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Apenas toqué la cama, sentí el cansancio de varios días... el cansancio me estaba comiendo mientras trataba de mantener los ojos abiertos, ya cuando sucumbía al agotamiento mi puerta fue tocada y abierta.

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- ¿Cansada?

Margaret

- Demasiado... esos niños tienen mucha energía, no debí darles chocolate - Dije arrepintiéndome al recordar su energía

Conde

- Ja, ja, ja, ja, te aseguro que será peor más adelante

Margaret

- ¡Hay noo!, ya me imagino igual que usted en menos de un año - Hable bromeando

Conde

- Niña impertinente - Dijo con una mirada sería obviamente fingida, por lo que le dediqué una sonrisa juguetona - Como castigo dormiré hoy aquí

Margaret

- Estoy tan cansada que soy capaz de desmayarme apenas comience, Conde...

Conde

- ¿Comience?, ¿De qué hablas?, solo quiero dormir... al igual que tú, estoy agotado - Habló haciéndome avergonzar por mi mal pensamiento

Margaret

- Si, claro - Dije susurrando con mi cara sonrojada - Aun así... ¿Por qué desea dormir conmigo?

Conde

- En vez de hablar, hazme un lugar

Margaret

- Usted no me manda - Dije orgullosa

Conde

- Rápido... que ya me estoy cayendo del cansancio

Margaret

- En su estado no me sorprende - Dije lo más silenciosamente posible

Conde

- ¡¿Qué dijiste?! - Habló mirándome con una tétrica mirada

Margaret

- Nada... ya le hago espacio... - Hable haciendo un puchero

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Sin poder evitarlo lo miré de reojo mientras se acomodaba a mi lado, no sabría como describir lo que sentía por él, ciertamente era un amigo para mí, permitió que todo este tiempo fuera relajante para mí... y aunque al inicio fue doloroso también fue gratificante. Es cierto que le tenía resentimiento, pero me enseñó mucho, me permitió una clase de libertad que no había probado, y a pesar de sentirme devastada al inicio, tengo la oportunidad de iniciar una vida sin la sombra de la anterior, aunque me es difícil aceptar que esto no sea alguna clase de sueño, esto que me ocurrió es tan fantasioso que me es difícil aceptar mi nueva realidad, agradezco que sea tan parecido a la edad media de mi época, que me permite adaptarme un poco, pues es parte de la historia del mundo que yo conozco... eso que me permitió seguir con vida...

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Conde

- Supe que saldrías mañana esposa

Margaret

- Así es

Conde

- ¿A dónde iras? - Habló un poco soñoliento

Margaret

- Iré al Ducado Kontho...

Conde

- ¿Por qué iras allá? - Me preguntó notablemente confundido

Margaret

- Prometí recoger unas cosas, luego iré a supervisar el trabajo de los chocolateros, seguramente ya comenzaron los pedidos

Conde

- Parece que les encantó - Dijo riendo levemente

Margaret

- Me alegro... - Dije cayendo en la profundidad de mis sueños

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Apenas me levanté, los rayos del sol me saludaron con gran brillantes, los sonidos de las aves resonaban alegremente, pero eso no ayudó mucho, pues hoy estaría en la casa que Margaret vivió y murió, ese lugar que fue testigo de sus mas terribles angustias, de sus mas amargas lagrimas, vería su vida no solo en recuerdos...

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Ya en camino a aquél lugar seguía un tanto angustiada y nerviosa, solo podía pensar que eran los sentimientos de este cuerpo... sin embargo, tambien contábamos con un gran parentesco particular, solo que esta vez trataría de luchar no solo por mi vida, también por el de ella, es lo menos que puedo hacer si ahora ocupo su cuerpo, ademas que sus emociones me afectan gravemente, o al menos eso creo.

Antes no tenía una razón para seguir adelante, pero pensando y recordando a mis dos pequeños angelitos, Karra y Adriel, tengo un deseo inigualable de continuar, y para ello es necesario dejar atrás ciertos sucesos, ciertas personas como la familia de Margaret...

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Apenas pise esas tierras, sentí las miradas de la gente curiosa sobre mi, orgullosa y a paso firme llamé a la puerta, que tras un momento fue abierta por un hombre bastante joven.

