CAPITULO 14. -

Nisha diviso dos siluetas que se aceraban a ella, al forzar su vista pudo notar los rostros de las personas que venían aproximándose.

- ¿Hermanos? – pregunto confundida.

Los gemelos tenían la agenda llena antes de tomar el carruaje que los llevaría a la Academia.

Tomaron asiento a su lado con una sonrisa que iluminaba su rostro, mantuvieron sus ojos en ella por aproximadamente cinco segundos y luego Archer dijo:

- Hemos pensado las cosas her…. – trago agriamente. – Nisha. –

- ….. –

- Somos consciente que el daño fue inmenso y no será sencillo reparar nuestros errores. –

Artem asintió.

- Nisha, se que no lo veras creíble, pero sin embargo nosotros queremos ser honesto contigo. –

Con un rostro sereno escucho con atención la voz de su hermano mayor, Archer inesperadamente la había tomo de las manos y dejo suaves caricias en ambas.

Fue reconfortante el calor de sus manos que sentía su rostro estallar de alegría.

- Por favor Nisha, puede perdonar a estos tontos hermanos. –

- …… -

- Deseamos cambiar para ti. –

- Lo pensare. –

Archer aplaudió ante su respuesta, junto con Artem se levantaron de la banca y se miraron cómplices.

- Bien, bien, ya que hemos conseguido la respuesta, te parece recibir nuestro regalo. –

- ¿Un regalo? –

- Es el comienzo de nuestra relación. –

- Ohw, ¿Dónde está? –

Miro las manos de los gemelos y no encontró nada.

- No seas apresurada. – removió su melena. – Te estaremos esperando esta noche. –

- …… -

- Ven al jardín, tu regalo es tan bello que la noche lo hará magníficamente único. –

- Bu, bueno. –

Los gemelos la dejaron nuevamente sola, esperando que todo ser abandonara el lugar comenzó a saltar de la felicidad.

Un chillido de alegría salió de ella que tuvo que cubrirse con las manos.

Era inevitable no sonreír por todo.

- “No puede ser” –

Tomo el libro que traía con ella y se fue directo a la habitación para poder expulsar el grito que traía.

- No puede ser, ¡No puede ser! –

Sus ojos se llenaron de un brillo inigualable, al mirarse al espejo la sonrisa seguía ahí, parecía una tonta, pero era lo de menos.

- Gracias dios. – alabo al cielo. – Tanto que lo pedí, muchas, muchas gracias. –

Salto a la cama aprisionando el peluche que tenía, los gritos fueron callados con el conejo que cubría su rostro ruborizado.

- “Puede que sea a poco, pero lo eh conseguido” –

Toco su pecho al sentir su corazón desacelerar.

Un cálido sentimiento se había apoderado de ella.

- Debería llevarles algo. – levanto su cuerpo para tomar asiento.

Se puso a pensar que podía regalarles, si ellos le iban a dar algo no era bueno también ella entregara un regalo como agradecimiento.

- Pero ¿Qué será bueno? –

Incrédula ante lo que realmente le esperaba, se mantuvo ocupada buscando algo que valiera la pena; al llegar la noche fue directamente al jardín donde la habían citado.

Al llegar al punto de encuentro se encontró con la sorpresa de que estaba desolado, no importo mucho, de seguro se les había hecho tarde y no tardarían en llegar.

- Esperare. –

Tomo asiento en una de las bancas mientras analizaba nuevamente su regalo que estaba decorado con un papel de color azul y un listón de color plateado.

Al cabo de unos minutos seguía sin haber rastro de los gemelos, el tiempo solo la hacia sentirse decepcionada; a punto de levantarse escucho unos ruidos cerca de ella.

¡….!

Antes de poder hacer alguna otra cosa fue tomada por unas grandes manos y cubierta con un saco de la cabeza.

Pataleaba para que fuese liberada, pero el cuerpo contrario era mucho más fuerte.

- “Ayuda” –

El saco comenzaba asfixiarla para buena suerte suya fue lanzada con brusquedad hacia el suelo, algunos raspones cubrieron todas sus rodillas, rápidamente se quito el saco y miro el lugar donde se encontraba.

- ¿Qué hago aquí? –

Unas cuantas risas burlonas hicieron eco, enfrente de ella donde estaba la entrada los gemelos y unos cuantos trabajadores la miraban con burla.

