Capitulo 13

Aplico una gruesa capa de maquillaje a mi rostro para mejorar mi aspecto demacrado, las largas noches sin dormir bien me están pasando factura y haber llorado ayer, contribuyo a empeorar mí ojeras.

Una vez lista, reviso de nuevo la habitación para corroborar que no se me haya quedado nada, luego me comunico con una línea de taxi para que envíen a alguien.

Espero durante unos minutos sentada en la cama. rogando que Daniel se haya marchado a su trabajo para no tener que encontrármelo, pero mis suplicas no son escuchadas

—Camile —Llama tocando la puerta

Su voz gruesa me desestabiliza y comienzo a caminar de un lado para el otro tratando de calmarme

—Camile, el desayuno está listo —Insiste tocando de manera persistente

—Voy. Dame un momento por favor —Digo tomando unas cuantas respiraciones profundas antes de abrir —¡Buenos días Daniel! —Le sonrió con nerviosismo

—Buenos días Camile, disculpa que te moleste, solo quería que desayunáramos juntos —Se queda observando mi maleta con desilusión

—Eh.. Bueno.. eso no va poder ser, porque ya llamé un taxi que debe estar por llegar

—¿ya?

—Si, le dije a Marcos que me iría temprano

—Déjame llevarte

—Eso no sería conveniente

—¿Por qué no?

—Te retrasaría y llegaras tarde a tu oficina —Continúo buscando excusas para evadirlo

—Soy el jefe preciosa, nadie me despedirá por llegar tarde —Continua de persistente   

—Pero ¿qué hago con el taxi?

—Pues cancélalo —Entra y toma mi maleta —vamos. No te hagas de rogar

Posa su mano en mi espalda y me dejo llevar cediendo ante su insistencia. Siendo honesta pude seguirme negado, pero el deseo de estar con él, es más fuerte que mi fuerza de voluntad

Una vez en su auto le doy la dirección a la que me dirijo y llamo para cancelar el taxi. procuro mantener mi mirada en la carretera, pero Daniel tiene esa belleza magnética que te ínsita a observarlo, así que me quedo como idiota admirando lo sexy que se ve al volante

—¿Se ven muy mal los golpes en mi rostro? —Pregunta con la vista puesta en la carretera.

—¡No! ¿Por qué lo dices?

—Porque no has dejado de observarme desde hace un buen rato — Contesta conectando su mirada juguetona con la mía

—Eh. yo lo ssiento —Balbuceo avergonzada

—Al contrario. Me gusta que me mires —Asoma una sonrisa encantadora   —, eso comprueba que me amas —Declara, dejándome fría de la impresión

Abro y cierro la boca buscando una respuesta a su afirmación, pero mi cerebro esta tan afectado que no sé qué diablos responder, así que solo me quedo en silencio desviando la mirada

—Solo estoy bromeando preciosa, no te enojes

—Ya lo sabía —Susurro tratando de ocultar mi evidente nerviosismo

—Tu rostro avergonzado es muy sensual

—No sigas Daniel —Lo regaño, para que se calle

—Está bien, pero antes de callarme quiero que sepas que lo último fue enserio —Asegura aumentando la temperatura de mi cuerpo

Los efectos que tiene este hombre en mí son demasiado fuertes para que mi pobre corazón lo resista. En este momento lo único que deseo es lánzamele encima para que me devore por completo, pero hago uso de la poca fuerza de voluntad que me queda para resistirlo

Veinte tortuosos minutos después, se estaciona en el complejo donde me quedare con Marcos. el momento se torna tenso con la despedida, así que busco las palabras adecuadas para salir rápido de esa esa situación

—Gracias por el aventón.

—Llámame, si tienes algún problema ok

—Lo hare, no te preocupes —Confirmo saliendo del auto, seguido de él, quien me ayuda a bajar mis cosas

—Una cosa más —Me retiene del brazo

—¿Qué pasa?

—Solo quería deserte suerte. —Me da un beso de despedida en la mejilla—. Cuídate preciosa

—Tú también cuídate mucho Daniel —Lo despido con mi mejor sonrisa y avanzo rápidamente, sintiendo un gran vacío en mi pecho.

Nunca pensé que una despedida pudiera doler tanto, quizás sea porque mi cerebro finalmente comprendió que ese chico no es para mi

El asesor me deja en el piso de Marcos y me detengo en su puerta llenándome de paciencia antes de tocar. Cuando presiono el timbre por segunda vez, abre la puerta recibiéndome con un brillo de emoción en su rostro

—¡Amor! —Se me viene encima dándome un abrazo, el cual le devuelvo —, que alegría tenerte entre mis brazos

—Si. yo también estoy feliz Marcos —Miento

—Pasa adelante, te tengo una sorpresa —Se aparta y me toma de la mano adentrándome en el lugar

—Esta es la sala de estar, pedí que la decorara a tu gusto —Me señala el espacio decorado al estilo nórdicos, en donde predominan los grandes ventanales que iluminan todo el espacio, la verdad si es de mi gusto, pero mis ánimos no me permiten emitir emoción —, ¿Qué te parece?

—Bonito

—¿Segura? —Me observa dudoso —Si no te gusta podemos llamar a alguien y hacemos un cambio

—No es necesario, ya te dije que está muy bonito Marcos. Mejor sígueme mostrando el lugar —Contesto irritada sin poder evitarlo

Esto se me está haciendo muy difícil. No soy muy buena actuado, ya que mis expresiones me delatan y ahora mismo estoy tan triste, molesta y frustrada que me cuesta ocultar mi estado de ánimo.

