Seré La Tía De Mi Ex
El resplandor del sol que poco a poco se ocultaba entro por la ventana, iluminado el rostro cansado de la mujer.
— duele, me duele la espalda, duele mucho
Se quejo mientras se recostaba en el escritorio, llevaba once horas trabajando.
— quiero renunciar
Su voz llevaba el cansancio del día, miro su rostro en el pequeño espejo de mesa y suspiro.
Era mujer de cabello negro largo y ojos cafés, cejas delineadas, nariz perfilada y labios pequeños y carnosos.
Lo malo eran los lugares negros debajo de sus ojos, que dañaban su hermosa y suave piel.
— si renuncias, muchas cosas se te vendrán en cima
La voz de su colega resonó en el lugar.
Cristina miro a Mateo y señaló fingiendo enojo.
— no me ayudas
Ambos se miraron un rato y Mateo se rió, ella organizo algunos papeles.
suele trabajar horas extras, ya que necesita el dinero, pero resulta realmente cansado.
Se puso de pie y dejo la bata quirúrgica en el perchero.
— otro día que terminó
Se estiro, Mateo también se puso de pie y organizo sus cosas, sus turnos habían terminado.
— como te va en casa.
Pregunto Teo mientras movía su maleta.
— todo está bien, no tienes por qué preocuparte Teo.
— está bien, por cierto ese prometido tuyo.
— uff no preguntes.
su rostro inexpresivo, solo tenía aún más cansancio después de hablar de su prometido.
Mientras ambos salían del consultorio, una mujer pelirroja de cabello corto hasta los hombros y ojos cafés, los interceptó.
Los dos se miraron.
*Que sucede ahora" ( Teo)
Ella levanto los hombros y negó.
* Por qué me preguntas a mi, yo no sé" ( Cristina)
La comunicación visual de ambos se cortó por la voz enojada de la mujer.
— estoy embarazada
Cristina Asintió
— felicidades señora, tiene una vida más, cuidala bien.
Dijo Cristina e intento pasar, solo quería llegar a casa y dormir.
la mujer detuvo a Cristina y la miró de arriba hacia abajo y le dió una sonrisa burlona.
“Se le zafo un tornillo”.
Pensó Teo al ver esto,
Cristina miro a Teo, era como si pudiera leer su mente.
La mujer volvió a hablar, al notar que no le prestaban atención.
— llevo dos meses de embarazo, es un niño sano, ya sabes lo he mantenido bien, pero...
Cristina frunció el ceño, sabía la palabra que seguía.
— ¿pero?
Dijo Teo tratando de saber que más quería decir la mujer.
— quiero abortarlo
Cristina suspiro, no sabía ya a cuántos bebés habían ayudado a abortar sus manos, eran una vida, siempre se sintió mal.
Ella respiro hondo y dijo.
— esa es una decisión que le pertenece, si me disculpas tengo que irme.
Cristina iba a irse, pero la mujer le negó la salida, lanzo su cabello hacia atrás y la miro de arriba hacia abajo.
Varios signos de interrogación aparecieron en la mente de Cristina.
No sabía que quería la mujer, ella estaba cansada y quería irse a casa, por qué le pasa esto.
— señorita podrías apartarte
Dijo lo más tranquilo posible, pero ella casi nunca sonreía lo que le hacía ver un poco fría y le ponía los pelos de punta a varias personas, la mujer no fue la excepción, pero venía hacer algo y lo lograría, se llenó de valor y hablo.
— por qué... quieres irte, necesito abortar
Cristina masajeo su entreceja.
— lo sé, pero ya terminé mi turno y quiero ir me a casa, la señora entiende y…
— necesito abortar
Dijo la mujer enojándose, Cristina miro a su alrededor, tenía que dejar descansar a los pacientes, si esta mujer continuaba el problema recaería en ella.
"No entiendo por qué está mujer es tan insistente”
Pensó y respondió.
— señorita como puede ver, en este momento estoy cerrando turno, no puedo hacer eso, puede venir mañana temprano con gusto la atenderemos.
— ¡¡No!! Que parte no entiendes, que falta de profesionalismo tiene este hospital.
grito la mujer, el ruido había llamado la atención de las personas.
Cristina la miro seriamente esto alteró más a la mujer.
— ¡¡acaso no ves que estoy embarazada!!
Cristina Sostuvo con fuerza el maletín en su mano.
— eso lo se y felicidades, que más quiere.
