CAPITULO 3. –

Lo consiguió, pudo morir.

Era una razón para estar lo bastante feliz que bailaría de la noche a la mañana.

Pero….

Nuevamente volvió a sentir la sensación de la primera vez.

Despertar de un golpe nuevamente, encontrarte en un lugar que era de mal agrado para ti, era miserable lo que estaba pasando.

- Es, es, estoy, estoy ¡Viva! – exclamó aturdida, sus manos tocaban sus mejillas tratando de querer despertar.

Sobrevivo de una altura tan alta, era imposible en el cuerpo de una niña; reviso cada parte de su cuerpo sin encontrarse con algún moretón o rasguño, solo los viejos, pero ninguno fresco.

- Es una locura, no es posible para un humano común. –

El espejo, la escultura, estaban como nuevas, es su mismo lugar como antes.

- Vamos imbécil, piensa con la mente fría…… - golpeó su rostro con fuerza, hasta que las mejillas se volvieron rojas. – Una caída de esa altura no te hubiera dejado un simple rasguño. –

Estaba tan desencajada, que sus ojos se les era difícil mantenerse despiertos, el sueño la estaba tomando.

Bajo el estrés de no poder entender los sucesos, su mente se rindió, se dejó caer inconsciente en la habitación, dejándose llevar por el sueño.

- “Espero que no vuelva a despertar, que horrible trama” –

Dejarse llevar por el sueño no fue la mejor idea.

La prisión de una mente, los recuerdos amargos de la historia.

La pesadilla que todo humano deseaba poder huir.

Parada en la nada, solo un pequeño lugar de oscuridad, observando difícilmente, las escenas que su mente podía recordar.

Hombres, hermanos, perros, las peores escorias del mundo.

- Pero no podía llamar hermanos a esos bastardos. –

Los hijos del Duque, ellos hicieron que una vida fuera molesta, la destruyeron hasta mas no poder.

Usándola para expulsar toda su ira.

**

- Hermanos, yo no hice nada, créanme. – la frágil voz denegaba su culpa.

“Hermanos”

¿Qué eres estúpida?, como merecían ser llamados hermanos, si jamás se comportaron como unos.

Tratando de seguirlos, querer encajar en ellos; correr para algún día estar a su lado.

Nisha, era la niña que nadie esperaba en su vida, pudieron retomar su vida con una perdida.

Cuál era la necesidad de tomar a una niña que se pareciera a Ayla, que ganaban con ello.

- “El Duque es un estúpido” –

Peor la paso la madre, que no quería a otra hija, solo deseaba a la que su vientre cargo por 9 meses.

- Madre, por favor le ruego……. Escúcheme. – moqueaba, tratando de seguir el paso a la mujer mayor.

- …….. –

La Duquesa se detuvo, haciendo que chocara con ella.

- Ma……. –

Sus palabras fueron interrumpidas por una bofetada que fue a parar a su regordeta mejilla.

- No vuelvas a decir madre, ¡Tú no eres mi pequeño conejo! – exclamó.

La colera en los ojos de la mujer, sus dientes que eran apretados como a sus puños, la loca mujer estaba punto de darle otro golpe.

- ¡Largo! –

Sus intenciones fueron detenidas por la servidumbre de la mansión, sujetaron con fuerza a la Duquesa, quien estaba frenética.

Con solo verla el miedo invadía cada rincón de su mente.

- Aquel ser que manipula la realidad, podría parar con estos recuerdos. –

“Petición negada”

Lo seguiría viendo, aunque no quisiera.

- Maldita sea la hora que llegue, deberías parar. -

Pequeña y débil, cabellera color negro; corría sin parar tratando de alcanzar algo o a alguien.

Esperando que el tiempo la aceptara, pero que maldito tiempo.

Solo fue capaz de quitarle.

El suspenso en sus ojos al mirar lo que pasaba, entonces la respuesta poco esperada llego frente a sus ojos, fue en ese momento que el mundo decidió acabar con ella.

- Ca, cambiaste……… - quedo en blanco por un momento. – Dejaste de verte igual a su deseo, o solo el de uno, el cambio que cabo tu propia miseria……. El peor desprecio después de llegar, fue aquel después de ver tu verdadero ser. –

Nisha quien fue solo tomada por ser tan bien parecida a la princesa Ayla, la única razón por la que le ofreció su mano, ahora entendía el por qué su destino fue tan cruel.

