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Al abrir los ojos estaba sumamente incómoda, la luz apenas salía y podía escuchar un pequeño alboroto a la lejanía. Al tratar de levantarme, el cuerpo me pesaba demasiado, lo sentía bastante entumecido provocando que me caiga varias veces, en eso llegó Dalha totalmente asustada y me ayudó a ir a mi habitación a paso lento, en el camino pude ver como la gente trataba de calmarse al ver que yo pasaba por ahí, pues al parecer me estaban buscando...

Mientras Dalha me ayudaba a peinarme y arreglarme, la puerta de mi habitación se abrió y por él entró el Conde, quien con un extraño rostro me preguntó por qué dormí ahí....

.

Margaret

- Tenía ganas de ver a mi pequeño - Dije mientras Dalha continuaba peinándome de manera incómoda, verlo me llenaba de rabia... así que evite mirar su reflejo o girar mi rostro para mantener la calma

Conde

- En tu estado no deberías ponerte en riesgo de esa manera, trata de mantener reposo, después de todo lo que pasó, tu cuerpo aún está débil

Margaret

- ¿Y gracias a quien es?

Conde

- ¿Qué quieres decir?

Margaret

- Nada, solamente trataba de señalar lo evidente. Dalha, retírate por favor... - Con una reverencia y la cabeza gacha vi como salía lo más silenciosamente que le fue posible - Supongo que viene a decirme que en un par de días seré expulsada - Dije ocultando las marcas de mi cara de manera delicada

Conde

- No se a que te refieres esposa

Margaret

- Hablo de lo que estuve esperando desde hace ¿cuatro días?, no estoy al tanto de cuando lo hablamos

Conde

- Lo que pasó...

Margaret

- Lo que pasó, pasó, no se puede cambiar

Conde

- ¿De qué hablas?... ¿Podrías dejar de ponerte eso en el rostro?, te lo infectarás o algo - Dijo algo alterado

Margaret

- ¿Le interesa?, es obvio que no... solo trato de cubrir las marcas con este maquillaje de porquería, no quiero que mis angelitos se preocupen más...

Conde

- Magaret, digo Andrea... ¿Cómo debería llamarte?

Margaret

- Mi vida como Andrea acabó con esa traición, pero como usted me lo dijo aquella noche, no soy Margaret, no soy su esposa, ni tampoco hija del Duque podre poseer su cuerpo, pero no tenemos la misma alma por más parecidas que seamos... igual no importa, me iré

Conde

- ¿De qué hablas?

Margaret

- Me iré, no pienso estar en el mismo lugar que usted

Conde

- ¿Y qué se supone que hará?, ¿vivirá en la calle?, le recuerdo que ese sigue siendo el cuerpo de Margaret, hija del Duque, podría

Margaret

- Sí, podría, pero no. No soy su hija, ni tampoco lo fue la original... odiada por su propio padre porque mató a su madre al nacer, una historia común para una villana o heroína, siempre inician así los personajes que mueven la historia

Conde

- ¿De qué hablas?

Margaret

- Hablo de que ya no Conde, traté de no inmiscuirme, de únicamente vivir, ¡pero transmigre o lo que sea que pasó!, lo hice en el cuerpo de una mujer que solo quería amor... patético para muchas personas ¿quién lo necesita?, uno puede obtener venganza o dejar todo de lado para ser feliz... como si fuera tan fácil... - Traté de ordenar mis pensamientos y simplemente solté lo que quería decir en un inicio - En este mundo no tengo nada, y no quiero ser una simple herramienta, ya no más...

Conde

- ¿Vivirás en la calle mendigando?

Margaret

- ¿Por qué le fui útil Conde?, Tengo ideas...

Conde

- Pero no dinero

Margaret

- Si el suficiente para iniciar mi vida, además me enseñó muchas cosas

Conde

- ¿Sabes como te verán los demás después de esto?, eres una concubina, de por sí

Margaret

- ¡Al diablo los demás!, ¡Siempre haz caso a lo que te dicen los demás!, ¡Nunca hagas algo que pueda manchar tu reputación ante los demás!, ¡ME VALE!... NO TENGO NADA, ¡¿QUÉ HICIERON ELLOS POR MÍ?!, solo critican, critican, critican, no saben hacer algo mejor con sus vidas... cuando necesitaba apoyo nunca me ayudaron... ni conmigo ni con ella, la gente siempre señalará

Conde

- Entonces te irás así sin más - Me dijo totalmente serio

Margaret

- No, mis hijos se irán conmigo - Hable con la mayor confianza

Conde

- ¡Estás loca!