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- Señorita... - Habló el hombre sorprendido

- Mandé una carta de mi visita, corrobore con su señor por favor

- No es necesario señorita... ya se me avisó de que usted vendría, pase por favor

- Gracias - Dije cuando el hombre me permitió entrar después de hacer una reverencia

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Observando a detalle cada cosa... la nostalgia me invadió y un molesto dolor en el pecho me atacó. Mientras los guardias que mandó el Conde me acompañaban, cada recuerdo de este cuerpo se revivió en cada esquina, la amargura se reflejaba con un nudo en la garganta de este cuerpo... y sin poder evitar solo lancé un largo suspiro...

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- No esperaba verte tan temprano

Margaret

- Joven Duque - Hablé con una reverencia - Tengo cosas que hacer, espero no le moleste que haya venido tan temprano

Lisak

- ¿Cosas que hacer? si, claro - Dijo con burla - Padre no deseaba toparse contigo, Freud, no olvides avisarle que ella vino, para que no salga de su habitación hasta que se retire la señorita

Mayordomo Freud

- Si, Joven amo - Habló incómodo

Margaret

- Son patéticos... - Dije en un susurro

Lisak

- ¿Patéticos?... me parece que usted habla de sí misma, señorita Margaret

Margaret

- No - Dije caminando a la habitación de la que salí aquél día

Lisak

- Entonces ¿por qué somos patéticos? - Habló con el ceño fruncido, por lo que decidí responderle con una sonrisa

Margaret

- Su actitud tan infantil los hace patéticos, hasta mi pequeño Adriel es mas maduro que ustedes y eso que no tiene ni ocho años - Vi como su rostro se contorsionaba a una mueca bastante molesta - pero no se preocupe... no tardaré, solo recogeré lo mas importante, lo demás lo llevaran los guardias del condado

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Cuando entré a esa habitación, sentí esa fría presencia, el silencio era imperturbable, solitario y deprimente... mirando aquél techo sentí una extraña sensación, pues era lo primero que ví al llegar aquí, y dirigiéndome a la ventana... parecía que nada había cambiado, pues el jardín seguía igual a pesar del tiempo que había pasado, ¿Por qué me siento así?

Comencé a recoger los vestidos y joyas, los libros y cuadernos mas importantes para Margaret, todo lo que ella mas amaba, ademas de la foto de su madre, que a pesar de lo maltratado que estaba ella lo cuidaba como su mayor tesoro... pues siempre había deseado tenerla con ella, sentir sus abrazos y caricias, sus consuelos, los consejos... era extraño, sabía lo que era desear tener una madre, pues la mía nunca estuvo para mí, y solo la tenía para exigirme hacer cosas, para mis padres solo fui un simple objeto... Así que de cierta forma deseaba haberla conocido... saber lo que es tener una madre...

Aún estaba confundida con todo no sabía como sentirme a pesar de que muchos de esos sentimientos me invadan sin mi consentimiento... (suspirar) esto es estresante... hay veces en las que no se si soy yo o ella quien habla...

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Con pesados pasos me dirigí a los guardias y a uno le entregué mis cosas, llevándome al otro por los salones en donde Margaret había dejado algunas cosas... y tras un buen rato, ya parecía que todo estaba listo, realmente no era mucho lo que llevaba, pues ella se dedicaba mas a estar encerrada estudiando que a salir y comprar cosas.

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Lisak

- ¿Ya te vas? - dijo tomando de una taza mientras estaba en la puerta

Margaret

- Recibirán el precio igualitario de todo lo que me llevo

Lisak

- No necesitamos tus limosnas

Margaret

- No son limosnas, solo quiero pagar todo lo que me compraron - O eso me dijeron mis padres cuando quise irme de casa...

Lisak

- Eres una desgraciada - Me dijo enojado - A pesar de lo que nos hiciste crees que

Margaret

- ¿Creo que?... - sacando una risa irónica me dejé llevar por mis emociones sin poder controlarme - Sabes, esto es irritante... toda mi maldita vida busqué la aprobación de una familia que nunca me tomó en cuenta, que me veían como un simple objeto de desgracia, ¿Hubieras querido que yo muera en lugar de madre?

Lisak

- La verd

Margaret

- No te preocupes, yo también lo desee miles de veces, después de todo nunca fui bien recibida, estarías mas feliz, padre también, madre seguiría viva, y el único precio hubiera sido yo... mi pecado mas grande fue nacer y te juro que pago cada maldito día de mi vida - Dije con una sonrisa amarga

Lisak

- ¿De que hablas?

