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En la tranquilidad de la noche me puse a pensar en todo lo que había sucedido hasta ahora, jamas me había puesto a pensar mis objetivos, hoy tengo montón de cosas que no deseo perder... pero como Andrea jamás tuve nada, mi único motivo de alegría era Gabriela, y luego Ruben, ¿Es un mal chiste? de repente morí y no extraño nada... lo único que me motivaba era la historia, ¿Realmente era feliz?, aunque me de un mal sabor de boca... no puedo negar la satisfacción de dejar todo eso, al fin y al cabo nadie me recordará con gran dolor.

Mientras ahondaba entre mis pensamientos no me di cuenta que alguien estaba cerca hasta que escuche una voz, y con un sobresalto le respondí

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- ¡Demonios!, ¡Alteza... no asuste así! - Dije un poco suave para no despertar a Adriel

- Disculpa... Margaret

- Ya no importa, igual ya estaba por retirarme - Dije levantando un poco mi cuerpo para comenzar a caminar

- Quiero hablar contigo

- ¿Puedo saber la razón por la que su Alteza muestra esa necesidad? - Hable tras esperar un momento asimilando lo que me dijo

- ¿Por qué estas aquí?

- Por que el Conde así lo decidió

- No mientas Margaret, ¿qué planeas?

- Alteza... ya perdí ¿Lo entiende?, se reconocer cuando la lucha acabó, lo deseaba por que creí que mi vida mejoraría

- Lo sabía... no me deseabas a mi, deseabas la corona - Dijo con una sonrisa ¿amarga?

- La corona, la corona, la corona, la corona, ¿que rayos tienen con la corona? - Al darme cuenta que Adriel se movía un poco, decidí calmarme... - Elías, como un amigo... comprende. Toda mi vida lo único que tenía era ser tu esposa y llegar a la corona, tenía montón de ilusiones ahí puestos... soñaba con mi final feliz alado tuyo, te amaba, pero también a la idea de que contigo todo mejoraría, te habías vuelto mi escape, y se arruinó cuando ella vino, deseaba recuperar todo eso, y por ello hice cosas malas, lo sé... pero ¿Dejarte ir?, no era una opción para mi

- Solo eramos amigos

- Y hoy se están comprometiendo... - Dije para darme la vuelta, y dejar a mi pequeño en el carruaje

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Cuando regresé ya al evento, era para decirle al Conde que me iba, así que lo interrumpí mientras hablaba con unos conocidos.

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Margaret

- Buenas noches caballeros - Hable haciendo una pequeña reverencia - espero no molestarlos

Conde Spanos

- No te preocupes esposa, estaba a poco de hablarles de ti

Margaret

- Oh... me halaga Conde

Conde Spanos

- ¿Adriel?

Margaret

- Se quedó dormido, así que lo dejé en el carruaje, vine a decirle que me iba a la residencia

Conde Spanos

- Perfecto. Esposa, te presento al Marques Gorath, el Ministro de economía Duque Tora, y la Duquesa Santana, - Me quedé sorprendida al verla, sería gracias a ella la prueba que le dan a la protagonista... - son los principales pilares de mis negocios - continuo el Conde

Margaret

- Oh por Dios... ¡Al fin los conozco! - Hice una reverencia de respeto - Es un gusto estar en presencia suya - Dije sorprendida y emocionada

Duquesa Santana

- No es necesario tanto respeto - Dijo riendo levemente

Margaret

- Para mi lo es. Estuve ayudando al Conde un tiempo, y pude apreciar no solo lo importantes que son para sus negocios, sino también investigué el enorme trabajo que hacen - Hable como niña pequeña, mientras los escuchaba reír a carcajadas provocando que me sonroje

Conde Spanos

- Les dije que admiraba su trabajo, en fin, seguro la conocen... pero igual les presento a mi esposa la señorita Margaret, hija del Duque Khontho

Duquesa Santana

- Escuche que el Duque estaba entrando a los negocios exteriores, al parecer se quería extender a parte de la fuerza militar

Ministro de economía, Tora

- Personalmente me parece que se está apresurando, las minas que tiene son ricas en minerales, es posible que quiera dejar mas patrimonio a su hijo, pero apresurarse de esa manera al comercio exterior es arriesgado, especialmente si no está seguro de como irá todo

Margaret

- Cree que está haciendo un mal movimiento

Ministro de economía, Tora

- Así lo creo, especialmente en las tierras bajas, es bien sabido que en esos lares no usan ese tipo de joyas

Marques Gorath

- De hecho, varios nobles lo intentaron, más parece que prefieren otra clase de joyas, ni siquiera estamos seguros se les gusta las joyas

Margaret

- ¿A que se refiere?

