Capítulo 14

—Jackson, ¿Qué hiciste?

—Tranquila, cariño. Solo quiero que las cosas vuelvan a la normalidad— Me sentía cada vez más débil entre los brazos de Jackson, tratando de concentrar toda mi energía en no dejar caer mi teléfono.

—¿Crees que drogándome vas a conseguir lo que quieres?

—Solo quiero que seamos felices cariño, que tengamos una familia.

—Lo que quieres no sucederá. Ya te dije que sigo usando los anticonceptivos— Quiero que creer que no es tan idiota como parece.

—¿Eso es lo que crees?— La sangre se me vino al piso al escuchar lo que decía.

Llegamos a la habitación y me dejó sobre la cama.

Con un último esfuerzo logré marcar el número de Steven antes de que mi celular se escapara de entre mis dedos.

—No creo que la inyección que te ha puesto la doctora sea específicamente anticonceptiva— ¿Qué estaba diciendo? ¿Cómo que no lo era?

—¿Qué hiciste?

—No me fue difícil sobornar a tu doctora, de hecho lo difícil fue lograr traerte a la cama— Maldita sea, Jackson. Vas a pagar por esto.

—Si te atreves a tocarme, juro que me divorciaré de ti.

—¿Crees que eso me importa? Después de lo de esta noche, solo me importará lo que lleves en el vientre.

—¿Y si no funciona, qué? ¿Te crees tan afortunado como para lograr embarazarme en una noche?— De verdad que es muy tonto. —No tendrás otra oportunidad y lo sabes.

—No te preocupes cariño, si es necesario te ataré a esta cama— Debí haberme quedado en casa de Steven, no debí haber regresado hoy.

Sus manos se deslizaron por mi vestido, quitando el cinturón, obligándome a quedar prácticamente desnuda frente a él, ya que mis bragas quedaron en casa de Steven.

—¿Desde cuándo eres tan atrevida como para salir sin ropa interior?— Si tan solo supieras de lo que soy capaz de hacer.

Escuché el cierre de su pantalón abrirse y mis nervios aumentaron.

—Jackson, por favor, no. No lo hagas— Siento como si toda la habitación se moviera impidiendo concentrarme. —¡AYUDA!— Ya no se me ocurría nada más. Quizás algún vecino podría escucharme.

—Tranquila, mi amor. No pasará nada que no haya pasado antes.

¿Por qué? No creo haber hecho algo tan malo como para tener que estar viviendo este tormento. ¿En qué momento me convertí en la mujer que es engañada y abusada por su esposo?

Aprieta mis glúteos mientras se acomoda en mi entrada y sin dudarlo, embiste en mi canal dejándome escapar un grito por la sorpresa.

—Jackson, déjame por favor— Mis puños dejaban golpes en su cuerpo, pero estoy segura de que no tenían ni una pizca de fuerza.

Las lágrimas comenzaban a resbalar por mi rostro con cada movimiento de Jackson. Lo odio, lo odio con todas mis fuerzas y si antes tan solo planeaba divorciarme de él, ahora quiero destruirlo y verlo sufrir de la peor manera posible.

Arremete nuevamente estrellándose contra mí, posó mis manos en su pecho empujándolo de mí, pero él lanza todo su peso aplastándome.

Ya sé que es inútil luchar contra él, de todos modos ya logró lo que quería, pero no quiero darme por vencida, no quiero darle esa satisfacción.

—Por poco olvido lo bien que se sentía estar dentro de ti— Pude sentir como me llenaba por completo, me sentía completamente asqueada, tanto que quedé completamente inmóvil cuando él salió de mí y se recostó a mi lado.

—Eres un asco. Me arrepiento tanto haberme casado contigo— Necesitaba salir de aquí a como de lugar.

Conseguí fuerzas para incorporarme, pero en cuanto lo hice, mi cabeza comenzó a dar vueltas.

—¿A dónde crees que vas?— Jackson se puso de pie tomándome de la muñeca.

—Ya hiciste lo que querías, al menos déjame ir.

—Y arriesgarme a que tomes algún método anticonceptivo. Nunca— Demonios, si tan solo tuviera un poco más de fuerza para al menos intentar correr. —Además, ya te dije que no pienso dejarte salir de esta habitación, hasta que esté seguro de que estás embarazada.

—¿Crees que puedes mantenerme aquí encerrada y nadie hará preguntas?

—No te preocupes, llamaré a tu trabajo para pedirte unos días de descanso. No te extrañarán.

Entonces si lo planeó todo.

—Jackson, ya basta con esto. ¡Suéltame!

—No quiero hacerlo.

—¡Que la sueltes te dijo!— Solté un grito ante la inesperada figura que se abalanzó sobre Jackson. Fue tan repentino que debido al agarre que este tenía en mi muñeca yo también caí al piso.

Steven se posó sobre Jackson y encajó varios puñetazos en su rostro.

Ambos estaban enfrascados en una lucha de puños, que Steven parecía estar ganando.

—Steven— Su rostro estaba completamente rojo y se negaba a escuchar. —Steven, déjalo.

—No, no lo haré. Este infeliz no se merece piedad.

Me arrastré por el piso como pude hasta acercarme a él y sostener su mano.

—Por favor, detente— No podía permitir que cometiera alguna locura.

—Vaya, el perro abandonado regreso para hacerse el héroe— Sé perfectamente que las intenciones de Jackson son seguir provocándolo.

—No lo escuches, solo sácame de aquí, por favor.

—Tienes suerte— Dijo alejándose de Jackson, acercándose a mi y cargándome entre sus brazos. —Pero esto no se va a quedar así.

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