En unas horas.

Mi día va tranquilo, estoy nerviosa pero también relajada. Ayer Alastor se quedó a cenar y aunque insistí no quiso quedarse a dormir aquí. Se ve tan guapo cuando usa colores claros, siento que mi corazón palpita muy rápido cada vez que lo tengo cerca.

Solté un suspiro, llevo haciendo eso tantas veces que talvez he creado un nuevo récord. Ayer me sonrojé y también fui atrevida, cada vez que recuerdo el rostro que Alastor hace, cuando se sorprende mi estómago se hace chiquito.

Bebí mi infusión de hierbabuena, siendo honesta necesitaba esto. Me siento mal por todos los demás que están de arriba para abajo, pero se siente bien descansar.

¿Qué opinaría la verdadera Karoline de todo esto?

Por otro lado, Alastor dijo que vendría para acompañarme durante el almuerzo, desde ayer me ha estado prestándome más atención, espero que nuestra relación siga mejorando.

He pensado en lo de las amantes, sin duda me va a doler. Llegue a la conclusión de que sí me gusta, y mucho.

Si ese sentimiento le pertenece a la "otra yo" no me importa, me da algo cada vez que pienso en que podría amar a una mujer que no sea yo.

¿Cómo voy a hacerle para mantener la calma?

Deje de pensar en eso y mejor comí una galleta y bebí de la taza, observé el anillo que me dio. Me emocionó con lo más mínimo, pero cuando caigo de la nube me siento triste, lo mejor que puedo hacer es ocultarlo. Él solo está conmigo por el poder que le ofrezco.

Ayer me probé el vestido que vi una vez en Pinterest, extraño usar el móvil, leer mangas... Los libros de este mundo son muy buenos, pero extraño los otros, me da nostalgia cuando recuerdo que morí sin conocer el final de Berserk y lo mismo cuando recuerdo las canciones que una vez fueron mis favoritas, pero una vida sin tecnología es más buena de lo que llegue a pensar.

Estaba en mi sala de estar, me queda un día para descansar. —Pasado mañana me caso y parto al norte...

No he tenido información de Katherine, me preocupa que esté triste por el rumor del emperador. No negaré que me quiero vengar, pero hasta ahora Katherine sea comportado, aun así, si el plan de casarme hubiera fallado, sin duda hubiera tenido que conquistar al emperador. De hecho, llegué a pensar en usar el típico "Ya no me interesas" para que con un poco de "desinterés" se enamorara de mí.

Eso siempre pasa en las novelas donde la villana reencarna, ahora que lo pienso, solo espero que la gente no muera a lo tonto. Ahora que soy la villana, confirmo que la teoría es más fácil que la práctica, si algo no pasa como está establecido, todo lo demás cambia. —Espero que fallar no sea mi destino. Susurré.

Me asomé por la ventana, estaba disfrutando de la hermosa vista hasta que vi a mi hermana con el emperador.

Ambos estaban rodeados de escoltas imperiales, Katherine lo tomaba del brazo y él la observaba hablar. Si no conociera lo malvados que son juraría que ambos son perfectos, pero eso es solo en apariencia.

¿El rumor será solo eso?

Seguí viendo, no tengo por qué dejar que ellos me distraigan. Si mis cálculos no fallan, Alastor debe estar en camino.

Llamé a Lourdes y le pedí que preparará la comida en el jardín, ya no necesito aclarar que debe ser para dos,

Alastor lo hizo anoche cuando propuso que almorcemos juntos.

Por la mañana había mucho fresco, ahora hay mucho calor, lo bueno es que el vestido que llevo puesto es sencillo, si hubiera hecho caso a Verónica de usar uno más "abrigado" me estuviera derritiendo. Pase por la sala un momento y luego me dirigí al jardín.

Estuve pensando en comentarle a Alastor que quiero "aprender" a usar la espada.

