Un "Norte" valiente.

Cuando me quedé sola, decidí regresar a la habitación tranquilamente. Ahora que ya me presente a los subordinados de Alastor, se me hace más sencillo encontrar algún sirviente. Supongo que es debido a que ya no encuentran razón alguna para esconderse o evitarme, pues he sido presentada como la señora Allen.

Estaba por subir a la escalera que lleva al lado norte, cuando una mujer se acercó a saludarme y a presentarse como "Gloria". Le sonreí y me presenté por mis apellidos de soltera y antes de poder continuar, hizo una reverencia y poco después me pregunto si tengo pensado que el banquete por mi cumpleaños sea tal cual como en la capital.

Negué y le agradecí que tome en cuenta mis costumbres, sin embargo, prefiero dedicar ese esfuerzo en aprender sobre este lugar, pues he notado muchas actitudes que solo había escuchado de la boca de mi padre. De cuando el ducado Valentine era un "territorio salvaje", pues convivían muchos linajes. Gloria preguntó si podía acompañarme, acepte ya que el camino es largo y aún no me lo aprendo del todo, Estuvimos conversando sobre cómo es la vida en este lado, ya que me causa mucha curiosidad que aún se conserven tradiciones propias de esta tierra, pues en la capital no se toca el tema ni con telepatía.

Me sorprendí cuando ella dijo que recordaba como fue la "Gran Guerra Continental", pues era una niña cuando el actual Imperio Ashunt se alió con este reino y  tomaron todo el territorio Norte.

Pregunte si sabía el motivo por el cual se desató la guerra, sin embargo, ella solo negó lentamente mientras soltaba que en este territorio, existían grupos nómadas donde la sangre de elfos y bárbaros conservaba su pureza. Lamentablemente, su grupo era de salvajes comunes, expertos en medicina. Por ello, cuando los imperios comenzaron el genocidio de esa sangre mística, tuvieron que proteger los secretos de esos pueblos y huir.

Antes de separarnos, menciono que se rumorea en el mercado, que en el otro continente, no se masacró a los místicos, si no los usaron para reproducirse, por eso no se prohíbe hablar del tema ni se les persigue. Pues el futuro Emperador de Ashunt y su esposa, la princesa menor de Orrhis contiene un poco de ese linaje.

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Ver la negación de Tristán y el gran suspiro que soltó después de preguntar "por qué le recomendaría algo así a la señora" me hace tener que recordar la vergüenza que pase hace un rato, pues solo quería molestar a Karol un poco, sin embargo, quede como un idiota.

Me crucé de brazos, —Solo quería ayudar. Aparte dijo que no le importa mientras no se interponga en su trabajo.

Tristán negó, —A veces me preocupa su falta de coherencia.

Reí, —¿Tienes la información que pedí?

Asintió mientras sacaba los documentos de su bolso, algo por lo cual él es mi compañero de batalla más importante, es que es un excelente investigador, si la familia imperial es conocida por nunca dejar cabos sueltos, es porque Tristán mantiene un perfil bajo.

—Todo lo referente a su padre y la familia Sorni, sin embargo, faltan dos fechas. Me lo entrego los paquetes de hojas y se sentó, —No recuerdo con exactitud, pero los acontecimientos son el nacimiento de su hermano y la muerte de la antigua Duquesa Sorni.

—¿Te pudiste encontrar con el sumo sacerdote?

—Sí, pero me dijo que no lo contacte hasta que él lo haga, ya que su hermano sospecha y lo mantiene vigilado.

Le di un vistazo a los eventos más recientes, sé dé su obsesión con Karol, pero sí quiere tenerla para él,

¿Tener un primogénito con la hermana de Karoline? Eso es poner mucho en juego. Desde las residencias aristócratas hasta los plebeyos. —Está actuando precipitado, tener un hijo es una debilidad.

—Al fin y al cabo son hermanos, tienen que parecerse. Soló Tristán y se alzó de hombros.

Tiene razón, mi sentido de pertenencia es aún más pesado que mis ganas de vengarme. —No podemos levantar la más mínima sospecha, por ello te pedí que recomiendes a Sofía como sirvienta.

Negó, —Eso no es suficiente, mi hermana es leal, pero sigue siendo una joven libre. Por ello, considero que es mejor que le platique a la señora en que consiste su "plan".

—Lo haré a penas desarrollé su maná.

Asintió y se despidió con el pretexto de que "Aún hay un trabajo que debe terminar".

Acomodo mi traje antes de salir y  me voy por el único camino limpio, el que lleva al jardín. Recuerdo que padre adoraba esas flores. Este castillo está tal cual como mi padre lo dejo, es una locura mandarlo a explorar sin un mapa, el último grupo callo en piso lleno de trampas de osos.

