Capitulo 5

Mi día comenzó de la mejor manera en los brazos de Daniel quien me despertó con besos ardiente por todo el cuerpo los cuales pasaron a segunda fase en cuestión de minutos. Acabamos teniendo sexo dos veces en la cama y continuamos en la ducha, este hombre es intenso e insaciable y me está costando llevarle el ritmo, pero no me quejo. 

Después de alistarnos y desayunar. Daniel como lo prometió me llevo a conocer la ciudad; hicimos un rápido recorrido por varias catedrales, castillos y museos, también deguste de algunos platillos típico de la ciudad, dejándome fascinada con la famosa paella valenciana. mientras nos dirigíamos a nuestro próximo destino Daniel me iba contando la historia de cada monumento que adorna la ciudad. impresionándome con todos sus conocimientos. 

—Conoces mucho de la historia española. Por cierto ¿En qué ciudad de España naciste? —le pregunto queriendo conocer un poco más de su vida 

—No nací en España, pero tengo la nacionalidad española —su respuesta me deja confundida ya que pensaba que era español nato 

—Si no naciste aquí ¿entonces dónde? —me quedo expectante esperando por su respuesta, pero él se toma su tiempo para responder aumentando mi curiosidad. 

—Eres muy curiosa Camile —blanqueo los ojos ante su evasiva 

—Y tu muy reservado —espeto un poco irritada. él lo nota por lo que Suspira dándome finalmente la respuesta que deseaba 

—Nací en Italia —lo escucho decir en voz baja sin entrar en detalles 

—Ves que nada te paso por darme una respuesta concreta —mi sarcasmo logras sacar una sonrisa divertida de su rostro 

—Así que eres italiano ¿puedo saber cómo es que llegaste a España? —continúo indagando 

—Mi madre era italiana y mi padre español, me crie en italia, pero cuando cumpli la mayoria de edad decidi establecerme aqui debido a los problemas con mis tutores —en el momento que termina la frase se pone tenso observando mi rostro confundido —. Quise decir, me gusto mas españa y preferi quedarme aqui —se corrige  

Su nerviosa actitud me hace dudar sobre su respuesta ya que Daniel no es el tipo de hombre que se muestren nerviosos tan fácilmente. Creo que es la primera vez que lo veo así y siento que algo está ocultando. 

—Ahora háblame de ti. —cambia la conversación aumentando la curiosidad dentro de mi, pero no pregunto nada mas ya que no deseo hostigarlo. De alguna manera quiero ganarme su confianza y que me hable de su vida sin que se lo tenga que pedir. Me digo a mi misma que debo ser paciente y mantener la calma. 

Algo que en definitiva no conozco. “Calma” 

Contesto a su pregunta con completa naturalidad. Le hablo de mi padre quien es un excelente Profesor de biología y también de mi madre quien es apasionada a la repostería. Se carcajea cuando le aseguro que lo glotona es por culpa de ella, ya que prepara platillos deliciosos, pero no me cree y se burla de mi diciéndome un mal chiste sobre que nací con el estómago de un albañil. Molesta cambio la conversación comentándole sobre lo travieso que es mi hermanito y los celos interminables que siente hacia el consentido de la casa “mi perro” 

Nuestra conversación fluye agradablemente Entre malos chistes, sarcasmos y historias de mi vida. 

Luego de haber recorrido muchos lugares interesantes al llegar la noche nos dirigimos hacia la residencia del amigo de Daniel, nos adentramos en una zona con casa lujosa y cuando su auto se detiene en una de ellas observo que un chico rubio y una morena están en la entrada de la mansión esperando. Daniel me aclara que son los futuros esposos y salgo del auto para conocerlos. Ambos se ven emocionados por nuestra llegada, pero la chica es quien se acerca primero para saludarnos. 

—Que gusto que hayas podido venir Daniel —lo saluda besando ambas mejillas y luego se me acerca dándome un fuerte abrazo el cual le correspondo. 

—Mucho gusto en conocerte querida —se aparta un poco para tomar mi mano y presentarse —mi nombre es Isabel, tú debes ser Claudia. 

Un silencio incomodo se presenta y observo al novio de Isabel con los ojos fuera de órbita, mientras la chica espera emocionada por mi respuesta, por otro lado, esta Daniel con la mandíbula apretada y la mirada endurecida. confundida los observo a todos preguntándome ¿Quién demonios es Claudia? 

