Capítulo 8.

...Abby Wilson....

Me quejo al sentir que alguien me mueve, no quiero levantarme, estoy cansada y tengo mucho sueño.

—Abby — Oigo un susurro.

—Mm.

—Despierta — es la voz de Alai la que escuchó, ella es la molesta que viene a interrumpir mi bello sueño.

—Déjame dormir — balbuceo abrazando mi almohada. Estoy tan cómoda y calentita que no deseo salir de esta cama jamás.

—No, levántate. — Un golpe en mi pierna me hace gruñir —. tienes que contarme todo.

Solo vino para que le cuente como me fue con Thomas, que chismosa es.

—Mañana.

—Evangelina — me sacude haciendo que levante la mano y le dé un golpe, me siento en la cama y la miró molesta — No me mires así.

—¿Cómo que no te mire así? Si arruinaste mí sueño — apoyó mi espalda contra la pared, se sienta frente mío en forma de indio.

Frotó mis ojos y tapó mi boca soltando un bostezo.

—Me duele la cabeza — me quejo haciendo un puchero.

—¿Tomaste alcohol?

—Un poco.

—Bien, ve a darte una ducha mientras que yo voy a buscar algo para tu resaca.

—Gracias. — Asiente y sale de la habitación.

Camino pachorra mente hacia el baño, me daré una ducha rápida, abro la puerta del baño e ingreso, el baño tiene una especular tina, no como en mi casa que tengo un calefón, no me quejo, pero ¿Quién no querria una tina?

Me paro frente al espejo, tengo el cabello hecho un desastre, parece un nido. Giró la manija de la canilla cargando la tina, mientras espero que se cargue me empiezo a desvestir.

Entró a la tina y cierro los ojos un segundo, el agua está deliciosa, esta tibia como me gusta a mí, cojo el champú y echo un poco en la palma de mí mano, lo muevo un poco con la otra hasta que sale un poco de espuma, lavo mí cabello solo la parte de arriba, dicen que hace mal en las puntas así que solo uso el Acondicionador ahí, una vez enjuagado mí cabello y lavado, tomó el jabón y lo paso por todo mí cuerpo, huele a vainilla.

Término de enjuagarme y me levanto ya que estaba sentada, y cierro la manija donde me enjuague el cabello, no iba a usar el agua que llene la tina, tomo la toalla blanca que está colgada y la envuelvo alrededor de mí cuerpo. Agarro otra más pequeña y la envuelvo a mi cabello, tomo mi cepillo de dientes y le echo un poco de pasta dentífrica, cepillo mis diente y mi lengua. Cuando siento que mi boca limpia, bebo un poco de agua de la canilla y la escupo. Sonrió, ahora si huelo bien.

Salgo del baño y camino hacia el ropero donde está mi ropa interior y mi ropa de vestir. Tomo una camiseta roja y un jogging negro, ropa interior negra y de paso saco mí desodorante, vuelvo a entrar al baño para poder cambiarme, pero primero me seco el cuerpo, ya cambia salgo del baño.

—Ten.

Tomó el vaso con agua y la pastilla que me tiende.

—Gracias.

—¿Y? ¿Qué pasó ayer?

—Pues, preparó una cena en el bosque ¡Todo estaba hermosísimo! Bailamos y charlamos un poco.

—No sabía que mi hermano es de esa clase de chico, es romántico el estúpido.

—También nos besamos — susurro y colocó un mechón detrás de mí oreja.

—¿¡Qué!? ¿De verdad?

—Si.

—¿Y te gusto? Mejor no me cuentes, no quiero saber cómo mi hermano metió su lengua en tu garganta — hace un gesto de asco — ¿Sabes lo que significa? — niego con la cabeza — ¡Thobby es real!

—¿Thobby? — arqueo una ceja.

—¡Si! Abby + Thomas igual a ¡Thobby! — suelto una carcajada, solo a Alai se le ocurriría ponernos un shippeo — No quiero que te lo tomes a mal, ni quiero apagar nuestra felicidad, pero ¿Le dijiste del innombrable?

