Desventaja curiosa.

Alastor no almorzó ni durmió conmigo, él dijo que debe seguir investigando.

En toda la noche no pude conciliar el sueño y durante el entrenamiento andaba pérdida. ¿Cómo es posible que cosas del pasado hayan cambiado?

Necesitó hablar con mi padre urgentemente.

—Mi señora.

Voltee hacia Sofía, hoy es su primer día trabajando como mi sirvienta de manera oficial y parece cómoda. Eso es bueno.

—¿Qué pasa?

—Es que... solo ha estado jugando con su comida. ¿Se siente mal?

Negué. —Solo estoy pensando, ¿Ya comiste?

—Sí.

Me levanté de la mesa. —Vamos a caminar por el jardín, necesitó aire fresco.

—Claro, ¿Necesita que lleve algo?

Negué levantando un bote de agua. —Puedo hacerlo.

Ella sonrió.

Estando afuera nos dirigimos al invernadero, aún no lo he visto y tengo curiosidad.

Ambas estábamos platicando de mi cumpleaños, es hoy, pero se acostumbra a celebrar un día después por respeto a las madres.

Sofía dijo que una vez trabajo en una casa noble como ayudante de jardinería y que, según ella, cuando se cumple la mayoría de edad desde muy temprano se reciben regalos.

—Entonces, ¿Los nobles me enviarán cosas desde mañana?

Solté mientras acariciaba las rosas blancas, estar aquí adentro me recuerda al centro.

—Sin duda alguna, usted es la Archiduquesa.

—Pero siquiera me conocen.

—Por lo mismo mi señora, usted aún es menor, no les conviene sacar las garras aún.

Reí.

—Es verdad mi señora, debe cuidarse de los nobles. Ella se acercó a mí. -Aquí estamos muy lejos de la ley, aparte aquí pueden usar magia libremente.

¡!

—¿Desde cuándo?

—Siempre ha sido así. Pero mi señora, voy a sonar cómo entrometida, pero debo advertirle.

—Habla.

—Bueno... la joven maestra roseta estaba por ser la prometida oficial del Señor Allen, pero lo más importante es que se desconoce su habilidad mágica.

¡No hay registro! Me mordí la lengua y me calmé rápidamente, no desconfío de Sofía, pero tampoco voy a revelar mis emociones con libertad.

Suspiré.

—Respecto a la señorita ¿Todos saben lo de su amorío con mi esposo?

Ella se sonrojó. —No, no, bueno... yo sí por mi hermano, pero la gente no tiene ni idea, es probable que lo único que hayan ideado es que se gustaban.

—¿Es eso así? ¿La gente solo cree que se gustaban?

—Ellos estaban juntos por lo de la magia, según Tristán es por eso que se esparcieron rumores.

—Te encargó que investigues lo que la nobleza y los plebeyos creen de ellos.

—Claro que si mi señora, lo prometo.

—Confío que lo harás bien. Le sonreí. -Mientras haremos un poco de drama.

—¿Perdón?

Me levanté de dónde estaba y comencé a caminar así la biblioteca.

¡Por eso me advirtió sobre la joven maestra roseta! Ese tipo no tuvo ni la intención de decírmelo directamente... ¿Cree que no soy capaz de digerir noticias malas o solo no le importa mi opinión?

Sin duda alguna, Alastor cree que aceptaré todo fácilmente... ahora va a saber por qué soy la villana y no la protagonista.

:::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::

"Las estrellas parecen ser fáciles de ocultar"

No he dormido tratando de descifrar las últimas palabras de mi padre.

Si tan solo Karoline pudiera hablar sobre todos los detalles de la muerte de su madre. Suspiré, ella no es de ayuda... sus recuerdos no están completos.

No tengo el derecho de exigirle, solo he puesto más incertidumbre en ella.

He leído por completo todos los documentos que tengo hasta ahora y repasado todo mi plan, sin duda alguna no falto a la promesa que hice.

Es realmente sencillo para mí iniciar una guerra y ganarla, el problema es mi madre, ella está en palacio imperial y no sé cómo está siendo tratada.

