Correspondencia de un rey a una princesa.

Habían pasado unos días desde que hable con el Duque Hampton, no volví a ser la misma desde entonces, me sentía deprimida sin ganas de nada, Hilda me hacía compañía la mayor parte del día, me atendía muy bien y era muy amable conmigo aún así no tenía ganas de nada lo único que quería era estar acostada, dormida y no pensar en nada.

Mi estadía en la mansión Fernsby estaba siendo un martirio, quería salir y buscar a mi familia necesitaba escuchar la verdad de ellos, que me explicarán todo. Yo no era tonta sabía que había aún más pero no me sentía lista ni madura para poder afrontar todo.

- ¿Quiere explorar la mansión? - me preguntó Hilda.

- Otro día - conteste.

- El Duque Hampton quiere verla en su estudio - agrego apenada, asentí y me levanté de la cama en dirección a la puerta, Hilda se interpuso y me miró raro.

- ¿Irá vestida así? - baje la mirada y dije que si con la cabeza, no tenía ganas de cambiarme, dudo un momento pero al final me dejó salir, esta vez no vino conmigo agradecía que me diera espacio necesitaba estar sola para poder procesar todo lo que me estaba pasando.

Cuando llegue al estudio del Duque Hampton vi un gran espejo colgado en la pared, por primera vez en muchos días vi mi reflejo, me veía patética casi no había dormido, tampoco comía mucho tenía ojeras en los ojos sumando que estaban rojos por haber llorado por la noche, llame a la puerta una voz desde dentro me invito a entrar, gire la manija y entre, mi anfitrión estaba sentado como de costumbre en su gran sillón de cuero, tenía una mirada cansada y al hacer contacto conmigo su mirada se canso aún más.

- Pasé - me señaló el asiento frente el, me senté y lo miré quería que hablara y me dijera lo que tenía que decirme para poder irme a mi cuarto a dormir.

- Se ve terrible - su comentario no fue muy agradable.

- Me siento terrible - dije sarcástica.

Suspiré cansada - ¿Me mando llamar? - pregunté.

Asintió con la cabeza abrió un cajón del escritorio mientras buscaba algo, saco una caja de plata y me la ofreció.

- Son cartas - dijo.

- ¿Cartas? - pregunté.

- El rey August las envío antes, la última es de hace un mes, si lo deseas puedes responder.

- ¿Puedo leerlas en mis aposentos? - lo mire suplicante.

- Por supuesto - me levanté y salí en dirección a mi habitación, había al rededor de cinco cartas, todas estaban selladas con lacre y tenían el escudo de Ucrynah, las veía con esperanza. ¿El Rey me contaría algo más?

Cuando llegue a mi destino Hilda me miraba preocupada.

- Hilda puedes calentarme agua, quiero bañarme - le sonreí y me senté en el sillón frente a la chimenea.

- Si con gustó - salió del cuarto con un balde vacío.

Las cartas estaban enumeradas, del uno al cinco, suponía que era el orden de envío, tome un cuchillo de la mesa y rompí el sello.

" Querida Adair

Espero te encuentres bien, supongo que tienes muchas preguntas, todas te serán resueltas en su debido momento la paciencia es una virtud que debes adquirir "

- ¿Eso es todo? - Respire profundamente para calmar mis nervios.

" Saludos cordiales

Me enteré hace poco lo que hizo la regente Ariann, tienes mis más sinceras disculpas, agradezco la intervención del Duque Ethon Grapham, rezo por tu pronta recuperación "

" Adair

Viajaré en unas semanas al reino de Shekinah, si me lo permites me gustaría poder dialogar contigo, se que tienes muchas preguntas y espero poder responderte"

" Queridísima Adair

La casa de seguridad Fernsby fue hecha para ti, existen varias casas de seguridad para poder trasladarte en caso de ser necesario, confía en que estarás bien, no te preocupes por tu familia el Duque Grapham se encargo de mantenerlos a salvo, estudia mucho "

Abrí la última carta está fue la que el Duque Hampton me dijo que respondiera si así lo deseaba.

" Princesa Adair Ellie Tweeddaalee

Imagino que pasaste por mucho, quisiera poder responder todas tus dudas pero es peligroso, no puedo contarte los planes que tengo para ti pero si puedo contar algunas cosas del pasado.

No espero que lo sepas pero yo te vi nacer, eras una bebé muy hermosa, gracias a ti aprendí muchas cosas entre ellas el perdón y la compasión, se que ya sabes parte de la verdad espero que puedas entender las cosas y que no me guardes mucho rencor.

Mi único deseo es poder regresar todo lo que por derecho te corresponde, nos veremos muy pronto.

Con cariño Rey August I "

Terminé de leer las cartas no eran muy explícitas por lo que no tuve que repasarlas mucho, Hilda me ayudó a bañarme y a vestirme optó por ponerme un vestido más sencillo color rosa era simple pero hermoso, esto me permitía estar más cómoda mientras estaba en la habitación, también decidí comer. El Rey August me dio esperanza, no respondió a mis preguntas pero se que vendrá y podre hablar con el.

Decidida a dejar de sentirme miserable por mi vida, tome la decisión de responder, se que la carta tardaría al rededor de un mes y que probablemente no la reciba el puesto que viene en camino al reino de Shekinah pero aún así me consolaba poder contestar y ser escuchada.

" Rey August

Espero se encuentre bien usted y toda su familia.

Cómo lo supone tengo muchas preguntas y nadie me dice nada, un día estaba en la granja de mi familia y al siguiente estaba huyendo por mi vida, es un cambio muy grande en tan poco tiempo, nadie me preparo para algo así.

Espero con mucha impaciencia su llegada, le deseo un viaje seguro.

Amistosamente Adair "

Copié el mismo formato de la última carta, agregue un saludo, y una despedida, nunca antes había enviado cartas ni siquiera a mi madre, aunque no lo había hecho no quería parecer una total incompetente trate de verme lo más segura posible después de todo el que recibiría la carta era un rey, entregué el papel correctamente doblado, lo metí a un sobre color pergamino y le pedí a Hilda que la llevara al estudio del Duque Hampton, después de todo debía ser sellada con lacre, yo no tenía sellos, ni tampoco un escudo, contaba con que el la enviaría.