Miré hacia el balcón de mi habitación, la ventana está abierta, pero la luz no está encendida, ¿Karol se sentirá mal?, arranque algunas flores y caminé a prisa hacia la habitación.

Toque la puerta y pase, ella estaba firmando las cartas, levantó su cabeza y me miró fijamente.

Le sonreí, —¿Son para tu familia?

—Sí, también hay una para la pequeña maestra roseta. Soltó mientras se levantaba y me extendía la carta.

Ni siquiera la mire, —Sobre eso, me disculpó por el comentario fuera de lugar.

—No tienes porque, me sirve más tener la información por adelantado.

Me acerco hasta quedar frente a ella, —Tengo que hablar sobre nuestro contrato.

Ella tomó mi brazo y nos sentamos en la cama, —Si vas a declarar la guerra, cuentas con mi apoyo absoluto.

—No lo dudó, pero temo que tus emociones puedan interferir.

—De ninguna manera. Se levantó y quedó frente a mí, —Mi padre me enseñó a proteger a la familia. Así que daré todo por la mía.

Puse una mano en su cintura, es tan delgada que una es suficiente, —Bien, entonces hay que evaluar tu nivel de magia. Pues tu madre era sanadora, pero aun así murió muy joven y temo que pase lo mismo contigo.

Ella frunció el ceño, —¿Está seguro de que era magia sanadora?

—Es dicen los registros.

—Ya veo... entonces, ¿Y si no puedo?

Tome una de sus mejillas, —Si eso pasa, aún queda la posibilidad de qué puedas dominar runas y libros de alto nivel. Como su rostro palideció me levante para abrazarla, —Te mantendré a salvo, eres importante para mí.

—Bien... pero, ¿Tú puedes usarla?

Suspire y me mordí el labio, la verdad es que no creo que pase algo tan malo si le cuento lo mínimo. Pues al final del día ya es mía, no tiene a donde huir sin que la encuentre, tome sus mejillas y bese su frente, —Sí.

Vi sus ojos brillar, estaba seguro de que me haría más preguntas, pero tocaron la puerta.

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Estaba pensando en lo que Alastor me revelo, es que no recuerdo que se mencione que un bárbaro pueda usar magia, ¿Por eso, puede que el haya mentido para tranquilizarme?

"Mis señores", la voz de Homero, me saco de mis pensamientos. Apenas atravesó la puerta por completo, me fijé en la chica de tez blanca y cabello café. A diferencia de Tristán, ella tiene un par de ojos color carmesí, como Katherine. Y su porte de guerrera me intimida, pero también llama mi atención por completo.

Ambos hicieron una reverencia, "Esta es la señorita Sofía", menciono Homero mientras la rubia daba un paso al frente y se presentaba como "Sofía Norte".

Bueno, no me esperaba que fuera una bastarda, pero para ser mi maestra no creo que haya problema. Alastor se acercó a mi oído, —Te dejó con la señorita Sofía.

Asentí, —Gracias.

Una vez ambos hombres nos dejaron a solas, me acerqué a ella y le ofrecí té, le señalé el asiento que estaba a mi lado, —¿Cuántos años tienes?, solté para iniciar conversación.

—20 años.

—Es maravilloso que tú a edad ya seas maestra de la espada, ¿Qué te motivo a aprender?

—La supervivencia.

Madre mía con esta niña, debe ser vergonzoso para ella tocar ese tema. Aséente mi taza, —Me imagino que prendiste durante la guerra, ¿Tus padres te enseñaron?

—No tengo padres.

No dije nada, ambas estábamos en silencio, solo podíamos sentir el frío de la habitación y sobre pensar en lo difícil que debe ser criarse en ese entorno. Estaba por dar por terminada esta cita, cuando llamo mi atención, pues pregunto por mi edad.

Le respondí "17 años", y ella alzó las cejas mientras susurraba algo que no logre comprender.

Ella bebió de la taza y suspiro. —El señor Homero me comentó que usted quiere aprender a manejar la espada.

—Sí, Tristán me dijo que puedes ayudarme, ¿Por qué?, ¿No quieres enseñar?

Negó, —Mi señora, sería genial que usted me contraté, pero es que él siempre quiere que esté bajo supervisión o cerca de él.

—¿Por qué?

Ella dejó su taza sobre la mesa y suspiro, —Ni idea, siempre ha sido así.

Es muy honesta, y por su edad, parece que formar una familia no está en sus planes. Ella es alta, mucho más que yo, su aspecto es esbelto y elegante con un toque de masculinidad.

Le eché un vistazo largo a su bello rostro.

—Sofía, te seré honesta. Me puse de pie, —Eres muy elegante y atractiva, que te parece si te propongo algo que te dará no solo libertad. Si no también honor.

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