Su voz no era fuerte, pero llevaba un cierto tinte de orden.
La mujer mordió su labio, y señala a Cristina.
— no me importa tus felicitaciones, quiero abortar cuántas veces tengo que decirlo y quiero que lo hagas tú.
El rostro de la mujer estaba lleno de desdén, hacia Cristina.
— será mejor que la saquemos del lugar.
Le susurró Teo, ella negó, si sale una noticia de que sacaron a un paciente, tendrían aún más problemas.
— señorita para abortar necesita la firma del padre.
— ¿je, necesito su firma? Que pasa si el niño no tiene padre.
Cristina la miro
— según nuestra política usted puede firmar, pero necesitará también otra firma...
— no importan las firmas, solo yo firmaré.
Cristina suspiro y Asintió.
— entiendo, primero se le hará un chequeo, para ver si está en óptimas condiciones para poder abortar.
La mujer Asintió y puso su cabello rojo detrás de su oreja.
— andando.
Teo miro a Cristina con ojos acusatorios, ella hablo para calmarlo.
— tranquilo, te lo pagaré dándote un día libre.
Teo levanto dos dedos, ella abrió la boca.
— eres demasiado desvergonzado.
El sonríe, dos hoyuelos aparecieron en sus mejillas.
— se tienen que hacer tratos justos.
Cristina guío a la mujer hacia el quirófano.
—¡¡detente ahí!!
Una voz fuerte y fría sonó en el pasillo, todos miraron a la persona que entraba.
Era un hombre, de cabello rubio platino, de ojos cafés, su rostro estaba distorsionado al mil.
El hombre vestía un traje rojo, con corbata negra y zapatos negros.
Cristina reconoció su voz, pensó que el había venido a recogerla, pero ahora con esta chica que quiere abortar hoy no quería hacerlo esperar.
ella lo miro y dijo tranquilamente.
— Guillermo, Que haces aquí, en este momento no puedo atenderte así que puedes regresar primero.
Cristina tenía a la mujer del brazo, para apoyarla, la mirada de Guillermo estaba en las manos que se sostenían.
— ¡¡Amor!!
Gritó la mujer coquetamente y corrió a los brazos de Guillermo, el la abrazo y acarició su cabello tranquilizándola.
Tras está escena los ojos de Cristina continuaron sin cambio, pero sintió que se pecho se apretaba.
Pero aún así, pronto se calmó no sabía de que se sorprendía, cuántas veces ya había visto esta escena, antes su corazón dolía pero luego se volvió inmune, el dolor es por qué, enserio como podía hacerle esto, además la mujer estaba embarazada.
Estaba llena de ira, quería golpearlo.
— ¡¡Cristina me estás escuchando!!
Ella volvió en si tras el grito de Guillermo, que aún tenía a la mujer en sus manos.
— por qué me gritas no puedes hablar normalmente, ¿que sucede?
dijo con una mirada desinteresada, al ver esto el dudo en hablar, la mujer en sus brazos sostuvo su chaqueta y el volvió en si.
— ¡¡que pensabas hacer con mi hijo!!
La mente de Cristina recibió una descarga, ya sabía lo que el diría pero aún así, la lastimo.
Había estado comprometida con este hombre durante toda su adolescencia, y aunque al principio lo quiso, las constantes vistas con mujeres apagó todo, no lo había dejado por qué necesitaba su ayuda, pero ahora.
“Que se joda el maldito bastardo”
pensó ella, muchos decían que eran una pareja muy bien firmada.
" Si no lo hubiera visto con tantas, podía creerlo, y ahora le vino con este regalito"
Había soportado por qué no había llegado tan lejos como ahora, pero ya no podía más.
Su voz no tenía fluctuaciones cuando pregunto.
— ¿tu hijo?
— si
Respondió el con altivez
— Te das cuenta que soy tu prometida, ¿verdad?
— Lo sé
Ella Asintió
Y aunque no debería de importarle, después de todo esto era una gran humillación, la ira burbujeo en su interior, ahora entendía lo de una mujer herida, en estos momentos enserio quería golpearlo hasta dejarlo paralítico y cortar eso en su entrepierna.
Guillermo miro su reacción pero al no ver cambio en su rostro se relajo.
Ella siempre había Sido muy calmada, por eso era digna de ser su futura esposa, incluso en estás situaciones estaba muy tranquila.
El quería decirle que no se preocupe, pero Teo hablo primero.