Marques Gorath

- Casi nadie puede entrar a esas tierras, son bastante reservados, siempre andan vigilados y quienes pudieron pasar... regresan locos, hablan de cosas fantásticas, imposibles...

Margaret

- Por que intentará hacer comercio en esos lugares...

Lisak

- Tal vez por qué planea algo ¿No lo creen?, Un gusto estar en presencia suyo - Haciendo una leve reverencia saludó

Ministro de economía, Tora

- Mucho gusto joven Lisak. Es difícil imaginarse algo así, cuando muchos lo intentaron y fracasaron, solo esperemos que haya tenido en cuenta ese detalle

Lisak

- Obviamente, mi padre lleva bastante tiempo en el comercio interno, ¿Que diferencia habrá en el externo?

Conde Spanos

- Aunque no lo crea hace mucha diferencia, especialmente cuando quieres comerciar con tierras hostiles. No tengo problemas en ayudarlos, después de todo se los debo

Lisak

- ¿A que se refiere Conde? - Preguntó confundido

Conde Spanos

- Por permitir poseer a esta valiosa gema - Dijo sujetandome de la cintura y atrayendome a él - En medio día resolvió el problema de un negocio, y en un mes, no solo me ayudó a mandarlo a flote, también me mostró el futuro del territorio Spanos, y debo admitir que el resultado es mas que satisfactorio. Me otorgaron una maravillosa mujer, inteligente, amable, capaz y con carácter, no dude en acudir a mí si necesita ayuda... después de todo somos familia, y estoy en deuda

Lisak

- Gracias por... su propuesta, me disculpa pero debo retirarme primero, buena noche a todos - Dijo casi corriendo

Marques Gorath

- Waow... jamas lo escuche hablar así de alguien

Duquesa Santana

- Hasta yo estoy impresionada - Dijo aun con la cara de incredulidad - Y eso que no tengo un siglo como ustedes, señores

Ministro de economía, Tora

- Mas respeto Duquesa Santana - Dijo simulando seriedad

Duquesa Santana

- Si, si, si, ahora si me disculpan, me llevo a la señorita para tener una charla de chicas... debe estar asfixiada estar entre gente como ustedes - Mientras los demás la veían con mala cara, ella solo sacó una sonrisa juguetona

Nos alejamos caminando con dirección a la mesa de postres, mientras ella solo reía disimuladamente y halagaba mi hermoso vestido

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- Parece que se llevan bien - Le dije

- Así es, gracias a ellos conocí a mi esposo, y los veo como hermanos mayores

- Es lindo saber que se llevan tan bien, aun siendo adultos parecían niños - Dije riendo levemente

- ¿Tiene familia Duquesa?

- Así es, mi amado esposo que actualmente está en la frontera y mis dos niños, que ya tienen casi 11 años... Michell y Michael, son mellizos - Dijo con una hermosa sonrisa

- Que lindo... y... ¿Usted tiene padres, hermanos...?

- Ahh... bueno, hace mucho me deslinde de ellos

- Lo lamento

- No lo haga señorita Margaret, estoy feliz con mi vida

- Debe estar feliz con una familia tan hermosa

- Estoy orgullosa de ella - Dijo con una absoluta seriedad - Le quiero ser sincera con algo señorita, aprecio al Conde... y aunque me da rabia lo que hace con sus mujeres, él es buena persona

