— Lo siento, lo siento mi culpa, continúen.
Se disculpa la mujer, luego miro a Cristina le había gustado está chica desde que la vio entrar.
Guillermo miro a Cristina.
— Estás demasiada apresurada para ser tía, después de todo te convertiste en la sra. Salva después de una noche, tal vez en un ataque de ira.
El golpe fue directo, los ojos de Cristina tuvieron pequeñas fluctuaciones.
“Este tipo, que tan ciega fui, no me cansaré de repetirme esto, me dejara de lección no juntarme con gente como está otra vez”
Ella quería responderle utilizando a Eduardo, ella lo miro pero el no le prestó atención y continuo hablando con su abuelo.
“ Rayos, no se puede contar con el”.
Ella no pensaba quedarse con eso y dijo.
— Lamento decepcionarte, pero de hecho lo hice con gusto, sin ira, no había nada por qué estar enojada, ya que no me enojo por desperdicios.
Ambos se miraron fijamente, las chispas saltaban entre ellos, si se pudieran matar a distancia con la mirada los dos ya hubieran muerto mil veces.
Lucero estaba muy ansiosa, tenía que Cristina volviera a quitarle a Guillermo.
— Así que ya se casaron usted y el sr, salva.
Cristina dejo de mirar a Guillermo, sus ojos observaron a Lucero que estaba recostada sobre Guillermo.
— Obtendremos el certificado pronto, por el momento el sr. Ortega debería de ocuparse bien dela familia Soriano, y también cuidar mucho del suegro de Eduardo.
El rostro de Guillermo estaba ceniciento, cómo se atrevía a decirle eso, además le pide que cuide de el que hace poco era a * su, suegro* pero ahora era el del enfermo.
Ella iba a girar hacia Guillermo para ver su rostro enojado, pero unos dedos largos y fríos tomaron su barbilla y la giraron.
El rostro de Eduardo estaba sin emoción, tomo una servilleta y seco la comisura de su labio, luego le quitó la copa.
— Sin tomar más
El rostro de Cristina estaba un poco rojo, no sabía que el vino se había regado.
Además haciendo está acción parecían que estaban muy unidos.
— Lo tengo, no tomare mas.
Eduardo Asintió y se giro hacia su abuelo.
Ella miro hacia el frente y los demás la estaban viendo.
De hecho estaban sorprendido, Eduardo era conocido por repeler a las mujeres, no le gustaba que lo tocaran, pero desde que llegó, simplemente la personalidad que había construido se derrumbó frente a esta mujer, lo más sorprendente es que era la mujer de su sobrino.
El rostro de Cristina no se podía poner más rojo.
— coff, coff, me cuida mucho.
Está acción fue un completo golpe para Guillermo, ver el cuidado de su tío en Cristina, que se suponía que era suya, lo cabreo demasiado.
Se levantó de golpe, el anciano salva, miro hacia el.
— Que sucede
— Lo siento, presidente, lucero se siente un poco mal, me la llevaré primero.
Lucero no quería irse, pero el ver el rostro oscuro de Guillermo se levantó y salió con el.
— ¿Cómo está ella con tu tío? es muy desvergonzada, antes era tu pareja pero rápidamente salto a una rama más alta.
Guillermo se detuvo, lucero casi chica contra la espalda de el,
Guillermo miro a la pequeña actriz, quería refutar, pero luego Asintió.
— Simplemente se está avergonzado ella misma.
Mientras salían, lucero miro su espalda podía sentir aún el mal humor de Guillermo, pero sentís que se estaba oerdien algo.
El banquete termino tranquilamente después de que Guillermo y lucero se fueron, ambos regresaron a la mansión.
— Quieres que te haga algo de comer
Pregunto mientras bajaban del auto, Eduardo Asintió, no había comido nada en esa cena, ya que todo sabía a plástico.
Mientras caminaban hacia la puerta, un hombre se acercó respetuosamente a Eduardo.
— Sr. Salva, todo está listo, solo los estamos esperando.
Cristina lo observo, preguntándole con sus ojos que significa todo el alboroto.
El no le respondió y entro en la casa, ella lo siguió, aparte del hombre de a fuera había tres más.
— Sr. Salva, dos son los testigos y el es el fotógrafo.
Eduardo Asintió, y le dijo a Cristina que se tomará las fotos.
De hecho había preparado todo para casarse rápidamente.
Ella se hizo las fotos estando aún aturdida.
— Solo tienen que firmar aquí, y estarán oficialmente casados.
Ella miro el papel por un momento, las cosas se dieron tan rápido, cuando esto se firme, no habrá vuelta atrás, adiós a su sueño de una hermosa boda.
Tomo la pluma y firmo, Eduardo Asintió hacia el abogado, el cual saco otro papel.
— Que es esto.
Pregunto ella sosteniendo el papel.
— ¿no me había pedido esto? Esto serán los vienes de mi hijo, también se anita que será el heredero de los salva al crecer, firma rápidamente.
Ella estaba más tranquila, su hijo tendría algo con que sobrevivir, aunque pasaría peligros, ella lo protegerá.
Después de leerlo lo firmo.
Eduardo se puso de pie y subió a su habitación.
— Gracias a todos por venir
agradeció ella ya que Eduardo no tenía la intención de hacerlo.
— No se preocupe señora salva, es nuestro trabajo.
Cristina Asintió.
— ¿se quedarán a comer?
Todos se negaron y se fueron rápidamente, ella miro el certificado en su mano, ahora su apellido no era Soriano, era salva.
— Cristina salva, que extraño se siente.
Sus manos temblaron un poco,
— Guillermo por los años en los que sufrí por ti, te quitaré todo y la empresa que tanto quieres conseguir.
Guardo el certificado y preparo una comida simple para Eduardo.
— Voy a entrar.
Aviso un poco antes de abrir la puerta, Eduardo estaba enterrado entre las sábanas, soportando el inmenso dolor en su cuerpo, el estaba cubierto de sudor.
Ella dejó la comida en la mesa de noche, y lo cubrió con más cobijas, tomo su pulso, este estaba muy descontrolado.
— esto no está bien, tienes medicina, llamaré al ama de llaves, antes de que saliera el tomo su mano.
Ella lo miro, el miro la comida, ella Asintió.
— abre la boca.
Ordenó, el frunció el ceño, nadie le había ordenado nunca, pero no sé atrevió a decir nada, temia que esta mujer se negara a alimentarlo.
La sopa bajo por su garganta, relajando sus músculos y recorriendo todo su pecho, soltó un suspiro de alivio.
— Traer más.
— ¿sabes que no soy tu sirvienta?
Sus ojos se encontraron, ella no esquivó, pero perdió el concurso de miradas.
— olvídalo, eres un paciente, lo haré por ti.
Salió con la bandeja, luego con la comida.
— descansa si necesitas algo, estaré cerca, me llamas.
El Asintió.
Ella regreso a su habitación al ver que estaba un poco mejor, talvez debería experimentar un poco más con comidas medicinales.
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Updated 138 Episodes
Comments
Andreamar
En tu cara jajajaja
2023-11-30
4
Lorena J
bienes😉
2023-11-10
0
Marlet Ramirez💕
Muy interesante /Sneer/
2023-11-10
0