El novio de Isabel es quien rompe el silencio incomodo, apartando gentilmente a su novia para sacarla del gran aprieto 

—Bienvenida —se dirige a mí con una Sonrisa incomoda —. Disculpa a mi novia, la boda la tiene estresada y te ha confundido —extiende su mano para presentarse —, Mi nombre es Andrés, soy amigo de Daniel 

Tomo su mano devolviéndole el saludo y en el momento que digo mi nombre Isabel se me acerca avergonzada pidiendo disculpas por haberme confundido, yo cortésmente le digo que no pasa nada, pero por dentro la curiosidad me está matando. Daniel por su parte sigue tenso y solo se dirige a su amigo Andrés ignorando a la pobre Isabel. 

La pareja nos hace pasar a la gran sala de su hogar y mi única pregunta es ¿En que trabaja esta gente para darse tantos lujos? ¡Maldita pobreza y crisis económica que no me deja progresar! No envidio su riqueza, pero si anhelo tener un trabajo que me dé un poco de estabilidad y con eso seré feliz. 

—Entonces Camile cuéntanos de ti —aterrizo cuando escucho mi nombre percatándome que es Andrés quien me está hablando desde el otro lado del gran sofá modular 

—Bueno yo soy de Venezuela, pero estoy aquí de visita —contesto emocionada admirando su lujosa casa 

—Y ¿Qué te ha parecido Valencia? —pregunta Isabel a su lado. 

—De la Ostia tía, me ha parecido muy hermosa —digo con acento español, pero ellos arrugan el entrecejo sin poder entender mi sentido del humor, por lo que me miran confundido buscando lógica a mi cambio de acento. Daniel se queda un momento tieso conteniendo la risa, pero cuando le lanzo una mirada asesina termina interviniendo para ayudarme 

—Ignoren su pésimo sentido del humor, lo que ella quiso decir es que le ha gustado mucho Valencia —la pareja sonríen sin gracia y en seguida me disculpo por mi imprudencia. 

—¡Discúlpenme! En mi país somos muy bromistas. les aseguro que mi intensión no fue ofenderlos a ustedes o a su acento. 

—No te preocupes en España también somos graciosos. —asegura gentilmente Andrés, pero no quedo muy convencida. En ese momento aparece una empleada informando que la cena esta lista y nos movemos hacia el comedor. 

Mientras cenamos Daniel y Andrés se distraen hablando entre ellos y Por otro lado Isabel me saca conversación 

—Camile cuéntame de tu país. Quisiera hacer un recorrido por varios países latinoamericanos, He pensado en conocer Argentina, Colombia, México y Perú, pero también he escuchado de Venezuela —sonrió ante la manera tierna con la que me mira. Se ve que quiere agradarme    

—Bueno en Venezuela tienes muchos lugares para visitar y te impresionaría la belleza de sus paisajes naturales. El lugar donde nací es una hermosa isla llamada los Roques la cual deja maravillados a sus visitantes por su belleza y cálidas playas. —respondo animada ya que me emociona hablar de mi hermosa isla —, Pero en este momento el país no está en su mejor momento —añado con la voz apagada 

—Entiendo. Aunque me has dejado con la intriga y ahora quiero conocer esa isla hermosa de dónde vienes—murmura colocando su mano sobre la mía para subir mis ánimos. 

—Cambiando el tema. Me ha impresionado ver a Daniel de tan buen humor. Generalmente es un amargado ¿no te parece? —me susurra en voz baja para que Daniel no escuche, pero estoy en desacuerdo con lo que me dice. Quizás Daniel si tenga una cara seria e intimidante, pero eso no define su personalidad, creo que ese es el error que cometen muchas personas al juzgar a alguien solo por su aspecto. 

—No lo veo así —la contradigo —, quizás se vea amargado, pero es por su aspecto serio, si lo conoces un poco mejor veras que es amable, atento y cariñoso —mis palabras salen con un suspiro y al darme cuenta como Isabel tiene su mirada curiosa clavada en mí, me avergüenzo 

—Te gusta ¿verdad? —da en el clavo y trago grueso negandolo, pero mis nervios me delatan.

—N-no el ess mi amigo. —balbuceo tratando de mentir, pero Isabel no se come el cuento y su mirada acusadora lo confirma. Ladea la cabeza y enarca una ceja esperando a que lo admita. 

—Está bien si me gusta —me sonríe con complicidad haciendo un gesto con el dedo para que me acerque más. Lo hago y lo que me dice me pone roja como un tomate

—Creo que también le gustas —susurra en mi oído —, esa alegría repentina en su rostro proviene de ti —asegura y volteo a ver al hermoso hombre que me trae de cabeza mientras mantiene una conversación seria con su amigo.  