—No, no le dije nada de él. Me preguntó si tenía novio y le dije que no.

Mentirle me hizo sentir mal, pero no puedo, no puedo decirle.

—¿Vas a decírselo?

—No lo sé — susurro con la voz temblorosa — tengo miedo.

—No hay nada que temer, yo estoy aquí — me abraza fuertemente.

Flashback.

—¿Vemos una película? — Le digo con una sonrisa a mi novio.

—Si, ¿Estás sola? – pregunta acostándose en mi cama.

Asiento buscando una película en Netflix.

—¿Qué vemos? — le pregunto mirándolo un instante, sus ojos verdes me observan con una sonrisa.

—Lo que quieras mí amor — me contesta acercándose más a mí, le doy una pequeña sonrisa.

—¿Teen Wolf?

—La vimos tres veces — se queja haciéndome reír.

— Es que me encanta... ¿Puedo? — hago un puchero.

— La última vez — ríe divertido.

Pongo play y me siento a su lado, me alegra que no se haya ido a la fiesta que está dando Jazmín y quede conmigo, mi novio es una persona muy divertida, a mi papa no le agrada, hemos tenido pequeñas discusiones, pero lo hemos solucionado, como decía él; tiene el cabello castaño, unos verdes, una sonrisa encantadora y suele vestir todo de negro, parece que va a un velorio.

Ya vamos por el capítulo cuatro, esta serie es mi favorita solo porque está Stiles, es muy lindo. De repente siento algo mojado en mí cuello, doy un respingo.

—¿Que ha-ces? — susurro nerviosa al sentir los labios de Agustín en mi cuello.

—Besándote — musita obvio y siento su mano deslizarse por mí pierna. Me tenso.

—Agus — lo llamó — Sabes que no estoy lista.

Bufa, se ve molesto, quiero que mi primera vez sea especial.

—Aunque sea un beso.

—Está bien.

Acerca su rostro al mío y me besa, le sigo el beso, coloca sus manos en mí cadera y me jala haciendo que quede acostada en la cama con él encima mío.

—Espera — me quejo entre beso al sentir sus manos en mis pechos, los estruja.

Gruñe excitado y restriega su miembro en mí parte íntima.

—Agus — rompo el beso y trato de empujarlo, él sigue moviéndose — ¡Para!

Una de sus manos sube mi remera hasta encima de mis pechos, se ve mi sostén blanco.

—¡Suéltame! — grito asustada empujándolo con toda mi fuerza.

—Quieta — demanda tomando mí rostro con una mano y la otra sostiene me sostiene para que no pueda salir — eres mía.

Sollozo.

—No q-uiero

—Lo vas a disfrutar — susurra mordiendo mí cuello.

Niego con la cabeza.

—¡Ayuda! — grito lo más alto posible, por favor que alguien me oiga — ¡Ayuda!

—Cállate — me tapa la boca — No sabes cuándo desee esto.

—Mm — trató de empujarlo con mis pies.

Mis lágrimas siguen cayendo, por favor no. Se incorpora un poco y me giro tratando de salir, suelto un gemido de dolor cuando tira de mi cabello deteniéndome.

—¡Ayuda! ¡Déjame!

—¿¡Abby!? — logro oír el grito de mi papá y mi hermano.

—¡Aquí!

Escucho sus pasos corriendo y la puerta de mi habitación se abre de golpe. Aprovecho su distracción y lo empujo, rápidamente corro hacia la pared más cercana.

—Maldito enfermo. — Mi hermano se lanza contra Agustin y comienza a golpearlo.

—¿Princesa? ¿Te hizo algo? — inquiere mi papá viendo hasta donde estoy yo temblando, sollozo y lo abrazo.

Fin del flashback.

Siento mis lágrimas deslizarse.

—No puedo — murmuró limpiando mis mejillas.

—No llores cariño — toma mí mano y le da un pequeño apretón —. Sé que fue algo muy difícil para ti, pero es pasado y ahí mismo debe quedar, en el pasado. Debes ser feliz, inténtalo. Thomas es muy dulce, tierno, atento y sé que le importas mucho, y no digo esto porque es mi hermano.

