20

El día de hoy el sol brillaba, cada segundo aún está grabado en mi memoria… desde lo que hice al comenzar ese día, hasta el cómo me sentí cuando regresé a casa… aunque me parecían ridículas las ironías de la vida. 

Despertaba con los rayos del sol sobre mi espalda, desnuda y arropada entre las sábanas, pues el día anterior, como muchas otras veces, tuvimos relaciones. Ahí… pensativa me quedé por un rato hasta que el Conde me abrazó y besó mi cabello.

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- Buenos días mi adorada esposa

- Buenos días Conde - dije con una sonrisa divertida 

- ¿Conde? Me estás provocando ¿verdad? 

- ¿A qué se refiere? 

- Sabes a qué - dijo besándome y acariciando mi cuerpo para volver a unirnos

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Así estaban nuestros días, nuestras mañanas y nuestras noches… De repente se había vuelto más amoroso, y a cada rato parecía que necesitaba alguna clase de muestra de afecto por parte mía, aunque no me molestaba a veces era incómodo y divertido. Con el tiempo sentí que era más que solo el hombre que hacía negocios, o el temido Conde Spanos, o el hombre que hacía tanto daño a sus mujeres, de repente me mostró su lado vulnerable cuando me comparó con la noche, y me pidió compartir la cama conmigo, en ese momento comprendí que era más humano de lo que muchos e incluso yo llegué a creer, ¿cómo no pensar mal de una persona cuando lo único que conoces y ves es lo malo que hace? No todos se sientan a observar y preguntarse el por qué de esas acciones, aunque era gracioso que yo lo piense, pues realmente nunca me importó eso de la gente, nunca me puse a observar si era bueno o malo, trataba de enfocarme solo en mi vida pues ya tenía demasiado conmigo misma para pensar en los demás, solo ayudaba cuando me pedían ayuda, especialmente cuando se trataba de estudiar, se podría decir que ayudaba por egoísmo. 

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Ese día después de desayunar debíamos partir para una reunión, tardaríamos unas cuantas horas solo en ir, por lo que partimos casi de inmediato, especialmente por el cuidado que estábamos teniendo al estar en el sexto mes de mi embarazo. 

Al partir, mis dos queridos niños se despidieron rápido para ir a sus clases, un simple abrazo de no más de seis segundos y un beso en sus frentes de parte mía. Mientras, el Conde les pidió que se cuidaran y estudien mucho, les acarició la cabeza a ambos y así se despidió, aun le costaba ser expresivo con sus hijos, pero les sonreía y mostraba su preocupación… se notaba que le querían, aun con los conflictos. 

El otoño estaba cerca, y poco a poco dejaba ver una linda vista en el camino, pacífico el ambiente, y un silencio especial característico de nuestra compañía, esa en la que no hablábamos y disfrutábamos del paisaje, sin querer me di cuenta que a él le gustaba el silencio, le gustaba la oscuridad y a la vez observar cada detalle del lugar en el que estaba, por lo que le permitía tener ese silencio hasta que quiera llenarlo con una pequeña plática, aunque, sin querer adopté ese hábito… en mi otra vida jamás me di esa clase de respiro, pues siempre veía familias siendo felices, madres o padres con sus hijos, y niños sonriendo, era duro para mí… era difícil no envidiar todo eso, así que solo me ponía a estudiar, era lo mejor que podía hacer ya que no era ni la más lista o destacada en mi curso, me esforzaba por tener buenas notas, por cumplir las expectativas de mis progenitores. 

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Aquí en medio de mi estupefacción me encontraba, en medio de ese shock que no podía quitar, adolorida por lo que había pasado… El sol brillaba, pero me parecía más cruel que nunca, un mal chiste, un chiste que repetía como perico desde lo que sucedió. 

Estábamos así, hablando tras ese silencio, le contaba un poco sobre la historia, ese del que tanto leí, esa que con tanto afán devoraba en cada encuentro que tenía con libros que hablaban de esas épocas, le contaba cómo eran las cosas allá, hablábamos de nuestro bebé, él juraba que sería una dulce niña, una muy inteligente pero inocente, había decidido ya no darme batalla con respecto al género del bebé, aunque solo decía para molestarlo… 

