Tres años después parte I

El tiempo pasó para todos y sin darse cuenta tres años habían transcurrido.

En el reino de Ucrynah el rey August seguía gobernando su imperio de forma prospera junto a su reina Mar Ibeth, la relación con su hijo por otro lado no era del todo buena, cada vez eran más distantes y las peleas eran constantes, su hijo se había empeñado en llevarle la contra a su padre en absolutamente todo, la familia real se estaba separando, el que mantenía las cosas a flote entre el rey su hijo era el Duque Izan primo de Chandler y sobrino de la reina, recientemente se había mudado al reino de su tía pues si familia había muerto en un accidente marítimo, el era el hijo menor y su vida corría peligro por sus hermanos mayores, tenía una buena relación con su primo y por eso había accedido a vivir en Ucrynah cuando se le extendió la invitación.

- Primo. - grito el príncipe Chandler desde el otro extremo del castillo.

Izan volteo y lo saludo con la mano, iba en dirección a los jardines tenía la intención de leer toda la tarde.

- Dime - cambió de rumbo y se dirigió junto al príncipe Chandler.

- ¿Vendrás con nosotros verdad? - dijo Chandler tratando de recuperar el aire.

- Si te refieres a Shekinah, no estoy seguro no quiero viajar.

- Tienes que venir, no puedes dejarme solo! - Hablo de nuevo ansiosamente el príncipe Chandler.

- ¿Te asusta conocer a tu futura esposa? - río burlonamente Izan dándole un codazo en plan broma a su primo.

- ¡Sabes que no quiero casarme! - murmuró molesto el hijo de August.

- ¿Es por Lady Nikola. - pregunto Izan, Chandler dijo que no con la cabeza mientras pensaba que responderle, si bien era cierto que no era del todo falso, no quería admitir que Nikola le atraía, en estos años habían pasado mucho tiempo juntos, el viajaba constantemente a Shekinah cuando se le anuncio que pronto conocería a su futura esposa, una princesa que fue criada en el exilio.

Le asustaba la idea de terminar casándose con una mujer fea, y poco inteligente, Nikola por el contrario era divertida y se llevaban muy bien, el no podía ponerle nombre a su relación, ella le había entregado su virtud y a como iban las cosas se convertiría en su amante oficial. Esta era la razón por la que más peleaba con su padre, el no aceptaba el hecho de que se había enamorado de una joven que no fuera su esposa, y por si fuera poco el rey August le había prohibido tener una amante, según sus convicciones eso no era honorable ni digno de un príncipe. La mayoría de los nobles tenían amantes oficiales y hasta hijos bastardos, era cierto que pocos matrimonios habían logrado superar esa tentación y uno de ellos era el de sus padres, pero el no era el rey August y su futura esposa a la que no conocía no se acercaba ni siquiera a la punta del pie de su madre.

- ¿Chandler? ¿Te encuentras bien? - Izan sacudió del hombre a Chandler, este lo miro y sonrió.

- Creo que estoy enamorado. - contesto.

- De Nikola, me supongo.

- ¿De quien más? - río cínicamente.

- Pues no se de la princesa Adair, es la mujer con la que te casarás - Izan volteó la cabeza en dirección al jardín.

- Puedo tener como amante a Nikola, se que accederá me ama demasiado.

- No comparto la opinión de tener una amante, sabes que el matrimonio de mis padres fue arreglado y aún con eso ellos terminaron amándose.

- Hablas como mi padre. - Contesto sarcástico Chandler. - Recuerda prepararte para el viaje. - sin dejarlo responder corrió en dirección a los aposentos de su madre.

- Claro. - río izan, dirigiéndose al jardín.

La reina Mar Ibeth estaba en sus aposentos con sus damas de compañía eligiendo la ropa que se llevarían al reino vecino. Mientras hablaban las damas de compañía expresaban su preocupación por el matrimonio del único hijo de la reina con esa princesa Adair, no la habían visto nunca y naturalmente aprovecharon eso para criticarla.

Por el lado contrario reina Mar Ibeth, no sabía que pensar estaba en constante conflicto, por un lado esa niña era hija de la mujer que había convertido parte de su matrimonio en un constante sufrimiento y por el otro ella había hecho varios arreglos para cuidarla, la había visto un par de veces y podía ver qué era amable y considerada rasgo que le hacía pensar que sería buena para su hijo, pero le asustaba que la historia se repitiera, que ella cautivará el corazón del príncipe y luego lo votará dejándolo dolido por el resto de su vida, justo como el rey August se encontraba siempre.

- ¿Madre? - el príncipe Chandler hizo una reverencia en señal de respeto.

- ¡Hijo mío! - la reina le pidió a las mujeres en la habitación que se retirarán, pues quería hablar con su hijo a solas.

- ¿Puedo hablar contigo mamá? - se sentó junto a su madre mientras, tomándola de las manos.

- ¿Chandler, sucedió algo? - pregunto preocupada la reina.

- ¡Estoy enamorado! - afirmó el joven príncipe.

- ¿Y de quien? - la reina Mar Ibeth, sabía de la pequeña aventura de su hijo con Nikola, no estaba de acuerdo pues esa joven actuaba bien en presencia de ellos pero mostraba una cara completamente diferente a los demás, era egoísta y malvada al igual que su madre la regente Ariann.

- ¡De Nikola por supuesto!, Necesito que me ayudes madre! - miró ansioso a su madre.

- Te escuchó - respondía la reina aparentando calma, se estaba imaginando lo peor.

-No quiero casarme, ¿Podrías hablar con mi padre?

- Estás insinuando que te quieres casar con Lady Nikola, deseas convertirla en tu reina?

- Aún no decido eso madre, pero no quiero casarme con la princesa que mi padre escogió.

- Lo lamento pero Lady Nikola no aporta nada al reino, ella no posee tierras o títulos que ayuden a tu nación - hablo firmemente la reina a su hijo, ella jamás le había negado nada lo cual le sorprendió, como se temía el problema sería aún peor de lo que pensaba.