— la señora vino a qué se le realizará un abortó, ¿lo que estábamos haciendo está mal?
Teo estaba muy enojado, quería salir y darle una golpiza al tipo, si no fuera por qué Cristina lo estaba deteniendo.
la mujer se apoyo en su pecho y dijo tímidamente, aunque su voz sonaba agraviada.
— amor yo solo vine para hacerme un chequeo, quien diría que tú prometida me obliga a perder el bebé.
Las lágrimas de la mujer tocaron el pecho de Guillermo, el la abrazo más fuerte y dijo cálidamente.
— lucero, cálmate estarás bien, nunca permitiré que esto suceda de nuevo.
El rostro de Guillermo se distorsionó y le gritó a Cristina.
— es esta tu forma de demostrar tu amor por mi.
Pensaba calmar a Cristina pero ahora no quería, de igual manera ella siempre estaría a su lado, no importaba si gritaba un poco más, para satisfacer a su amante.
El rostro de Cristina está sin emoción, pero dentro estaba maldiciendo a la escoria, está vez su voz estaba llena de sarcasmo.
— Veo que solo tienes esa cara, por qué el cerebro solo te sirve de adorno.
El rostro de Guillermo se puso rojo, Cristina camino hacia ambos y tomo la barbilla de la mujer.
— Cualquiera puede ver que esta mujer es una desconocida para mí, si tú no llegas no sabría que esa mujer era tu amante, solo piénsalo, tonto.
El rostro de lucero palidecio, no había pensado a fondo esto.
— Cristina cómo te atreves.
Guillermo dijo mientras contenía su ira.
— no te preocupes este niño no amenazara tu estatus, serás la señora Ortega, ese puesto siempre será tuyo, así que cálmate y no digas estupideces.
Ella lo miro con desdén.
— ese estatus basura no es digno de mi, además ¿pensabas tenerme junto a tu amante?
Ella era muy mala para expresar se, suele callar las cosas, pero cuando las personas enserio se pasan, nunca se quedará en silencio.
Su rostro frío, demostró algunos cambios, pero estos eran de ira.
Guillermo no esperaba que ella dijera tales palabras, el respiro hondo y dijo.
— arreglamos eso después, estás alterada te calmas, en casa hablaremos.
— no hay nada de que hablar entre tu y yo, cruzaste la línea está vez, ya no te necesito, estamos rompiendo ahora.
Guillermo miro a Cristina, sabía que eran una de sus rabietas, ella aún lo necesita, por lo que no cayó en su truco, pensó que ella no se atrevía a abandonarlo.
Cristina dio una sonrisa gélida, esto incluso sorprendió a Teo.
La mujer sonríe tras las palabras de Cristina, su objetivo se había logrado y el lugar de Sra. Ortega le pertenece.
Guillermo sin preocupaciones pregunto.
— estás segura de esto.
Ella Asintió, al hacer esto sentía que un peso caía de su pecho.
— lo estoy
Guillermo Asintió.
— que así sea.
El se giro y se iba alejando con la mujer.
— Un momento
El sonríe al escuchar su voz, por otro lado lucero maldijo dentro de si.
— Sabía que era una rabieta tonta, ven aquí Cristina...
Antes de terminar de hablar un puño se estrella contra su nariz, pronto salió sangre de su nariz
— ¡¡Cristina Soriano!! Te has vuelto loca.
— Debes de agradecer que solo te rompí la nariz.
las venas de su frente se hicieron visible, dejo a Lucero atrás y se fue.
— amorcito espérame.
corrió detrás de el lucero.
Teo aplaudió y dijo entre risas.
— yo golpeó más fuerte.
Cristina masajeo su mano, en realidad dolía mucho.
— por qué golpearías a la basura, además no me sentiría bien si no soy yo.
— Cristina tu... No puedo contigo, cómo estás.
— cómo se supone que este, te imaginas que ti novia llegué embarazada de otro.
— por qué me deseas tan mala suerte.
— solo es para.que veas como me siento.
Dijo mientras, se quitaba las gafas y mira hacia la salida.
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Updated 138 Episodes
Comments
Yolanda Beatriz Lagos Celarien
es un HDP
2024-06-28
0
Rubi Moran
el colmo del cinismo... tipejo descarado ... y todavía pretende que no le digan nada?! Ash...
2024-05-20
0
Marina Hinostroza
Vaya con el tipo, todo un descarado... que le vaya muy mal.
2024-04-17
0