También debo tomar en cuenta que probablemente mi cuñada se vuelva emperatriz, si eso sucede debo volver a meditar mis acciones; si la mato... ¿Karoline me va a odiar?

—Voy a pasar.

¿Karoline?

Ella estaba frente a mí con un rostro frío ¿Será porque es su cumpleaños y estoy ocupado?

Me levanté y saqué su regalo, Homero siempre ha dejado joyas cerca por si acaso.

—Feliz cumpleaños. Sonreí extendiendo el regalo hacia ella.

Ella no lo tomó, volteó hacia Sofía. —Por favor prepara agua para la ducha. No tardaré.

—Si mi señora. Ella volteó hacia mí. —Con su permiso señor.

Una vez la puerta se cerró, ella caminó a mi dirección.

Me mira como si fuera un gusano...

—¿Soy tan poco fiable?

¿Qué?

—¿Por qué lo dices?

—¿Entonces solo soy un adorno que te da poder?

—No te entiendo.

Ella se sentó, se cruzó de piernas y brazos, me acerqué, pero mantuve una distancia razonable.

—Alastor. Yo no soy una maldita muñeca.

—¿De qué carajo hablas? Ahora de que te enteraste.

—¿Ahora? Ja, ¿Cuándo tenías pensado decirme que la magia es de libre uso?

—Creí que lo sabía. Me disculpó.

Ella debe tranquilizarse si me disculpó...

—¿Por qué lo sabría? ¿No recuerda el contrato?

—Lo recuerdo, pero no entiendo por qué actúas así.

—Me casé contigo para estar a salvo. Ella se levantó y camino hasta quedar muy cerca de mí. —No me importa con quién te acuestes, pero no pienso morir por ti.

—¿Morir por mí?

—Cree que la joven maestra Roseta estará tranquila.

—Si lo desea... La mato y listo.

—Lo haré yo misma.

Ella salió de la habitación.

¿Qué carajo acaba de pasar? Entiendo que lo estropee pero... ¿Matarla?

No la creo capaz, apenas está aprendiendo a usar la espada.

:::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::

Sofía me estaba ayudando con la ropa, me puse ropa para dormir y me dediqué a cenar.

Le dije a Sofía que fuera a cenar también, que descanse, ella se despidió.

Mientras conciliaba el sueño, estaba pensando en que tan malo sería si la habilidad de la joven roseta es realmente única y sorprendente.

¿Estaré salvó en este lugar?

Si ella llega aquí, sin duda tendré que inventar una excusa para no estar sola con ella. Si aún no conozco mis habilidades es mejor mantenedme a raya.

Por otra parte, si me molestaría que esté con Alastor a solas, pero no pienso morir aún.

Tengo tantas dudas sobre esta "oportunidad".

—¿Mi señora?

—¿Sofía?

—Si mi señora, soy Sofía. ¿Puedo pasar?

Me acomodé para quedar sentada sobre la cama.

—Adelante.

—El señor Homero me entrego una carta para usted.

Me la dio y se retiró.

Leí el remitente y suspiré, "Alexandra Roseta". El sobre es de color crema y está sellada con cera, es sencillo y elegante. La respuesta me tomo por sorpresa:

"Señora Allen. Estoy realmente honrada con su invitación laboral, la aceptó.

Respondiendo a su pregunta, mi hermana y yo no tenemos una amistad, para ser honesta no tenemos ni un tipo de afecto.

Por favor descuide, mi lealtad será completamente suya".

¿Se odian?

Sin duda voy a confirmarlo con Sofía. Pues se me hace raro que ella aceptara tan fácilmente. Me hace dudar... pero es mejor tenerla cerca. Ya que aceptó, a lo más tardar debe empezar a trabajar mañana.

Me levanté de la cama para quemar la nota, deje rastros de ceniza para que Alastor se quede con la incertidumbre... Sin duda alguna ya debe de estar informado.

Es más... no voy a quemar el sobre. Me volví a la cama y me cubrí con la manta para dormir.

***Este trabajo esta bajo contratado con NovelToon y la piratería, como la reimpresión sin permiso, están estrictamente prohibidas.***

***¡Descarga NovelToon para disfrutar de una mejor experiencia de lectura!***