Capítulo 14.

...Abby Wilson....

—¿Un lobo? — inquiero confundida mirando a Thomas — ¿Es acaso un chiste?

—No — me contesta Thomas con la cabeza agachada — soy un hombre lobo.

Niego con la cabeza.

—No juegues conmigo.

—No estoy jugando — se acerca a mí lentamente como si en cualquier momento saldría corriendo — soy un hombre lobo y tú eres mi mate.

Sus ojos cambian a un amarillo brillante.

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Con mis manos tapo mí boca ahogando un sollozo.

—Eres.. ¡Me mentiste! — susurro, sintiendo mi corazón romperse.

Niega pasando sus manos por su cabello desesperadamente.

—Déjame explicarte por favor — trata de tomar mi mano pero retrocedo ganándome una mirada de dolor de su parte.

—¿¡Explicarme!? ¿Qué me vas a explicar? Que todo este tiempo me engañaste — lo señaló — me miraste a los ojos y me dijiste que no tenías secretos, ni mentiras — mi voz se comienza a quebrar — tuviste la oportunidad de decirme la verdad cuando te dije las reglas, tuvo que venir ella para decirme con quien realmente estaba saliendo — lagrimas se derraman por mis mejillas.

—Lo intenté ¡Lo juro! Pero no sabía cómo decírtelo — musita con la voz temblorosa — tenía mucho miedo de perderte.

Limpio las lágrimas que cayeron de mis ojos.

—Pues, ya me perdiste — mi voz suena firme, aunque por dentro me estoy muriendo de dolor — es todo tuyo.

Retrocedo varios pasos hacia atrás y no dudo ningún segundo en salir corriendo.

—¡Abby!

Corro lo más rápido que puedo, ingreso a la casa de él por la puerta trasera.

—¿Abby? — Elena se levantó del sillón mirándome preocupada — ¿Qué te pasó?

—Yo....Necesito irme — balbuceo sintiéndome ahogada, rápidamente subo las escaleras dos en dos.

Entro a mi habitación no sin antes cerrar la puerta con traba, tomo mis dos maletas que están debajo de la cama, las coloco arriba de las frazadas y las abro ambas con las manos temblando.

La puerta suena haciéndome sobresaltar.

—¡Gatita! ¡Escúchame por favor!

Lo ignoro y guardo todas mis cosas, lo que deje en el baño también.

—Sé qué estás ahí, por favor hablemos, gatita, por favor.

Sollozo.

Agarro mi celular y le envió un mensaje a mi hermano, pidiéndole por favor que consiga un vuelo rápido para volver. Tomó mis dos maletas y las bajó al suelo, las arrastró hasta la puerta y suspiró.

Abro la puerta y el rostro de Thomas con lágrimas en los ojos me recibe, levantó una de mis manos.

—No quiero escucharte.

Su vista viaja a mis maletas.

—Me voy — le anunció, aprovecho que está en shock y pasó por su lado, David se para frente mío y toma mis dos maletas.

—Yo te ayudo.

Bajo las escaleras con él a mi lado, ya abajo me encuentro con Alai llorando. Me parte el corazón verla así.

—Abby

Niego con la cabeza, mi celular suena en mi bolsillo, es mi hermano avisando que encontró un vuelo para mí y que lo llame urgentemente.

—Gatita, perdóname — Thomas me toma de los hombros — Te juro... Que nunca tuve la intención de lastimarte.

—Pues lo hiciste, necesito tiempo.

—¿Cariño, dónde vas?

—Vuelvo a mi casa.

—Porque no te quedas y hablamos bien, ¿Si?

—Lo siento, pero no Elena, necesito estar sola.

Thomas se hinca de rodilla y abraza mis piernas —Por favor, gatita. No me dejes.

—Thomas.

—Te amo.

—No me digas eso...

—Te amo — vuelve a decir desesperado.

Cierro mis ojos, me duele. Sus palabras provocan un revuelto en mí interior, pero el dolor que siento es más fuerte que el amor que le tengo.

—Suéltame.

—No te vayas.

—Por favor — suplicó.

Niega.

Miro a Elena buscando ayuda, asiente y toma del brazo a Thomas. David sale de la casa conmigo.

—¡Gatita! — escucho el grito de desesperación de Thomas detrás mío — ¡No me dejes, te amo!

Desearía poder desaparecer completamente y no sentir este dolor.

¿Qué le costaba ser sincero? Me hubieras ahorrado estás lágrimas.

Lo malo es que creí que no había secretos entre él y yo.

