Segundo encuentro

El día siguiente se presentó como de costumbre con mucho trabajo para Ángeles, la mujer se levantó al igual que siempre siguió la rutina diaria, preparó el desayuno mientras veía a una de sus hijas bajar las escaleras.

-Hola ma- dijo la niña-¿como lo pasaste anoche en la boda?

-Muy bien corazón. Lucy me presentó a unas tías suyas que quieren que trabaje para ellas.-comentó mientras le pasaba una taza con leche.

-¡Eso es genial!, eso sería muy bueno ma, por fin saldrías de tanto encierro- afirmo la niña con alegría en su rostro. Que su madre trabajara en la casa le impedía socializar con otras personas y tanto ella como sus hermanos creían que Ángeles necesitaba salir de aquel encierro al cual se había sometido por sí misma.

-Sí, cielo. Ojalá podamos llegar a un acuerdo- siguió su madre y le contó cuando se presentaría donde las tías de su amiga.

Luego de que su otra hija bajara a desayunar, la mujer llevó a la mayor a la casa de una de sus amigas y luego se dedicó a terminar los trabajos que tenía pendientes. Se colocó sus auriculares, le dio Play a su lista favorita de canciones al máximo volumen y se puso a trabajar. Le tocaba terminar un vestido de novia, al cual tenía que colocarle pequeñas cuentas de cristal en el corset, se tardó casi tres horas en hacerlo y al verlo sonrió satisfecha con su trabajo.

Se quitó los auriculares, estiró sus brazos y piernas, fue al baño y luego a tomar una fruta de la nevera, mientras comía la fruta escucho su móvil repicar, lo buscó y atendió la llamada...

-"Hola, Ángel"-dijo Lucy con alegría.

-"Si, cariño¿que ocurre? ¿No deberías estar en tu luna de miel?- interrogó sorprendida pues de hecho así debería ser.

-Bueno... Si- respondió la muchacha- ya nos estamos yendo, es solo que mis tías me pidieron que confirmara contigo el horario en que las verás...

-Ah, ok. Por mí no hay problemas con la hora- respondió con seguridad, pues ella manejaba sus propios horarios.

-¡Genial! Entonces a las nueve treinta te estarán esperando en la oficina, cariño- le confirmó Lucy.

-Oookk... A esa hora estaré allí.- terminó de decir la mujer y la muchacha del otro lado se despidió prometiendo que a su regreso a la primer persona que visitaría sería a ella.

Ángeles se sentía feliz, para ella era una gran oportunidad trabajar haciendo lo que amaba, y estaba completamente segura de que en ese lugar la remuneración que obtendría sería muy buena.

El domingo se fue volando, así que se preparó mentalmente para presentarse en el lugar indicado al día siguiente y obtener el tan anhelado empleo.

La mañana llegó en un abrir y cerrar de ojos y con ella la oportunidad de Ángeles para volver a estar dentro del circuito de la moda. Luego de desayunar junto a sus hijas quienes debían asistir al colegio, las acompañó a subir al transporte escolar y ella tomó un taxi para ir donde las tías de Lucy la habían citado. Con los nervios a flor de piel, porque hacía tiempo que no se presentaba en una entrevista de trabajo, la muchacha descendió del taxi y quedó sorprendida ante la majestuosidad del edificio. Era una torre de unos quince pisos aproximadamente totalmente cubierta por cristales en las paredes, tomando mucho aire en sus pulmones caminó hacia la puerta del lugar, una vez dentro se acercó a la recepción donde una mujer de casi su edad le habló con mucha amabilidad.

-Buenos días,-dijo la mujer- ¿en que te puedo ayudar?

-Hola- respondió Ángeles-tengo una cita con las señoras Everett.

-¡Oh, sí!, tú debes ser Ángeles Davis-dijo la muchacha demostrando que tenía conocimiento de que ella se presentaría. Ángeles afirmó con la cabeza- Vas en el ascensor hasta el piso catorce, allí están las señoras esperándote.

-Muchas gracias- respondió ella brindándole una amable sonrisa y se dirigió al ascensor.

Las puertas de este se abrieron, ella ingresó, marcó el piso al que debía ir y una vez en el piso indicado, dentro de una bella oficina la esperaban las dos mujeres, quienes la recibieron con mucha cortesía y familiaridad.

Luego de una extensa charla donde intercambiaron puntos de vista acerca de la concepción de ideas sobre diseños, texturas y demás cosas referentes a la industria de la moda acordaron que Ángeles trabajaría con ellas en un nuevo departamento del lugar que se dedicaría únicamente a crear diseños exclusivos de alta costura, que serían prendas únicas e irrepetibles de acuerdo a los pedidos de cada cliente.

-Entonces, niña. Ya eres parte de esta familia- le dijo Sofía una de las tías de Lucy.

-Muchas gracias, es un placer para mí- respondió Ángeles- Solo me gustaría pedirles de favor que me llamen Ángel, así es como me dicen mis conocidos más cercanos.

-Ok.- dijo Sara- Ángel será entonces...

Cerca del mediodía, luego de despedirse Ángeles se dirigió al área de recursos humanos a firmar su contrato de trabajo. Allí conoció a algunas personas las cuales la trataron con mucha cortesía haciéndola sentir muy cómoda.

La muchacha salió del lugar, había obtenido lo que fue a buscar y su alegría era inmensa. Lo primero que pensó hacer fue celebrar con sus hijas su nuevo empleo. Iba saliendo del edificio y sin darse cuenta chocó en la puerta con alguien haciendo que se le cayeran las carpetas y papeles que había llevado para su entrevista.

-Lo siento mucho- se disculpó ella mientras se agachaba para levantar las cosas del suelo.

-No hay ningún problema, preciosa. Cuando quieras - le dijo una voz, que sonaba gruesa y varonil.

A Ángeles le sonó conocida aquella voz, así como también la frase que salió de su boca, y al incorporarse luego de levantar los papeles sus ojos se encontraron con aquel joven de cabello castaño y ojos claros que había conocido en la fiesta de su amiga, el cual le sonreía de lado de manera presuntuosa y pícara. La mujer se paralizó al verlo y a pesar de que le estaba extendiendo los papeles y los había tomado, él no los soltaba. Ella ladeó la cabeza y recién ahí el joven se dio cuenta de lo que ocurría, así que con rapidez aflojó el agarre y ella volviéndose a disculpar se dio la vuelta marchándose avergonzada.

El joven se sonrió mientras la veía marcharse una vez más, huyendo.

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