Peligro.

Lady Ariann despidió a los sirvientes de sus aposentos mientras se quedaba a solas con su hija Nikola, la expresión en su cara era indescifrable por desgracia los eventos de hoy ponían en riesgo sus planes, era bien sabido que algún día dejarían la regencia tanto ella como su marido lo que no esperaba era que el Gran Duque Grapham guardara tales secretos que implicaban el bienestar del reino, ahora no confiaba en nadie mas que en su hija Nikola, si querían que todo saliera según lo planeado tendrían que adelantar la visita real del rey August el único problema era que no tenían una excusa razonable para pedir su presencia en el reino de Shekinah y por desgracia la primavera apenas comenzaba, el evento de año nuevo estaba muy lejano aun.

- Mamá, ¿Qué querías decirme? – pregunto Nikola ya algo desesperada por el secretismo de su madre.

- Debes prepararte para conocer al príncipe Chandler, es preciso que conquistes su corazón – pauso un momento – Sabes bien que el bienestar de la familia depende de ello.

- Ya lo se madre - dijo Nikola exhalando un gran suspiro.

- Nikki, no cuento con nadie mas que contigo, sin el título de regente de tu padre no tenemos nada. – dijo Ariann a punto de llorar. Ella era una mujer fría su infancia había sido bastante dura, creció en el reino de Ucrynah bajo el gobierno del rey Charles III, la pobreza a la que se enfrento en su infancia fue tan extrema que tuvo que hacer cosas de las cuales ahora se avergonzaba, ella haría todo lo posible para que sus hijas conservarán todo lo que tenían y si podía darle a su hija mayor la corona de su país natal lo haría sin dudarlo, aunque eso implicara mentirle, cuando la mando a llamar a sus aposentos estaba dispuesta a que su hija supiera el gran secreto que el duque le dijo, sin embargo ella sabía que era mejor que solo una persona lo planeara de esa forma las cosas tendrían mas posibilidad de éxito.

- Ve a tus aposentos y descansa hija mía – dijo su madre señalando la puerta, Nikola asintió y se fue.

A la mañana siguiente Lady Ariann mando llamar a varios funcionarios en su mayoría corruptos y de dudosa reputación para que la ayudaran a ejecutar su plan, no era la primera vez que esto sucedía ellos le eran fieles pues en ocasiones anteriores tuvo que deshacerse de varias mujeres que se metían en su camino, era algo que se debía hacer para conservar el poder, y ese era un precio que ella estaba mas que dispuesta a pagar.

- Mis señores, los llame el día de hoy porque tengo una misión para ustedes, como bien saben el festival de verano será pronto y con ello las invitaciones a grandes funcionarios del reino se envían con previa anticipación. – exhalo y continuo – Cómo bien saben el Gran Duque Grapham es un hombre que a servido al reino desde que los antiguos reyes desaparecieron, sin embargo recientemente se me informo que la amante del regente vive en esa casa y es amiga de los hijos del Gran Duque, esto no es nuevo para ninguno de ustedes, el regente es un hombre que muestra su afecto a las jóvenes, por desgracia temo que esta relación afecte el compromiso de mi hija con el Príncipe Chandler, saben de su gran amistad y afecto que el Príncipe desde siempre le profeso a Lady Nikola es por eso que necesito de sus servicios para desaparecer a esa chiquilla - termino de hablar y se miró a los hombres sentados en la mesa del consejo.

- Mi señora cuenta con todo mi apoyo, yo mismo me encargare de desaparecer a la amante de nuestro regente – dijo con voz remilgosa el Barón Land.

- Como el Barón Land dice, tiene el apoyo de mi familia y el mío en esta situación mi señora. – añadió el Duque Frey.

- ¿Ya tiene un plan mi señora? – pregunto Lord Every.

- Así mismo Lord Every, escuchen con mucha atención, no quiero fallos, el futuro del reino depende de ustedes.

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Mis abuelos, mi hermana y mi madre se habían ido a la granja, el Gran Duque Grapham insistió en que estaría más cómoda en su mansión además puntualizo que el medico vendría cada tanto para revisar mis heridas, así que sin mas tuve que quedarme en la mansión, dormía en una habitación junto a la de mi mejor amiga, la verdad es que me sentía incomoda pues las sirvientas me miraban con desdén lo único que me mantenía relajada era la amplia biblioteca que tenía la mansión.

Casi diario venia alguien de mi familia a visitarme, la mas emocionada era Naybella, no se quedaba tanto como quería porque aun tenia que ir al mercado de víveres a vender los productos de la granja, me sentía mal por no poder ayudarla sin embargo se me pidió mantener un perfil bajo por si acaso la regente Ariann quisiera tomar represalias.

Habían pasado casi dos semanas desde el día del incidente en el mercado de víveres, mi espalda comenzaba a sanar sin embargo aun me sentía asustada, me sentía mas segura y tranquila cuando mis abuelos venían a verme, sin embargo no podían venir siempre por la distancia, me había enterado por mi hermana Nay que Archie estaba viviendo en la granja pues su padre le permitió venir de visita una temporada, estaba tan ansiosa por conocerlo no veía la hora de irme de la mansión y recuperar mi vida, tenia muy claro que debía ser mas cautelosa de ahora en adelante sin embargo estaría a salvo siguiendo los consejos del Gran Duque Grapham.

Toc, toc – una sirvienta entro y me anuncio que tenia visita, le dije que podía recibirla en la sala de té de mi habitación temporal, asintió y se fue.

Me dirigí a la sala de té y al entrar me quede sin aliento, mi madre estaba sentada en el cómodo sofá que yo usaba para leer, su expresión era calmada me observo y me sonrió.

- No esperaba verte aquí – dije molesta, no tenía una buena relación con mi madre, jamás le importé me parecía hipócrita de su parte venir a verme ya que en las dos semanas que llevaba aquí ella no venía a visitarme.

Vine a verte, me preocupa tu bienestar hija - en ese momento una sirvienta entro dejando una bandeja de te de limón y unos pastelitos de fresa para acompañar, una vez que se fue continuo el incomodo momento.

- ¿Qué quieres en realidad? – hable a la defensiva.

- Vine a que hagas algo por mí. – respondió con naturalidad, lo que me hizo enfadarme aun más, yo no tenia porque hacer nada por esta mujer.

- Entonces lamento que vinieras en vano, no hare nada por ti si es todo vete. – murmuré estas últimas palabras, mi vos amenazaba con quebrarse. - Ahora que estas aquí me gustaría saber porque me dejaste, porque no me quisiste, porque no te quedaste. – añadí alterada.

Su expresión era burlona, lo que yo sentía era solo mío, a ella no le importaba.

- Estoy agradecida con mis abuelos, me dieron todo, amor, protección, comprensión, educación ellos son todo para mí, pero es difícil crecer con el estigma de que tu madre no te tolero y se fue dejándote atrás. – continúe hablando, y por desgracia ahora llorando. – No te quedes callada, ¿DIME POR QUE REGRESASTE?, no debiste venir, solo me lastimas. – me seque la cara con la manga de mi vestido, me rompió el corazón la miraba de Elisbeth, cansada de mí.

- Que exasperante eres, me retiro. – se levantó y se dirigió a la puerta, volteo una vez más y añadió – Mejórate, Adair. – y sin miramientos se fue.

- Ya no necesito una madre. – murmuré para mí, me sentía sola incluso aun más estando en esa gran habitación, el resto del día fue abrumador decidí encerrarme en mi habitación y descansar, estas peleas con esa mujer eran tan cansadas me agotaban mentalmente, y aunque fingiera lo contrario me dolía y mucho.

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