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No se sorprenda esposa, después de todo el tiempo que pasamos es lo normal...

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Con mi cara sonrojada salí de su oficina, y fui a la Biblioteca para encontrarme con mi pequeño Adriel.

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- ¿Qué pasa mami? - Dijo bajando su libro al verme entrar saltando, ya que quería molestarlo mientras leía

- Hoy veremos a tu hermana mayor - Le dije sonriéndole y sentándome a lado suyo - Así que iremos a la ciudad a comprar unas cosas para hacerle algo especial

- No sabía que tenía hermana mayor... - Habló con suavidad de forma sorprendida - ¿Por qué? - Dijo con una extraña curiosidad

- Porque ayer cumplió 11 años, así que ambos le haremos algo especial, para que ya no se sienta sola, la conoceremos y tú la tratarás como tu hermana ¿Te parece?

- Pero... - Dijo algo incómodo - no me dejan acercarme a nadie... - Dijo susurrando

- ¿Por qué no?, ¿Quién lo dijo?

- La jefa de las señoritas que me cuidan

- No pude evitar pensar un rato... jefa... ¿Su madre?, ¿porque no quiere que se acerque a nadie?, cuando lo conocí tampoco lo dejaban salir... - Bueno, el Conde me dio permiso, así que yo creo que no hay problema - le hablé tratando de animarlo

- ¡Entonces si! - Dijo parándose y corriendo a la puerta

- ¡Alístate! - Le dije al ver que estaba emocionado, es un angelito...

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Mientras se alistaba, pedí a Dalha mandar a preparar el carruaje porque saldríamos, y mientras guardé todo lo que Adriel había sacado, lo separé para que más tarde lo siguiera revisando.

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Nos habíamos pasado la tarde recorriendo algunos lugares, no sabíamos casi nada de su hermana, así que por el momento simplemente compramos unos bocadillos, un hermoso vestido y zapatillas, ademas de un hermoso lazo que combinaba con el conjunto el cual había sido escogido por Adriel, como último regalo le compramos un collar con un Dije circular dorado y una piedra blanca con la misma forma al centro, que aunque se veía simple y no era caro, era hermoso, elegante y sereno a simple vista, algo que podría llevar en cualquier ocasión.

Cuando llegamos nos dimos cuenta que ya iba a anochecer, así que pedí que el jardín lo arreglaran y pusieran unas cuantas velas al rededor para darle un toque mas lindo, una mesa no muy grande pues no seríamos muchos, y sus regalos lo pusmos en una pequeña caja de madera para darle ese toque de sorpresa.

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Me habían indicado donde estaba la habitación de la pequeña Karra, y los dos estábamos nerviosos, Adriel por que al fin iba a conocer a una de sus hermanas, sabía que los tenía... pero nunca las llegó a conocer. Le había estado explicando que él debía cuidarla, protegerla e impedir que cualquier idiota se le acerque, no podía evitar reír por su comentario que me había dicho 《Entonces que clase de idiota debo dejar que se le acerque? 》, realmente no me preocupaba mucho por su vocabulario, no quería que aprendiera a decir malas palabras, pero me había matado de la risa su pregunta, así que solo le dije que mientras creciera él iba a comprender mejor todo esto, que lo único que le pedía era que se haga su amigo, ya que al igual que él, ella estuvo sola...

Al llegar a su cuarto, pude ver que este no solo estaba bastante alejado de todo, se veía solitario y prácticamente sin personal, supuse que solo tendría una sirvienta que la ayudara con lo que ella necesitara, esperaba que al menos comiera bien. Cuando tocamos, la pequeña dio su permiso, y notamos que estaba acostada en su cama

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Karra

- No tengo hambre hoy Mony, puedes retirarte, dormiré temprano - Habló desanimada en medio de la oscuridad sin darse cuenta de que estábamos en la puerta

Margaret

- No debería saltarse así las comidas señorita, y más porque está creciendo - Dije en forma de reprimenda

Karra

- Di..Disculpe, ¿Quién es usted? - Me habló un tanto asustada

Margaret

- Mi nombre es Margaret, sexta y ultima concubina del Conde -Hablo con una reverencia

Karra

- ¿Por qué hace una reverencia? - Me habla confundida

Margaret

- Por respeto, supe que es la hija mayor del Conde

Karra

- Si - Habla con mirada melancólica

Margaret

- Y que el día de ayer fue su cumpleaños

Karra

- Si, ¿Por qué lo dice?

