...DANTE:...
Sonreía mientras sus amigas babeaban por mí y me llenaban de preguntas, la única que me fulminaba con la mirada era Laura.
Nunca pensé que una mujer me mirase jamás con tanto instinto asesino.
Contuve la risa cuando recordé el plan que había ideado.
Si ella supiese…
Para mí también fue una sorpresa verla aquí, por qué cuando estuve seguro de que era ella, no pude evitar perder esta oportunidad que el destino me dio.
—hemos escuchado hablar tanto de ti, que ya pareces famoso—soltó la chica de cabello castaño y ojos negros, de nombre Beatriz.
—¿Es así? Espero que sean cosas buenas—dije con otra sonrisa mirando a Laura, que ahora fulminaba con la mirada a su amiga.
—claro que si, nuestra Laura es un Angelito, jamás hablaría mal de nadie—dijo la rubia, ojos marrón claro, de hombre Anna.
¿Un Angelito? ¿Qué angelito le chupa la polla a un imbécil en un club?
Solo recordarlo hacía que me hirviera la sangre, para controlar mi creciente mal humor, di un trago a mi martini.
—por cierto, gracias por las copas—dijo Anna.
—no es problema, podéis beber cuanto queráis, soy el dueño de este lugar—dije como quien no quiere la cosa y sus caras palidecieron, logrando el efecto que buscaba.
Sí, soy consciente de las travesuras de vuestra amiga en mi club.
Sus amigas se miraron entre sí y luego a Laura que se había atragantado con su bebida y estaba tosiendo sin parar. Por sus expresiones y actitudes, parece que ya estaban al tanto de lo que su “angelical” amiga había hecho aquí.
—¿Oye, estás bien?—pregunté con fingida inocencia.
Me acerqué a ella y pasé mi mano por su espalda, ella se estremeció y se puso rígida por mi toque, pero no aparté mi mano y le di varios golpecitos en la espalda.
Ella asintió frenéticamente, sacudiéndose de mí, para que la dejara, aunque todavía seguía tosiendo.
¿Tanto le molesta mi toque?
—¿¡De verdad eres el dueño?!—preguntó con sorpresa Marián.
Era la única, además de Laura, que me miraba como si me quisiera reprochar algo.
—¿por qué mentiría con algo así? Pero he venido de incógnito, así que espero que lo mantengan en secreto—dije con voz amable y seductora.
—somos muy buenas guardando secretos—soltó Beatriz y todas se echaron a reír, excepto Laura, que se levantó abruptamente.
—enseguida vuelvo, voy al baño—anunció sin girar a vernos y se alejó a toda prisa.
Sí que tenía ganas de alejarse de mí, pero por desgracia para ella, eso no iba a pasar, no a partir de ahora.
—parece que a vuestra amiga no la caigo muy bien—dije con un suspiro, fingiendo mal estar.
—Suele pasar cuando se acosa alguien—dijo abruptamente Marian fulminándome con la mirada.
Así que también sabían eso, ¿Qué tanto las habrá contado?
Vi como Anna, la daba un codazo disimuladamente, pero ella ni se inmutó.
¿Qué tiene esta chica conmigo?
—eso fue un malentendido, por eso quería pedirla perdón, fue una suerte encontrarla aquí—miré a aquella chica fijamente, advirtiéndola con la mirada.
Se sobresaltó ligeramente y desvió la mirada.
Espero que ahora se meta es sus malditos asuntos.
Me levanté, antes que mi boca dijera algo que luego me metiese otra vez en problemas.
—tengo que marcharme, espero que sigáis disfrutando de la noche, todo corre a mi cargo esta noche, oh y por favor decirle a Laura lo mucho que siento lo de aquella noche.
—no te preocupes, lo haremos—dijo Caeli con una sonrisa.
Yo asentí y me marché, directo, a buscarla. No tuve reparos en entrar al baño de chicas, algunas se quedaron con la boca abierta y otras me miraban con mala cara. Las sonreí y guiñé el ojo, lo que las descolocó haciendo que se sonrojaran.
Demasiado fácil.
Hice un recorrido por el baño, pero no había rastro de ella.
¿Dónde demonios se metió? Menos mal que soy precavido.
Salí del baño y saqué el móvil del bolsillo, marqué el número de Ángelo, que respondió al momento.
