, cuando nuestra madre vivía, ella era importante... Nuestro centro de vida, queriendo que ella no se esforzará, entonces hacíamos el doble de esfuerzo, para que no tuviera que forzarse. Siempre nos miraba con una sonrisa desde lejos, padre nos decía que ella debía estar en reposo; Al saber del embarazo estábamos felices, ¡tendríamos un hermanito! —Comienza Mathias.

—¿Sabes que es ser inocente?, bueno, no éramos muy jóvenes de lo que está Becca, sin embargo, no sabíamos las consecuencias que iba a traer tenerla con nosotras, tenerlas a ambas ya era bastante codicioso —Mathew se cubre su rostro con una mano tirando su cuerpo hacia atrás —Una mierda, porque no podíamos hacer nada por ninguna de las dos, la primera vez que padre la vio tan parecida a mamá, la rabia contra ella, la ira de haber matado a su esposa, al amor de su vida, la que era luz de sus ojos, fue un golpe demasiado grande para él, nunca pudimos culparlo de odiarla, porque incluso nosotros sentíamos un resentimiento.

—Era una niña, ¿Cómo podían culparla?

—Incluso los genios tienen sus falencias, ¿no? —Mathias me sonríe, sin embargo, no llegaba a sus ojos.

Hace años, ellos no sonreían de corazón, tantas veces que llegué a pensar en algún momento que ellos no tenían ningún sentimiento, solo les importaba alcanzar su meta. Sin importar a quien iban a pisotear de ahora en adelante.

La muerte es algo que siempre llega, que nunca vamos a poder huir, porque el humano tiene un fin, ni siquiera un científico podrá quitar esa parte de nosotros. Mi madre murió hace pocos años, lo recordaba como si fuera hoy; ella siempre fue buena de salud, siendo talentosa en todo lo que podía, era un poco tímida, sin embargo, tenía una capacidad extraordinaria, que siempre me hacía sorprender a la hora de pensar en un negocio, el orgullo de mi abuelo.

Siempre fue talentosa, con el prototipo que al ser rubia no sería capaz de hacer nada. Tacho todo eso y demostró que su intelecto era tan grande como el de cualquiera. El matrimonio no fue por amor, mucho porque quisieran estar comprometido llenos de cariño, simplemente fue un movimiento de negocios, sin embargo, mi abuelo nunca quiso que ella se casará, mi abuela siempre fue dominante en ese sentido creyendo que la mujer debía servir a su esposo, y mi mamá totalmente opuesta a ese pensamiento le ayudaba con la empresa, un talento nato.

Todo fue tranquilo, el embarazo de mi madre y la de los gemelos se sincronizo, aunque no fue maravilloso, mi padre solo pensaba como sería si esos niños fueran de él, si fuera el papá de ellos. El odio que tuve con ellos fue grande, culpándolos por la clase de padre que era mi padre; mi madre me calmaba con ese pensamiento. Los adultos pensamos de forma diferente de un niño, ahora puedo comprender que no tenía por qué culpar a unos niños que no sabían cómo era mi vida, que estaba demasiado lejos de sentir la presión familiar que sentía por mi papá, al mismo tiempo, ocasionaba que yo sintiera presión conmigo mismo. Siempre ocupaba el segundo puesto, porque esos dos eran los primeros en todo, los únicos elogios que poseía eran de mi madre.

Fue cinco años después de mi nacimiento que mi madre descubrió que mi papá ya tenía una amante, sabiendo la calidad de esa mujer, decidió respaldarme y habló con mi abuelo. La condición para poder heredar su empresa fue que a los 30 años tendría que mostrar mi capacidad demostrando que era capaz de tener la mente en el trabajo. Mi papá no lo sabe, y no le diremos hasta el último momento, mi hermano Isaac, sacará dentro de poco las garras para tener la empresa, el hijo de la víbora va actuar, y yo estoy preparada para eso.

—Puede que no seamos perfectos, pero, no nos hace idiotas, sabemos las consecuencias de nuestros actos, ¿no? —Suspiro mientras los veo —Tienen que solucionar la situación despacio, no todo de una porque no sería buena idea hacerlo, solo dejen que las cosas poco a poco se vayan poniendo donde deben estar. Por un lado, Mathias le dice puta, por el otro el golpeador, serían un fracaso como esposos.

—No estamos preparados para eso —Hablan al tiempo, suelto una risa para simplemente tirar mi cabeza hacia atrás, había terminado el trabajo, sin embargo, tenía que ver unos socios, junto algunas corporaciones que deseaban comprar más autos de nuestra marca.

—¿Vamos a ver cómo está Becca? —Una semana desde el accidente, esa no nos hablaba demasiado, y se estaba curando del golpe. Hoy volvería a la casa, entonces deseaba verla rápidamente.

—De acuerdo —Soy el primer en levantarme.

—Miller, ¿ella te gusta? —¿Me gusta?, no... Es demasiado pequeña para mí.

—No, simplemente es la hermana menor que siempre desee.

—Tienes un hermano menor.

—De la víbora, entonces no cuenta en su totalidad —Digo riendo para salir de la oficina con ellos detrás.

—En eso tiene razón, ¿tu padre no te ha dicho nada?

—¿por qué no me quiero casar?, bueno, al principio se enojó y me iba a dar un sermón —Estaba tratando de casarme con una joven de alto rango, hija de un político, siendo sincero no estamos en el silo XV donde los padres eligen con quien casar a sus hijos, éramos modernos, con esto en mente me negaba hacer lo que ellos dictaban, debo tener la suficiente libertad para elegir sobre qué hacer con mi vida, que siendo sincero era un desastre.

Así, mientras llegábamos al colegio de la más pequeña de los Smith, podíamos ver un gran grupo de jóvenes reunidos a fuera, los cuales parecían tener una reunión secreta, reconocí algunos. Bajé del auto para acercarme a ellos, los lentes de sol me hacían ver como un filántropo.

—¿Qué están haciendo? —El que pregunta es Matt, que mira a los chicos curioso.

—Mierda —Escucho los murmullos llenos de groserías de parte de ellos por el susto, el hijo de la mujer doctora que estuvo se acerca.

—No encontramos a Becca, siempre nos reunimos a cierta hora, sin embargo, esta vez no la podemos encontrar —Siento como mi pecho se va a salir, temiendo lo peor, ¿Qué era está tonta punzada?, ¿por qué escuchar esas palabras me estaban haciendo perder la racionalidad?

—¿Qué?

—No la podemos encontrar —Cuando giro mi cabeza, veo un grupo de chicas riéndose, ¿regla básica de mujeres?, celosas a morir. Me acerco a ellas, tratando de contener la ira.

—Toda idiota, ¿no?, piensa que puede tener ese montón de hombres detrás de ella, cuando no tiene nada bueno —Cerré los ojos sabiendo a quien se referían.

—Hola —Cuando se giran a verme, se quedan sin habla, era la reacción de cualquier mujer, aún más con estás chiquillas.

Estaba corriendo entre esos pasillos tan grandes, tratando de escuchar algún golpe, la adrenalina en mi cuerpo no paraba de fluir, murmurando una y otra vez que ella estuviera bien.

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