Maldición

Al día siguiente, Luka solicito una audiencia con el rey, donde manifestó que su hermano no tenía intenciones de casarse, pero que él estaría encantado de desposar a la princesa de rubios cabellos. El rey no dudo un poco en aceptar su propuesta, ya que su hijo estaría en ventaja ante su sobrina, mientras que Solvi sería ahora la futura reina de Aurenia. Una vez que el príncipe salió mando emitir un decreto rápidamente antes de que el príncipe se arrepintiera, puesto que esta era una oportunidad que no podía perder.

Mientras tanto, Luka fue a encontrarse con la princesa de ojos ceniza, quien al mirarlo se sorprendió un poco.

-- buenos días, príncipe Luka, ¿qué lo trae tan temprano a mis aposentos?- exclamo Solvi.

-- buenos días, hermosa princesa, he venido a anunciarte antes de que te enteres por alguien más, que ayer, he charlado con mi hermano y este me ha manifestado que no tiene deseos de comprometerse. Pues como lo has supuesto su corazón ya pertenece alguien más, por lo que me he tomado la libertad de tener una audiencia con el rey donde he pedido tu mano - exclamo Luka un poco nervioso.

-- ayer has estado conmigo, fue algo que pudiste consultar, ¿por qué no lo hiciste?

-- porque no conocía el sentir de Caleb, y no podía permitirme tomar una decisión ignorando sus sentimientos, pero dime querida princesa, ¿es que acaso no te ha alegrado la noticia?. Tal vez no sea tan apuesto como mi hermano, pero mi corazón no tiene dueña, no puedo prometerte que seré perfecto, porque no será así, tengo miles de defectos, pero te prometo que si aceptas ser mi esposa haré todo lo posible por volverte la mujer más plena, la más feliz - exclamo Luka ruborizado. Pues desde la noche que la había conocido en el balcón de su habitación se había enamorado de ella.

-- muchas gracias, acepto con alegría la dicha de ser tu esposa- exclamo Solvi conmovida mientras tomaba la mano de Luka.

Mientras tanto, Caleb se había dispuesto acompañar a Gina al cuartel, ya que ante el eminente peligro de guerra, el general Kilian había mandado reunir a todos los caballeros.

Al llegar, todos los caballeros se abrieron camino, pues Gina, sería quien los entrenaría, por el hecho de que hasta ahora era la única que se había enfrentado al enemigo en batalla y había logrado vencerlo.

-- a partir de ahora, no utilizarán espadas, solo arcos, dagas, y lanzas, todos aquellos que dominen a la perfección estos elementos, serán enviados en dos meses a la frontera de Aurenia para reforzar a los elementos que se encuentran ahí, mientras que, los que no lo logren se quedaran a cuidar de la población de Azula.

-- ¡dejar las espadas es absurdo, es que acaso la princesa escarlata se ha vuelto loca!- bufo un soldado perteneciente al segundo escuadrón.

--los oponentes a los que nos enfrentamos no son hombres normales, sino mutaciones, poseen la fuerza de 10 hombres, garras tan filosas cuchillas, colmillos pronunciados que les encanta desgarrar la carne y mutilar los cuerpos, con altura de 3 metros, su piel están resistente como un escudo, si se enfrentan con ellos en este estado morirán- grito Gina.

-- valla, valla, si no son capaces de hacer algo tan sencillo, tal vez no deberían ni siquiera intentarlo, solo deberían dejarse matar, ustedes simples hormigas no merecen ser entrenados por ella - exclamo Argon.

-- cierra la boca o la aras enojar - sugirió Saíd.

Tanto Said como Argon, fueron rescatados por Gina hace 3 años, pues ellos eran obligados a combatir como gladiadores para divertir a los nobles, ella les había devuelto su libertad, por lo que ellos a pesar de tener sangre esclava corriendo por sus venas, habían prometido seguirle y ella los había aceptado.

Los reclutas los miraron con desprecio, pues un grupo había entrado tras de ellos, eran unos niños como de 15 a los 19 años de edad, todos con ascendencia esclava.

-- ¿qué hacen ellos aquí?, ¡váyanse!, ¡no es su lugar!- rugían los caballeros de los recién llegados, escuadrones 2 y 3, pues para aspirar a ser guardia real debías tener sangre noble lo que causaba repudio a los que creían inferiores a ellos.

--me niego a ser su aprendiz, ¡esto es un insulto!, tan solo míralos, su ropa gastada, cabellos revueltos, ¡no puedo tocarlos!, no valla ser que al acercarme a ellos, me vayan a pegar alguna alimaña – decía un caballero, mientras los miraba con desprecio.