—Nena ¿te sientes bien? —Me pregunta mirándome con preocupación, asi que dibujo una sonrisa en mi rostro para convencerlo

—Si cariño, es solo que no dormí bien y eso me pone un poco irritada—Su expresión me dice que no le convence mi respuesta, pero no pronuncia más palabras al respecto

Entramos en su estudio lleno de reconocimientos y me quedo observando algunos portarretratos en donde aparece mostrando la falsa sonrisa que me conquisto, llamando mi atención una fotografía en particular. Una en donde posa frente a un espejo y el reflejo de la ventana muestra la figura de una mujer alta y delgada. llenándome de curiosidad

—Cariño no me has dicho como te fue en Italia —Noto como mi pregunta lo pone tenso

—Me fue bien, estuve concretando algunos negocios —Responde removiéndose incomodo 

—Me alegro y ¿qué tal los negocios? —Continúo buscando información

—Muy bien nena. ¿Qué tal si te muestro la cocina? —Cambia el tema descaradamente causándome mucha molestia, pero le sigo la corriente

continuamos el recorrido por la cocina y el comedor en donde me tiene la merienda lista y como soy una glotona no tardo en devorarlo todo, mientras escucho sus falsas promesas para el futuro, finalizamos con la terraza la cual tiene una puerta especial que se comunica con su amplia habitación, quedando estupefacta cuando me dice que la compartirá conmigo

—Marcos quedamos en que iríamos de espacio —Le recuerdo con un poco de enojo en mi voz

—Lo se cariño, la compartiremos, pero no hare nada sin tu consentimiento. Lo prometo —Me quedo observando la cara inocente que me dedica y sin duda no le creo una mierda. Se lo que intenta, pero le voy seguir el juego porque necesito ganarme su confianza

—Está bien, tu ganas. —Se le ilumina la mirada volviéndome abrazar

—¡Ah joder! me encanta tenerte aquí. Juro que soñé con esto muchas veces —Le devuelvo el abrazo, pero me sorprende cuando rosa nuestros labios en un beso fugas

—¡Marcos! —Lo reprendo

—Si. ya lo sé, solo me emocione cariño, me es difícil tenerte tan cerca y no poder tocarte ni besarte

—Te entiendo, pero prometiste respetar mis decisiones y quiero que tomemos las cosas con calma —Recalco e intenta objetar, pero se rinde cuando le doy una mirada de advertencia  

—Si, lo cumpliré —Accede refunfuñando  

—Bien Ahora muéstrame ¿cuál es la sorpresa que me tiene?

—Ya te la mostré nena —Arrugo el entrecejo confundida

—Pues debo tener problemas de memoria porque no lo recuerdo —Da una vuelta a mi alrededor señalándome todo el espacio

—La sorpresa es este apartamento, lo puse a tu nombre —Me atraganto con la saliva y empiezo a toser como loca sin poder creérmelo, un minuto después me recompongo y vuelvo a preguntarle.

—¿escuche bien? acaso ¿tu compraste este apartamento para mí?

—Como lo has escuchado

 —No. eso no puedo aceptarlo, lo siento, pero no

—Vamos cariños. Este apartamento será nuestro hogar, cuando vuelvas a Madrid tendrás donde llegar, piénsalo.

En tus sueños tarados, mi plan es nunca volver a pesar de que me gusta este país

—Está bien, si lo dices de esa forma entonces lo acepto —Accedo porque no tiene caso negarme —Ahora dime donde guardo mis cosas

—Claro déjame ayudarte —Busca mis cosas y comienza a acomodar todo en un lugar que reservo para mí en su amplio closet

Paso el resto del día hablando con él o, mejor dicho, escuchando su montón de mentiras. Se llega la noche e intenta sorprenderme cocinando, pero todo le queda quemado y mal sazonado. Esto solo me recuerda las veces que Daniel se lució cocinando para mi torturándome un mas

Al llegar la hora de dormir me ubico en la cama lo más lejos posible de él, pero eso no evita que se acerque poniéndome incomoda, mis intentos por aparatarme fallan porque me tiene atrapada casi en la orilla de la cama y un movimiento en falso me tumbaría así que decido dejarlo para que se duerma rápido, me da un beso de buenas noches en la coronilla y comienza a hablar de las noches que se acostó deseando tenerme entre sus brazo

El calor de su cuerpo no se compara con el fogaje de Daniel y me regaño internamente por encontrarme pensando nuevamente en el

Cuando finalmente se duerme me levanto sigilosamente y salgo de su habitación sin emitir ruido. Entro en su estudio buscando su laptop, la consigo en una esquina de su escritorio y la enciendo rogando que la suerte este de mi lado, la pantalla del aparato se ilumina dándome acceso sin pedir contraseña. Grito internamente de felicidad

Busco en los archivos y me aparece algunas carpetas con información sobre una empresa llamada CRICCI asociados. Entro a indagar, pero los documentos están en italiano y no entiendo un carajo, uso su cable uniendo el puerto a mi teléfono y paso toda la información para enviársela a Jessy. continúo buscando más información, pero no aparece nada mas

Apago la laptop y vuelvo a la habitación por mi siguiente objetivo, el cual se encuentra en la mesita de noche, Lo tomo y se ilumina la pantalla pidiéndome clave de acceso. ¡Maldita sea! Pienso por un momento, pero cada uno de mis intentos fallan. Necesito desbloquear su teléfono porque allí puede estar la información que busco.

Marcos se mueve repentinamente en mi dirección dejándome petrificada al pensar que he sido atrapada con las manos en la masa, pero el fuerte ronquido que emite me confirma que continúa dormido, sacando de mi boca un suspiro de alivio

Decido dejar el aparato en su lugar y pensar en una manera para desbloquearlo en mi próximo intento

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