La señora Amelia sentía que perdía poder sobre el muchacho y eso junto a que su marido ni siquiera la miraba la hacía enfrurecer y andar de mal genio todo el día, creando más hastío en Charles que cada vez se sentía más atraído hacía Estela.
Estela era una mujer tranquila y sin altibajos emocionales, lo conocía bien y le daba su espacio. Para Charles estar con la señora se había vuelto una parte más de su trabajo y estar con Estela un disfrute completo, el amor que un día creyó tener por la señora se disipaba cada vez más en su mente y en su corazón.
Una noche después de una cena en el castillo junto a los primos de Amelia los de la casa de Bristol, Amelia envío por Charles estaba muy bebida y deseaba amor desenfrenado. Charles hizo todo lo que la señora le pidió quedando exhausto y sin pretenderlo se quedó dormido en la habitación con la señora.
Francis dormía plácidamente con su mujer que ya estaba de seis meses del nuevo embarazo. Sus pequeños de quince meses dormían en otra habitación en compañía de una cuidadora de total confianza del Marqués.
La noche lluviosa trajo un visitante inesperado a eso de las dos de la madrugada quién tocando la puerta alertó a todos en el castillo. Al verlo el mayordomo por poco y cae de espaldas.
-- Preparenme una habitación, ¡estoy muerto del cansancio! Y para mañana quiero un matutino desayuno junto a mi sobrina y su esposo -- Dijo sin más, subiendo escaleras arriba cómo si la casa fuera suya. El mayordomo no sabía que hacer después de prepararle todo a su Alteza el Rey -- Si despertaba al Marqués podría enojarlo y si despertaba a la señora podría hacer un escándalo porque había bebido mucho y estaba muy "contenta" mientras Charles la llevaba a su habitación.
Sudaba frío y sus nervios estaban por colapsar cuando le sugirió su esposa: ¡Querido ve por el Marqués! él sabrá que hacer, ¡no temas! ¡Esto es una emergencia! -- El mayordomo la miro agradeciendo su apoyo besó sus manos y se marchó a la habitación que el Marqués compartía con Diana. Tocó la puerta y sorprendido el Marqués salió a abrir -- ¡Perdón su excelencia ¡pero el Rey está aqui! -- Le dijo muy preocupado el mayordomo-- Llegó hace media hora, él fue llevado a las habitaciones del norte del castillo, para evitar que viera a la señora o salir a Charles y gracias al cielo sus habitaciones están lejos de él su excelencia, pero quiere desayunar con usted y la señora Amelia y ver al pequeño August-- Usted sabe mi señor que el rey suele levantarse muy temprano así que tienen poco tiempo para que no los descubra -- Las palabras de su mayordomo pusieron muy tenso al Marqués, debía mover todas las piezas para que su supuesto matrimonio feliz saliera de la misma habitación y su hijo también.
Lo primero que hizo fue ir a la habitación de Amelia, su mayordomo usando la llave maestra abrió. Francis despertó al muchacho que asustado y avergonzado no sabía que hacer -- ¡Vístete Charles! Y sal rápido ¡y muy silencioso! ¡El Rey está aquí! -- Al oírlo Charles sintió un escalofrío recorrerle su espalda, se vistió tan aprisa como pudo y salió de puntillas.
August fue traído por la cuidadora y puesto en la habitación de al lado junto a ella, todo fue preparado como si todo siempre hubiera estado allí. De sus hermanos se ocuparía la otra chica que ayudaba a la señora que estaba a cargo de sus hijos.
Sólo quedaba un detalle, mirando lo dormida y ebria que estaba Amelia y conociendo al Rey, no había más remedio.
Todos se fueron a sus habitaciones callados y tratando de hacer el menor ruido. Una hora después el horno de la cocina preparaba pan fresco para su majestad y se preparaban platillos suculentos para el desayuno del Rey. El mayordomo y su esposa se hallaban tranquilos, todo estaba dispuesto y tal como lo imaginó Francis, el Rey entró a la habitación de Amelia encontrando a su sobrina semidesnuda y a su esposo de la misma forma.