Hablábamos… 

Pero…

De repente se escuchó algo, como si hubiera caído algo pesado, inmediatamente el carruaje comenzó a moverse demasiado, pasaba por un camino demasiado irregular, o eso parecía - ¡¡REYNOLD!!, ¡¿QUÉ PASA?!, ¡¿QUÉ RAYOS SUCEDE REYNOLD?! - preguntaba el Conde una y otra vez sin obtener respuesta, intentamos abrir la puerta pero estaba trancada con algo, así que él comenzó a patearlo con todas sus fuerzas, pero no cedía, estuvo golpeándolo por un rato hasta que el miedo comenzó a presentarse en su rostro y la desesperación se veía reflejada en sus movimientos. De repente su vista se quedó fija en una pequeña cortina que teníamos por detrás, abriéndolo descubrió una ventana, ni muy grande ni muy pequeña, apartándome lo rompió con su codo y lo limpió de los pedazos restantes, me envolvió el estómago con su saco y mirándome seriamente dijo - Ten cuidado al caer - sabía lo que debía hacer, pero un indescriptible miedo me invadió, y en mi cabeza solo se acumularon las dudas - ¡¿Qué esperas?! - Temblando crucé aquél hoyo, entorpecida por mi miedo, cerrando los ojos y protegiendo a mi bebé caí al inestable camino, rápidamente reaccioné cuando me di cuenta que ese camino ya llegaba a su final. 

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El sol brillaba en medio de aquel podio que mandé a poner, la gente solo veía curiosa mientras yo me mantenía en blanco, fijé mi vista a la gente que se había reunido por curiosidad. No hace mucho se notificó de lo sucedido, estaba segura que todos esperaban unas palabras para saber si todo era verdad, o tal vez esperaban un anuncio de quién se haría cargo del territorio… 

Vi su rostro que por un segundo reflejó terror, levantándome sin pensar fui hasta ese punto que lo vi desaparecer, y sentí respirar cuando vi que el carruaje estaba dañado pero aún podía ayudarlo - ¡SUJETA MI MANO! - dije inclinandome al borde de ese barranco, sin preocuparme mucho por el golpe que había llegado a mi estómago, necesitaba salvarlo, eso pensé hasta que de repente vi como el carruaje se inclinaba, eufórica volví a gritar mientras extendía mi brazo lo más que podía - ¡¡¡SUJETA MI MANO!!! - pero solo me miró y en calma me dijo - Hubiera querido que alguna vez me llamaras por mi nombre - desesperada y con el miedo simplemente hice lo que quería - ¡¡HERMAN!!, ¡¡HERMAN!!, ¡¡Sujeta mi mano!! Por fa..vor - dije con una horrible sensación en el pecho - No puedo - dijo mientras veía sus ojos llorosos - Te amo… gracias por hacerme feliz Margaret, gracias por ser mi esposa - escuche como se le rompía la voz mientras una sonrisa aparecía en su rostro - Gracias - de repente vi como el carruaje se movió bruscamente y en segundos cayó entre un montón de rocas puntiagudas y arbustos salvajes - Her..man… 

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Respiré profundo y abriendo los ojos tras cerrarlos, simplemente hablé 

- Seguramente muchos se preguntan si es verdad lo que pasó - dije sin saber realmente las palabras que salían de mi boca - Es cierto, el Conde… el Conde Herman Spanos… murió. No sé cómo sucedió todo  realmente, pero salvó mi vida… Hubo un accidente en el que él no pudo sobrevivir. No sé qué tan cómodos se sentían al respecto cuando se les comunicó, pero… han de saber que todo irá bien

- ¿Todo irá bien? 

- ¿Cómo puede asegurarnos eso? 

- ¡Sí!, el Conde murió

- No dejó a nadie como heredero ¿o si? 

- ¿Qué pasará con nosotros? 

- ¿El Rey designará a otro? 

- ¡Eso no es posible!

- Cómo

- ¡El Conde Spanos dejó un heredero! - dije para tranquilizar a la gente - Pero aún es un niño que necesita ser preparado. Buena gente del territorio Spanos, sé que están preocupados por el devenir de sus vidas, pero confíen en que el Conde hizo algo antes de partir… confíen en él - dije amarga y con paso lento voltee mi cuerpo y viendo aquella imagen en frente, continue - Muchos lo odiarán, muchos lo verán como tirano, pero… solo ustedes conocen todo de lo que fue capaz de hacer por este territorio, los encerró, pero también les dio seguridad… No pido que lo vean como un santo, solo pido que cuando le parezca, venga aquí y piense en todo lo que hizo por usted y su familia, que venga y lo agradezca… porque bien sabe que no todos se dedicarían de esa manera a su territorio y gente que no conoce, no serán los únicos que agradezcan - me puse de rodillas y observando ese pequeño altar con su imagen más joven, seguí - por qué él se los agradecía día a día, gracias a todos ustedes… él mantuvo cordura… y por ello… también se los agradezco yo. Llegué hace poco, y muchos tal vez no me conozcan, muchos escucharon de mí… El conde me hizo cosas malas, pero también buenas… me dió un objetivo para continuar con mi vida, me enseñó a manejar los negocios, y… que una persona puede hacer cosas malas… pero estar en duda si es o no una mala persona. Solo pido que le agradezcas lo que hizo por ti, él escuchará y seguro se pondrá feliz, porque… aunque no lo creas, tú le importas, le preocupabas. 

