CAPÍTULO 18

Capítulo 18

Amarantha vio como su hermana y doncellas casi saltaron de la emoción fuera del carruaje cuando este se detuvo frente a una plaza y Mikail les abrió la puerta, ni siquiera tomaron en cuanta la mano que Mikail le ofrecía para bajar, solo saltaron fuera del carruaje sin ningún miramiento.

Amarantha negó divertida viendo la actitud aniñada de su hermana y doncellas. Tomó la mano que su esposo le ofrecía para bajar del carruaje y cuando estuvo abajo él no soltó su mano, parecía bastante cómodo y sin intención alguna de hacerlo. A pesar de que Amarantha nunca fue una mujer que le gustarán las demostraciones de afecto en público o los hombres pegajosos y empalagosos, no se sentía incómoda con que Mikail tomara su mano, sentía una calidez agradable cada vez que él estaba cerca.

–¡Por Dios! Mara mira eso, hay algodones de azúcar.–Casi Grito de la emoción mientras señalaba un pequeño carro que vendía algodones de azúcar.–Pensé que no volvería aprobarlos.– Amarantha podía notar la felicidad salir por los poros de su hermana, Analise siempre fue alguien muy alegre, aunque solo le mostraba ese lado a ella, pero desde que habían llegado a ese mundo, había notado como Analise se estaba abriendo a mostrar a otras personas esa personalidad. Y el claro ejemplo estaba en como fue casi corriendo al puesto de algodón de azúcar, ella era era una persona que amaba los dulces.

Amarantha se fijó más en los alrededores y pudo ver muchos puestos de comida que habría en las ferias o parques de diversiones de su mundo. Además, había muchas personas y alcanzó a ver tiendas de todo tipo en las calles cercanas. Al parecer era un sector para turistas. Todo estaba muy bullicioso y alegre.

–Vamos con ellas, no queremos perderlas en este gentío.–Sugirió Mikail, mientras jalaba su mano para ir la dirección por la que había ido su hermana y las chicas.

Cuando llegaron al puesto, las chicas ya estaban probando el dulce, la sonrisa en el rostro de Analise parecía que no se borraría por nada. Y Amarantha estaba igual de feliz de verla tan contenta y emocionada.

Mikail le entro unas monedas al señor del puesto y tomó un algodón de azúcar más.

–Ten, espero lo disfrutes.– Mikail le entrego el algodón de azúcar y ella lo tomo sonriente por el detalle, tomo un pedazo con su mano y lo llevo a su boca, sintió como el dulce esponjoso se derretía en su boca, hacía muchos años que no probaba uno de esos, desde que había estado a cargo de la empresa se había privado de pequeños placeres como ese y ahora que caía en cuenta su hermana también, porque siempre estába junto a ella.

–Ten, come un poco tu también.– Amarantha acercó un trozo del esponjoso dulce a la boca de su esposo y este con una mueca graciosa en el rostro lo comió.

–Gracias, está delicioso.– le Sonrió Mikail y puso una mano en su cintura para acercarla a él.

–Oigan, para de tórtolos, queremos recorrer y conocer, y ustedes deberían hacerlo también como pareja recién casada.–Dijo Analise con una sonrisa burlona.– Nosotras estaremos bien visitaremos algunas riendas y comparemos cosas lindas, no se preocupen, no vemos cuando anochezca aquí mismo.– Dijo nuevamente Analise.

A Amarantha no le gusto mucho la idea, pero a pesar de que quería negarse su hermana ya se estaba despidiendo con la mano y tomó las manos de las doncellas para jalarlas a algún lugar.

–Tranquila estara bien, este pueblo es muy tranquilo.– Dijo Mikail tomándola fuerte de la cintura cuando sintió que ella quería ir tras su hermana.– Además mis hombres las vigilarán de cerca.– Dijo captando la atención de Amarantha. Y él solo le sonrío intentando tranquilizarla.

Amarantha casi había olvidado, que su ahora esposo, además de ser un príncipe del imperio y un Gran Duque de renombre, era muy bien conocido y temido en los barrios bajos y peligrosos de las ciudades por sus, bares burdeles y negocios. Claro que tendría hombre cuidándolo desde las sombras, aunque él perfectamente podría defenderse sin ningún problema.

Un poco menos preocupada asintió.

–Muy bien, entonces ¿Qué hacemos?–Preguntó ella mirando a su alrededor.

Mikail tomó su mano nuevamente y empezó a caminar junto a ella.

–No lo sé, lo que tu quieras hacer, ¿No quieres compara algo?–Pregunto mientras se adentraba a una calle llena de tiendas.

Amarantha recordó que quería recorrer y conocer los lugares de hospedaje.

–No tengo en mente comprar nada, pero.si quiero recorrer.–Dijo mirando las tiendas que estaba del lado de la acera por donde caminaban.–¿podemos ir a los lugares de hospedaje?–preguntó.

Él la miro con el entrecejo fruncido.

–Si, claro hay algunas posadas dokde se quedan los turistas que visitan el pueblo o los viajeros que van de paso.–Explicó extrañado por el interés de su esposa.

El rostro de Amarantha se iluminó con determinacion.

–Muy bien, vamos a conocerlos– Dijo emocionada Amarantha. Mirando a su confundió esposo con una sonrisa que te haría aceptar cualquier cosa.