- De eso no tengo duda, yo misma lo vi

- No me interrumpa

- Lo siento... - Dije apenada

- Como decía... parece que él le está tomando un enorme aprecio, hasta me atrevería a decir que se está enamorando de usted - No pude evitar mirarla con absoluta sorpresa, no me esperaba algo así - y sabe que a su edad ya pasó por mucho, tiene una larga historia... en su época él era uno de los hombres mas cotizados del reino, apuesto, rico e influyente, y su actitud fría enamoraba a las jóvenes. - Dijo pasándome una copa de vino del fondo mientras me seguía contando mientras lo miraba conversar - Pero él estaba destruido por dentro... su padre era un hombre corrupto, tenía bares, burdeles, pero de lo que mas ganaba era su comercio con esclavos, un hombre astuto, jamas tenía pérdidas. Era peligroso caminar solo o de noche, por que sabías que el Conde Spanos podría ir por ti, seas príncipe o emperador. Si deseabas dar con una persona, casi siempre la tenía él, evadía la ley... y nadie sabía como... no podías amenazarlo, comprarlo, nada... debías comprar a la persona que deseabas recuperar, como si fuera esclavo, ya sea de forma privada o no... siempre, siempre ganaba. Pero cuando conoció a la madre de Herman se volvió su debilidad, nadie la conocía, nadie la veía... solo podían verla quienes la atendían, y ellas no podían hablar pues sus lenguas estaban cortadas - Mostré una expresión de horror, tomando mientras el vino - tampoco sabían escribir. Cuando murió solo se supo la noticia, pero a pesar de todo la consideraban aún, la mujer mas hermosa del Reino, incluso del continente, ya que había enamorado al temible Conde Spanos. Esta mujer era la anterior Condesa Spanos, quien dejó dos niños a cuidado del Conde, el heredero, y su otra debilidad... su hermosa princesa, Miriam Spanos - Toda esa información me estaba colando con bastante sorpresa, demasiada información que nunca tuve idea... - El Conde siempre puso gran diferencia entre sus dos hijos - Dijo pasándome otra copa, junto un pastel - A su princesa la mantuvo en bandeja de oro, era su consentida, su orgullo. Mientras que su heredero era presionado, castigado a cada rato, recibía azotes, golpes, insultos, etc. solo por el hecho de no "cumplir" las expectativas del Conde, fue así desde que él nació, aun con su madre ahí que podía detener los castigos, el siempre estaba encerrado estudiando, ese era su mundo, el único que conoció... hasta que él al tener ya 15 años, comenzó a salir en sociedad, el Conde comenzaba a mostrarle sus negocios, le enseñaba a manejarlos, y siempre lo hacía mejor que su padre. Pero cuando regresaba a casa, volvía a ser golpeado, y castigado, todo por el simple hecho de no hacer mejor que eso. Mientras tanto, su hermosa princesa era el diablo de la sociedad, siempre en sus fiestas de té, siempre humillando, siempre siendo la estrella ella. Cuando Herman cumplió sus 18, él estaba enamorado de una dulce joven. A sus 20 ella lo dejó por otro hombre, pues al parecer solo le veía la cara para que le de cosas y el título de Condesa, aunque su padre dijo que el título no lo merecía una estúpida como ella, Herman estaba destruido, pero por primera vez estaba agradecido con su padre... A sus 21 comenzaba a hacer comercio de forma aparte de los negocios de su padre. A los 23 se había vuelto famoso por la astucia que mostraba, y ese mismo año le fue heredado el Condado junto al título. A los 24 supo que su hermana estaba embarazada de un amorío con un sirviente de la residencia, su padre quería matarlos, pero la única opción que tuvo fue fingir la muerte de su hermana, ella estaba dispuesta a hacerlo por el amor de su vida... no deseaba mas esas riquezas. A los 26 su padre había muerto de tristeza por perder a su princesa... y a los 27 comenzó a aceptar concubinas, mujeres a las que solo les importaba el estatus, el poder y que poco a poco se mataban... mataban a los hijos de las otras y habían atentado varias veces contra la vida del Conde, él deseaba un hijo, y había tenido varios... pero todos murieron. Con el tiempo él se encerraba en su círculo, aprendió que el mundo era un asco, pero a pesar de todo quería limpiarlo un poco. A los 34 al fin había acabado con los negocios de su padre, pero a los 36 la familia real le acusaba de homicidio, querían investigarlo por las varias muertes que rondaban a su al rededor, cansado de que se metan en sus asuntos, tapó cada acceso que había al Condado, se había vuelto un tirano con los de su territorio... pero a pesar de todo trataba de no hacerles faltar nada, de darles una buena vida, solo no quería que supieran la historia de la familia Spanos. - Al dar un profundo suspiro me miró a la cara - No sé realmente lo que planeas, no sé realmente lo que quieres, y no te juzgo por tu pasado... te juzgo únicamente por ser una persona, entre las muchas que hay, él es mi amigo, es como un hermano, no lo lastimes...