Los niños al sentirse humillados bajaron la cabeza, los ojos de los mayores estaban encendidos por la rabia, Gina lo miro con furia, mientras apretaba los puños, para luego decir fríamente, puesto que, ella era una princesa y como tal, no podía permitirse perder el control.

-- muy bien caballeros, si bien han aprendido de grandes generales y he de suponer que sus habilidades son meramente formidables, de no ser así, no estarían el día de hoy en esta reunión. Pero lo que deben comprender, es que, ¡el oponente no peleara con honor!, ¡ni con espadas!, ¡usara mazos con afiladas puntas de metal que con un impacto robara sus vidas!. No es lo mismo entrenar y ser bueno, a estar cara a cara en la sangrienta masacre de la guerra, ¡el adversario no mostrara piedad!, ¡sus espadas no les aran ningún daño!, así que si realmente desean vivir deberán a prender a pelear, no como ilustres caballeros, ¡si no como desalmados guerreros!, ¡estos niños que tanto desprecian, han sobrevivido a la crueldad de las calles, saben lo que es el hambre y la miseria, en lo tempestuoso de un bosque, han adquirido habilidades en combate que ustedes solo soñarían, despertado instintos que les permiten ser letales, he incluso ganar una batalla sin arma alguna, ya que ellos son las armas, así que, son libres de quedarse y vivir, o de marcharse e irse entregando a las garras de la muerte!.

Las palabras de Gina resonaron en todo el lugar, las voces altaneras de los caballeros antes llenos de soberbia, poco a poco se habían silenciado. Los pequeños niños caminaron con pasos certeros, levantando la mirada, pues bien como dijo Gina eran guerreros formidables, mientras se colocaban al lado de ella, y se presentaron como sus nuevos maestros. Gina pasó al frente y Argon y Said la seguían, pues planeaban recrear la lucha de los titanes, para así dar en el único punto débil que tenían, la garganta y la cabeza. Gina tenía un par de dagas, mientras que sus oponentes una lanza y unas cuchillas, el combate comenzó, todos los presentes se sorprendieron, pues se movían tan rápido que era complicado seguirles, sus golpes eran potentes, certeros, eran guerreros formidables y aun así, Gina logro desarmarlos ágilmente, algo digno de una asesina. Una vez que se quedaron sin armas esta tiro las dagas dando comienzo al combate cuerpo a cuerpo, Said en un descuido fue derribado con un puñetazo, mientras que Agon había sido lanzado con una certera patada, dejando victoriosa a la princesa de rojos cabellos. Caleb estaba sorprendido, sin duda Gina era realmente una oponente con habilidades extraordinarias.

Más pronto de lo que esperaban, los dos meses transcurrieron y los elementos más fuertes fueron seleccionados para ser mandados a la frontera, mientras que Gina y el general Kilian serían enviados para escoltar a la princesa Solvi y a los príncipes hasta el castillo de Aurenia, y una vez estando ahí, capacitar con el arte del combate a los soldados de este reino.

Unos días antes de su partida, Gina charlo un poco con Leiv, a quien consideraba como a un hermano, donde le entregaba un escrito donde está se retiraba de manera voluntaria para heredar el trono, dejándolo así como único heredero de la corona. Leiv al ver que se trataba de su renuncia, se quiso oponer, a lo que Gina le respondió.

- cuando eras pequeño te odiaba por arrogante, por la forma que presumías que serias rey, aun si no lo merecías, pero al pasar de los años he llegado a amarte y ahora te considero parte de mi familia. Te he observado de cercas, te has convertido en un líder fuerte, culto, al cual quiero seguir, además, no tengo intención de ser reina, ya tengo claro cuál es mi camino - le decía mientras le entregaba la espada real, de su difunto padre - sé qué serás un buen gobernante. Serás la espada y gobernaras con sabiduría y yo seré tu escudo, cuando sea general te protegeré y a este reino, así que hermanito cuida bien de todos mientras no estoy.

A la princesa Caliza, se le fue ordenado quedarse en el reino de Azula, pues su magia era de tipo barrera, por lo que protegería al reino, tras la ausencia de los generales. Caliza era la hermana pequeña de Caleb y Luka, famosa por su belleza y gran poder mágico, ya que ella poseía magia que se caracterizaba por crear poderosos campos de fuerza. Era una señorita de 17 años de edad, tenía ojos dorados y cabellera castaña, complexión delgada y encantadora sonrisa. Una vez que los preparativos estuvieron listos, las tropas se prepararon para partir. Gina por su parte hizo una maleta pequeña y monto su caballo, pues como aprendiz de general era miembro indispensable para el primer escuadrón.