Francis levantó su cabeza y fingiendo asombro dijo: ¡Su Alteza! ¿Cuando llegó? -- Disculpe nosotros -- Oh no, no te disculpes querido Francis, ¡Soy yo el inoportuno! -- Dijo en voz baja y con una gran sonrisa -- ¡Te espero afuera! -- Le dijo a Francis y salió de la habitación de puntillas.
-- Francis salió de la habitación de Amelia y nuevamente se disculpó con el Rey: ¡Disculpame majestad mi esposa y yo tuvimos una cena muy agradable con los de la casa de Bristol y bebimos de más y pues -- ¡No tienes que explicarme! -- Lo interrumpió el Rey! -- Pude ver en la piel de mi sobrina algunas marcas que dicen ¡Lo bien que la pasaron! -- Bien, ¡quiero ver a August! -- Pidió el Rey -- ¡Claro! Por aquí su Alteza -- Abriendo la habitación halló a la cuidadora sentada bordando a los pies de la cama del pequeño que dormía plácidamente. Al verlo se levantó e hizo una reverencia, sin decir una palabra.
-- ¡Cada día es más parecido a Amelia! -- Dijo el Rey -- Algo que no era verdad, pero para fortuna del Marqués, August era como una gota de agua en semejanza a él.
El Rey satisfecho besó la frente de August quién arrugo su nariz al sentir el bigote de su majestad haciéndolo reír. Saliendo de la habitación del pequeño Francis bajo en compañía del Rey para acompañarlo a desayunar.
Media hora después un satisfecho Rey se marchaba del castillo con los soldados que lo acompañaban. La lluvia se había ido y el sol brillaba en el horizonte.
-- Querido Marqués, saludame a mi querida sobrina, ¡Una mujer afortunada de tener un amante esposo como tú! -- Sólo te aconsejo mi querido, ¡que la próxima vez la trates con más ternura! ¡aún que te pida más! -- Dijo y soltó una carcajada. El Rey solía ser muy serio pero le había divertido desmentir el rumor de que el Marqués no tocaba a su mujer. Su sobrina Amelia tenía marcas en su espalda que dejaban ver una noche de salvaje pasión.
Francis subió a la habitación de Amelia por su ropa que había dejado en el piso con firme intención de que se figurara prisa por desnudarse y cuando recogía su pantalón Amelia se despertó y extrañada le preguntó: ¿Que haces aquí? -- Y como no recordaba muy bien que había pasado le preguntó: ¿Dormimos juntos? -- Por una hora compartí tu cama -- Le dijo Francis y continuo: Porque el Rey estuvo aquí y sabía que vendría a averiguar si dormimos juntos, así que aproveche tu embriaguez y lo sucedido con Charles para hacerle creer a su Alteza que lo hiciste conmigo -- Se fue hace unos minutos, después de ver a August, que todavía duerme en la habitación de al lado. Por fortuna para ti , todo salió bien -- El Rey nunca te habría perdonado que lo engañaras ¡Me debes otro favor! -- Buscate Amelia a otro amante y deja a Charles tranquilo -- ¡Esa es mi paga! -- Tú dormías y yo te salve de la guillotina, ¡el Rey odia que lo engañen! y fuiste ¡tú! quién le mintió sobre tu embarazo y quién le mintió sobre August --¿Sabes que dijo que se parece a ti? -- Esta tan ciego que no ve que se parece a mí, pero tiene el color del cabello de su madre.
-- Ya no quiero que molestes a Charles, ¡deja al chico tranquilo! y para ayudarte a tomar la decisión, ¡él y su novia! Se irán de este palacio ¡a dónde yo los envié! -- Saliendo de la habitación de Amelia Francis se fue a la cocina y dio un par de órdenes que fueron bien recibidas por la madre del muchacho y por Charles y Estela.
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Comments
Lesly Argumelo
Francis es demasiado bueno otro dejara que la descubrieran
2023-03-02
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