No saldré vivo de esta.

...DANTE:...

Estuve el resto de la noche con un humor de perros, sin mencionar que me costó dormir por culpa de eso y desperté con la erección más grande de toda mi vida.

No me deja en paz ni en mis sueños.

Y lo que más me sacaba de quicio, es que no entendía por qué de mi mal estar.

¿Qué me importa que te tenga novio?

Aunque tampoco entiendo, como es que, una chica que se la pasa restregándose y siendo la protagonista de las perversiones de muchos hombres, tenga novio.

Como sea, no es asunto mío, no es como si me gustará o algo por el estilo.

Bueno, quizás me atraiga un poquito.

Solo quería saber si ella tenía relación, con Diana, ya que tenían un cierto parecido, por qué si era así, me iba a cabrear mucho.

Pero en vez de intentar saber sobre eso, acabé descubriendo algo mucho más desagradable.

Suspiré, cerrando los ojos, echando la cabeza hacia atrás y reclinándome en la silla de mi escritorio y despacho.

Lo único que sabía de ella, además que tiene pareja, es el nombre de Gisela, pero no creo que ese sea su nombre real.

Ya que una de las reglas, de este tipo de negocios, es adjuntarte otro nombre, para separar tu vida privada del trabajo.

Supongo que tendré que hacerlo a las malas.

Tomé mi móvil y lo abrí, busqué un nombre, iba a darle a llamar, cuando un Luka, furioso, entró como un perro rabioso a mi oficina y caminó en dirección a mí.

—¿¡Qué demonios le hiciste a Laura?!—me gritó, agarrándome de las solapas del cuello de mi camisa.

¿A quién?

—no sé qué demonios hablas—le respondí con tranquilidad.

—¡Te advertí! ¡Te dije que no hicieras nada!

Se me hacía muy extraño a la par que sorprendente, verle tan enfadado, algo que no sucedía muy a menudo.

—para empezar suéltame—le exigí, apartando a duras penas sus manos de mi ropa.

—me dijiste que no harías nada…

—¡es que no hice nada!—le interrumpí empezando a molestarme.

Luka se rio nerviosamente, para poner su cara seria de nuevo.

—¿¡Crees que te creeré?!

—¡Me importa una mierda si lo haces o no!

Ya me estaba cansado, que siguiera acusándome de cosas que no hice.

—Entonces, si según tú no hiciste nada, ¿¡por qué Laura estaba llorando y tenía heridas en su cuerpo?!

¿¡Qué?!

—¡No sé dé qué cojones estás hablando! ¿Y quién demonios es Laura?

—la chica que te bailó anoche.

—¿Gisela?—pregunté confuso.

—sí, ella—dijo él intentando controlar su ira.

Así que su nombre real es, Laura.

Pero dejando eso a un lado, me estaba acusando de algo que no hice. Además de intentar besarla, no la lastimé de ninguna manera.

—sé que soy un cabrón, lo admito, pero incluso así tengo mis propios límites, nunca le he puesto la mano encima a una chica—le expliqué.

—entonces, ¿Cómo lo explicas? Estaba llorando y tenía las rodillas ensangrentadas.

¿Estaba llorando?

Sé que estaba furiosa, por qué me pasé un poco con ella, pero no la vi derramar ni una lágrima

¿Y qué es eso de las rodillas?

Abrí mucho los ojos, al caer en cuenta de lo que pasó después.

¿Será cuando me la quité de encima?

—eso fue un accidente—dije al fin.

Mi amigo, ahora, me miraba con incredulidad y recelo, así que le dije una verdad a medias.

—bueno, yo, intenté… Besarla, ella se apartó y se cayó al suelo.

La cara de Luka, pasó de la incredulidad al enfado, en cuestión de segundos y por un segundo, pensé que vendría a golpearme.

Creo que no saldré vivo de esta.

—¡Ella no es una de tus malditas chicas!—dijo furioso.

¿En qué momento dije que lo era?

—¡quiero que la pidas perdón y luego no quiero que te vuelvas a acercar a ella o la próxima vez no seré tan benevolente!—me amenazó.

¿Según él, ahora está siendo benévolo?

Al terminar de escupir todo eso, abrió la puerta y se marchó cerrando con un fuerte portazo.

Solté un gran suspiro y me recliné una vez más en mi asiento.

¿Qué con esa mierda de actitud? ¿Y todo por una simple chica?

No era la primera vez que intentaba algo con alguna de sus empleadas, no solo yo, sino todos nosotros y nunca se había puesto así.

¿No me digas que está enamorado de ella? Pero eso debía ser poco probable, ya que él tenía novia¿No?

¿A cuántos hombres tiene esta chica a sus pies?

Se me escapó una sonrisa. Cuanto más sé dé ella, más curiosidad me da.

Supongo que ahora sí, debo hacer esa llamada.

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