–Claro no hay problema, pero ¿Por que quieres vistar esos lugares?– preguntó realmente interesado. Mientras tomaba un mechon de cabellos de su esposa y lo ponía detrás de su oreja.

–Eso es para un proyecto que tengo en mente.– Dijo Amarantha interesando mad a su esposo.

Mikail, la miró durante unos segundos dándose cuenta de que su esposa no mentía.

–Sí que tengo una esposa llena de sorpresas.–Río divertido Mikail, para luego acercase a su esposa y dejar un tierno beso sobre su nariz.

Amarantha se sorprendió ante tal acto repentino, pero sonrió por el tierno gesto. Ese hombre la estaba volviendo una empalagosa.

Mikail, tomo su mano con más fuerza para no soltarla y que se perdiera entre tanta gente y empezó a dirigirse a una de las calles donde mas se econtran las posadas que habia mencionado.

–Por cierto, ¿Cuándo iremos a buscar a tu hermana?–Preguntó con cautela Amarantha, sabía que su hermana era un tema sensible.

Mikail se tensó por un momento, recordando que tenía que conseguir el permiso del el emperador para llevarse a su hermana. Y este posiblemente no estaría muy contento con que se hubiera casado con la que sería su cuñada. Pero ya todo estaba hecho y Amarantha había tenido razón, ella era la única dama noble casamentera que podía hacerle cara a la emperatriz.

–En cuanto volvamos a la capital, iré al palacio a visitará mi hermana y a hablar con el emperador.–Dijo sin detenerse, ya estában cerca.

–Quisiera ir contigo, me gustaría apoyarte y que no pongan ningún pero y podamos traerla ese mismo día.–Dijo sería, tomando la atención de su esposo.

El no espero que ella también quiera traer a su hermana cuanto antes, talvez espero algunas excusas. Pero en su tono de voz y petición no había ningún rastro de molestia.

–Claro, no hay problema, estoy seguro que mi hermana estará muy curiosa de la mujer con la que contraje nupcias después de haberme negado tanto al matrimonio.– Sonrió imaginando la expresión de su hermana cuando llegara con una esposa.–Bien llegamos, entremos.

Frente a ellos había una puerta de madera decente, se veía bastante bien por fuera, parecía tener dos pisos.

Cuando entraron vieron muchas mesas de madera en buen estado aunque aún así parecía que ya tenían años. Y a un lado se encontraba lo que parecía ser la recepción detrás un mujer mayor regordeta que parecía muy tierna.

Al parecer el primer piso era utilizado como restaurante, supuso que las habitaciones se dcontraban arriba.

Se acercaron al mostrador donde se econtrana la mujer mayor, que los esperaba sonriente.

–En que puedo ayudarles.–preguntó cortes la mujer.

–Hola, sé que le sonara extraño pero me gustaría recorrer sus instalaciones. Puedo pagarle el precio de una habitación por el recorrido.– Pidió Amarantha intentando no parecer tan fría.

La mujer los miró sospechosamente por tal petición.

–Claro, por favor espere un momento.– Dijo y salió de detrás del mostrador y a los minutos regreso con una joven.– Muy bien, por favor síganme.

Al parecer la chica iba a remplazar a la mujer en el mostrador mientras daban el recorrido.

La mujer, Maria como se presentó empezó a darles el recorrido. En el primer piso se Encontraba la cocina y el restaurante que se encontraba al entrar. Al subir las escaleras se encontraron con las habitaciones, María les explicó que contaban con quince habitaciones, cinco de ellas incluían un pequeño baño, mientras que las otras solo contaban con la cama y una cajonera.

Luego de recorrer las habitaciones y mirar los baños. regresaron a la recepción.

–Gracias por enseñarnos el lugar, fue muy amable.–Sonrió Amarantha mientras le entregaba cinco Reales.

La mujer los acepto y le agradeció aún extrañada por tal petición.

Le sonrieron una vez más a la mujer y salieron del lugar.

Mikail se acercó a Amarantha y la abrazo por la cintura.

–¿Ahora a donde vamos?– Preguntó Mikail curioso.

–Recorreremo mas posadas.– Dijo Amarantha mirándolo.

–Muy bien como ordenes.– Dijo sonriendo mientras las miraba.

–Entonces andando.– Sonrió Amarantha.

Se pusieron en marcha nuevamente y recorrieron las posadas que estaban a los alrededores, pagando el previo de una habitación por cada recorrido.

Todas tenían básicamente el la misma organización. Se diferenciaban por la cantidad de habitaciones con las que contaban y que las que al parecer eran las más lujosas contaban con pequeños saunas.

–Muy bien, supongo que eso es todo.–Dijo Amarantha al salir de la última posada.– Deberíamos ir a buscar a las chicas, ya ha pasado un tiempo.– Dijo mirando a Mikail.

–Claro.–Dijo Mikail tomándola de la cintura.– ¿Cómo vas a pagarme a mi por el recorrido?– Preguntó en un susurro mientras sonreía mirando a subesposa.

Amarantha sonrío coqueta.

–Tengo en mente algo que podría darte cuando lleguemos a casa.– Lo miro directamente a los ojos.

–Muy bien, vamos a buscar a las chicas.– Dijo mas decidido.

Tomó la mano de su esposa y ambos empezaron a caminar de regreso, quería buscar a su cuñada y volver pronto, deseaba estar a solas con su hermosa esposa.

Amarantha río por lo entusiasmado que se veía.

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