Parte 7

Becca

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Los padres de esas pobres chicas, trataban de controlar a los que no querían ceder ni por un segundo. Miraba todo analizando la situación, ¿entraba o no entraba?, mi lado malvado de verdad quería verlos sufrir más, quería ver cómo se arrastraban por el sufrimiento de lo que me habían hecho, mi lado bueno deseaba ayudarles. Toque mi frente pensando que hacer, fueron las miradas de los otros estudiantes que me hizo caer en cuenta que debía hacer.

Me levante para entrar como Pedro por su casa, mirando como todos se giraron a mí.

—¿Qué hace ella aquí? —Ladra un padre de las estudiantes, sí... Ya lo conocía.

—¿Usted por qué cree?

—¿Eres tú?, ¿no estás acostumbrada a esto?, después de todo no es la primera vez —Cubro mi rostro, acariciando mi frente tratando de entender cómo la estupidez humana es tan grande.

—¿Qué? —La mirada de los gemelos, me hace sonreír de forma inocente.

—¡En mi defensa a ustedes no les importaba! —Señaló a los que son mis tutores.

—Muéstrame todo el papeleo —Matt estira su mano, mientras empieza a leer todo desde el asiento del director, yo lo miro, la ventaja de este es que leía rápidamente, después de todo de pequeño había ganado muchos premios por lectura rápida.

—¿Por qué nunca se reportó? —Matthy es el que habla, mirando al hombre detrás de todo.

—Política —Respondo, mientras me estiro mirando hacia los otros estudiantes metiches, sabiendo que preguntaban un montón de cosas.

—¿Qué quieres decir? —Pregunta el mayor de todos, Matt.

—El padre de la chica "Líder", es influyente en ese mundo, por eso estaba queriendo hacer la vista gorda, no creo que sea vea de maravillosa que la hija de un futuro gobernador sea una idiota —Giro a ver el hombre —Con todo el respeto que ella merece, claro —Vuelvo a mis hermanos —Es un factor por ese lado, ¿por qué está aquí si es tan importante?, nuevamente lo mismo de antes, es un movimiento para hacer creer a los demás que es una buena persona, que su hija niña de papi es capaz de convivir con gente "Inferior", aunque no es tan cierto.

—¿Tu cómo sabes todo eso? —Pregunta el director.

—¿Observando?, los relojes de ella son demasiado costosos, se diferenciar todo eso, después de todo mi familia tiene ese dinero.

—¿No aplica lo mismo para ti? —El padre de otra niña habla.

—No, es diferente, en mi caso ese dinero no es mío literalmente, son de mi padre y hermanos, que es todo. Yo soy la pobre de la familia —No mentía, la herencia no hablaba nada respecto a mí.

—Terminé —Murmura Matt luego de leer todo el expediente de mis accidentes, descubriendo algunas cosas, 50 páginas alrededor.

Me siento en alguna silla disponible, mirando la reacción de Mathias cuando el otro le cuenta todo. ¿Qué esperaban?, ¿Qué mi mundo fuera de color de rosa?, ¿Qué tuviera todo?, no, era una total farsa, la pasé mal tantas veces que no podía contar con una mano.

Mi cabello había sido cortado, mi amado cabello que tanto me costó dejarlo crecer, ahora estaba un poco más arriba de mis hombros, que estaba lindo fue porque hace unas horas la tía Zizi fue para ayudarme arreglarlo.

—¿Por qué no sabíamos nada? —preguntan, una mirada que recordaba, que solo me estaba ocasionando risa en este momento.

Mientras discutían mi cabeza se iba hacía el punto de como Miller me dijo toda la mañana que estaba hermosa, me sentía con miedo de ir con este nuevo corte, era un nuevo comienzo, uno que me hubiera encantado comenzar con mi cabello largo. Sin embargo, esas cosas crecen, así como las uñas.