- Copia barata…. un insulto de tantos. –

Repitió el insulto que mayormente hacía eco en el lugar, los ruidos de todas las voces que la insultaron empezaron a llegar a sus oídos le dolía.

¡Copia barata!

¡Copia barata!

¡Copia barata!

¡Copia barata!

- ¡Paren! – dijo entre gritos, hasta que las voces pararon y dejaron de molestar.

Pudo volver a enfocarse en los vagos recuerdos.

Cabello castaño, ojos color miel un hombre sentado en un jardín lleno de rosas rojas, leía un libro cómodamente, que elegante porte tenia, era un sueño irreal, su corazón latía desenfrenado eran los sentimientos de Nisha los que actuaban en este momento.

El hombre era su primer amor, pero no correspondido.

Míralo desde atrás, jamás podría estar a su lado con orgullo, porque sabía que su presencia solo lo mancharía.

¿Quién podría ser tan digna para él?

Su compañera de vida, el amor de su vida, la luz en su oscuridad y la única mujer.

Esperaba ser ella, poder tomarlo con orgullo.

Volviendo a confiar en el tiempo, dejando a su suerte.

Para la edad de 18 años, Nisha la joven de la familia.

Celebraría el llegar tan lejos.

Elegantes atuendo, un eco de música y una sonrisa jamás vista, era su cumpleaños.

Parecía feliz, pero que la borro rápidamente, porque estaba tan sorprendida.

Los alrededores llenos de gente callaron, la sorpresa en sus ojos era indescriptible; miraban un solo lugar.

¿Quién ha robado el protagonismo de la historia?

Deambulando alrededor de la gente, estuvo al lado de la verdadera Nisha, al mirar donde todos enfocaban ella igual que todos quedo como muerto.

- Esa, es, esa chica. – titubeó.

Ante la sorpresa de todos, la verdadera hija del Duque entraba al lugar con tanta timidez, Nisha quien debía ser la más feliz, no paraba de temblar.

A lado de Ayla un hombre la llevaba de la mano.

¿Quién era ese hombre?

Estaba tan borroso, el rostro cuya presencia se sentía abrumadora y silenciosa.

Al acercarse para descubrir el rostro contario se volvía cada vez más lejano.

- Lo eh visto antes…… -

Caminar hasta el hombre, sus pasos fueron detenidos cuando el alzo su mirada.

- Ah, ¡Esos ojos! –

Su cuerpo quedo inmóvil al chocar su mirada, su cuerpo reacciono por sí solo y empezó alejarse de la silueta masculina.

¡Detente!

Paro repentinamente, algo le decía que lo mirara de nuevo.

- Vamos…… - mordía sus uñas nerviosamente, es como si el hombre le causara algo de colera.

Sus pasos siguieron, intento alcanzar su hombro.

- ¡Espera! –

Antes de que su mano tocara sus ropas, todo se tornó oscuro.

- Aguarda, necesito mirar……. Yo, yo debo verlo. –

¿Por qué?, ni siquiera ella lo sabía, solo lo hizo por intuición.

¡TOC! ¡TOC! ¡TOC!

El sonido desesperante llamando la puerta la hizo volver abrir los ojos; al poder acostumbrarse de nuevo y estar completamente en sus 5 sentidos, miro todo el lugar.

- Oh vaya……. Sigo aquí. –

¡TOC! ¡TOC!

¡TOC! ¡TOC!

¡TOC……!

¿Qué loco se atrevía a molestar?

Levantarse de la cama fue una tarea difícil, su cuerpo aun dolía por lo ocurrido, camino hasta la puerta para abrirla; cuando miro del otro lado, la persona había desaparecido.

- Qué demonios…. – susurro.

Lo único que encontró fue un plato que contenía algo liquido bastante sospechoso, lo tomo para acercarlo a su nariz, al tenerlo tan cerca el maloliente liquido provoco nauseas.

- ¿Qué es esta mierda? –

La sopa que tenia en manos, estaba completamente caducada; era un alimento que le estaban entregando para que fuera consumido.

- Por mas que la odien, que ser tan vil se atrevería a darle de comer esto a una pequeña niña…. Que seres tan repugnantes, se hacen llamar humanos, no lo creo. –

¿Cuánto tiempo llevaba comiendo de esta forma?, al menos se la podía comer.