- Yo... - Dije apenas en un susurro - no sé que decir... sabía que la pasó mal, pero... - Trate de buscar las palabras mientras lo miraba - Le voy a ser sincera - Dije tras un momento de silencio - No lo amo, y tampoco le tengo... rabia por lo que me hizo - Dije confesando - Para mí fue como algo que pasó y ya... pero... lo entiendo... - Dije recordando mi vida como Andrea - Los golpes, el esfuerzo... la confusión, la rabia. Yo lo admiro, lo admiro demasiado, pero estoy segura que no lo veo como padre o hermano, sino un amigo... y tal vez con el tiempo... si llegue a...

- Comprendo - dijo sonriendo un poco - Sé que podrás hacerlo cambiar, pero... - puso una cara de tristeza - no lo dejes solo y no lo lastimes, ya... ya no le queda mucho tiempo

- ¿Qué? - Dije sin poder respirar bien

- Tiene una

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...《Click, click, click, click》...

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Se escuchó el sonido de un cristal, que interrumpió lo que la Duquesa iba a decir, aunque seguía sin asimilar todo... realmente no me importaba lo que el Rey iba a decir...

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Rey

- Gracias a todos por su atención. He de agradecer su asistencia a la fiesta de compromiso de mi hijo y Príncipe Heredero del Reino de Rymer, con la señorita Camila Gabbai, cuarta hija del Vizconde Gabbai. Hoy es un momento importante ya que mi hijo al fin decidió contraer nupcias - De pronto los murmullos se escucharon, era clara la preocupación de los nobles, ¿alguien de tan bajo estatus debía estar en ese puesto? - ¡Silencio! - Habló con resonante voz - Se le preparará a la señorita para el respectivo puesto de Princesa Heredera como debe de ser, para después ser coronada cuando sea el momento adecuado

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Pero entre la multitud se escucharon varias preguntas, las incomodidades salieron a flote...

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- ¿Que pasa si después de tiempo no logra los resultados debidos en la preparación? - Preguntó un valiente

- ¡¿Que sucederá si el príncipe decide renunciar al trono si eso sucede?! - Preguntó una mujer exaltada

- ¿Como podremos asegurarnos que el Reino de Rymer no será robado?

- O garantizar la estabilidad de este - Hablaron dos señores ya mayores

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Así siguieron las preguntas por un buen rato, hasta que se escuchó la resonante voz de una mujer

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Duquesa Santana

- Tengo una solución - dijo con gran elegancia después de hacer que todos se callaran - Si después de un año no muestra el progreso que debe para ser princesa Heredera, puede optar por tomar otras opciones, es decir, escoger a alguien adecuada para el puesto de Reina, que demuestre no solo inteligencia, sino neutralidad, sentido de justicia, que sea incorruptible, actitud y a la vez amabilidad, manejo económico, entre otras cosas. - En ese punto me estaba sintiendo algo mareada y con bastante calor - Y a la vez aceptar concubinas, para que así el príncipe no tenga la necesidad de renunciar al puesto de Heredero

Príncipe Elías

- ¡JAMÁS!, ¡No aceptaré concubinas!

Rey

- ¡Silencio!, Duquesa, puede seguir - Dijo mostrando seriedad, pues él también tenía las preocupaciones planteadas

Duquesa Santana

- Como decía... se aceptará a la señorita Gabbai como concubina, pero no es necesario que el Príncipe Elías tenga descendencia con su Reina, pues esta será Reina para Gobernar, nada mas, mientras que la descendencia que tenga con la concubina, podrá ocupar el trono posteriormente - Dijo moviendo su copa de vino de forma circular - y fue solo una solución príncipe, no es necesario alterarse, después de todo para eso están las propuestas - Dijo levantando una ceja

Rey

- Gracias por su recomendación Duquesa. Sin duda se tomará en cuenta

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Mientras los comentarios seguían, lentamente me acerqué a la Duquesa y en un suave susurro la felicité, pero mientras me retiraba tropecé y su copa me terminó ensuciando el vestido

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Duquesa SaDuesa

- ¿Esta bien señorita Margaret?