Margaret

- Me disculpo con usted pequeña señorita, pero hasta hoy me enteré de eso, así que no se pudo tener una gran organización

Karra

- ¿Qué?

Margaret

- Mientras me muevo, entro y abro las cortinas que tapaban la ventana y oscurecía la habitación -Así está mejor...

Karra

- ¿Por qué entra así? - Habla un poco exaltada

Margaret

- Lo siento señorita, pero la obligaré a comer, es importante tener una buena alimentación cuando se está creciendo, así desallorará defensas para tener buena salud. Cariño, pasa... - Hablé un poco fuerte, pues Adriel se había escondido donde la puerta por sus nervios

Adriel

- Hola.. - Habló entre susurros

Karra

- Hola... - Dijo incómoda

Margaret

- Pequeña Karra - Hable con la voz mas tranquilizadora y dulce que pude sacar - Adriel y yo te preparamos un pequeño festejo atrasado por tu cumpleaños, quisiera que nos acompañaras para poder mostrarte lo que hicimos

Karra

- No estoy segura... - Dijo un tanto incómoda

Adriel

- Por favor -Dijo suavemente - Hermana...

Karra

- Hermana... Eres el heredero del... - Dijo para detenerse y pensar un rato. Esperando un buen momento ella solo exaló un poco de aire y mirándonos a la cara nos respondió - Está bien... - Dijo levantándose

Margaret

- Entonces apuremos el paso, la luz se está yendo y quiero que veas algo - Dije emocionada y comenzando a correr por el pasillo sin poner atención a la mujer que caminaba

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Adriel

- Lo siento... - Habló un poco apenado por la extraña actitud de su madre - A veces es así

Karra

- Es... extraña

Adriel

- Es cierto... ¡Vamos! - Dijo Adriel tomando su mano y siguiendo el camino por donde Margaret se fue.

En el camino se toparon con la sirvienta de la pequeña

Mony

- Señorita ¿A donde va?

Karra

- Mony... hoy... no me traigas la comida, comeré con... mi hermano

Mony

- Se...señorito - habló un poco asustada

Adriel

- Mucho gusto señorita Mony, espero no la estemos molestando, pero mi madre y yo preparamos un regalo para mi hermana mayor ¿Nos permitiría dárselo?, usted también podrá estar presente si lo desea

Mony

- No...no es necesario, tenga cuidado... señorita...

Karra

- Si Mony,no te preocupes, puedes ir a descansar

Mony

- Como desee - Dijo haciendo una reverencia para despedirse

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Cuando llegué al jardín donde todo estaba preparado, me fije cada detalle para saber si todo estaba bien, no podía evitarlo pues la pequeña era bastante dulce y a la vez madura, deseaba realmente impresionarla, llevarme bien con ella, así que la esperé mientras veía como los últimos rayos se reflejaban al rededor de las velas que estaban a alrededor, ademas de hacer brillar el metal de los cubiertos, bandejas, etc., provocando un ambiente bastante mágico.

Cuando los vi acercarse, vi como quedó impresionada pues el sol brillaba de una manera tan hermosa entre el ambiente preparado, y mi pequeño Adriel tampoco pudo evitar su impresion, son tan lindos...

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Margaret

- Podrás ver que el mundo nos muestra las mejores pinturas... colores tan hermosos y escenas tan impresionantes que aunque la rapidez con la que suceden nos desconcierta, ciertamente nos llena de una indescriptible emoción por su belleza - Hable mientras la oscuridad de la noche nos rodeaba y las velas antes puestas brillaban ahora como estrellas - Ven... siéntate... - le dije después de que ya habíamos estado un buen rato en medio de la tranquila noche

Adriel

- Mamá mandó a preparar un pastel con frutilla y chocolate, esperamos que te guste - Dijo animado

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Mientras hacías que las sirvientas sirvieran el pastel, pude ver que la pequeña mostraba una hermosa expresión de curiosidad, especialmente por el color café y rosado de las masas juntas

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Margaret

- Sé que la decoración no es demasiado elaborada, pero aun así esperamos que te guste

Karra

- Yo... - Hablo nerviosa - No se que decir... jamás festejaron mi cumpleaños, a veces Mony me preparaba algo especial, pero como soy hija de una concubina que... ya murió... no soy favorecida

Margaret

- ¿... El Conde decidió que estuvieras en esa área?