Margaret

- ¿Loca?, sí... justo el día de ayer escuché a mi hijo con la voz quebrada, totalmente lastimado... ¿Sabe por qué?, porque un maldito imbécil inhumano lo obligo a escuchar lo peor... los gritos de su madre... siendo torturada... - Hable con la mandíbula tensa aguantando la rabia

Conde

- Debía recibir un castigo

Margaret

- ¿Un castigo? ¡¿QUE DEMONIOS HIZO PARA MERECER ESA CLASE DE CASTIGO?!, ¡¿PARA RECIBIR SEMEJANTE TORTURA?!

Conde

- Eso es asunto mío, no lo toqué... no se por qué te enfadas - Sin resistirlo arroje lo primero que encontré y rompí el espejo que estaba frente mío

Margaret

- Habría preferido los golpes, eso se puede curar... las heridas visibles pueden sanar... ¿pero las del corazón?, es un monstruo... hacerle eso a un niño, a su propio hijo... es imperdonable. - Girando mi cuerpo a la dirección opuesta a la entrada, me dirigí a la ventana de la habitación - En cinco días me iré con Adriel, espero tenga todo listo

Conde

- ¿Y Karra?

Margaret

- Ella sobrevivirá aquí un tiempo, apenas tenga un buen lugar, ella irá conmigo

Conde

- ¿Y quién dice que permitiré que te lleves a mis hijos?

Margaret

- Si me voy sola ellos escaparán y me buscarán, si me voy sola estaré angustiada porque estén en un lugar como este

Conde

- Quédate

Margaret

- No

Conde

- ¿Por qué quieres irte?

Margaret

- Me casé sin siquiera saber la razón, fui violada, usada, y torturada... además con un embarazo delicado, estoy en un mundo completamente extraño para mí, de una manera bastante fantasiosa, en una novela romántica escrita de la manera más cliché posible, viendo como maltratan a unos pequeños niños... que tienen su propia sangre, en pocas palabras, no me gusta esto

Conde

- Me parece que vives más en esa fantasía que tanto odias en vez de la realidad que ahora vives, afuera el mundo no es nada simple, pero parece que lo racional de tu cabeza se extravió hace mucho tiempo

Margaret

- Me vale lo que piensa de mí, si sobrevivo o no, lo sabrá, pero no permitiré que Adriel permanezca a su lado en mi ausencia

Conde

- Me vale lo que hagas con él, pero su madre podría acusarte de secuestro

Margaret

- Usted es su padre, debería poder responder

Conde

- No es mi hijo biológico

Margaret

- ¿Qué? - Me quedé estupefacta, todo este tiempo creí que era su hijo, lo cuidaba y educaba, le hizo su heredero ¿por qué?

Conde

- Es hijo de Mina, pero no mío, no sé quién lo será, pero tampoco podía matarlo cuando nació, y no quería ponerlo en adopción

Margaret

- ¿Matarlo? - ¿Por qué no lo puso en adopción si sabía que no era hijo suyo?

Conde

- Cuando me di cuenta me encariñé con él, era un niño curioso, además que veía potencial

Margaret

- ¿Por qué quería lastimarlo entonces? - Pregunté curiosa y un poco enojada

Conde

- Enseñarle una lección, ya te lo había dicho Andy... y fue poca cosa a comparación de lo que mi padre me hacía

Margaret

- ... ¿Y por ello él debe pasar lo mismo?... - Dije tras un breve silencio y algo calmada al saber por donde iba todo, había escuchado su historia... pero me causaba amargura saber lo que le pasó - Lo siento por usted Conde, y se lo digo sinceramente, pero no por ello Adriel debe pasar por lo mismo... personalmente preferiría que él no viera la crueldad del mundo, pero sé que es imposible, pero si puede proteger, enseñar de buena manera... no obligándolos a construir esa coraza

Conde

- ¿Y como planeas hacer eso? - Me habló intrigado e interesado

Margaret

- No lo sé - Hablé sinceramente - Nunca fui madre... y aunque fue mi sueño, fue hasta ayer que mis miedos salieron a flote... Yo no quiero verles pasar por lo que pasaron, y no sé si algún padre lo desee... pero no considero que uno que ame a su hijo vea su sufrimiento sin sentir su dolor. Me iré con Adriel, y por el cariño que me dijo que le tuvo y el potencial que le ve, espero acepte sin inconvenientes, usted tiene rencor por su padre... ¿Quiere que él lo tenga por usted?, no lo obligue a buscar amor en cualquiera haciéndolo propenso a sufrir de ello, no le haga pasar por lo mismo que usted pasó... - Dije tratando de razonar, sabía que él no era malo... solo estaba bastante lastimado y esperaba que realmente le haya puesto a pensar sobre todo eso

Conde

- Lo consideraré...

