¿Estamos listas?

Alastor me comentó que por el frío es probable que me enferme si paso mucho tiempo fuera, así que partimos de inmediato, una vez frente a la hermosa construcción, él soltó "Bienvenida a casa".

—Me siento, diminuta.

"Me siento igual, desde joven siempre me ha intimidado este lugar" susurro y me tomo de la cintura para bajarme del carruaje.

Mire las pisadas de Alastor, se ve como un camino de sangre cuando la nieve se mezcla con las hojas podridas, —Hasta las hojas podridas del norte dan miedo.

—Lo que me da miedo es que te dé un resfriado o algo.

Tiene razón, pero mis ganas de curiosear son más grandes, —Pero, ya me estoy acostumbrando...

Negó y me hizo caminar hasta llegar a la puerta principal. De mala le seguí el paso, y no paraba de comentar que ahora que estamos casados, debería esperar a que pase mi cumpleaños para asumir la responsabilidad de ser la señora de la casa.

Yo acepté con la condición de que sea completamente honesto con todo, y como lo prometió, me dio un poco de paz. Poco después, un señor de talvez, ¿70 años?, se acercó y se presentó como Homero, el mayordomo de la casa.

Alastor me presentó como la Señora Allen, pero lo interrumpí para mencionar mi nombre, "Karoline Sorni".

El mayordomo abrió los ojos y me pregunto si soy la hija mayor del Señor Nicolás, asentí y no pude evitar preguntar de donde conoce a mi padre.

"El señor tomaba clases junto al emperador cuando eran niños, nunca voy a olvidar a un niño como ese, pues era muy vivido y aprendía rápido".

Yo sabía que papá era cercano al antiguo Emperador, pero no sabía que creció en esta "casa".

"Señor Homero", soltó Alastor,

—Necesitó que guíe a mi esposa con todo lo referente a la casa y que le busque al mejor maestro de la espada.

El mayordomo me observo. —Señora, el mejor maestro de la espada es su esposo.

Alastor se pavoneó, y estaba a punto de decir algo cuando lo interrumpí.

—El señor Tristán me recomendó a su hermana.

Ambos se observaron.

—¿Tristán hizo qué? Soltó Alastor. —¿Acaso quiere que yo sea viudo tan pronto?

¿Tan salvaje es?

—Señora, la joven Sofía ha crecido bajo mi supervisión desde que nació, debido a eso no puedo recomendarla. Pero si usted está segura de darle esa oportunidad, tampoco estoy en desacuerdo.

—Estoy pensando en citarla primero.

"Cuando vean a Tristán voy a reprenderlo", susurro Alastor.

Yo lo miré directamente a los ojos y solo negué.

Frunció el ceño, —¿No?, él está enviando a mi esposa a la muerte.

El mayordomo sonrió y negó a la vez.

No me queda de otra, tengo que ganar esta vez, "Bien, ¿Entonces quieres que otro hombre sea el que me enseñe?", le solté mientras alzaba una ceja.

—Eres astuta.

Solo le sonreí, Alastor le dijo al mayordomo que mañana él estaría a cargo de enseñarme el lugar. Él asintió y dijo que mandaría a buscar a Sofía y también a las criadas para llevarnos la comida a la habitación.

Caminamos por un pasillo donde las paredes grises y de tonos oscuros, hacen que los cuadros dorados y plateados resalten mucho. Mientras caminábamos a paso lento me dediqué a curiosear y olvidé el horrible frío.

—Realmente es enorme, le dije mientras apreciaba el lugar.

"Lo único malo es que fue el castillo donde creció mi padre", comento mientras miraba por una de las ventanas.

La verdad es que ya no me podía aguantar, así que le pregunte si sabía por qué él le dio la espalda. Pero por desgracias lo único que recibí fue "Que es algo que ni él comprende".

No dije nada más,

—Me preguntó cómo era mi padre de pequeño...

—Si él tomaba clases con el emperador, es posible que practicará la magia desde joven, ¿Crees que pueda ayudar con tu retardo?

Negué, le comenté que mi padre ya había aplicado todos sus conocimientos. De hecho, creó que es más probable que conozca toda la historia de lo que sucedido con Alastor a lo que sucede conmigo.