Margaret

- Si... Solo estoy un poco mareada

Duquesa Santana

- Le recomiendo se vaya a limpiar un poco - Así que dirigiéndose a una sirvienta le habló - Por favor acompañela, ella le indicará una habitación donde podrá cambiarse y limpiarse bien lo derramado

Margaret

- No es necesario - Dije ocultando un poco mi incomodidad - Ya me iba de todos modos

Duquesa Santana

- En este momento es preferible que se vaya con la mayor elegancia posible - Me dijo viendo al príncipe que bebía de su copa mientras veía como los nobles hablaban, y su prometida estaba con una expresión de tristeza - Lo digo por experiencia... - Me dijo en un susurro

Margaret

- Está bien - termine aceptando sus palabras

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Mientras caminaba con la sirvienta acompañándome, pude ver que el camino se lo sabía de memoria, pues andaba con la cabeza gacha. Al indicarme la habitación, entré y traté de limpiar aquella parte lo mejor posible, no deseaba quedarme por mucho tiempo, pero tampoco volver.

Mientras ya esa parte estaba limpia, la sequé lo mejor posible y mojé un poco los alrededores para que no se notase lo húmedo, mientras lo hacía mojaba también mi cuerpo, pues comenzaba a sentir un enorme calor creciendo, estuve así hasta que escuché la puerta y una silueta entrar.

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- Disculpe, no sabía que vendría, me retiro dije ocultando mi rostro

- ¿Margaret? - Con un escalofrío levante mi cabeza al escuchar su voz

- ¿Alteza? - Dije asustada

Príncipe Elías

- ¿Que rayos haces aquí? - Me dijo un tanto confundido y enojado

Margaret

- Solo choqué con la Duquesa Santana, y una sirvienta me trajo aquí para cambiarme...

Príncipe Elías

- Mientes - dijo respirando un poco agitado

Margaret

- ¿Le sucede algo? - Dije un poco asustada por estar aquí

Príncipe Elías

- Tengo calor - Dijo en un susurro, por lo que me acerqué y al tocar su frente detuvo mi mano y de la nada comenzó a besarme en el cuello

Margaret

- ¡Alteza! - Dije un tanto excitada y a la vez asustada por su actitud

Príncipe Elías

- ¡Demonios! - dijo alejandome bruscamente - No debí confiar en ti... sabía que planeabas algo - dijo realmente enojado

Margaret

- Para que lo sepa yo no tuve nada que ver

Príncipe Elías

- ¡No mientas!

Margaret

- ¡No lo hago!, mejor me voy - Dije apresurando mi paso, pues estaba demasiado caliente, necesitaba agua fría para relajarme un poco

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Fue en ese momento que sentí como sujetó mi muñeca y poniéndome contra la pared comenzó a besarme.

Los gemidos salían de mi boca sin evitarlo, mientras él solo movía su lengua contra la mía, sentía la erección en sus pantalones, y eso me estaba excitando mas, lo masajeaba encima de la tela mientras él acariciaba mis piernas y mi cintura, estaba al borde de la locura... Pero sabía que eso estaba mal, y aunque lo sabía no podía detenerme... Estaba segura que había consumido afrodisíaco, seguro era el vino... pues él también estaba siendo afectado, ¿Solo somos nosotros dos?.

Mientras los pensamientos abandonaban mi cabeza, de la nada sentí como mi vestido ya estaba suelto, esto no era correcto.

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- N..no, prin...principe, alteza... esto no está bien, l..o sabe... det..engase por...fav...or - Trataba de detenerlo mientras sentía sus manos dentro de mi ropa - Det...engase - Rogaba con palabras que apenas salían de mi boca, hasta que en mi cabeza pasó una voz que me decía "no lo lastimes", realmente no podía hacer esto... Con toda mi fuerza de voluntad, lo empuje y grite - ¡Dije que se detenga! - Fue lo ultimo que dije antes de salir de ahí corriendo a toda prisa.

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Comments

Gladys Zapata

Gladys Zapata

uyyy ésto se está poniendo loco

2024-05-07

0

Ivon Caraballo

Ivon Caraballo

pobrecilla espero que el conde no piense que ella lo engaño

2024-02-02

11

Sandra Martinez

Sandra Martinez

ooooh, ¿quien los drogó? que bueno que Margaret a pesar de todo logró reaccionar

2023-10-03

1

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