Luego de terminar con todos sus pendientes Killyam se dispuso a leer los cuestionarios, en realidad solo uno, el que a él le interesaba.
Abrió el correo electrónico en su computadora personal y comenzó a leer, detallando y haciendo nota mental de cada una de las respuestas allí escritas, cuando concluyó dedujo que probablemente la mujer no lo hubiera pasado bien con sus parejas. También comprendió que para ella sus hijos eran prioridad. Por lo que pudo leer estaba sola hacía bastante tiempo, así que iba a estar complicado conseguir una cita, se aprendió su color favorito, el aroma que le gustaba, y varias cosas más que le serían útiles para conquistar a la mujer.
Decidió que esa misma tarde comenzaría a buscar la manerade acercarse a ella. Aunque no estaba muy seguro de que sería más conveniente si planificar o dejar que las cosas fluyeran por sí mismas. Lo primero sería saber hasta que punto ella se había cerrado a las relaciones. Pues como respuesta a la pregunta
/ De no estar en pareja ¿que tantas ganas tendría usted de volver a intentarlo?/
La respuesta había sido "NINGUNA"
Eso le hizo ver que no iba a ser fácil, pero él no era de esas personas que se desanimaba, ni mucho menos de las que se rendían sin siquiera intentarlo.
Cuando llegó la hora del almuerzo decidió darse una vuelta por el comedor de la empresa, obviamente quería verla a ella. Al llegar a la puerta del lugar se detuvo evitando que alguien lo viera y escaneo el lugar, pudo ubicar a los gemelos y a Anna. Dirigió su mirada hacia todas las mesas, pero a ella no la veía, pensaba en arriesgarse a que lo vieran entrando, pero entonces la divisó caminando hacia la mesa donde estaban sus compañeros. Iba charlando muy amenamente con la otra chica miembro de su equipo de trabajo, la siguió atentamente, la vio detenerse y sonreír lo cual le hizo sentir que se derretía ante aquella sonrisa.
Observó la interacción entre ella y sus compañeros solo para terminar de confirmar que tal como suponía tenía competencia, uno de los gemelos se veía muy interesado en Ángeles y si de algo estaba seguro era de que se arriesgaría e intentaría conquistarla, pero si ella no le correspondía él simplemente se haría a un lado. Luego regresó a su oficina y no volvió a salir hasta que fue hora de hacerlo.
Subió al ascensor deseando poder encontrarla. Las puertas de este se cerraban y como si el cielo o algún poder divino le estuvieran haciendo el milagro, una mano se interpuso para detenerlo por unos minutos más.
Killyam tenía su vista fija en su móvil, notó que alguien más subió al ascensor pero no dejó de hacer lo suyo.
Tenía la cabeza gacha y disimuladamente desvió su mirada hacia los pies de la persona aquella, topándose con unos zapatos de mujer de taco medio y color negro, fue subiendo lentamente la mirada encontrándose con el dobladillo del mismo vestido que había observado en la mañana cayendo en cuenta de que quien estaba allí a su lado era Ángeles, una sonrisa de lado se le dibujó en el rostro y su mente comenzó a trabajar e idear la manera de acercarse sin parecer desesperado o un maldito acosador.
El ascensor llegó a la planta baja, ella descendió, en ningún momento alzó su mirada para ver quien más iba en el ascensor con ella, estaba sumida en sus pensamientos. Por lo tanto, no se dio cuenta de que cerca de las puertas del aparato uno de los conserjes había dejado el carro de limpieza y obviamente tropezó, su cuerpo se desestabilizó pues el calzado y la ropa que traía no ayudaban, las carpetas que traía en las manos volaron por los aires y por inercia su cuerpo se fue hacia adelante. La mujer cerró los ojos sabiendo que su próximo destino era el suelo del lugar, puso sus manos delante para intentar amortiguar la caída...
Pero... de repente sintió unas manos que la sostenían por la cintura evitándole la caída, y llevando su cuerpo hacia atrás, terminó apoyada contra el cuerpo de quien fuera que la estuviera sosteniendo.
-¡Te tengo!-
Oyó la voz grave y serena cerca de su oído y si antes con la idea de estar cayendo su corazón se había acelerado, oír aquella voz provocó que todos sus sentidos se dispararán y su pobre corazón latió aún más desbocado pues había reconocido quien era que la sostenía. No quería ser grosera, después de todo el sujeto le había ayudado para no caer, pero ante la cercanía de sus cuerpos su mente le pedía correr. Porque ya habían pasado varios minutos y aquel hombre aún no la soltaba, la tenía tomada por la cintura y su espalda seguía apoyada contra el torso de él.
Así que haciendo acopio de todo su valor y entereza Ángeles le tomó las manos a Killyam haciendo que este las fuera quitando de su cintura lentamente, y al hacerlo supo que hacer eso había sido un grave error, porque la descarga de sensaciones que experimentó le nublaron la razón por unos segundos. Hasta que se giró para ver a su salvador
-Gracias- le dijo con la voz entrecortada, y él le sonrió.
-No tienes nada que agradecer, preciosa. Ha sido un placer- le respondió Killyam con mucha coquetería y una mirada llena de picardía.
Ante lo cual la mujer no pudo evitar sonrojarse, agachó la cabeza y se dispuso a levantar las carpetas. Pero el muchacho fue más rápido, se adelantó y le ayudó.
-¿Quieres tomar una copa?- le preguntó, ella alzó su rostro
-Le agradezco su ayuda- le dijo seriamente intentando que las palabras salieran fluidamente, pues su mente era un caos- pero yo no bebo alcohol y además no lo conozco como para aceptar una invitación de su parte.
Killyam ladeó la cabeza y sonrió.
-¿Estás segura?- le preguntó él y ella lo miró de lado- Te me haces conocida...- dijo e hizo un gesto como si estuviera tratando de recordarla.
-¿Qué?- interrogó ella con asombro y recordó que si se habían visto antes pero él continuó...
-¿O no?- se preguntó Killyam y se detuvo a pensar-¡No, claro que no!- afirmó- En realidad te pareces a alguien .
Ángeles no entendía sus palabras pero sintió curiosidad
-¿A quién?- le preguntó intrigada, ya que era rara la posibilidad de que ella se pareciera a alguien que él conociera.
-Te pareces al amor de mi vida- le respondió Killyam sonriéndole, para luego depositar la última carpeta en manos de Ángeles, caminar hacia la salida, dejando a la mujer estupefacta ante la respuesta que le había dado.
Y cuando llegó a la puerta de salida se dio la vuelta, le guiñó un ojo, haciendo sonrojar aún más a la pobre mujer quien todavía no terminaba de reaccionar.
Así sin decir nada más el muchacho se fue, siendo muy consciente de que había logrado lo que quería.
Ángeles salió de su estupor y caminó hacia la salida, detuvo un taxi y mientras iba hacia su casa recordó la sensación de las manos del muchacho sobre su cintura y la dureza de su torso contra su espalda. Negó con la cabeza y sonrió al recordar lo descarado que fue al guiñarle el ojo.
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Updated 75 Episodes
Comments
Maigualida Ramirez
este hombre se las trae
2024-12-15
0
Nancy Scheherezada Perez Perez
Ese encuentro sexual va a ser épico jajaja
2024-08-28
2
Maris Benitez
Jajaja jajaja 😂😂 jajaja la dejo como gelatina 😂🤣😍😍🤭🤭🤭🤭❤️🔥❤️🔥❤️🔥❤️🔥
2024-06-13
3