Capítulo 10.

...Abby Wilson....

Hace unas horas acabamos de salir de la casa de Isabela y Aron, una pareja hermosa y muy amable, fueron muy atentos conmigo. Me sentí cómoda, luego de la cena, mi padre me llamó para preguntar cómo estaba, cuando terminó la llamada oí que Isabela le decía a Thomas que tenía que decirme la verdad, que soy una gran chica y me pregunto ¿Qué verdad? ¿Thomas me está ocultando algo?

Ahora Thomas me está llevando a conocer una cabaña que construyó él con sus propias manos.

—¿Qué tienes con los bosques? — Le pregunto al ver que nos metemos donde están todos los árboles. Ya está todo oscuro, solo la luz de la luna alumbra el camino.

Ríe.

—Me gusta. — se encoje de hombro —. Llegamos.

Veo una preciosa y pequeña cabaña a unos metros de nosotros, es de color marrón, está hecha con maderas, tiene una ventana pequeña y un foco colgado, además, tiene algunos escalones.

—Ven, entremos — toma mi mano y ambos caminamos hacia la puerta principal, subimos los tres escalones y abre la puerta.

Se siente el olor a madera, adentro hay un sillón largo, una mesita de madera en el medio, una cocina y una mini heladera. Una mini cabaña para una sola persona, también hay luces colgadas en el techo.

—Es muy hermosa — sonrió.

—Gracias, la construí cuando tenía diecisiete años, me costó un poco pero quedó bastante bien — me comenta — ¿Nos sentamos afuera o en el sillón?

—Afuera.

Salimos de la cabaña y nos sentamos en las escaleras.

—Me agradaron tus amigos — lo miro de reojo.

—Yo creí que te agrado más fue Evan.

—¿Eso es una escena de celos? — le digo divertida al verlo con el ceño fruncido.

—¿Qué? No.

Miente.

—¿Es enserio? Es un bebé — río — no puedes estar celoso.

—No lo estoy.

—Bueno, dile eso a tu cara — lo señaló riendo.

—Ya — se queja, se forma un silencio entre nosotros que él lo rompe — sabes estuve hablando con Aron — suspira nervioso — Yo... Quería saber..

—¿Querías saber? ¿Qué?

—¿Quería saber si... Quieres...?

—¡Thomas!

Giro mi cabeza hacia donde proviene ese grito, no se ve muy bien, de repente aparece una chica alta de cabello castaño largo, lleva un vestido demasiado corto para mi gusto. ¿No tiene frío?

—¿Luisa? — Thomas dice sorprendido.

La chica se detiene frente a nosotros, ahora puedo verla mucho mejor, tiene los ojos verdes, un rostro envidiable, es muy bonita.

—¡Si! ¿No vas a abrazarme? — le da una sonrisa ignorándome completamente, sus ojos verdes están puestos solamente en él.

—Claro — se levanta para abrazarla.

Respira, Abby.

Miro hacia un costado, siento una rabia dentro que me provoca levantarme y separarlos, no me agrada sus finos brazos envueltos a la cintura de Thomas.

—¿Ella quién es? — vuelco mi mirada en ellos, ella me mira con una ceja arqueada.

Thomas se acerca a mí y me ayuda a ponerme de pie.

—Ella es Abby.

Sonrió.

—Hola — la saludo, me escanea de arriba a abajo.

—Luisa Domínguez — vuelve a mirar a Thomas — ¿Damos un paseo? Cómo en los viejos tiempos.

—Hoy no va a ser posible Luisa, estoy con mí... Abby — reprimo una sonrisa. ¡Sí! Se queda conmigo, por un momento pensé que iba a dejarme —mañana podemos.

(....)

Hoy es viernes y por lo tanto es "Noche de chicas" en la casa de Isabela, los tres días anteriores tuve varias salidas con Thomas, fuimos a comer a un restaurante, me enseñó el río donde nadaba de pequeño, hubo algunos besos y abrazos también. Hace unos días lo conozco pero siento que lo conozco de toda la vida, tenemos gustos similares, él me trata como si fuera una princesa, al otro día de mostrarme la cabaña salimos con Luisa, no se veía muy contenta de que esté ahí con ellos.