Extraño hacer ejercicio

Recuerdo que llevaba un riguroso entrenamiento, tenía un cuerpo esbelto y trabajando, pero aun así me faltaba fuerza,"Solo eres fuerte cuando usas un arma", recordé y mi piel se erizó.

No voy a ser débil, necesitó ser fuerte para poder cuidar de mí, no voy a dejar toda mi seguridad en manos de Alastor.

¿Qué pasará si en algún momento no está cerca?

En definitiva, no voy a volver a pasar por lo mismo otra vez. No creo que se niegue a darme un maestro, pero tampoco creo que me considere capaz. Voy a demostrarle que lo soy.

Así que cuando llego, solo espere a que nos sirvieran la comida y se retirarán todos, en ese momento se lo dije.

—¿Darte un maestro de la espada? Alastor me observo con indignación y dejó el tenedor en la mesa.

Come mucho.

—Sí, quiero aprender a defenderme. Me limpié con la servilleta. —¿Te disgusta?

Esta vez frunció el ceño, no se me haría raro que se negará, al fin y al cabo, en este mundo las mujeres no suelen aprender eso a menos que quieran pertenecer a la Guardia Imperial.

—¿Por qué querrías un maestro de la espada si tu futuro esposo, el más hábil de todo el imperio?

—Porque mi futuro esposo debe tener asuntos más importantes, contraataque.

Suspiró. Él dio la señal de que se podían levantar los platos. Una vez que se fueron me invitó a dar un paseo por el jardín.

Ni siquiera dude, acepte de inmediato, Katherine y el emperador estaban pasando la tarde en la casa, es mejor no toparlos. Alastor tomó mi mano y caminamos con calma. El clima se pone particularmente frío cuando me acercó a Alastor, no me desagrada pero es curioso.

—¿Por qué cree que tendré algo más importante que usted?

Eso me tomo por sorpresa, si esto sigue así me voy a confundir. Suspiré, —Es porque usted es el único Archiduque del imperio, aparte tiene una reputación que cuidar.

—¿No qué mi reputación es nula importancia para usted?

—Por eso mismo debe mantenerla ¿Qué cree que pasará si de repente "cambia" sus prioridades?

—Lo peor sería que se esparza el rumor de que la amó tanto que descuido mis prioridades.

"Rumor"

—Exacto, eso solo confirmaría la mala reputación que tengo.

—Su mala reputación se basa en que "está tan enamorada del Emperador que haría cualquier cosa por verlo".

—Sí, por desgracia... pero también hay rumores de que dónde pongo el ojo llega la flecha.

Lo del emperador, en algún momento, sí fue del todo cierto. Lo otro es una de mis cualidades, "lo que me propongo lo logro"

—Dejando a un lado todo lo referente con Caebrian. Alastor carraspeo la garganta, —¿Por qué debería dejar que un hombre cualquiera sea su maestro?

Eres tan persistente, me gusta, pero hace un momento recalcó que lo que siente por mí solo es un "rumor",

Suspire. -Ya le dije que es raro ¿Qué pensarán sus mujeres?

Frunció el ceño. —¿Mis mujeres?

—No quiero crear problemas con eso, al fin y al cabo está en su derecho.

Me soltó. —No sé por qué es tan persistente con eso, tenemos un acuerdo.

—Por lo mismo lo menciono, hasta que yo no dé a luz un hijo, es libre de estar con quien le apetezca.

—Bien, entonces haré todo lo que esté en mis manos para que en su primera noche siendo mayor de edad quedé embarazada.

Un escalofrío recorrió mi cuerpo. —¿Embarazarme?

Asintió. —Me corrijo, desde el instante en que su cumpleaños numeró 18 años de inicio, comenzaré.

—¿Se escucha? Suena como si de verdad estuviera enamorado de mí.

—Si no fuera así, casarnos sería raro, ¿No lo creé?

—Tal vez. Pero tampoco sería raro.

—A mí no me molesta la idea, ¿Y a usted?

No dije nada, solo negué mientras sonreía.

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