El amor de un inocente

Ser despreciada por su esposo fue humillante para Amelia y en su corazón juró vengarse de él. Era un pacto entre ella y su orgullo. Salió de la cama y se acostó en la suya con ganas de sentirse mujer, no podía dormir y cada vez que miraba a Francis su indignación subía. Levantándose salió de la habitación sin mirar atrás y se fue a la cocina, talves allí encontraría algo que la hiciera dormir.

Al llegar la luz estaba encendida y un joven de unos dieciocho años limpiaba el horno por órdenes de su madre la cocinera del castillo, al verlo Amelia tan joven y tan inocente y guapo se le ocurrió la mejor forma de calmar su enojo.

Se le acerco y sin que el muchacho lo esperara lo tomó de su camisa y empezó a besarlo, el pobre muchacho no sabía que hacer, la señora de la casa lo tenía acorralado entre el horno y su cuerpo. No se podía negar que la señora del Marqués era muy bella pero que él se propasara con ella podía significar su ejecución y eso lo aterraba. Se quedó quieto mientras Amelia lo besaba y movía su cuerpo junto al suyo tratando de provocarle ganas y como el muchacho no era de piedra estaba apunto de reventar cuando ella se ofreció a ayudarlo si él la ayudaba.

Lo tomo de la mano y lo llevo al cuarto donde se guardaban los granos y las verduras y allí el muchacho sucumbió a los deseos de la esposa del Marqués. Saciada Amelia le agradeció a muchacho y le dijo: ¡Gracias guapo! Cuando tenga ganas te lo haré saber-- ¡Me gustó! Y yo se pagar bien estos favores -- Tocandolo descarada salió del cuarto con el muchacho que aún incrédulo de lo que había pasado se encontraba sin camisa.

Amelia entró silenciosa a la habitación para meterse en la cama cuando escuchó a Francis decir: ¡Pobre del idiota que usaste para saciar tus ganas! ¡Lo compadezco! -- Diciendo eso se acurruco después de mirar a su hijo a quién acababa de alimentar.

Amelia se quedó fría al oírlo y no podía negárselo por que sabía que él la conocía muy bien.

August se quedaría con Amelia cada vez que su amiga a quién ella trajo para obligar a Francis a fingir junto a ella como una pareja feliz que acababa de ser padres, o ha hacerlo si alguna visita lo obligaba a estar con ella, pero apenas le era posible él se llevaba a su hijo al lado de Diana su madre.

Todos los días era igual la rutina hasta que la amiga de Amelia se fue, y August volvió con Diana. Amelia no tocaria a su hijo a menos que fuera necesario. Así pasaban los días en el castillo y durante las noches Francis ya no las pasaría en la habitación de Amelia para cuidar a August ni en la suya tampoco. El Marqués pasaria las noches con Diana ya que habían pasado ocho semanas del nacimiento de los pequeños hijos del Marqués y podía tomar a Diana por mujer de nuevo.

Esa noche Amelia sabía que Diana le tendría una noche de amor y pasión a su marido y eso la enfurecia. Ella sabía lo que pasaría en esa habitación y que Francis no saldría de las sábanas de Diana ¡en su vida!

Enojada y dando vueltas como leona en celo envío por el muchacho, nadie en la casa sabía de lo que había pasado con la señora y sólo imaginaron que ella le ordenaria un par de cosas y lo enviaría de vuelta. Pero al llegar a la habitación de la esposa del Marqués ella le dijo: ¡Quiero todo ésta noche! De pies cabeza, un trabajo completo -- Amelia ponía a temblar al jovencito al ofrecerle placer sin reglas y sin límites. Era mucha tentación para un joven inexperto.

Amelia lo sabía y disfrutaba llevarlo al límite y tal como lo esperó el jovencito sucumbió ante su petición y metiéndose en la cama de Amelia hizo todo lo que ella le pidió. Después de besar hasta la planta de los pies de Amelia le dio sumo placer como no lo hizo la primera vez --¿Estuviste practicando o soñaste conmigo? -- Le preguntaba Amelia -- Soñé y soñé hasta sentir que me volvía loco de las ganas -- Le respondió el muchacho.

-- Pues realizarse un buen trabajo, ya no sueñes más, cuando tengas ganas -- ¡Sólo házmelo saber! -- Serán todos los días mi señora -- Le respondió el muchacho -- Porque usted me despierta cada noche enfermo y ando todo el día con ganas de usted-- Eso tiene solución -- Lo interrumpió Amelia -- Ahora mismo le pondremos remedio a tu insomnio -- Amelia estaba dispuesta a volver a ese muchachito en un sirviente de placer, dispuesto a venir a su cama con tan sólo chistar sus dedos.

Mientras ella usaba al pobre chico para sus fines egoístas en la habitación de Diana un hombre feliz acariciaba suavemente la piel de su mujer-- ¡Te amo Diana! y soy tan feliz de volver a entrar en ti y disfrutar del baño de tu amor en mi centro, siento que la vida se derrama a mares cuando te amo y que vivo cuando tú me besas, ¡Soy tu siervo mi amor y tu esclavo por siempre! -- Los labios de Francis celebraban los besos de Diana y le pedían más cada vez que entraba en ella. Diana suspiraba entre su aliento entrecortado y los suaves gemidos que salían de su garganta, mientras el Marqués se volvía loco entre las piernas de Diana y su amor crecía como un gigante.

La noche pasaba entre besos,. caricias y lluvia de amor entre las sábanas de Diana donde sobraba el calor y la ternura, la intensidad, el placer y el amor que se profesaban los llevaba a unirse en tal profundidad que Francis no deseaba que el momento terminara.

Mientras un jovencito que disfrutaba entre las piernas de la señora se volvía adicto a un amor que no le correspondía, enamorandose de una mujer que nunca sería suya.

Más populares

Comments

Lorena Larios

Lorena Larios

pobre chico

2023-06-27

1

Lesly Argumelo

Lesly Argumelo

esa Amelia es una tipa decuidado

2023-03-02

2

Total

descargar

¿Te gustó esta historia? Descarga la APP para mantener tu historial de lectura
descargar

Beneficios

Nuevos usuarios que descargaron la APP, pueden leer hasta 10 capítulos gratis

Recibir
NovelToon
Step Into A Different WORLD!
Download MangaToon APP on App Store and Google Play