Capítulo 19

Después de salir de la oficina de Jackson, no quise perder el tiempo y me dirigí al despacho de mi abogada para entregarle los documentos. Había logrado que Jackson firmara y por fin podía sentir que esta pesadilla estaba por llegar a su fin.

Aparqué el coche y tan pronto bajé de este quedé acorralada por dos motos de las cuales se bajaron cuatro tipos armados con los cascos puestos.

—¿Quienes...Quienes son ustedes?

—¿¡Dónde están los documentos!?— Me gritó uno de ellos. —¿¡DÓNDE!?

—¿Aquí están?— Dije tratando de controlar mi nerviosismo. Les di mi bolsa y tan pronto la revisaron volvieron a subir a sus motos.

—Están aquí. Ya vámonos.

Estaba en shock mientras los veía irse, pero no podía quedarme aquí parada. Esos tipos se veían capaces de cualquier cosa, ¿Qué tal si volvían?

Subí de nuevo a mi auto y me dirigí a casa de mis padres. No puedo ni recordar como hice para llegar, la cabeza me daba vueltas y el corazón me palpitaba con prontitud.

Bajé del auto y entré a la casa, casi como en un trance y agradecí apenas entré, ver nuevamente a Steven junto a mis padres.

—Emilia ¿Te encuentras bien?— Dijo mi mamá acercándose. De seguro debo tener una cara de espanto difícil de esconder.

—No, yo...— Me tambalee un poco y gracias a Dios mamá me tomó del brazo. Necesitaba tomar asiento, recobrar mis fuerzas para poder procesar lo que acaba de ocurrir.

—¿Qué te ocurre hija?

—Me acaban de asaltar.

—¿¡Qué!?— Tanto mi papá como Steven se acercaron en cuanto escucharon mis palabras.

—¿Dónde? ¿Cómo? ¿Quiénes fueron?

—No sé quiénes eran. Estaba por entregarle los papeles de mi divorcio a mi abogada cuando....— Pero que tonta soy. ¿Cómo no lo pensé de inmediato? —Fue Jackson.

—Claro, esto es algo que solo ese infeliz haría— Dijo Steven arrojando su chaqueta al sofá. —Juro que voy a matarlo.

—¿Por qué Jackson querría asaltarte?

—Los papeles del divorcio. Los firmó y de seguro quería evitar que los entregara— Sabía que él no podría rendirse tan fácil.

—Ese muchacho es un cobarde. Aferrarse a una mujer que ya no lo ama y además, caer tan bajo con asaltarla. Es algo increíble.

—No importa cuantos papeles robe, destruya o se niegue a firmar, hija. Tarde o temprano haremos que se divorcien— No dudo ni por un segundo de la tenacidad de mi padre. Hace unos años cuando decidí irme de la casa y casarme con Jackson, si mi padre hubiese querido podría haber impedido la boda, pero decidió respetar mi decisión.

—No tenemos que hacer nada, papá. Mi divorcio con Jackson en estos momentos debe de estar a punto de ser procesado.

—¿Qué quieres decir? Ya no tienes los papeles para entregarlos— Se acercó mamá brindándome una taza de té.

—En realidad, los papeles que esos hombres se llevaron no fueron los que Jackson había firmado.

—¿Entonces qué?

—Sé muy bien que ya no puedo confiar en nada de lo que Jackson diga o haga. Así que arreglé con un mensajero antes de encontrarme con él, para que en cuanto saliera de ese lugar con los papeles firmados él y yo los intercambiáramos y se encargara de llevarlos a la oficina de mi abogada.

—Por Dios, Emilia. Eso parece algo de película, fue muy arriesgado. Nunca debiste ir sola para encontrarte con ese muchacho.

—Lo sé, mamá. Y créeme que jamás pensé que Jackson se atrevería a enviarme hombres armados, pero al menos estoy tranquila de que no obtuvo lo que quería.

Ahora solo tengo que esperar a que me notifiquen que oficialmente no tengo nada que ver con la rata con la que elegí casarme.

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