Karra

- No lo sé, desde que tengo memoria siempre... estuve ahí - Dijo susurrando

Adriel

- ¡Ya no estarás sola! Mamá hablará con padre para tratar de convencerlo de que te cambie de lugar, y si no lo logra... ¡cada día me acompañarás!

Margaret

- Opino lo mismo, ahora también soy tu madre pequeña - Dije sirviendole una taza de té caliente

Karra

- ¿Qué?

Margaret

- Soy una de las esposas del Conde, ahora para mi eres mi hija, espero que con el tiempo me llegues a considerar tu madre

Karra

- ¿Es..está segura?

Margaret

- No lo diría si no lo estuviera... Ahora come por favor, quiero verte grande y fuerte, disfruta este día y espero nos disculpes por el retraso

Karra

- No se preocupe - Dijo con una sonrisa - Es la primera que quiere hacer algo por mi... se lo agradezco

Margaret

- Bueno... ya no pienses en eso, después comenzare a parecerte fastidiosa - Dije con una leve risa - Ahora prueba,quiero saber que opinas - Dije apresurandola

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Cuando la ví saboreando el pastel, pude ver como sus ojos brillaron de la emoción, y al terminar aquel bocado simplemente dijo: ¡Está delicioso!, provocando una risa en mí, y un momento desesperado por probar por parte de Adriel...

Al terminar nos dieron una chuleta de cerdo hecho en olla, no podía negar que extrañaba este delicioso sabor, por lo que decidí darles unas pautas a los cocineros para que lo hicieran el día de hoy, y aunque comimos demasiado, fue lo suficiente divertido para no provocar aburrimiento a estos dos pequeños, ya que mientras comíamos les fui contando unas pequeñas anécdotas graciosas, obviamente cambiando un poco las cosas.

Al terminar de comer estábamos lo bastante llenos como para no querer movernos.

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Karra

- No creo poder caminar siquiera - Dijo tocándose el estómago - ¡Jamas había comido cosas tan deliciosas!

Margaret

- Me alegra que te haya gustado pequeña - Dije riéndome de sus caras y estómagos - Pero aún debemos terminar de festejar tu cumpleaños, cariño...

Adriel

- ¡Si! - Dijo corriendo no se como, pues hace un momento hasta le costaba respirar

Karra

- ¿Qué es? - Dijo curiosa

Margaret

- Shuu - Hice una señal de silencio y vi a mi pequeño traer la caja donde pusimos las cosas, era gracioso su carita, pues se notaba que aun le costaba moverse, por lo que no pude evitar dejar escapar una risa - No se por que tu insistencia por ser tu quien lo traiga cariño

Adriel

- El hombre tiene que ayudar a la mujer - Dijo orgulloso

Margaret

- Y la mujer ayudar al hombre - Hable quitandole la caja y aliviandole del peso - O así debería ser... una ayuda común. Ahora mi pequeña Karra, abre la caja... - Dije extendiendoselo

Karra

- Esta bien... - Habló dudosamente,hasta que al ver el interior se paralizó - Esto... esto...

Margaret

- Fue idea de tu hermano, ambos lo escogimos - Dije mirándole con cariño - ¿Quisieras probartelo?

Karra

- Yo... no... es... no se... es - Habló balbuceando mientras las lágrimas se resbalaban por su pequeño rostro - Esto es... hermoso - Dijo al final cuando lo vio completamente

Margaret

- Y es tuyo...

Adriel

- ¿Te gusta?, ¿Te gusta? - Habló emocionado

Karra

- Me encanta... - Dijo suavemente mientras abrazaba todo el conjunto - Es mas de lo que merezco

Margaret

- No es verdad, mereces eso y mas... - ¡Vé a probartelo pequeña! - Dije animandola

Karra

- Si

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Cuando volvió agarré aquél lazo y se lo puse en el cabello peinandolo un poco, luego Adriel agarró el collar y lo puso en su cuello. Cuando la pusimos de frente, ella soltaba unas lágrimas, así que se los limpie y le dije que parecía una hermosa muñequita

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Adriel

- Hermanita... eres muy linda - Dijo sonrojado y apenado por sus palabras

Margaret

- Es cierto, tu hermana es realmente hermosa...

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Con los días calmados, las semanas se movieron como segundos, y de la nada ya era el día que debía presentar aquél chocolate, pues ya había suficiente cacao para comenzar con la producción, y ya la gente contratada había sido capacitada para su producción.

