Una pérdida.

Su nombre es Kamijo Erika, mi hermana, fue su amiga de la infancia prácticamente desde que ambos nacieron, Erika y yo somos mellizos, me sorprende que ella le gustara siendo que soy parecido a ella, pero ese no es el caso. Su punto siempre fue mi hermana, ella era la indicada para unir familias y mantener a su lado a la reina indicada.

—¿Pero que sucedió? ¿Por qué todo el mundo habla de que HanLin estaba destinada a ser la esposa de él?

—Mis padres no querían que su única hija se involucrara en la mafia, no querían que ella fuese la caja administradora de una mafia, así que le negaron el derecho a elegir y la mandaron a otro lugar, tiene años que no la veo, por cierto. Luego ambos se dieron cuenta de que había sido una mala idea e intentaron arreglarlo, pero Erika se había casado con un inglés y ya no podía hacer tratos de ese tipo.

—¿Se casó tan joven tu hermana?

—Sí, más que nada lo hizo para evitar que mis padres la manejaran al darse cuenta de que su idea fue absurda. Ambos trataron de arreglarlo y de ahí salió Kamijo Usagi, fue una hija concebida con el único propósito de que la familia Ishihara y Kamijo se unieran, pero no les salió, para ese entonces, cuando Usagi ya tenía la mayoría para casarse, Ishihara se había comprometido con HanLin. Mis padres se decepcionaron y dejaron a Usagi a su suerte... vive conmigo.

La historia parecía ser un cuento, un chiste, pero no, la seriedad con la que Kamijo relataba todo te dejaba en claro que no era un chiste.

—Espera... si Usagi-san vive contigo... ¿Dónde está?

—La mandé a Disneyland, tiene esbirros que la cuidan y se aloja en el mejor hotel.

—¿Tiene ocho años?

—No, pero ella no tuvo una niñez normal, mis padres querían que fuera una perfecta versión de Erika, así que entrenó todo lo que Erika para que a los dieciocho, fuera una mejor mujer que cualquiera, no es por presumir, pero si Usagi fuera la esposa de el idiota de Ishihara, pero que bueno que no es así, sería mucho mejor que HanLin y Erika juntas, Usagi está preparada para incluso tomar el puesto de Oyabun.

—Parece que estás muy orgulloso de ella.

—Lo estoy, ella podría tomar mi lugar sin ningún problema, pero por supuesto que no quiero eso, prefiero que a la edad que tiene ella viva su infancia y se comporte como una niña antes que casarse con un degenerado y hacerse cargo de tareas que la pueden matar.

—Eres un excelente hermano.

—Y soy excelente en otras cosas también, hermosa.

Se cargaba una sonrisa pícara y no dejaba de verme el escote.

—Y tú me prometiste algo por decirte lo de Erika.

—Si, bueno... ya es tarde y..."

—Vaya, entonces también resultaba que todas sus amantes no eran gran cosa para él.

—Así es, le importaba mucho HanLin, al igual que Usagi, ya que también era como su mejor amiga, pero estaba enamorado de Erika, ella era como todo lo que estaba bien en el mundo, todo lo que representaba perfección y pureza.

—Usted mencionó lo de los nombres clave ¿No es así? Me imagino que el suyo era el apodo por el que el señor Ishihara lo llamaba.

—No, ojalá fuera así.

—¿Cómo la llamaban a usted?

—Mandrágora.

—¿Cuál es esa planta?

—La mandrágora tiene forma de jengibre en la raíz, es como un bebé, las hojas son verdes y las flores lilas, no es una planta linda, es formidable, pero carece de belleza. La mandrágora sirve para curar, pero también para asesinar, son fuertes drogas, dependiendo de como las consumas... también se cree que ayudan en la fertilidad y a concebir más rápido.

—¿Por qué la llamaron así?

—Porque quedé embarazada y nunca supe de quien fue el hijo, si de Kamijo o de Ishihara.

Cada vez que hablaba de ese tema, se me hacía un nudo en la garganta y prefería ignorar el tema, no era una cosa de la que quisiera hablar y mucho menos decir para que un montón de niñitas lo leyeran.

—Se acabaron las preguntas, eso es todo.

—Una pregunta más, señora Worrell.

—Adelante.

—¿Usted lo amaba?

—Aún no lo sé, no estoy segura, pero... si me lo hubieras preguntado en ese momento yo hubiera dicho que... era el amor de mi vida.

—En ese momento ¿Hubiera hecho lo que la llevó a esto?

—No, jamás lo hubiera hecho.

La chica suspiró, hasta cierto punto satisfecha y hasta otro punto inconforme.

—¿Le molesta si regreso mañana?

—Si procuras no preguntar sobre lo del día de hoy.

—Hecho.

Sonreí, ella se levantó de su silla y fue acompañada por los guardias hasta la salida.

Yo hice lo mismo, era momento de regresar a mi celda y dormir para evitar recordar el trago amargo que me había provocado la entrevista de hoy.

Llegué a mi celda, donde Lucy se encontraba leyendo un libro sacado de la biblioteca, en la portada se podía leer el título "Romeo y Julieta"

—No sabía que te gustaban los libros románticos.

—No me gustan, pero siempre había escuchado hablar sobre la trágica historia de amor de Romeo y Julieta, entonces lo vi en la estantería y me lo traje.

—¿Y qué te parece?

—Que es una burla al llamado amor juvenil, ¿Ellos que iba a saber del amor si apenas tenían catorce años? No tiene sentido alguno.

—Sólo ignora ese tema y concéntrate en lo demás.

—No puedo, eso me distrae, sé que ambos mueren, pero me está aburriendo el libro.

—Sólo lee el último acto y ya, tienes el inicio, un poco del cuerpo y el final.

Ella asintió y adelantó las paginas del libro en sus manos, yo me recosté y tapé mis ojos con mi antebrazo en un intento por descansar y olvidarlo todo, pero sólo venía a mi mente la sangre en mis piernas el día en que aborté a mi hijo.

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