—Dejen de discutir —Murmuró, no me dejaba pensar el comienzo de mi día tan hermoso —Son unos idiotas, claro que sí —Siempre tuve que ser callada, guardando mis opiniones porque no podía decir nada, porque no tenía ningún derecho de opinar respecto algún tema, Michael, Derek, Sam y Nicolás antes de irse el día de ayer me dijeron "Eres libre de decir lo que quieras, se una revienta bolas", linda conclusión de parte de ellos, aún más cuando le repitieron ahorita en la mañana —¿Qué va a cambiar?, su hija se cree el centro de atención porque usted se lo permite, además que lleva a más de una chica hacer lo mismo que ella, no es tan santa como cree, repite año, y se acostó con medio equipo de fútbol —Hago una mueca —No es que me interese, pero su hija debe tener una charla, de embarazos y enfermedades por transmisión sexual profunda; al igual que la de todos, yo tuve muchas charlas de esas —Me encojo de hombros —Y siendo sincera, en mi cabeza no pasa acostarme con el primer hombre que cruce esa puerta —El destino es una mala jugada, por Miller pasa con una mujer por esa puerta.

—Llegas tarde —Dice Mathias.

—Tengo una vida, no pensé que me iban a necesitar —No tenía ninguna idea de quien era la extraña que hacía presencia, y se veía demasiado amable con uno de mis hermanos.

—Bueno, le vamos a presentar una demanda —Deje de escuchar lo que hablaban, para reparar a Miller, dándome cuenta que tal vez estaba equivocada, si podría acostarme con él, claro que sí. Era guapo, inteligente, un poco casanova, primero haría un examen de enfermedades y luego podría disfrutar, no estaría mal.

Bueno, Miller había estado conmigo mayor parte del tiempo, se distancio de mí muchos años, aún tenía rencor por muchas cosas, pero la tía Zizi me decía que ese sentimiento era algo malo, porque no me dejaba avanzar a mi como persona, también la apoyaba la mamá de Nicolás, aunque ella era abogada.

El punto era, no debo sentir más odio hacia ellos, que son idiotas, claro que sí, podrían seguir así durante años, eso no lo iba a cambiar nunca, por esa razón debía mejorar la situación y ser rompe bolas. Aunque no de esa forma, pero algo parecido>>

Fue la primera que me di cuenta, que debía hacer un cambio en mi vida, fue el comienzo que marcó durante mi vida, lo que hizo el inicio de tres años de locuras.

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Los odiaba, aun peor, porque lo hacían en los pasillos, ¡Pasillos en una puta mansión!, ¿Por qué tenía que ser mi pasillo?, quería llorar o gritar, no estaba segura de quien le estaba metiendo a la chica, de algo estaba segura, la privacidad es algo maravilloso estos días.

Cuando no lo sentí más, salí de mi habitación para ir a la casa de Michael que era la más cercana, también me encontré otro follando, decepcionada de los hombres a mi alrededor, llegué a una linda cafetería, tomando algo helado, porque no tenía humor para algo caliente. Ya había escuchado algo lo suficiente caliente estos días.

Mire mi celular mientras tomaba de mi linda malteada, mientras murmuraba alguna cosa de cual no estaba agradecida, sentí una mirada, y levante mi cabeza para buscarla, me encontré un lindo castaño que me observaba, sin poder evitarlo sonreí. Hasta que me di cuenta que la chica de esa vez donde el director estaba colgada en sus brazos, suspire para volverme a concentrar en mi lindo celular, que espero me diera más moral, porque la necesitaba.

—¿Qué haces aquí? —Es el saludo de Miller.

—Mi hermano está teniendo sexo en casa, en los pasillos entonces no conozco a la chica lo suficiente para decirle que me enseñe hacer eso —Respondo con la verdad y un poco grosera.

—No cambia —Murmura la chica que seguía colgada en su brazo, no respondo, simplemente sigo sumergida en alguna cosa que el celular me presta.

—¿Y tus amigos?

—El que está libre también, está follando como animal, ¿tal vez están en celo? —Digo sin prestar atención a las miradas de los curiosos escuchando mis palabras. ¿Una jovencita de 14 años no podía decir esto o qué?, que tenga esa edad no quiere decir que sea bruta, aunque en mi caso me da un poco de asco los penes, sin embargo, dudo mucho que sea así dentro de unos años.