—si jefe.
—¿Dónde está ella?
—¿Quién?—preguntó al otro lado de la línea.
—la chica que te pedí que vigilaras, ¿A dónde se fue?—solté intentando no perder la paciencia.
—estuvo en el baño y de allí salió a la parte trasera del club, sigue allí—informó y le colgué después de haber obtenido lo que quería.
Caminé a la parte de atrás del club, donde normalmente iban los fumadores. Era un espacio abierto que seguía formando parte del recinto. Hice una vista panorámica en su busca, di con ella en menos de cinco minutos, estaba apartada en una esquina, apoyada en la pared con los ojos cerrados.
Antes de acercarme a ella la observé detenidamente, su cabello estaba un poco revuelto, esta vez llevaba un vestido de color rojo, que la quedaba demasiado bien.
—¿Estás bien?—pregunté acercándome al fin.
Ella abrió los ojos de golpe y me miró como si hubiera visto un fantasma.
—perfectamente—dijo con brusquedad.
—¿En serio? Porque no lo parece.
—¿y a ti que te importa si estoy bien o no?
—como ya dije, este es mi local, no quiero tener problemas si algo te pasa, además tus amigas me matarían si algo te pasara.
—gracias por tu preocupación, pero estoy bien, ya puedes irte—volvió a hablar de malas maneras.
Tengo que hacer algo que con ese mal carácter, pero lo primero es lo primero.
—también quería pedirte perdón.
Mi respuesta debió pillarla por sorpresa, por qué me miró de manera extraña, como si le costara creer que yo hubiera soltado esas palabras.
—no soy tan capullo como supones, Luka me contó, no pensé que te habías hecho daño cuando te empujé, fue un gran error.
—sí, fue un gran error intentar besarme.
Me reí entre dientes por sus palabras y ella frunció el ceño.
—no te equivoques, siento haberte empujado así y provocar que te hicieras daño, pero…—me acerqué más, ella intentó retroceder, pero solo se encontró con un muro y yo sonreí.
—no fue un error querer besarme, incluso quiero hacerlo ahora mismo.—confesé acariciando su mejilla y mirando sus labios carnosos.
—y yo ya te dije que no puedes besarme.
—¿Quién me lo impide?
—¡tengo novio!—me gritó, apartado mi mano de su cara de un manotazo.
¡¿Otra vez ese maldito novio?! ¿Acaso lo hace para fastidiarme?
—¿¡Crees que me importa?!—grité apretando los dientes y mirándola furioso.
Perdiendo la poca paciencia que tenía, me abalancé sobre ella, besado sus labios con fuerza.
En el momento en que nuestros labios se tocan, siento que pierdo, la razón y toda la tensión acumulada, el deseo que tanto reprimí por su culpa, los deje salir en este beso.
Ella forcejeaba intentando alejarme y evitar que la besara más profundo, molesto por este echó tiré de su labio inferior, presionado un poco, lo que hizo que entreabriera la boca momentáneamente.
Sonreí para mí, e introduje mi lengua al fin en su boca, explorándola con mi lengua toda su caliente y exquisita boca.
¿Solo la estaba besando y ya me estoy poniendo duro?
¿Será por qué no la había tenido que mi cuerpo reacciona así? O será su constante indiferencia hacia mí lo que me excitaba tanto.
Me separé, para tomar aire y ella me miraba como si pudiera pulverizarme en cualquier momento.
Sus labios estaban hinchados y rojos, pasé mi dedo por ellos y ella se sacudió nuevamente, eso me molestó, no me gusta que me rechacé.
—¡no me toques!
—¿Me dejarás hacerte mía?—solté con voz ronca.
—¡claro que no maldito, enfermo!—gritó, apartándome de un empujón y saliendo a toda prisa.
No la seguí y solo me reí entre dientes, relamí mis labios, que sabían un poco a metal, por la sangre.
¿En qué momento me mordió?
—nos vemos el lunes querida alumna.
No importa, incluso si no quiere será mía.
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Updated 80 Episodes
Comments
Cristina Mallofre
Autora como que es acoso???!!!!
2024-03-22
0
Adry Cuéllar
Ooo
2024-02-09
0
Mar
más capítulos porfa 🙏
2022-11-08
1