El Conde había invitado a varios socios y conocidos para una reunión informal, ademas de que invitó también a sus esposas e hijos, por lo que sería una reunión bastante grande. Agradecida con él puse mas empeño al organizar todo.

Ya que habíamos hecho chocolate, quise hacerlo no solo el común, por lo que les enseñé a producir también el chocolate blanco y en pasta para que lo consumieran también con galletas, frutas y otros bocadillos. Me había servido aquellas investigaciones que realicé en mi vida como Andrea, que aunque estaban de cierta manera metidas en mi campo, no era del todo necesario saberlo, pero realmente me resultaba satisfactorio el simple hecho de tener conocimiento de ello.

Ya listo todo lo único era esperar, pues se les daría como bocadillos de la tarde después de que el Conde "resuelva" sus asuntos, así que sus esposas debíamos entretener a las esposas de sus socios, al igual sus hijos debían entretener a los hijos de los invitados.

Hasta donde pude enterarme el Conde sólo tenía tres hijos, Karra de 11 años, Adriel de 7 y Luna de 3, aunque me parece extraño, no le di mucha importancia por ahora.

Vestí a mis dos angelitos con ropas cómodas, que se vieran sencillos pero a la vez con clase, ya que el día de hoy solo era para pasar el rato, y a su vez, era la primera vez que veían a mas niños, al menos Karra, pues Adriel ya vio a varios conmigo cuando fuimos a comprar cosas, aunque no interactuo con ellos directamente. Les dije que no se pusieran nerviosos y solo sean ellos mismos, que cualquier cosa que necesitaran estaría para ellos, y lo mas importante, se divirtieran.

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Mientras estaba reunida con todas, escuchaba los chismes del momento...

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- Escuche que encontraron a la esposa del Vizconde Gabbai con un hombre en su cuarto cuando fue a la fiesta de los Marqueses Marcála

- No puede ser... ¿y quien era ese hombre?

- Escuche que era Sir Talmai - Habló una uniéndose a la conversación

- ¡¿Sir Talmai?!

- ¡Si!, mi sirvienta me contó que una sirvienta que trabaja ahí le había dicho todo eso

- Ya es el sexto escándalo que presenta Sir Talmai - Dijo otra que también estaba expectante de lo que se decía

- A pesar del honor que presenta a la familia Roze por sus méritos, tantos escándalos...

- No me sorprendería que las hijas sean igual que la madre, dicen que la princesa heredera está engañando a su alteza con el joven Ismael - Que sorpresa...

- ¡¿Qué?!

- ¡Es cierto!, yo también lo escuché, dicen que los vieron muy tarde por las tierras del Duque Abdías

- No creo que el Duque vaya a mentir, especialmente por su implicación con la iglesia

Clara (concubina)

- Es verdad, el Duque tuvo que hacer su juramento para poder casarse con su esposa

- Es cierto... cualquier acto que pueda ofender a Dios lo llevará a la muerte, aun si es una pequeña mentira

- Pero esto no sería solo una mentira, es ensuciar el nombre de una persona, aun si su rango es bajo, amerita un castigo no solo por parte de la iglesia, sino también en nombre de su Majestad.

Duquesa Santana

- Entonces, ¿Por qué creen que el Duque Abdías mentiría? tiene demasiado que perder, especialmente conociendo a su Alteza el príncipe Heredero, obviamente no dejará pasar una ofensa si la Señorita Gabbai está implicada en algo así, mas si es sobre un rumor que señala el posible amorío de su adorada prometida - Remarcó la Duquesa a paso firme, mientras se acercaba para que comencemos con el asunto por el que se había llamado a estas personas

Rosaline (concubina)

- Aun si el Duque Abdías tiene mucho que perder, eso no garantiza la veracidad de lo que dijo, la princesa heredera es hija de su padre, quien seguramente les enseñó a ser buenas personas, todas sus hijas donan a la caridad, es bien sabido que la Vizcondesa nunca fue así... sino todo lo contrario

Clara (concubina)

- ¿Quiere decir que prefiere tomar mas en cuenta el hecho de que la Señorita Gabbai es hija de

Rosaline (concubina)

- Princesa heredera - Dijo interrumpiendo

Clara (concubina)

- Eso no importa

Rosaline (concubina)