Margaret

- En cinco días

Conde

- Si, cinco días - Dijo algo distraído

Margaret

- Y libere a Adriel... lo torturó demasiado, y tengo ganas de recibir un abrazo suyo

Conde

- A veces eres... extraña - Soltó un suspiro cargado

Margaret

- Soy de otro mundo - Dije en modo de broma y guiñándole un ojo - Pero realmente lo extraño... de no ser por él, hace tiempo que me hubiera rendido en todo esto...

Conde

- Creí que tenías voluntad

Margaret

- Jamás lo tuve... voluntad o ganas de vivir, nunca lo entendí hasta que lo conocí

Conde

- ¿Por eso quieres llevartelo?

Margaret

- Quiero protegerlo, creí haber sido clara

Conde

- Lo fue... - Tras un breve silencio se paró y a paso lento se dirigió a la manilla de la puerta - Mandaré a que abran su puerta y le den de comer

Margaret

- ¿Me dirá que tampoco le dieron comida? - Hable con mi rostro contraído por la rabia que regresaba a mí

Conde

- Se le llevaba comida - Dijo notablemente nervioso - pero se negaba a alimentarse, supongo que querrá comer contigo o algo así

Margaret

- Hablaré con él sobre eso, y espero que sea así... por que no dudaré en poner un cuchillo en tu cuello si me entero que fue por su misma orden que no se alimentó

Conde

- ... Mandaré a que traigan todo aquí - Dijo evitando mi mirada

Margaret

- Si, claro... - Mientras esperaba que se retirara, incómoda vi su rostro y la manera en la que me miraba, observé como se posaba este en mi vientre y con una extraño aire simplemente se fue cerrando la puerta y dejando la habitación en silencio.

Con un suspiro recogí el desorden y acomodé un poco para cuando viniera Adriel.

.

.

Los días los sentí pasar rápido, el día acordado ya estaba en plena esquina y ya tenía un lugar donde quedarme, pues con Dalha salimos a buscar uno no muy caro...

Tuve que contarles a mis pequeños el plan, Karra se notaba un poco deprimida, pero apenas terminamos de hablar, vi como a paso apresurado se iba, tras una larga insistencia sugirió que la abandonaba... algo que simplemente no pude decir mucho, me rompía el corazón el hecho que fue lo primero que pensó, traté de mostrarle mi lado de los hechos, sabía que era una niña, pero mostraba bastante madurez como Adriel... ambos niños eran demasiado para su edad, y aunque esa situación no me mantenía conforme... por un lado me aliviaba que pudieran comprender. No sabía como eran los demás niños de sus edades, así que tampoco podía dar un juicio de ello, pero esos dos niños... parecía que ya habían vivido mucho en sus pocos años de vida, deseaba hacerlos felices, y aunque en este momento no podía, debía esforzarme para que en un futuro si puedan estarlo, vivir cómodamente, sin grandes preocupaciones...

Todo eso me hacía recordar a mi mundo, antiguamente los niños eran tratados como pequeños adultos, muchos ya debían trabajar o casarse a temprana edad, esa era su niñez... y aunque algunas veces encontraban maneras de divertirse y sacar ese lado infantil, ya debían demostrar gran desarrollo emocional, además de físico... los niños no siempre sobrevivían... si un bebé parecía no ser hijo de sangre, lo mataban o en mejor de los casos lo ponían en adopción, también ocurría si no lo deseaban, es por ello que aún en mi época se conservaba esa vieja costumbre de querer matar a un niño no nato... Además también influía el consumo alimenticio, la forma de crianza, la ropa y ambiente, la higiene y fenómenos climáticos, además de enfermedades... la tasa de mortalid era bastante elevada, las personas aprendían a no tener gran afecto por esos niños, especialmente los de casas nobles, pues quienes sobrevivían servían para una mejora jerárquica, obviamente si existía afecto, pero habían cosas que les anteponían como el dinero. Muchas veces preferían perder a los bebés que a las madres, pues estos podían hacerse mas, pero a la mujer deseada... ella no regresará, supongo que por ello el padre de Margaret la detestaba tanto, pues su madre puso primero la vida de su hija antes que el de ella...

Ambos mundos se parecen demasiado, este parece ser el pasado, pero no hay nada igual mas que el desarrollo cultural y social, supongo que debo agradecer esas similitudes, que llegaron a resultar bastante convenientes...

.

