Capítulo 18

Tan pronto tuve los papeles del divorcio en mis manos me apresuré para encontrarme con Jackson y hacerlo firmar. No le dije nada a mis padres y mucho menos a Steven, porque sé que luego no podría detenerlos de insistirme en acompañarme, pero esto es algo que quiero hacer sola.

—Si que hacen una pareja perfecta— Dije al ingresar a su oficina y ver a la muy diligente de su secretaria sobre sus piernas. —¿Será que podemos hablar en privado?

—Lo siento,  Amelia. Pero no creo que Jackson quiera hablar contigo— Me contestó sin ninguna vergüenza pasando su mano por el cuello de mi ex esposo.

—Leila déjanos solos, por favor.

—¿Pero por qué? Ella es la que no debería estar aquí.

—Emilia sigue siendo mi esposa. No te sobrepases— A regañadientes se puso de pie y salió de la oficina rechinando sus tacones con fuerza por el lugar.

—¿Estás aquí para arreglar las cosas y volver a nuestra casa, mi amor?

—Estoy aquí para que firmes los papeles de nuestro divorcio— Dije arrojando el sobre con los papeles en su escritorio.

—¿De verdad crees que voy a firmar eso?

—Seguir alargando esto es una pelea sin sentido, Jackson.

—No lo haré— Dijo ignorando el sobre por completo.

—¿Y por qué no? ¿Qué sentido tiene seguir negándote?

—Dime, Emilia. ¿Ya te hiciste una prueba de embarazo?— Entonces aún sigue con esa idea del bebé.

—Si, ya lo hice— Le mentí. —Y para tu mala suerte, pero fortuna para mí, no lo estoy.

—Ser mentirosa nunca ha sido tu fuerte, mi amor.

—Tienes razón. Siempre ha sido el tuyo— Le dije acercándome un poco más a su escritorio. —Y aunque estuviera embarazada, ¿Qué te asegura que sea tuyo? Después de todo, no eres el único con el que me he acostado.

Al parecer logré tocar su fibra sensible, porque le dio un puñetazo en la mesa y se levantó con fuerza de su silla dejándonos separados tan solo por el escritorio.

—No quieras pasarte de la raya, Emilia. Sé que esto de tu jueguito con el estúpido ese es solo porque sigues enojada.

—¿Crees que Steven es la clase de hombre que se conforma con ser un juguete? Él si es un hombre de verdad, no como...— Estiró su brazo y me tomó del cabello.

—¡Emilia!  No me hagas...

—¿Qué? Adelante, pégame. Vamos atrévete, lo único que harás es facilitarme el divorcio.

Parece que mis palabras lo hicieron recobrar la compostura. Me soltó y terminó por arreglar su traje y volver a tomar asiento.

—No voy a darte el divorcio, Emilia. No ha menos que cumplas con mis demandas y esas son darme un hijo.

—Si no quieres el divorcio por las buenas, entonces será en un juzgado por las malas, Jackson. Y créeme que estaré muy feliz de presentarle todas las pruebas de tu vida extra marital al juez— Su repentino nerviosismo me dejo claro que había entendido lo que esto podría implicarle a su imagen pública.

—Está bien— Tomó los papeles y los firmó uno por uno. —Pero ten en cuenta que firmar un papel no cambia nada. Tu siempre vas a ser mi esposa.

Tan pronto tuve los papeles en mis manos salí de su oficina. Quería entregárselos a mi abogada para que los hiciera oficial cuanto antes.

Pov Jackson

Maldita sea, Emilia. Ni creas que te dejaré arruinar mis planes.

Tomé mi teléfono y busque el número de alguien que estaba seguro podría ayudarme.

—Señor Jackson, creí que ya se había olvidado de sus amigos.

—Necesito que me hagas un trabajo.

—Lo que usted diga, señor. Claro, siempre y cuando siga siendo tan generoso como antes.

—Por supuesto, tendrás lo que digas en cuanto el trabajo esté hecho.

—Dígame, ¿Cuál es el trabajo?

—Necesito que asaltes a alguien y me traigas unos documentos.

Necesito cobrar algo de tiempo. No puedo dejar que la estúpida de Emilia entregue esos documentos.

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