Ya que es fin de semana decidí tomarme el día para visitar a mis padres. hace mucho tiempo que no los visito, para ser exactos, desde que hui de casa para casarme con Jackson. Y ya sea que quieran recibirme o no, necesito hablar con ellos y disculparme. No espero que me perdonen, pero al menos, me gustaría que sepan que su hija por fin ha abierto los ojos y se ha dado cuenta del error que cometió por no querer escucharlos.
Me siento nerviosa mientras mi auto se acerca más y más a la residencia de mis padres. Cinco años, cinco largos años fue lo que me tomó regresar con ellos. Si tan solo les hubiese hecho caso, me hubiese ahorrado el mayor de los disgustos.
Flashback
—Mamá, papá— Dije entrelazando mis manos junto a las de mi novio. —Jackson y yo queremos que sean los primeros en enterarse.
—¿Enterarnos? ¿De qué?— Dijo mi madre levantando una de sus cejas.
—Nosotros vamos a casarnos— Dije soltando todo tan rápido por miedo a que el valor abandonara mi cuerpo.
—¿Qué dices?— Mis padres se levantaron del sofá al mismo tiempo. Sabía que no lo tomarían bien, pero no creí que vería tal furia en sus ojos.
—No vas a casarte con este...este bueno para nada— Dijo al fin mi madre.
—Mamá, ya he tomado mi decisión. Amo a Jackson y no pienso casarme con nadie más que no sea él.
—Emilia, razona— Se me acercó mi padre. —En nuestra familia, el matrimonio no es algo que se pueda tomar a la ligera. Mucho menos, cuando tu eres nuestra única heredera.
—¿Ah, no? Entonces, ¿qué? Debería esperar a que ustedes sean los que elijan con quien debo casarme.
—No me refiero a eso, hija. Solo queremos que seas feliz y si es alguien con tu mismo estatus, pues mejor. Al menos estaríamos tranquilos de que ningún caza fortuna está cerca de ti— Mi padre intentó acercarse pero retrocedí aún sosteniendo la mano de Jackson. —Tienes 19 años, hija. Aún hay muchas cosas que debes experimentar, ¿por qué la prisa?
—Con todo respeto, señor Bernard— Habló Jackson por primera vez en toda la noche. —Yo amo a su hija, sin importar si tiene dinero o no. Estoy con ella porque quiero formar una familia a su lado. Esa es la única razón.
—Esto no es algo que te concierne, es un asunto familiar. Deberías marcharte muchacho— Mamá le dirigió la palabra a Jackson sin tan siquiera molestarse en mirarlo.
—Él será mi esposo y les guste o no, también será un miembro de esta familia.
—Si no piensas cambiar de opinión, entonces olvídate de que perteneces a esta familia— Sentí que el mundo se me venía encima mientras los escuchaba, pero no podía darme el lujo de flaquear, no si quería que respetaran a Jackson.
—¿Van a darme la espalda?
—No nos estás dejando opción, hija. Ya veremos cuanto le durará el amor a este jovencito ahora que ya no obtendrás ni un centavo de nosotros.
Fin del Flashback
Bajé de mi coche y me acerqué a la entrada observando las llaves en mi mano. Funcionarían aún o después de tanto tiempo decidieron cambiar las cerraduras para evitar que su hija malagradecida intentara volver.
Llegué a la puerta y me alivió ver que la puerta se abrió al contacto con la llave.
Al entrar a la casa y ver lo mucho que había cambiado, y no solo me refiero a el color de las paredes o la organización de los sofás. Me refiero a todo el ambiente, ya no se sentía como la cálida y ruidosa casa en la que alguna vez crecí.
—¡Emilia!— Mis ojos se encontraron la figura de mi madre a pocos pasos de mi. A sus pies se encontraba una maceta con algo de tierra, la cual había dejado caer en cuanto me vio. —¿De verdad eres tu?
—Si, mamá. Soy yo, tu hija— Quería correr y lanzarme a sus brazos, pero la incertidumbre de ser posiblemente rechazada me detenía.
—Estás muy hermosa— Dijo dibujando una sonrisa en su rostro acompañada de unos ojos llorosos.
—Tu igual, mamá. No has cambiado nada— A pasos cortos, se empezó a cercar a mi y continúe la acción. —Me gustaría tanto abrazarte— Dije cuando estábamos a poco centímetros una de la otra.
—Nada te lo impide, cariño— Extendió sus brazos hacia mi y sin dudarlo correspondí a su abrazo sumergiendo mi cara en su frondoso cabello castaño.
—Mamá, lo lamento tanto— Las lagrimas se resbalaban por mis mejillas mientras me negaba a apartarme de ella. —Jamás debí haberme ido. Siento tanto no haberlos escuchado.
—Tranquila mi princesa, ya estás en casa y es lo único que importa.
—No, no es así. Los defraudé, les di la espalda por un miserable, poco hombre y mentiroso.
—Lo único que me importa es ver que estás bien, hija. Tu padre y yo rogamos día y noche para que este momento llegara.
—¿Dónde está papá?— Dije apartandome un poco de ella para tratar de limpiar mis lágrimas.
—Él no se ha sentido bien en estos últimos días.
—¿Qué? ¿Se encuentra bien? ¿Le pasa algo?
—No te preocupes, no es nada grave. Está en su habitación descansando un rato— Nuevamente se abrió un debate en mí. ¿Sería mala idea verlo ahora? Que mamá no me guarde rencor puedo entenderlo, pero papá, él siempre me trato como lo más preciado en su vida, siempre tratando de que obtuviera lo mejor y yo, le pagué de la peor manera. Rompí su corazón en pedazos y lo dejé sin mirar atrás. Así que ahora, no estoy segura de si lo mejor es que lo vea, ¿Qué tal si termino por empeorar sus síntomas por el disgusto?
—Tal vez debería volver en otro momento.
—¿Qué? No, de ninguna manera. Te tardó cinco años volver, si te dejo ir, quién sabe cuando puedas volver.
—Mamá, no te preocupes. Jamás volveré a abandonarlos. Pero no creo que deba ver a papá en este momento, no quiero empeorar...
—Tonterías, lo que tu padre necesita es ver que su hija ha vuelto sana y salva a su casa.
—Pero y si él...
—Sin peros, Emilia. Ve a ver a tu padre en este instante— Dijo dándome unos empujoncitos hacia la escalera.
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Comments
Mirla Loyo
el tipo de seguro lo hizo oir la herencia 😱
2025-01-22
0
Mayte Valles
yo creo que ellos ya le sabían sus andadas al tipo por eso no querían que se casará con el 🤬
2024-03-15
8
Yesenia Cepeda
Hubiera Sido mejor que los papás no le dieran la espalda y así como quiera se daría cuenta de cómo es en realidad su esposo
2024-03-06
2