Capítulo 11

Pov Jackson

—¿Hizo lo que le pedí?, Sabe que será muy bien remunerada. Mucho más de lo que le he dado por adelantado.

—Por supuesto, señor Martin. Hice todo lo que me pidió, pero espero que esto se mantenga entre nosotros. Mi licencia medica depende de esto.

—No se preocupe, yo soy el más interesado en que esto se haga con la máxima discreción— Ya que la doctora de Emilia ha cumplido con su parte, las cosas podrán resultarme más fáciles.

—Muy bien, estaremos en contacto— Dije terminando la llamada.

Los anticonceptivos de Emilia ya están suspendidos, ahora solo necesito hacerla feliz para poder llevarla a la cama.

—Jackson— Leila, mi secretaría, se adentró a mi oficina tan sonriente como siempre. No es la más competente de las secretarias, si no fuera porque tiene un cuerpo de infarto que no ha logrado aburrirme del todo, ya la habría echado. —¿Por qué estás tan contento hoy? ¿Algo que celebrar?

—De hecho, sí— Dije colocándola sobre mí regazo. —Mi matrimonio con Emilia Bernard se alargó más de lo que pensé, pero al fin esta tortura llegará a su fin.

—¿Lo dices en serio? ¿Vas a divorciarte de ella?— Hice a un lado su cabello para poder dejar besos y mordidas en su cuello.

—Todavía no, pero en unos meses será un hecho.

—¿Cómo? Dudo mucho que esa insípida te de el divorcio. Ni siquiera se ha atrevido a dejarte aún después de lo que vio.

—Es simple— Dije abriéndola de piernas sobre mi escritorio. —Voy a embarazarla.

Los padres de Emilia aún se mantienen alejados de ella y le han negado su dinero. Estuve esperando todos estos años, esperando a que ellos flaquearan y corrieran hacía su hija, pero eso nunca ocurrió. Ahora, mi matrimonio con Emilia pende de un hilo después de como me descubrió y aunque ella está algo calmada con ese asunto, no puedo permitir que en un arrebato se divorcie de mí y me eche a perder todos mis planes.

Pero con un hijo, las cosas cambian. No me interesa ser padre y mucho menos atarme aún más a Emilia, pero con un nieto de por medio, sus padres podrían reconsiderar su postura y recibirla de vuelta y ese sería mi momento perfecto. Le quitaría al bebé y la obligaría a darme lo que pidiese para que se lo devuelva.

—¿Qué? No hablas en serio.

—No jugaría con mi futuro.

—¡Tu no puedes tener un hijo con ella!— Dijo parándose de golpe mientras me miraba furiosa.

—Puedo y lo haré.

—No, no puedes. Tu me prometiste que te divorciarías de ella para estar conmigo, nunca mencionaste el hecho de tener un hijo con esa mujer.

—¿De verdad creíste que mi motivación para dejar a mi esposa eras tú?

—Si, así lo creo ¿sabes por qué? Porque tu me amas, lo sé— Me eché a reír en cuanto la escuché decir esas estupideces.

—Escúchame bien— Me acerqué a ella y la tomé del cabello con fuerza. —Después de divorciarme de Emilia Bernard seré un hombre muy rico y por lo tanto, solo me rodearé de personas que estén a mi nivel. ¿Lo entiendes? Bonita— Dejé un corto beso en sus labios y me marché dejándola sola. Debía prepararme, esta noche tengo planes importantes.

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