- ¿Cómo puede alguien soportarlo? –

Dejo el plato en el piso; ver el gran pasillo la hizo salir corriendo en busca de un lugar.

“Escaleras”

Las personas que se atravesaban en su camino la miraban con bastante confusión.

¿Qué hacia afuera?

El Duque la había castigado, por orden no debía salir por nada del mundo.

De poca importancia le daba, no paro hasta que una mujer se interpuso en su camino.

Al mirar un poco más arriba, reconoció el rostro tenso, lo había visto en sus recuerdos, era la Duquesa.

“Belladona Marianne Ehann”.

Los espectadores observaban su encuentro, el odio en sus miradas la hacían pequeña; la Duquesa que aun miraba, contenía sus puños.

- No quiero vivir esto. –

Era buena su fortuna, detrás de la Duquesa las escaleras estaban, con una maniobra logro esquivar a la Duquesa, sus manos tomaron el barandal; las voces gritaban desde atrás.

¡PARA!

¡DETENTE!

¡NISHA!

¡NO LO HAGAS!

Dejo su cuerpo caer, los ultimo que logro a escuchar fueron los gritos de desesperación a su alrededor.

¡AYUDA!

¡MEDICO!

¡MEDICO!

¡……….!

Supo que todo había terminado cuando no logro percibir los gritos de nuevos; todo había terminado.

Esperaba que fuera cierto y no volver a poner un pie en ese infierno, pero era bastante bueno para ser real.

Nuevamente el dolor de la primera vez llego a ella y el lugar donde se había despertado, era el mismo.

- No, no, no ¡NOO! – sus cabellos fueron jaloneados con brusquedad. – No es posible. –

Con el transcurso de lo sucedido lo intenté otras 8 veces, pero no lograba conseguirlo, era bastante terca para querer rendirse; en la novena vez que regreso, toda esperanza de volver a su vida anterior se perdía y los intentos los había dejado.

- Se ha vuelto cansado, morir es una buena opción. –

Pero no estaba en las opciones.

- Parece un juego, pero donde está el botón para pulsar “Cancelar juego” –

Todos sus intentos fracasaron y las ideas se le estaban acabando.

- Es mejor esperar……. – suspiró. – Oh Dios, no soy tu creyente más devoto, para empezar ni siquiera soy un creyente tuyo……… Pero eres mi última opción en esta ocasión, no creo que te sientas mal, ya que muchos te consideran la última opción cuando el problema está muy jodido y se aferran a la fe. –

“Fe”

Algo que ella jamás tuvo, no creía necesitarla.

- No se en donde estoy varada, no conozco algo así…… Tal vez alguna vez llegue a leer algo de rencarnación como una simple distracción, pero vamos Dios, que necesidad tengo yo para empezar en un lugar nuevo. – rasco la nuca un poco ansiosa. - ¿Quién es Nisha? Y ¿Por qué estoy en su cuerpo?, no debería ser así. –

Podía escoger a alguien mas y llevarla de nuevo a su anterior vida.

Si necesitaba un sacrificio para cambiar el destino de Nisha, existían muchas personas que dejaría su mundo por la oportunidad de empezar en uno nuevo.

- Pero yo no, no lo necesito, lo eh dicho……. No soy tan miserable como para dejar todo atrás. –

Entonces solo quedaba pedir, pedir por salvación.

¿Como podía orar?

Hincarse y tener fe en su corazón, lo hacía en este momento recordando algo vago de este ritual.

- Sálvame, Dios te pido ayuda, podría ser libre. – miró arriba. – No tengo la culpa de la vida que vivió esta niña, ¿Por qué debería yo cambiarla? –

La noche se volvía cada vez más fría, volvió a la cama para poder entrar en calor con todas esa sabanas y cobijas.

- Solo tu y nada más tú, eres lo único al que puedo recurrir, necesito la respuesta para salir, salívame de una muerte como la que me espera en este cuerpo, podría saber ¿Cómo llegue aquí?, no quiero estar en este mundo. –

Las lágrimas salieron, la noche transcurrió y al final entre los llantos se quedo dormida, esperaba que el día de mañana le llegara una nueva idea.

No era una opción vivir como “Nisha Ehann”.

- Que peor situación, que rencarnar como una villana, solo morirás. –

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