- Hermanos…. – murmuro.

- Que tonta ha sido, incluso ahora sigues creyendo que de verdad te amaremos…. –

Ante sus suplicas que fueron ignoradas por ellos, las criadas tomaron la puerta que fue cerrada.

Tratando de alcanzarlos fue cerrada directamente en el rostro, golpeteaba y jaloneaba la perilla que no se podía abrir desde adentro, sus gritos fueron tan fuertes que comenzaba arderle la garganta.

- ¡Por favor! ¡No me dejen! –

Era peor de lo que esperaba un chillido agudo la hizo sobresaltarse, temía girarse y encontrarse con lo que suponía provenía el chillido.

- Por, por favor…. –

Al darse la vuelta cientos de ojos la miraban, presa de su miedo los gritos asustaron a los murciélagos que comenzaron a volar a su alrededor, por mas que trataba de pedir ayuda nadie acudió.

Fue la noche más horrible que pudo haber vivido, grito hasta quedarse sin voz.

Solo fue hasta que uno de los granjeros entro y la vio tirada en el suelo con heridas por todo su cuerpo; lo peor de todo fue que ni siquiera los Duques la habían buscado y se fueron si importarles mucho donde estaba.

- Me han arruinado. –

Los quejidos de los niños que ahora mismo estaban tirados en el suelo.

Sus cuerpos empezaron a cambiar, el dolor de sus huesos siendo rotos uno por uno los hacia soltar gritos desesperantes.

Miraron a Nisha que se limito a mantener un rostro inexpresivo, los ojos que estaban apagados al igual que esas ojeras que poseía.

- Espero que jamás me olviden…. –

Cuando los gritos se dejaron de escuchar, las ropas de ambos estaban tirada, Nisha que asombrada al ver las apariencias de Archer y Artem.

- Eh……. Yo, ¿Cómo? –

Al estar en sus cuatro sentidos miro a los que se supone eran sus hermanos, pues no eran humanos los que estaban al frente de ella.

Dos bolas de pelo color negro temblaban en el piso.

- ¿Osos? –

El sonido de la puerta que había sido abierta mágicamente llamo la atención de los pequeños osos, sin pensarlo dos veces salieron en sus cuatro patas tambaleándose de un lado a otro.

Era nuevo para ellos que no pensaron en las consecuencias.

Una de las criadas que los vio soltó un grito que alerto a todos, Azael junto a sus caballeros llegaron en el momento indicado.

- ¡Un arco! –

Azael ordeno, uno de ellos corrió en busca de uno.

Archer y Artem desconcertados por todo lo que estaba sucediendo comenzaron a correr lejos de la servidumbre, evitando a los guardias que los perseguían con espadas.

- ¡Atrápenlos! –

No pararon de correr hasta que volvieron a chocar con Nisha, ella sin reacción alguno se paro interviniendo en su camino.

Artem que estaba mas cabreado se lanzo a ella mostrando las garras y colmillos.

¡Nisha!

La voz de su padre llamando a esa perra que tanto odiaba, fue lo ultimo que logro escuchar, de repente el dolor en su torso lo detuvo, algo lo había atravesado.

Una flecha que había sido lanzada a él, cayó al suelo casi moribundo, sus ojos conectaron con los de su gemelo que se había quedado petrificado, tanto que no se dio cuenta en el momento que un hombre le corto la cabeza.

Siendo Archer quien vio esa escena tan traumática.

- Espero que jamás lo olviden…. –

¡Volvamos!

El eco de la voz de Nisha invadía su mente, el chasquido de sus dedos fue tan fuerte que sintió su cuerpo temblar.

Una luz cegadora les hizo perder la vista y sin esperarlo el mismo dolor de sus huesos siendo triturados se volvió a sentir.

Al dejar de sentir el dolor sus respiraciones estaban tan alteradas que uno de ellos termino vomitando en la alfombra.

- Hugh…. ma, madre. –

Archer miro sus manos que eran humanas de nuevo, observo la habitación donde hace unos instantes estaban y estaba tal y como recordaba.

- Que, que ¿Qué paso? –

Hace unos momentos había sido convertido en un oso y su padre lo mato para proteger a Nisha.

¡Nisha!