Caleb, por su parte, se encontraba de espléndido humor, ya que la joven de rojos cabellos sería quien los escoltaría, hasta el castillo de Aurenia, sin perder oportunidad monto a caballo y se acercó a Gina.

- buenos días, princesa, luce radiante el día de hoy sonrió - Caleb mientras se acercaba.

- muchas gracias, creí que viajaría en carruaje - comento Gina.

- también lo creí, aunque la princesa Solvi y Luka parecían charlar de manera tan animada que no quise interferir.

Y así comenzaron su viaje, Caleb se percató que el primer escuadrón era algo peculiar, pues apesar de tener pocos hombres era uno de los más fuertes. Los soldados no parecían de sangre noble, ni con educación refinada, tenían lenguaje común y preferían las lanzas a las espadas.

- Gina dime, estos hombres como son reclutados - pregunto Caleb con curiosidad.

- Como sabrás, uno de los requisitos para ser caballero es tener sangre noble, más, sin embargo, esta regla no aplica para el general Kilian. Cada cierto tiempo, visita al orfanato dela capital, que está constituido por su gran mayoría de niños con ascendencia esclava y después de examinarlos, les da la oportunidad para aspirar como candidatos para caballeros y los toma bajo su cuidado. Así que gran parte de los hombres que vez en este escuadrón fueron reclutados del orfanato.

El camino siguió muy tranquilo, pronto atravesaron la frontera y se dirigían al primer asentamiento militar, para así pasar la noche, puesto que empezaba a oscurecer y tras los recientes ataques de las bestias titanes, no era seguro quedarse a campo abierto. Gina no podía evitar estar alerta, pues los recuerdos de su infancia la atormentaban todavía. Recordaba lo silencioso de la noche, la lanza en la rueda que les impidió moverse. Los gritos de su madre, a su padre envolviéndola en la manta, mientras la entregaba a uno de los caballeros, las risas de los asesinos, la pena en su corazón.

Al llegar Gina se sorprendió puesto a que era un campamento militar, solo se encontraban 15 hombres y la mayoría heridos, puesto que, todos los caballeros que eran mandados a resguardar a los pueblos, ninguno regresaba con vida. Originalmente eran 100 hombres, ya que habían dejado un número pequeño para combatir el crimen, puesto que por órdenes del rey, la mayoría de las tropas habían sido mandadas a la frontera de Cales. Muchos habían sido heridos de manera letal, dejándolos brutalmente mutilados en altercados anteriores, puesto que días atrás, se habían presentado varios atentados a los nobles, especialmente a sus hijos, en total había un total de 17 niños desaparecidos y todos tenían en común una habilidad mágica.

Pronto se instalaron, Solvi se sintió ansiosa, pues era la primera vez que estaba tan lejos de hogar. De repente los gritos inundaron el lugar y los soldados del cuartel comenzaron a correr, Gina tomo su espada y se adentró a la maleza para percatarse de un círculo de hombres que rodeaban a una extraña criatura. Sin duda se trataba de un joven de 19 años de edad, que bajo el cobijo de la noche había aprovechado para infiltrarse, pero había algo bextraño, su piel estaba en descomposición cómo si de un cadáver se tratara. Pronto los caballeros que acompañaban a Gina tomaron acción entrando en combate, le clavaron espadas, dagas y lanzas, pronto el cuerpo del joven estuvo atravesado con todo tipo de armas, pero este aún seguía en pie, una aura negra lo envolvía y con su mano ya sin carne, fracturada, tomo la espada y la saco de su cuerpo, las dagas de su cabeza, las lanzas de su pecho y siguió caminando, mientras la sangre negra corría por sus heridas, con sus ojos sumidos, vacíos, ya sin vida. Los soldados estaban petrificados, era la primera vez que veían tal maleficio y especialmente este llenaba de horror. Gina tomo su espada, si la criatura era incapaz de morir entonces incapacitaría para evitar que se moviera, en un movimiento certero le desprendió los brazos y mutilo las piernas y justo cuando estaba a punto de decapitarlo el joven se movió y sin darle tiempo a reaccionar le mordió la pierna. Gina al sentir la mordida, apretó los dientes para no gritar de dolor, de repente el joven cayó muerto, inerte, y en la pierna de Gina una runa maldita salió dibujada. Ante sus ojos apareció una niña con ojos violetas y cabello tan blanco como la seda, su piel tan pálida como un cadáver, ella la miró fijamente y el tiempo se detuvo, todo se envolvió en una densa niebla, y fue entonces que Gina se percató que ya no estaba en su mundo. Su alma había sido transportada a un plano astral, la niña de cabello de seda se acercó a ella lentamente, mientras le susurraba al oído, entre risas siniestras.

- Princesa escarlata al fin te encontré.

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