—Yo no creo —digo para no ilusionarme, pero Isabel insiste 

—Yo sí creo, la mirada lo delata, aunque tenía entendido que Daniel salía con alguien. —lo que me dice abre nuevamente el cofre de la curiosidad y creo que Isabel es la indicada para sacarme de la duda 

—Puedo saber si ese alguien es la tal Claudia —se sorprende con mi pregunta, pero no duda en responder dándome una respuesta afirmativa con la cabeza 

—Por favor no le digas que yo te lo dije porque me metería en problemas —agradezco que Isabel haya aclarado una de mis dudas, pero aún tengo muchas más. 

—No te preocupes, no le diré nada, pero necesito que me digas si conoces a su primo Marcos Ricci. 

Isabel arruga el entrecejo y se queda pensando unos segundos como si no pudiera entender mi pregunta. 

—Dijiste ¿Marcos Ricci? —afirmo ansiosa —. No sabía que Daniel tuviera un primo —susurra confundida —, El único Marcos que conozco es s.. 

—Camile ya tenemos que regresar —interrumpe Daniel con su voz autoritaria 

¡maldita suerte!  

Nos levantamos asustadas removiéndonos incomodas tratando de ocultar nuestro nerviosismo, mientras observamos que los hombres se despiden nosotras también hacemos lo mismo. 

—Fue un gusto conocerte Camile, nos vemos en la boda —me da un abrazo repentino —, que Daniel no sepa que te dije quién era Claudia —pronuncia en mi oído y le aseguro que no la meteré en problemas. 

Luego me despido de Andrés quien me abre las puertas de su casa para visitarla cuando desee. Al salir de la lujosa zona noto a Daniel irritado y distraído así que busco la causa de su malestar. 

—¿Te pasa algo? 

—No

—No me lo parece, tu humor ha cambiado 

—Estas alucinando. 

—No lo estoy, así que dime que te pasa —alzo la voz tomándolo por sorpresa 

—Eres la mujer más terca que he conocido en mi vida —refunfuña de mal humor 

—Y tú el hombre más misterioso y reservado que he conocido en mi vida —le devuelvo las palabras 

—Ya basta Camile —me regaña logrando enfurecerme mas 

—Dime de una maldita vez quien mierda Claudia y déjate de rodeos —mi pregunta lo toma por sorpresa, pero no me da una respuesta. solo endurece la mirada y luego acelera la velocidad del auto apretando con fuerza el volante 

—Daniel baja la velocidad —pido asustada, pero no me contesta, su mirada se ve ida y llena de rabia.

Resisto por unos minutos mientras observo como toma las calles sin importarle el tráfico o las leyes. cuando finalmente llegamos al complejo mi ataque de pánico se hace presente y salgo del auto a toda velocidad para vomitar a un costado.  

Daniel por su parte se acerca y me ayuda a sostenerme disculpándose cuando me ve tan alterada. 

—He sigo un maldito gilipolla contigo, lo siento mucho, no debí actuar así —su mirada muestra arrepentimiento. Tengo muchas preguntas por hacer, pero en este momento no tengo fuerzas para enfrentarlo, me siento tan mal que solo quiero recostarme para pasar el malestar 

Daniel me ayuda a llegar a mi habitación sin decir una palabra, luego me quita los zapatos y me recuesta dándome un beso en la frente para despedirse 

—Siento que este día haya acabado así, prometo recompensarte. Descansa. —en el momento que se marcha tomo mi teléfono para comunicarme con Marcos porque ya no resisto tanto misterio.  

Al llamar noto que el teléfono repica aumentando mis esperanzas cuando toman la llamada quedo completamente impresionada al escuchar la voz de una mujer. 

—Diga —la voz es suave y firme 

—Buenas noches, ¿ese es el número del abogado Marcos Ricci? —le pregunto ya que quizás pude haberme equivocado de numero o Marcos pudo haber cambiado de teléfono.  

—¿De parte? —masculla con hostilidad 

—De su novia, Camile Maldonado —respondo y La escucho reír de manera sarcástica. 

—Está equivocada —murmura y corta la llamada dejándome como tonta mirando el teléfono confundida —Vuelvo a llamar, pero me envía a la contestadora, insisto un par de veces más obteniendo el mismo resultado así que desisto con ganas de romper el maldito aparato para liberar mi frustración

***Este trabajo esta bajo contratado con NovelToon y la piratería, como la reimpresión sin permiso, están estrictamente prohibidas.***

***¡Descarga NovelToon para disfrutar de una mejor experiencia de lectura!***