Capítulo 17.

...Thomas Jefferson....

Después de que los enfermeros subieran a una camilla a mí gatita, corrí al auto y arranque a una velocidad máxima, no me importo nada, solo quería estar con ella. Al maldito de su ex lo golpee tanto que si no fuera por la policía lo mataba.

Ahora estoy sentado esperando a que los doctores digan algo.

—¡Hijo! — se acerca a mí y me abraza — cariño — dejo que las lágrimas fluyan — tranquilo, ella es fuerte.

—Es mi culpa. — sollozó —. Si hubiera llegado antes.

—Escúchame bien — hace que la mire y toma de las mejillas — esto no es tu culpa.

—Lo es.

—No, Thomas, no pudiste anticipar lo que iba a pasar.

—Pero....

—Nada de peros, ella va a salir adelante — besa mí frente con cariño — ¿Llamaron a su familia?

—La secretaria — respiro hondo y me limpio mis lágrimas — dijo que iba a llamarlos.

—Esto va a ser muy difícil para ellos. ¿Alai?

—En el baño.

Pasos resuenan por el lado izquierdo, giró la cabeza y veo a dos hombres corriendo, uno mayor y el otro joven.

—¡Elena! ¿Y mi hija? — pregunta desesperado el hombre mayor.

—Nuestro suegro — dice Mike.

—Están atendiéndola. — me mira y asiente.

—¿Qué pasó? Me llamaron diciendo que a mí hija le dispararon.

—Yo iba a ir a verla, cuando estaba estacionando escuché los disparos y entre, estuve con ella.... Lo siento, si hubiera llegado....

Levanta la mano deteniéndome.

—No es tu culpa, te agradezco mucho por estar con mi hija — pone su mano en mí hombro — ¿Ya agarraron al culpable?

—Fue su ex.

—¡Ese hijo de puta! — gruñe su hijo, es alto, sus ojos son color marrones claros, su cabello es negro oscuro como el de su padre y se ve algo musculoso — Lo hubiera matado cuando tuve la oportunidad.

—Créeme que le di una paliza que se va acordar de mí el resto de su vida— miro mis nudillos y vuelvo a mirarlo.

—¿Destruiste su cara? — asiento — Bien hecho cuñado.

—¿Familiares de la señorita Wilson? — inquiere una Doctora con unos papeles en la mano.

Todos nos acercamos, Elías da un paso adelante.

—Soy su padre.

—Bien, pudimos detener el sangrado — revisa los papeles — le quitamos una bala, tenemos un problema con la otra — suspira masajeando su cien — está muy cerca de un riñón, necesitamos operarla.

Me pasó la mano por el pelo desesperado.

—¿Qué tengo que hacer?

—Solo tiene que firmar aquí — le señala una parte de la hoja — voy a ser honesta con usted señor Wilson, la operación puede salir bien como también puede salir mal. Yo no puedo decirle que su hija va a vivir, pero nosotros daremos todo lo necesario para que ella esté con usted ¿Entiende?

Trago el nudo de mí garganta. Ambos la estamos pasando muy mal.

Elías asiente.

—Lo entiendo — toma la lapicera y firma sollozando — solo... Hagan lo posible para que esté conmigo.

La doctora asiente. Miro como unos enfermeros sacaban a mí gatita en una camilla inconsciente.

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El padre de mi gatita empieza a llorar y mi cuñado lo sigue. Debe ser muy duro para ellos, ya que uno perdió a su esposa y el otro a su madre.

—Thomas, es Aron.

Mi hermana me tiende su celular.

—Aron.

—Me acabo de enterar ¡Dios mío! Que hijo de puta — gruñe — ¿Quieres que vaya para allá?

Niego.

—Te lo agradezco, pero..

—Nada de peros, somos tu familia también y sé que nos necesitas. Así que en un rato nos vemos — cuelga la llamada.

Me siento en una silla, subo las piernas y me abrazo a mí mismo. Observó la puerta de metal dónde ingresaron a Abby.

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Cierro mis ojos y tiro mí cabeza para atrás.

Diosa luna, si me escuchas... Por favor sálvala, ella es mi vida. No quiero perderla... Por favor.

Abro los ojos y giro mi cabeza para mirar a mi lado, mi hermana me da una sonrisa, una enfermera sale a toda prisa del quirófano sin decirnos nada y sin dirigirnos una mirada.

Empezó a correr por el pasillo, me levanto automáticamente al verla alarmada.

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La tensión se volvió palpable en el ambiente, pero nadie se atrevió a decir nada, solo nos miramos el uno al otro.

El bulto en mí garganta crecía al igual que mí desesperación.

La misma enferma regresó acompañada de un doctor, ambos avanzaron al quirófano hablando en susurros.

"Se está complicando doctor.... La estamos perdiendo"

No.

No, por favor.

No me la quiten. 

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