- Claro que si importa, por algo se hacen las ceremonias de compromiso, es para reconocer

Clara (concubina)

- Pero ella

Rosaline (concubina)

- Reconocer las familias que se unen y a la que la mujer pertenecerá

Clara (concubina)

- Lo sé - Dijo claramente molesta - Decía... que si usted prefería tomar mas en cuenta el hecho de que la Señorita Gabbai es hija de su padre, al hecho de que un hombre juró nunca

Rosaline (concubina)

- Ese juramento fue realizado por un hombre que se metió con una seguidora de los dioses - Habló interrumpiendo una vez mas

Clara (concubina)

- El Duque confesó su amor por la Duquesa, ambos hicieron el juramento debido con tal de permitir ese amor, con tal de poder convertir a la Duquesa en su esposa, a cambio

Rosaline (concubina)

- El pecado se vería reflejado en el rostro de su primogénito - Habló volviendo a interrumpir y provocando mas el enojo de la otra - el problema de eso es que es demasiado posible que no les impor

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...《¡Con ustedes!, ¡Su Majestad la Reina Beatrice!, ¡Luna del reino de Rymer!》...

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Habló con sonoro clamor un caballero de la familia real. Por mas inquietud y confusión que esto me causara, no podía ser indiferente antes esta presencia, por lo que al igual que todas las demás damas, me levante y a paso firme fui enfrente y me incline en una perfecta reverencia.

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Reina

- Tiempo sin verte, señorita Margaret

Margaret

- Es un honor para nosotros estar en presencia suya, y agradezco su asistencia

Reina

- No agradezca señorita, siendo usted no podría negarme, sin embargo, me parece que no recibí mi invitación, debió extraviarse

Margaret

- Siento la molestia, su Majestad - Dije ofreciendo el lugar mas cómodo para que se siente que fue limpiado y cambiado el asiento por sus sirvientas personales. - Pero la invitación a esta pequeña reunión no fue redactada para usted - Dije sin mostrar temor, y notando a la vez el silencio repentino a los murmullos de las demás

Reina

- ¿Podría saber la razón? - Dijo notablemente mas seria

Margaret

- Soy consciente del ardúo trabajo por parte suya a mejorar el Reino, Majestad. No deseba molestarla con una pequeñez de este ambito, por lo que solo se invitó a socios mas cercanos del Conde, sus esposas e hijos. Ademas, no creo que sea necesario mencionar la reciente desvinculación entre mi familia de origen y la familia real

Reina

- Aun con esa desvinculación, siempre te aprecié, por lo que esperaba que me invitaras no como la madre de tu exfuturo esposo, sino como la amiga que creí que fui para ti - Me dijo con una sonrisa cálida, pero a la vez extraña

Margaret

- Mil disculpas Majestad, espero disfrute esta reunión

Reina

- Lo haré querida. - Dijo sentándose - Por cierto, no pude evitar escuchar su conversación... Yo creo que el Duque no se arriesgaría a mentir, es bien sabido que cuando se encuentra en aprietos, a veces prefiere no opinar que mentir y salvarse, es por ello que solo se dedica a administrar su Ducado, tratando de evitar problemas, pues a pesar del pecado de meterse con una seguidora, hicieron sus votos y juramentos, por lo que... ¿no sería bien pensar a su hijo no como uno del pecado, sino uno divino?, piénsenlo... la ahora Duquesa Abdías, es la única seguidora a la que se le permitió casarse, y ademas, seguir sirviendo a los dioses, El Par lo permitió, y así lo anunció...

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Mientras los debates seguían, los chismes también salían a flote, un rumor tras otro, cada una se ponía al día mientras esperábamos por la hora indicada para que los varones vinieran a reunirse con nosotras y después los niños también lo hagan.

Cada minuto pasaba, y sin darme cuenta ya venían los socios del Conde junto a él, por lo que me levanté, los saludé y fui a llamar a los niños para al fin comenzar a repartir todo.

Al acercarme a los pequeños los vi cansados y felices, niños de todo tamaño, de cabellos rojizos, rubios y pelinegro, la verdad no conocía a todos los socios de mi ahora esposo, pero ya lo iría haciendo... me acerqué a mis dos pequeñines y de la mano los llevé para sentarlos conmigo, entonces hice la señal para que vayan sirviendo todo.

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Conde

- Espero disfruten este delicioso chdelicio - dijo de manera breve y formal para que todos comencemos a degustar

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