Hoy era el día del funeral… el sol brillaba, y cada segundo aún está grabado en mi memoria, aun no lo asimilaba. 

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Ahí aturdida, permanecía sin moverme y solo temblando, me dolía… pero no pude estar así por mucho tiempo ya que casi de inmediato escuché varios galopes, así que corrí, corrí y me escondí entre los árboles y hierbas salvajes del lugar, los espinos me pinchaban la piel, pero eso no fue suficiente cuando escuché algo que no solo me dejó sin palabras.

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- ¿Murió?

- Si, vámonos 

- ¿Cuándo nos pagará? 

- Cuando la noticia le llegue

- Perfecto

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Cuando se fueron, solo me quedé ahí… sentada, con la mano en el vientre, el dolor acrecentaba mientras las lágrimas comenzaron a salirse, sin detenerme en aquél llanto solo seguí llorando por minutos, los gemidos salían de mi boca sin poder acallarlos hasta que algo peludo se acercó a mí y tocándome la mano me hizo reaccionar, un lobo grande y hermoso estaba frente mío, helada me quedé por unos segundos pero me moví asustada y pegándome más a aquellos arbustos donde me ocultaba, pero me di cuenta que ese lobo solo me miraba, me observaba y examinaba, curiosa me acerqué y lo acaricié mientras unos algo me vino a la cabeza, una imagen de un cachorro, de un pequeño lobo asustado y lastimado… lo vi reflejado en ese gigante frente mío, un cachorro huérfano… - "Jack" - susurre mientras el lobo solo me miraba - ¿Eres Jack? - le pregunté con mi voz temblorosa, pero sin obtener respuesta, solo me miró y con paso lento se sentó a lado mío, en silencio… no era mío, pero lo sentía cercano… solo me apoyé en él, mientras escuchaba el sonido del ambiente con los ojos cerrados, y las lágrimas rodando sobre mi rostro. 

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Cuando volví como lo hice, todos se asustaron… nunca esperaron la noticia que les di, fue un duro golpe para todos, especialmente el mayordomo, quien solo se fue y regresó al día siguiente. Dalha estuvo criticandolo, se encargó de mi y mi bebé el resto del día e hizo dormir a mis dos pequeños niños. Tres días después, hoy… para ser precisos… era el funeral. 

Me encontraba aquí en medio de la gente antes de ir a ese lugar, antes de ir al cementerio del territorio. Una enorme pintura con el rostro de un hombre atractivo y serio, ojos dorados y el cabello negro, aunque no hacían justicia su verdadera apariencia, era lo más cercano y el único recuerdo plasmado de como fue. Unas velas alrededor, y unas cuantas rosas blancas y amarillas para contrastar el naranja de la clivia, dando una pinta de paisaje otoñal, no sabía si realmente le gustaría que haya hecho todo esto para un día como este, pero sabía que le gustaba este tipo de clima, y tal vez ese detalle le gustaría. Había hecho esto para la gente, y sabía que iban a venir… aunque sea unos pocos, como agradecimiento. 

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Salía del carruaje luego de estar un rato dentro para llegar al cementerio, todo el camino fue silencioso, especialmente por que no sabía que decir ante la situación, no sabía qué decirles a dos niños que perdieron a su padre, aunque sabía que no estaban felices pues Karra a lado mío, y Adriel enfrente viendo la ventana parecían pensativos, decaídos… Así fue durante todo el ritual, el canto que los sacerdotes hicieron, un pequeño regalo que el Mayordomo le dejó, los objetos que debían ser enterrados a su lado y los pañuelos de nuestra unión, así fue y así terminó… junto a los socios y amigos que saludé y nos fuimos sin decir nada más, no podíamos decir nada más. 

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Era de noche y ya nos íbamos a dormir, nuevamente el silencio estuvo presente, aunque algo incómodo pues la madre de Adriel nos hizo comer a todas en el comedor, pero no estuve tranquila al ver a mi pequeño angelito temblar mientras comía lentamente, preocupada por él le pedí a Dalha dormir con Karra mientras veía lo que le pasaba a mi pequeño niño.

Pidiéndole a Adriel que se quede, le ayudé a cambiarse y nos acostamos a dormir… 

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Comments

Gladys Zapata

Gladys Zapata

ay que triste realidad

2024-05-07

0

kay

kay

no estoy de acuerdo que muera 🥲 tengo esperansa que aya sobrevivido , y lo descubra en los siguientes capitulos

2024-04-09

3

Ivon Caraballo

Ivon Caraballo

por Dios nunca me pasó por la mente que iba a morir y como último acto salvo a Margaret y a su hijo...si corazón aunque duro la amo hasta el último aliento

2024-02-02

10

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