—Voy a ir a cambiarme — anuncia Alai levantándose de mi cama.

—Si, yo también.

—Dale, nos vemos en un rato bebé — me guiña un ojo, río.

Tomo la ropa que me prepare, que consiste en un Body azul de mangas largas, un jean negro y mis zapatillas blancas.

Entro al baño y me doy una ducha rápida, una vez bañada y cambiada, comienzo a maquillarme un poco, me coloco rímel negro y una labial rosa brillito.

—¡Estás hermosa! — Término de aplicar el labial y miro con una sonrisa a Alai quien está recargada en la puerta del baño, ella lleva puesto una pollera negra tableada con un top blanco y unos tacones del mismo color que la pollera.

—¿Qué tal? — inquiere dando una vueltita.

—Te ves hermosa — sonríe encantada.

—Gracias. ¿Dónde está tu perfume?

—Está en el ropero — sale del baño a buscar mi perfume y la imito.

—Amo este perfume.

—Si, se nota — rió divertida al ver que se está casi bañando de perfume.

—¿Se puede? — la puerta de la habitación es golpeada por Thomas, él nos va a llevar.

—¡Pasa, estúpido! — le grita alai, ruedos los ojos y le quitó el perfume, me echo un poco en el cuello.

—Hola, Gatita — me saluda acercándose a mí y dándome un casto beso, sonrió bobamente — estás deslumbrante.

—Gracias.

—Oye — se queja alai — ¿Y yo como me veo?

—Igual que siempre — ríe — te ves bien.

—Lo sé.

Luego de varios minutos Thomas aparca su camioneta frente a la bellísima casa de Isabela y Aron.

—Te espero adentró — Alai nos da privacidad.

Suspiró y volteó a ver al chico que hace que mi corazón se acelere, que mis manos suben y que mis ojos no puedan apartarse de él.

—Voy a extrañarte.

Sonrió y me quitó el cinturón de seguridad, me inclino un poco en su dirección y tomo sus mejillas con mis dos manos, estampo sus labios con los míos, no tarda ni dos segundos en responderme, sus manos se dirigen a mi cabello acercando mi rostro más a él, este beso es diferente, es más apasionado, me encanta.

Me separo un poco y pega su frente a la mía, ambos tenemos las mejillas encendidas y la respiración acelerada.

—Me tienes loco.

—Tú también, me tienes loca.

Sonríe —Ve, que te están esperando.

Asiento, me acomodo en el asiento del acompañante y abro la puerta, salgo, mientras camino hacia la casa siento la mirada de Thomas en mi espalda.

Toco el timbre.

—¡Abby! ¡Hola! — me abre Isabela con un hermoso vestido rojo ajustado a su cuerpo.

—Hola — la saludo con un beso en la mejilla.

—Ven, pasa.

Ingreso a la casa y ambas caminamos hacia donde está un chico riendo y dos chicas besándose.

—¡Chicos! — todos miran en nuestra dirección — Ella es Abby, la dueña del corazón de Thomas.

Me sonrojo.

—¡Qué ternura! — dice el chico de ojos azules, su cabello es rubio y es muy guapo — Soy Kevin — me da un beso en la mejilla.

—Encantada.

Las dos chicas se levantan, tienen el labial corrido.

—Hola, yo soy Camila y ella es mi novia Sasha.

Ambas son muy hermosas, una tiene el cabello rojo y la otro azul, Camila es la de cabello azul, le queda muy bien y le hacen juego con sus ojos, tiene un vestido negro corto, Sasha es la de cabello rojo, ella tiene los ojos marrones y su vestimenta consiste en un jean roto, y un top verde.

—Hola.

—¿Pizza y cerveza? — pregunta Isabela, todos asentimos. 

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