—Cuando esté lista le contaré — suspiró mirándola — le contaré sobre Agustín.

—Eso — me da una sonrisa.

—¿Quién es Agustín? — levantó la mirada sorprendida y asustada. Thomas está parado en la puerta — ¿Quién mierda es Agustín?

—Eh.... yo los dejo — dice Alai después del corto silencio que se formó. Sale de la habitación y Thomas ocupa su lugar.

Que gran amiga.

—¿Quién es ese tal Agustín?

Trago saliva.

—Mí ex — le contestó, aprieta su mandíbula.

—Ex — asiente lentamente — me mentiste.

—Si, lo lamento, no era mi intención, pero no estaba lista.

—Sospeche cuando te pusiste tensa, lo único que quiero saber es ¿Te hizo daño? — juego con la pulsera que está en mi muñeca — te hizo daño ¿No es cierto? — tiene los puños apretados.

Suspiró y cierro mis ojos, un par de lágrimas ruedan por mis mejillas sin poder evitarlo.

—Gatita. No llores — besa ambas mejillas.

—El... — abro mis ojos y miro esos bellos ojos mieles.

—¿El? — me incita.

—Intento violarme — le confieso bajando la mirada, oigo que maldice y su mano toca mi mentón haciendo que enfoque mis ojos en él.

Su mirada transmite enojo y dolor.

—¿Dónde está?

—Preso.

—Tiene suerte, porque si lo llego a ver — gruñe molesto — voy a matarlo.

—No, no, no vas hacer nada.

—¿Qué? Te hizo daño, obviamente lo voy a matar.

—No Thomas, puedes ir preso

Me mira con los ojos brillosos.

—Eres una cosita tan linda — junta su frente con la mía — te preocupas por mí, que afortunado soy, te prometo que a partir de ahora voy a cuidarte ¿Si?

Sonrió y apoyó mi cabeza en su pecho, sus brazos me atraen a él, escuchó su corazón latir tranquilamente, al igual que el mío. Levanto mí cabeza y sus ojos conectan con los míos, dirijo mi vista a sus labios.

No sé en qué momento se acerca su cara a la mía, pero no me alejo, en la habitación solo se escucha nuestras respiraciones, entre abro mis labios.

—Mierda — suelta antes de encajar rápidamente sus labios con los míos, coloca su mano en mí cabello y yo llevo las mías a sus mejillas, le sigo el ritmo.

Nos separamos jadeando y junto mí frente con la suya.

—Me encantas. Me estoy haciendo adicto a tus besos.

Me sonrojo.

—¿Puedo preguntarte algo? — le digo acariciando su mejilla, inclina su cabeza para tener más contacto con mi mano.

—Dime.

—¿Estabas escuchando nuestra conversación?

—No, lo juro.

—¿Entonces a qué viniste? — dejó de acariciarlo.

—Quería verte — su voz suena tímida.

¡Oh! Es tan lindo.

—Eres muy tierno — beso una de sus mejillas como hizo él haciendo que estas tomen un color carmesí — ¡Te sonrojaste!

—¿Qué? No — bufa esquivando mi mirada — también venía a invitarte.

—¿A dónde?

—A una cena en casa de mis amigos, si no quieres ir está bien, podemos hacer otra cosa.

—No, me gustaría conocerlos.

—¿Si? No te estoy obligando, ni nada. ¿No quieres descansar?

—No, quiero ir contigo.

—¡Yo voy! — Alai entra a la habitación, Thomas niega con la cabeza, es una chusma, seguramente estaba escuchando detrás de la puerta — ¿Por qué no? — pregunta mirando a su hermano con los brazos cruzados.

—Porque solo vamos mí gatita y yo.

—Eso no vale. Abby, Dile algo.

—Algo.

Thomas suelta una carcajada.

—No lo puedo creer. Mí amiga me cambió por mí hermano — finge llorar. 

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