Margaret

- ¿Crees que yo no quería una madre?, deseaba saber lo que era ser abrazada por una, saber como eran sus abrazos, sus besos, su calor... pero lo único que obtuve fue el maldito desprecio de unas personas a las que realmente nunca les importe, preferían que fuera yo quien hubiera muerto ese día, ¿No es así?, pero la justicia divina no lo permitió e hizo miserables a mas de una persona, cuando solo lo hubiera hecho con máximo uno de manera momentánea, después de todo era solo una bebé, no tendría nombre pero facilmente saldría de sus memorias

Lisak

- Yo no dije eso

Margaret

- ¿Entonces que?, ¿me negarás que mas de una vez pensaste y deseaste que madre hubiera sobrevivido en lugar de haberlo hecho yo? - Apenas dándome cuenta las lágrimas ya estaban pintando mi rostro - Imagínalo, en lugar de discutir estarías abrazándole y deseándole un buen día mientras te sientas en la mesa para compartir con ella el desayuno... aun recuerdo la ultima vez que estuve en esa mesa, no soportaba estar ahí, por lo que prefería no desayunar, de todas maneras a nadie le importaba mi salud realmente, me ahorraba minutos en los que podía dedicarlos a estudiar, ¿Quieres saber por que siempre fui arrogante? bueno... yo no diría esa palabra, aunque todos siempre la usaban - sacando una seca risa solo continué descargando toda mi frustración - Nunca tuve su cariño... - Dije mirándolo a los ojos - siempre lo quise y nunca la tuve, no entendía el porqué, si, maté a madre... aunque nunca lo decidí, después de todo si lo hubiera deseado sería ella quien estuviera viva y no yo, aun no entiendo por que dijo esas miserables palabras: "Haz lo que sea para que ella viva", para mi fue algo egoísta, nunca me lo preguntó

Lisak

- No lo entiendo - Dijo desconcertado

Margaret

- Oh... claro que no... sabes... - Hablé con un pequeño susurro - Creí que tu me aceptarías algún día, parecía que eras el único que esperaba verme... pero me equivoqué, ¿no es así? - Con una amarga sonrisa solo limpie mi rostro - Me equivoqué... así que ya no seré molestia para ustedes, busqué amor donde no debía y traté de conservar el único que tenía, fue un estúpido error, pues ustedes nunca me lo podrían haber dado, ¿y conservar?, por favor... nunca lo tuve ¿verdad? lo único que realmente tenía era ser la reina, pero la presión siempre fue demasiada... nunca pude tener amigos con tal de alcanzar las expectativas de todos, y tenerlos tampoco fue una opción, era... difícil conversar para mi cuando no sabía de que hablar, cuando no me sentía cómoda con sus temas de conversación, y mas cuando tenía que estar todo el día leyendo esos libros para poder ser algo que nunca pedí, pero era mi única razón de vivir... Gracias, casarme con el Conde, fue... un respiro de todo, y sin ello no tendría a esos dos pequeños tesoros en mi vida el día de hoy, fue el mejor regalo que recibí en mi vida, y aunque no lo hayan deseado... solo puedo mostrar mi gratitud por esos angelitos - Con una reverencia me di la vuelta y comencé a caminar

Lisak

- E..espera, hermana

Margaret

- Detuve mi paso y con una risa amarga le dije - Ella murió... murió el día que dejó esta casa para casarse con ese hombre, Adiós, Joven Duque

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Era doloroso, era molesto, era irritante... ¿son mis sentimientos o los de Margaret?, esto me está volviendo loca...

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Cuando llegué a la fabrica de Chocolate, vi a mis dos pequeños niños en la entrada, ahora eran mi razón de vivir... mi luz en la oscuridad...

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Comments

Erika Garcia

Erika Garcia

no manches estoy llorando /Sob//Sob//Sob/

2024-02-24

16

Mabel Pines

Mabel Pines

hasta yo lloré 😭😢

2023-09-26

9

🤗Finita💖💫

🤗Finita💖💫

Que buena palabra para ocupar mi vocabulario, ahora lo entiendo de otra manera. Irritante, buena palabra.

2023-07-21

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