Él se posó frente a mí en un movimiento, "Esta es nuestra habitación", me susurro y los nervios me invadieron.

Asentí torpemente, —Las personas de aquí, ¿Saben que aún tengo 17?

Él negó. —No, pero si dices a qué casa perteneces... talvez te reconozcan.

Le miré, —Tu apellido me gusta mucho, pero crecí en la casa Sorni, ¿Podrías al menos dejarme usar mi apellido para presentarme a mis cercanos?

—Mientras quedé claro que tu lugar es a mi lado, eso no me molesta, puedes usar tu apellido.

—Bien, prometo dejarlo claro.

Alastor me tomo con una de sus manos mientras abría la puerta y me dio un beso, podía sentir como mi rostro ardían. Nos separamos y me señalo el interior de la recámara.

La habitación es modesta, me fascina que sea de esa forma, —Es completamente de mi gusto.

Soltó mi mano y se acomodó frente a la puerta, —Me halagas.

—Hasta los colores de la habitación me gustan, combinan con todo, hasta con nosotros.

Me acerco al balcón y me asomo por la ventana. La vista es maravillosa, se ve el jardín completamente cubierto de nieve. Doy la vuelta y miro desde ahí toda la habitación, y me percató que, a los lados, justo en el rincón donde la habitación empieza, hay dos puertas, una en frente de la otra.

"A la derecha está el baño y a la izquierda el closet", soltó Alastor sin dejar de observarme minuciosamente.

Asentí y los exploré con calma.

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"Señorita, su padre la llama".

Me levanté y dejé de ver la revista de vestidos de novia. Me casaré en un mes y aunque estaba feliz, pues me ha costado mucho esfuerzo y tiempo poder cumplir mi capricho. Sigue siendo muy tedioso, ya que ahora no solo debo enfocarme en mis estudios académicos, sino también de etiqueta.

—¿Me llamaste padre?

Asintió, —Pasa, toma asiento.

Mi padre me recuerda a Karoline, los ojos dorados son realmente atractivos. Lo único que tengo en común con ellos es el color de cabello, el plateado.

—¿Estás segura de querer ser Emperatriz?

Asentí, mientras tomaba asiento.

—Bien, entonces pueden anunciar su compromiso, tienes mi apoyo.

—Padre, sobre mi edad... No tendré un debut oficial, ¿verdad?

—Tu debut será el día de tu boda.

—Bien, pero ¿Es lo mismo con Karoline?

Él negó. —Ella es Archiduquesa, debe estar limpia para poder usar magia.

—¿Cómo pueden saber eso?

El tomo una taza de las dos que estaban sobre el escritorio y me ofreció té, acepte y mientras servía el suspiro, "No es complicado, los sacerdotes usarán la sangre de ambos para saber si respetaron el acuerdo, cuando ambos juraron en el altar, después del beso, ¿Te diste cuenta de que el color de sus labios era severamente morado?"

—Sí.

—Bueno, ellos durante sus ensayos bebieron agua de la fuente de poder, cuando ambos se besaron el "poder de dios" se unió dando un color.

—El color tiene que ver con la magia, ¿verdad?

Papá asintió. —Tanto tú como tu hermana son capaces de usar magia, tu madre lo hacía desde niña.

—Pero no podemos dominarlo hasta que cumplamos 18, ¿Verdad?

—Normalmente, así es, pero tú lo harás antes.

Asentí. —Entonces... cuando mi cuñado acompañe a mi hermana al templo, ¿La combinación de su sangre debe ser de color morado?

—El color aparecerá después de verter agua sagrada en el cáliz dónde sus sangres se van a mezclar.

—Haré lo mismo, ¿verdad?

—Sí.

—Padre... si me arrepiento del matrimonio, ¿Te daré problemas?

—Nada que no pueda solucionar, pero siendo honesto, no estoy listo para dejar ir a mis hijas, pero tampoco puedo obligarlas a dejar su felicidad por eso.

Mi felicidad... ¿El Emperador es realmente mi felicidad?

Estaba tan sumergida en mis pensamientos, que el abrazo que me dio mi padre me hizo romperme, pues no sé si estoy lista o si me estoy precipitando por la envidia que le tengo a Karoline.

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