El día había llegado... estaba totalmente lista para irme, me llevaría las cosas mas importantes, y las mas caras para venderlas e iniciar, ya había estado investigando un poco sobre el precio de todo, así que no podrían estafarme, y en cuanto al trabajo... lo mejor que podía hacer era enseñar, pues me había dedicado a hacerlo desde antes de la Universidad.

La mañana brillaba, nerviosa veía por la ventana mientras sujetaba un libro, tratando de concentrarme en la historia que se contaba, había escogido un libro que narraba una de las antiguas y mas grandes guerras que hubo en todo el continente, pero a pesar de todo no lograba concentrarme, era frustrante, sabía que me iba a ir, pero no sabía cuando... Decidí acostarme un momento con mis pequeños niños que yacían durmiendo en mi cama, nos habíamos quedado hasta tarde hablando por la emoción de este día, estábamos asustados por este cambio, pero ellos sabían que era lo mejor... y de hecho, Adriel parecía hasta agradecido. Acaraciando su suave cabello, detalle los rasgos de su rostro... realmente deseaba darle una buena vida, iba a hacerlo, no deseaba ver sufrir a estos dos pequeños, y aunque esté obligando a Karra a estar solitaria nuevamente, quería tener algo seguro, despues de todo era una niña ya crecida... sabía que Adriel todavía iba a soportar un poco el cambio, no tenían las mismas necesidades... quería mimarla, darle buenas cosas, un hogar en donde no estaría nunca mas sola...

Me levanté para taparlos y acobijarlos bien, sentía un nudo en la garganta... estaba asustada por el futuro. Ahí metida en mis pensamientos, oí unos golpes en la puerta, así que respirando profundo besé sus frentes y desee tener suerte. Al abrir la puerta, vi el rostro serio del Mayordomo, con silencioso paso salí y lo seguí... no era necesario decirme, ya sabía que debía ir y el por qué...

.

- ¿Está segura de esto? - Preguntó interrogante mientras nos dirigíamos al despacho del Conde

- Así es...

- ¿Por qué?

- Por que esta vez no soy solo yo... gracias por todo, y... espero me disculpe por este tiempo tan breve

- No tiene que pedir disculpas, lo entiendo, pero quisiera que se quede

- No se por qué, no hay razón para haberse encariñado conmigo

- Desde que llegó demostró ser distinta, pero no lo digo por mi, señorita... me refiero por el Conde

- Lo aprecio, pero tengo algo mucho mas importante para mi

- Le deseo suerte en su nueva vida... - Dijo con una leve sonrisa

- Gracias...

.

Vi como el Mayordomo anunciaba mi llegada, y como el Conde daba su consentimiento para que pase... lentamente avancé y vi por dentro a cuatro personas, uno parecía vestido con aquellas prendas de aquél culto en donde concretamos la unión entre el Conde y yo, y los demás iban con ropas elegantes parecidas.

.

Conde

- Siéntate - Dijo sentado al frente de todos, un hombre iba a su lado derecho, su asistente si no me equivoco, y los otros iban del otro lado paparad seriamente con un montón de papeles en las manos

.

Me fui al frente de ese escritorio y de forma elegante y calmada me senté, a pesar del sudor en las manos, trataba de mantener mi respiración calmada, era normal tenerle miedo al futuro, y mas cuando de pronto decido tomar las riendas de mi vida, siempre estuvo todo planeado, y nunca se me pasó por la mente irme... así que mi miedo era demasiado, pero me causó una gran sorpresa aquellas palabras que el Conde dijo después de un largo silencio, demasiado incómodo para mi.

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Conde

- Te tengo una propuesta...

Margaret

- Dígame Conde... aunque no creo que cambie mucho

Conde

- Quiero que seas la Condesa del territorio Spanos

.

Quedé aturdida, no me lo esperaba...

.

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___________

Odienme, tienen derecho, apenas hice una promesa y ya la rompí. No fueron muy buenos días... no tengo excusa, solo espero comprensión... gracias por seguir leyendo y apoyando, son de gran ayuda.

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Comments

Rebecca H

Rebecca H

debió prever esto desde un principio y hacerte de dinero con un negocio propio.
tonta
tonta
tonta

2024-03-01

5

Patty Guiiza

Patty Guiiza

tienes mucho talento tranquila que esperamos con ansias cada que publique 😍

2024-02-23

0

Ivon Caraballo

Ivon Caraballo

está novela me tiene en tensión, entre odiar y admirar al Conde, querer a la prota y estar enojada con ella por no preveer estas situaciones y haber adelantado negocios propios y la ternura de los peques /Awkward//Angry//Sob//Angry/un mar de emociones

2024-02-02

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