Ella estaba con la mirada bien abierta, sus manos estaban temblando tanto que era notorio.

- ¿Como lo hiciste? –

Ella estaba igual que el, no comprendía como fue que la magia se apodero.

- Yo, yo…. no lo se. –

- ¡Maldita perra! –

Archer se lanzo hacia ella nuevamente, sin embargo, otra luz cegó su vista. De repente estaban en un nuevo lugar que reconoció al instante.

La habitación de su madre.

- Niños…. –

- Eh madre. –

Belladona los miraba confundida, no supo en qué momento habían entrado a la habitación, quedo mas preocupada cuando vio lo pálido que estaban.

- ¡Madre! –

Los gemelos se lanzaron lloriqueando a los brazos de Belladona que estaba desconcertada por su reacción.

- ¡Madre! Hick fue Nisha. –

- Nisha? –

- Si, ahí está. –

Archer señalo un punto fijo en la habitación dejando a Belladona mas preocupada de lo que ya estaba.

- Archer, cielo…… ahí no hay nadie. –

- …… -

Como era posible, si ambos la estaban viendo directamente, su madre al igual que las criadas no entendían que pasaba.

Tratando de explicarles, no lograban comprenderlos.

- Madre, Nisha tiene magia. –

- Hijo…… -

- Lo sé, lo se ella tiene magia. Volvió en el tiempo. –

¡Suficiente!

El chasquido fue escuchado de nuevo y la luz volvió a cegar su vista.

Otra vez en la misma habitación.

- No creerían sus palabras, lo saben…. –

- …. –

- Quieres saber por qué. –

Camino hasta Archer que estaba botado en el piso, acerco sus labios a su oído y susurro.

- Por que soy la maldita huérfana que no tiene nada de especial. –

Tenia razón, nadie les creería.

Por que no, siempre se salían con la suya, no podían terminar de esa manera.

- Si se les ocurre hablar. – tomo el mentón con fuerza de Archer. – La siguiente en ser asesinada por su padre será la Duquesa, la convertiré en un precioso espécimen de ave, tanto que el Duque no dudará en apuntar a ella. –

Incapaz de hablar, quedo inmóvil al sentir un liquido bajar por sus pantaloncillos, era una vergüenza por que ese liquido solo significaba una cosa.

- Sabes que a tu padre le fascinan las aves únicas y exóticas, sé que la Duquesa seria un precioso ser que resplandecería en la parde del Duque. –

- ….. –

- ¿Quieres verlo? –

Nisha volvió a tronar los dedos, mágicamente fueron enviados a la habitación de Belladona que se quedo sorprendida al ver a Nisha tomando con brusquedad a Archer.

- ¡Que sucede! –

Tomo de la mano a Nisha y lanzo lejos de su hijo, tomo el cuerpo de Archer y lo escondió detrás de ella.

Sin dejarla hablar, el grito de Belladona rompió sus tímpanos, la mujer que era su madre estaba siendo convertida en un precioso pavo real.

Los gemelos se quedaron estupefactos al ver la apariencia de su madre.

La sínica risa de Nisha hacia eco por toda la habitación.

- Ohw, vaya mirad a la gran Duquesa. –

Estaban tan sumergidos en lo que estaban viendo sus ojos, que no percibieron el momento en que la escena fue cambiada nuevamente.

Cerca de ellos estaba Azael con un arco apuntando a un pavo real que se parecía bastante a su madre.

¡No!

Con un grito desgarrador vieron como su padre daba en el blanco al pavo real.

- Mhm, creo que han aprendido su lección. –

Repitiendo lo mismo que las otras ocasiones, el tiempo fue regresado una vez más.

Los gemelos estaban tan pálidos como una pared, sus ojos bien abiertos.

- Solo se, que si vuelven a hacer alguna estupidez, lo hare nuevamente y esta ocasión…… no retrocederé el tiempo. –

la puerta habia quedado sin seguro, la primera en salir fue Nisha con pasos pequeños, antes de dejar por completo la habitación se giro de nuevo a ellos y dijo:

- Si dicen algo, esta ocasión morira su madre y ustedes serán testigos de tal crueldad. Por seguridad es mejor que mantengan la boca cerrada. –

Con una malévola sonrisa salió de la habitación dejandolos petrificados.

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