Primera visita

Para el padre de William hallar a su hijo tan contento en brazos de su prometida fue un alivio, ya que William sí estaba enamorado de Elizabeth, aunque no estaban muy de acuerdo en que le llamara Lizza como le llamaba su padre por cariño, preferían el nombre de la reina, Elizabeth.

Pero sin importar la opinión de sus padres William le llamaba Lizza, aunque por petición de su prometida le llamaría Elizabeth en presencia de su mamá Amelia.

La relación de William con Elizabeth se volvió muy cercana después de aquella tarde  causándole un poco de incomodidad a Amelia que los veía pasear en sus caballos por las tierras de su esposo.

-- Francis, ¿no te parece extraño el repentino cambio de Elizabeth? -- Le preguntó Amelia  -- ¡No! Creo que por fin entendió que no tenía oportunidad con el príncipe y se evocó en fortalecer su relación con el prometido que ¡tú le conseguiste! 

-- ¡Fue el Rey y no yo quién la comprometió con William! Pero a mi me gusta más el príncipe Felipe para Elizabeth y creo que su majestad piensa lo mismo -- Aseguraba Amelia

-- Pues, no sé como harás ahora para que a mi hija le guste el príncipe, porque William parece haberle cautivado el corazón -- Dijo Francis --¡Es muy fácil! -- Elizabeth hará lo que yo le diga, ¡Te lo demostrare! -- Dijo Amelia convencida de salirle con la suya.

Para cuando el paseo de Elizabeth con William terminó, Amelia esperaba a los muchachos en la terraza -- ¡Que dicha que estas aquí Elizabeth!  quería decirte que iremos a visitar a August y al príncipe este fin de semana y -- ¡Lo siento mamá, pero no podré acompañarte -- La interrumpió Elizabeth y continuó: Acepté la invitación de los padres de William que me invitaron a pasar el fin de semana en su castillo porque su abuela vendrá y desea hablar conmigo y yo también mamá deseo escuchar sus ideas para mi boda con William y papá me permitió ir, creí que tú estarías de acuerdo -- Las palabras de Elizabeth acorralaban a Amelia en una sola dirección, la mirada de William y de Francis le indicaban una sola respuesta: ¡Por supuesto que estoy de acuerdo! Su relación debe fortalecerse cada vez más ahora que se acerca su boda -- Fingiendo agrado Amelia aprobaba el viaje de Elizabeth con William y al mirar lo feliz que se encontraba se dio cuenta que se había quedado sin  aliada en su plan de conquistar al príncipe.

-- De paso Amelia, ya que Lizza estará fuera por el fin de semana te informo que yo también saldré de viaje y me llevaré a Diana y a sus hijos -- Dejando a Amelia sin opciones ni respuesta para oponerse, sólo asintió ante Francis como si estuviera enterada del motivo de su viaje.

William estaba tan contento con el cambio de Elizabeth, que su amada Lizza ya tenía en su casa una habitación a la que él podria

acceder por su balcón. Se imaginaba estar con ella en el momento en que saliera el sol o en una velada romántica sólo para dos.

Nada de lo que pasaba en el castillo le parecía importante, lo único que le interesaba a William era que por fin se sentía el novio de Elizabeth a la cual podía abrazar y besar mientras estuvieran sólos y a la que llamaba mi bella Lizza cuando estaban solos. Estaba muy contento y lo que pasara entre los padres de Elizabeth no le interesaba.

El fin de semana Wiiliam llegó por su prometida y en su mano traía un bello regalo que le entrego a Lizza quién al verlo le agradeció con un beso, a su padre no le pareció bien lo que hizo la prometida de su hijo, pero a William le aceleraba el corazón y lo ponía muy feliz cada vez que Lizza lo besaba. Algo que hacía reír a Francis mientras que a Amelia la ponía incómoda aunque lo disimulada muy bien.

Después de marcharse su hija Lizza con su prometido y su padre, Francis se marchó con Diana y sus hijos. Amelia no sabía a dónde irían, porque Francis no le dijo nada. Lo único que ella  sabía era que se quedaría sola en el castillo.

Al llegar a la mansión que estaba cerca del Palacio con su familia Francis pensó que era hora de hacer una visita sorpresa. Al llegar al Palacio el Rey y su hijo recibían a gente importante del reino y aprovechando eso Francis se presentó ante el Rey con su protegida.

-- Bienvenido Marqués -- Le saludó el Rey -- Y esta bella joven que lo acompaña ¿Quién es? -- El Rey había notado que su hijo al verla entrar del brazo del Marqués no le quitó los ojos de encima y parecía muy emocionado con la joven, aunque los otros muchachos que estaban en el salón también parecían devorar a la chica, que se hallaba serena y tranquila del brazo del Marqués.

-- Su Alteza permítame presentarle a mi protegida ¡Isabel! -- Ella es hija de un gran amigo que ya no se encuentra con nosotros -- ¡Oh que pena! -- Dijo el Rey -- Siéntase bienvenida entre nosotros señorita, espero que disfrute de este día en el Palacio -- El Rey notaba a su hijo muy emocionado con la muchacha, más ella sostenía su semblante sereno y dulce, agradandole eso al Rey.

-- ¡Supongo que vienes a ver a tu hijo! -- Le dijo el Rey --  August está en este momento estudiando con sus tutores -- Ven conmigo y se testigo de lo bien que avanza -- El Rey se levantó de su trono y caminó hasta Francis e Isabel y mirando luego a su hijo le dijo: Acompaña a la señorita Felipe y muestrale el Palacio, hay lugares muy bellos que de seguro le gustarán.

Felipe extendió su brazo e Isabel puso su mano en su brazo y se dejó guiar por él sin mostrar otro interés. Los demás muchachos los miraban caminar hasta la puerta mientras el Rey sonreía al ver en sus caras la envidia.

Una vez Felipe halló un lugar privado se volteó hacía Isabel y tomando su rostro en sus manos la besó -- ¡No sabes cuán feliz me hace verte! --¡Te extrañe! -- Te extraño cada día, ¡Te amo Isabel! -- Sin perder un instante derramo sus ganas de abrazarla y de besarla en ese rincón, no tenían mucho tiempo porque el cambio de guardia se daría y pasarían por ese pasillo en unos minutos.

Mientras su padre acompañaba al Marqués hasta donde se encontraba August, Felipe sostenía en sus brazos a Isabel y le hablaba de amor sin contener la dicha que sentía al verla de nuevo.

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