Qué tonta.

Qué tonta fui al creer tal cosa, pero así es la vida. Así se aprende y creo que seguiré lastimada hasta que aprenda a no confiar tanto en las personas. Le dije que estaba enamorada de él, lo sigo estando, aunque mí corazón esté roto a la mitad. Algo me dice que los pedazos no volverán a unirse tan fácilmente.

Sólo me queda esperar que el tiempo pase y ver si es verdad que las heridas curan.

(....)

Los brazos de mi hermano me rodean.

—Te extrañé.

Me separo de él e intentó sonreír, pero creo que me salió más bien como una mueca por la expresión de su rostro.

—¿Qué pasó? Estuviste llorando — dice preocupado tomando mis mejillas, niego mordiéndome el labio.

—No me mientas ¿Quieres hablar de ello?

Sacudo mi cabeza. No quiero hacerlo.

—Solo abrázame.

Asiente con la cabeza y cumple mi petición.

—¿Y papá?

—Hubo un problema con una paciente así que fue a verlo, creo que está por llegar, Abby — rompe el abrazo y me mira serio — estoy muy preocupado, puedes explicarme ¿Por qué me llamaste para que te consiga un pasaje lo más pronto?

—Terminé con mi novio.

—Oh ¿Hizo algo que no te gustó? Porque si llega a hacer así lo mato.

Niego.

—Me oculto algo, así que...

—Huiste.

Lo miro seria.

—¿Y qué quieres que hiciera? Que me quede ahí viendo como me estuvo mintiendo, me duele, confié en él.

—No llores, no me gusta verte triste ¿Quieres hacer algo? — chasquea los dedos — eso... ¿Quieres ir a una biblioteca?

—No te gusta leer.

—Pero a ti sí — se encoge de hombro.

—Eres el mejor hermano, pero necesito pensar y concentrarme en mis estudios — sonrió — gracias por la intención, te amo hermanito.

—También te amo, pero si le dices a alguien lo negaré.

Suelto una risa, escucho el sonido de unas llaves.

—¿Matt? — la voz de mi papá suena más cerca —¿Abby?

Me mira sorprendido.

—Papa — me acerco a abrazarlo.

—¡Qué sorpresa! — corresponde mi abrazo — Pero, ¿Por qué volviste tan pronto?

—Terminó con su novio.

—¡Matt!

—¿Te hizo algo?

Niego.

—Decidimos darnos un tiempo, pero no hablemos de eso — niego — ¿Cómo está mi favorito?

—Te dije que soy su favorito.

—Traidora — mi hermano me saca la lengua, reímos — Ya que estás con tu favorito, voy a visitar a Dylan.

—A tu novio — lo corrijo, se sonroja.

—No es mi novio.

—Ya sabemos que son novios, los vimos besarse.

—Sí, te vio — lo señalo — y después me lo contó a mí — me encojo de hombro — aunque ya lo sabía.

Mi hermano nos mira sorprendido.

—¿Me viste y le fuiste a decir a ella? — mi papá asiente — No lo puedo creer, estoy viviendo con dos viejas chismosas.

—Así nos amas — le tiró un beso.

—Desgraciadamente — susurra, mi papa le golpea el brazo. — Me voy.

—Con tu novio — canturreo.

Mi celular suena, lo tomo y veo que es un mensaje de "Thomas", me quedo estática.

—¿Abby? — me llama mi papá, lo miró — ¿Es él?

Asiento mordiéndome el labio.

—Es un audio.

—¿Quieres qué me vaya?

Niego con la cabeza.

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"Hola, gatita. Lo siento...Sé que hice mal en ocultarte lo que soy, pero tenía miedo, miedo de perder lo más hermoso que me pasó en la vida — sonrió — El miedo me jugó una mala pasada, no sabes cómo duele el saber que Hoy no estas a mi lado. No quiero estar lejos tuyo, no soporto esta mierda, no soporto la idea de no poder abrazarte y besarte — lágrimas caen de mis mejillas al escucharlo hablarme de esa manera, con esa voz rota — Solo.....quería que supieras que, pese a las circunstancias, Yo te amo, te amo con toda mi alma — y yo a ti — Aunque sienta que no respiro, te daré el tiempo que necesites. Pero recuerda que mi corazón está tatuado tu nombre y no me rendiré. Voy a luchar por ti, por lo nuestro"

Mis rodillas cedieron y caí al suelo llorando. Sentí los brazos de mi papá rodearme y mi cabeza recostada en su pecho.

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