Parte 6

Becca

¿Qué es lo último que recuerdo?, ¿de mi vida?, ¿de los últimos años?, estaba a punto de cumplir 17 años, había pasado bastante durante ese tiempo, aunque no podía olvidar la vez que fui encerrada en ese casillero, ¡Ni siquiera en las telenovelas se muestra está crueldad!, sin embargo, esto es el mundo real, donde sufres el doble de lo que pretendes.

Por ejemplo, ahora soy la sobrina por parte de la madre de Michael, no creí que sería ella quien sería una doctora, aún peor, porque en general la familia de esos cuatro, eran médicos, abogados que tenían alguna fundación por algún lado. Ahora la llamaba tía, al igual a las otras, en realidad solo eran dos más, la madre de Derek había muerto hace unos dos años por el cáncer, algo triste, sin embargo, era la motivación que tuvo mi querido amigo para ser un buen futbolista.

¿Qué hacían ellos luego de dos años?, no mucho en realidad. Michael era el mejor del grupo, siempre siendo alguien nato en ese sentido, por otro lado, estaba Nicolás, por cosas de la vida tuvo que dejar eso de lado, para poder seguir lo que sus padres dictaban, en un lado estaba que ya comenzaba a manejar la fundación de su madre, porque está se quería retirar, Sam... Él era especial, siempre fue el más rebelde de todos, aunque nadie lo creía del todo, por un lado, quería seguir ese camino, y tuvo la oportunidad, tenía miedo de arriesgarse, entonces dudó durante mucho tiempo, al final lo hizo. Por último, pero no menos importante Derek, sacó todo, se esforzó e hizo todo lo posible para ser el mejor, incluso cuando no querían que fuera la primera opción.

¿Mis hermanos?, ¿Mi padre?, había buenas y malas noticias, mi padre seguía en coma, ¿eso era bueno y malo?, no sentía nada respecto a ese asunto, por otro lado mis hermanos... Bueno, Matthew y Mathias seguían siendo unos idiotas en cada sentido de la palabra, pero algunas cosas habían cambiado con el tiempo, luego de una discusión, de ir a una gran terapia familiar, que sin pedir mi permiso me hicieran pública como una Smith; las cosas mejoraron en gran escala.

Aunque ese acto trajo muchos problemas en mi vida diaria, mientras que el cuarteto había iniciado su vida universitaria, yo tuve que iniciar en un nuevo instituto, por la gran idea de los Smith mayores, ineptos los llamaba, entre muchos insultos más. Sí, en cada sentido de la palabra eran unos idiotas, por muchas razones. Jamás quise ser conocida por el público, en mi antiguo colegio pude ver el daño que hacía en una persona, ser señalado continuamente simplemente por un mal comentario, que tal vez venía con una mala intención, como otras veces que no era así, ¿qué quiere decir?, que este mundo es una mierda, tan mierda que me enoja por muchas razones. No quería hacer parte de ese núcleo, jamás lo quise, sin embargo, la vida me obligo hacerlo.

—¡Maldita sea, Matt! —Le gritaba a mi hermano, unos tres años después —¡Es una fiesta!, ¿Por qué no puedo ir?, ¡Todos van a ir!

—Lástima que tu no seas todos —Mi hermano mayor de casi 30 años me respondía como un viejo, como una madre de esas que se burlan en las redes sociales.

—¡Hermano! —Alzo mis brazos dando más drama del que merece está situación —Hice mis tareas, incluso hice más de lo que debía para cumplir las horas del instituto, les ayude con su trabajo, ¿Por qué no puedo ir?

—¿Te puedo recordar todas las veces que ha salido mal una fiesta adolescente?

—No, no es necesario —Me cruzo de brazos, estaba en su oficina, no la de la casa, la que estaba a casi una hora de la casa, solo cuando no había trancón.

—¿Entonces?, ¿por qué de un momento a otro quieres ir a esa fiesta? —Me muerdo el labio sin querer responder, ¿Debía decirle que era por qué tenía que hacer una investigación para un libro que deseaba publicar?, ¿No sería demasiado loco?

—Cosas personales —Murmuró, sin mirar a mi hermano, cuando vuelvo a levantar mi cabeza, su ceja esta enarcada, no era burlón, para nada... Me miraba analizando la situación.

—¡Quieres novio!

—¡No! —Me levanto, y en ese momento llegan Mathias junto a Miller, hoy sería un día importante. No podía irme a casa, porque hoy harían oficial la situación del castaño, ese ojiazul que me ha salvado más de lo que puedo contar con una sola mano. Suelto un gran suspiro recordado estos últimos tres años, muchas cosas han sucedido, lleno de dolor, drama y más que todo... ¡hormonas!, asquerosas cositas que me hacen sentir muchas cosas, entre ellos la amada palpitación vaginal, ¿Qué es eso?, es cuando quieres tener sexo, pero eres alguien que no quiere hacerlo por sus ideales.

¡Maravilloso!, y tonta. Eso decía más de mí que de cualquiera.

—¿Quién quiere un novio? —Mi otro hermano se acerca para darme un beso en la frente, y yo alzó mis brazos para discutir, pero me muerdo el labio por la situación tan incómoda que estaba iniciando, mi parte racional me decía que lo mejor era decirles la verdad, mi lado sentimental me decía lo mismo, sin embargo, está tenía una excelente razón, no deseaba que Miller pensará cosas locas.

—Es una investigación —Murmuró, el trío se gira a verme, con una ceja enarcada, bueno, eso eran los Smith, porque el Petrov me miraba má que todo burlón, conocía mi más oscuro secreto.

—¿Qué quieres decir?

—¡Es una historia! —Alzó los brazos para tirarme al sofá elegante que tenía Matthew en su extravagante oficina —Quiero hacer una investigación de cómo es ese ambiente, ustedes me cuidan demasiado, ¡No tengo experiencia!, no sé como iniciar esas historias candentes, llenas de pasión y amor.

—¿y necesitas sexo?

—No, eso llega en mi mente como si fuera agua —Murmuró sin poder verlos a la cara, la carcajada se hace tan sonora que algunas personas que transitaban por los pasillos se giran a verla, sin embargo, no llegaban a ver nada.

—Los odio —Murmuro mientras me sonrojo y cubro mi rostro con mis brazos.

—No, nos amas —Murmura Mathias para darme un beso en la frente y seguir riendo —No sientas que es feo, simplemente es algo normal, sin embargo, queremos leer ese contenido —Niego riendo, jamás.

—¿por qué?

—Tiene sexo —Interrumpe Miller con una sonrisa burlona, le muestro mi dedo del medio mientras sonrío, pero lo quitó rápidamente cuando mis hermanos se giraron a verme.

—¿De dónde sacas eso?, ¿Por qué él lo sabe? —Hace unas horas solo el ruso sabía mi secreto, ahora lo sabía estos neandertales.

—Es una linda historia —Digo riendo nerviosa, este año habían pasado muchas cosas, entre ellas, me besé con ese hombre que ahora se está riendo de mi desgracia, grité y le confesé mi amor cuando no debía. Sin embargo, para entender como comenzamos, tendría que empezar por el principio, y muchas veces el comienzo no es lindo.

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