—Ella me cae bien —Ríe la chica.

—Gracias —Digo un poco apenada, esta vez decido alzar mi mirada, sus ojos chocaron con los míos, aunque peor fue sonrisa, que me hizo sentir un calor en mis mejillas, y volví a bajar la mirada sin poder evitar sentir un pequeño cosquilleo, cerrando los ojos para calmar está sensación.

Así fue como ellos se sentaron haciéndome compañía, y yo no quería preguntar que era ella de él, ¿debía dañarme más de lo que estaba haciendo?, no quiero saber que es una amiga, pero que está más que claro que es algo más. Que ella tuvo más de Miller de lo que yo he tenido en toda mi vida, aunque recibía su atención, estaba segura que no sentía más, ¡Era una niña!, una patética niña que solo quería la atención de este hombre presente a mí.

Fue pasando las horas, cuando se fue haciendo más tarde, tenía que tomar mis cosas y volver a casa.

—Nosotros te podemos llevar —Me giro a verlos, la chica había sido la de la idea.

—No quiero interrumpir nada, estoy acostumbrada a caminar sola —Le digo con una sonrisa.

—Dudo mucho que una chica tan pequeña sepa andar sola... —Ella guarda silencio, por el rostro de Miller la hizo callar.

—Lo estoy, mis hermanos solo han sido buenos hace poco, yo era sola —Digo son quitar mi sonrisa y empiezo a caminar rumbo a mi casa, calles que debían ser lindas, porque era de ricos, sin embargo, nunca se garantiza nada.

El mundo es tan cruel y retorcido, como mujer siempre te van a culpar por llevar una falda o short, una camisa escotada, ¿Por qué?, nunca había conseguido una respuesta que me dejará dormir, tenía 14 años y siempre tenía miedo de nunca volver a casa, hace unos años eso no me importa, me valía tan poco vivir o morir, esta vez quería seguir existiendo, aunque fuera un poco más de mi sentido.

Mire el suelo tan solo unos segundos. Yo sabía que no era nada, que la verdad es que yo valía tan poco para muchos, y el sueño me fue ganando, siempre escuché que ser de familia de ricos era tener guardaespaldas, pareciendo totalmente ridículo, ¿quién iba a secuestrar a una niña por dinero?, ¿por qué harían eso?, tantas preguntas respecto a la moral de un ser humano, tan pocas respuestas.

Mamá, te extraño.

Mamá, te amo.

Mamá, vuelve.

Mamá, no me dejes.

Mamá, ojalá estuvieras conmigo.

Mamá, ¡ayuda!

Abro mis ojos asustada, un lugar totalmente desconocido, mi pecho se sentía oprimido por el miedo de no saber dónde me encontraba, cuando trate de hablar me di cuenta que tenía una cinta en mi pobre boca, trate de moverme, estaba amarrada, tanto pies como manos. ¿Esto era una mala pasada?, ¿cierto?, ¡Patético! los odio.

Odio este sentimiento, lo odio tanto.

De verdad quería estar a salvo, de verdad quería sentirme viva. Mis lágrimas empezaron a salir sin poder evitarlo, mirando a mi alrededor culpando a quien sabe quién porque no defenderme, por no poder la fuerza suficiente para detener todo esto que me estaba pasando.

—Que adorable niña —Escuchó alguien hablar, volteo mi cabeza hacia la izquierda y me encuentro un hombre, que me miraba sonriendo, se acerca para acariciar mi mejilla, la mitad la cubría la cinta —¿Cuánto darán tus hermanos por ti?, ¿Mucho?, ¿poco?, ¿Deberíamos descubrir cuánto darán por ti? —La sonrisa llena de soberbia, solo era dinero.

Tenía que ver un lado bueno en esta situación, ¡No iba hacer violada!, simplemente estaba siendo secuestrada... Aunque eso no es bueno>>

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