Capitulo 6

Mi padre siempre me ha dicho que soy una mujer obstinada y en eso tiene mucha razón ya que cuando me enojo no mido, solo actuó y debido a lo poco que dormí anoche amanecí con un humor de los mil demonios, dispuestas a obtener una respuesta como sea de parte de Daniel.   

Termino de guardar mis cosas y salgo de la habitación notando que uno de los causantes del lio en mi cabeza está en la cocina preparando el desayuno. Así que carraspeo llamando su atención, al voltearse queda asombrado observando el bolso en mi mano. 

—¿A dónde vas Camile? —lanza la espátula de cocina a un lado acercándose confundido. 

—Regreso a Madrid por mis cosas para largarme a mi país —increpo de manera hostil logrando que se sobresalte con mi confesión 

—Si es por lo que ocurrió ayer, me disculpo nuevamente, sé que actué de mala manera y entiendo tu enojo. —murmura tomando mi mano, pero lo aparto manteniendo la distancia. 

—No es solo por eso, yo necesito respuesta y tú no me las quieres dar. Así que me canse de esperar.  

—Entiendo, pero no puedes faltar a la boda de Andrés e Isabel, ellos esperan que asistas. —intenta manipularme, pero ya ese truco me lo sé de memoria. 

—Discúlpame con ellos por no asistir, pero debo irme —le doy la espalda para marcharme rogando dentro de mí, que mi plan funcione. 

Por favor detenme, por favor detenme, por favor, por favor. 

En el momento que tomo la manilla de la puerta me toma por detrás pegándome contra su pecho. Suelto todo el aire de mis pulmones cantando victoria dentro de mi. 

—¡Esta bien! —exclama resignado —. Responderé a tus preguntas, pero desayuna conmigo —me volteo observándolo victoriosa y paso por su lado dirigiéndome hacia el comedor donde ya tenía servido el desayuno. Nos sentamos quedando uno frente al otro y lo miro intrigada por su cara de preocupación así que no pierdo tiempo en preguntar 

—¿Quiero saber si Marcos tiene otra mujer? —mi pregunta no le sorprende; solo le incomoda, por lo que parece ser. la esperaba, pero no tiene más alternativa que darme una respuesta concreta sino quiere que me largue. 

Se aclara la garganta antes de responder —No, que yo sepa —su respuesta firme me hace creer en su honestidad. 

—¿Entonces por qué me dijiste que Marcos no era un santo? —le recuerdo confundida. 

—Marcos es un puto que siempre le ha gustado divertirse y llevar una vida desordenada, por eso te hice ese comentario. —argumenta aumentando mis sospechas sobre Marcos 

Quizás ha estado todo este tiempo engañándome, pero no entiendo por qué no me siento mal, tal vez porque yo también estoy haciendo lo mismo. 

—Se honesto y dime ¿dónde está y cuándo volverá?  

—Está en Italia atendiendo un negocio y visitando a sus padres, tengo entendido que regresa la próxima semana —me relajo un poco al obtener las repuestas concretas de su parte, pero también me hacen sentir triste ya que una vez que acabe con lo que tenía con Marcos tendré que regresar y despedirme de Daniel.  

—Si no hay más preguntas, desayunemos en paz y olvida lo demás  

Hay muchas más preguntas en mi cabeza las cuales no tengo derecho hacer, pero de igual modo las hare porque si no las ansias me van a mata. 

—Tengo una pregunta más —añado temerosa mientras observo su intimidante rostro serio.

Me hace un gesto con la mano para que hable y la duda me embarga, pero la aparto arriesgándome a preguntar 

—Quiero saber ¿quién es Claudia y que relación tuviste con ella? —inquiero observando como su cuerpo se pone tenso con solo escuchar su nombre. 

—Esa son dos preguntas Camile  

—Si me las respondes no preguntare nada más. —. Miento 

—¿Por qué la insistencia en saber de ella? —se pone a la defensiva 

—No lo sé, yo solo... —susurro sintiendo como se atoran las palabras en mi garganta 

—¿Solo qué? —su fuerte voz me presiona  

—Tengo miedo de haberme ilusionado con un hombre que tiene a otra mujer en su corazón —lo suelto quitándome un gran peso de encima.

Daniel se congela sorprendido con mis palabras y me dedica una mirada en negación que manda punzada de dolor directo a mi corazón. Luego de unos largos segundos me desespero ante su silencio. 

—No te quedes callado. Di algo. —vocifero haciendolo reaccionar 

—Camile debes entender que lo nuestro es solo una aventura, yo.. 

—Eso lo entiendo —lo interrumpo —, Mi cerebro lo entiende, pero mi corazón no —suspira pesadamente mientras se masajea impaciente el puente de la nariz, tratando de calmarse. 

—Mi intención no era ilusionarte, yo no puedo tener una relación seria en estos momentos con ninguna mujer. 

—¿Por qué? —inquiero con la voz quebrada —, ¿es por la tal Claudia?

Se queda en silencio desviando la mirada, confirmando mis sospechas.

—¿La amas no es así? —pregunto con reproche y niega automáticamente

—Ya no la amo —declara convencido —, en mi corazón solo hay odio hacia ella. Por esa razón no confío en las mujeres.

Lo que me dice me deja desconcertada ¿Qué demonio pudo haberle hecho esa mujer para que cambiara su amor por odio? Sin duda tuvo que haber sido algo terrible para no querer nada serio con ninguna mujer. 

—¿Puedo saber que fue eso tan terrible que daño tu corazón? —indago rogando que me dé una respuesta y no me deje con la duda 

—Jugo conmigo de la peor manera —contesta dejando escapar un suspiro amargo —, es una maldita mentirosa y traicionera, pero le hare pagar por lo que me hizo —añade con odio en sus palabras dejándome impactada con su confesión.

Considero que Daniel es un gran hombre, no entiendo como esa mujer no pudo haberlo valorado.  

Decido acabar con el interrogatorio y me acerco para darle un abrazo reconfortante, él se queda paralizado sin comprender mi reacción, pero no tarda en devolverme el abrazo.

Deseo curar su herida y demostrarle que no todas las mujeres somos así. Hay quienes están dispuestas a amar y dar todo por el hombre que desean, yo soy una de ella. Me gusta este hombre de tal manera que estaría dispuesta a ayudarle a sanar y esperar por él. 

Lo abrazo por unos minutos logrando que se relaje. Me aparto un poco y él me toma de la barbilla para darme un casto beso de manera tierna tomándome por sorpresa, ya que es la primera vez que me besa de esa manera. normalmente es más ordinario y agresivo.  

Disfruto de la suavidad de sus labios con sabor a café, pero el momento dura poco ya que somos interrumpidos por el escandaloso rugido de mi estómago que hace que Daniel se aparte de mí, partiedose de la risa. 

—Mejor alimenta a la bestia que hay dentro de ti, antes de que salga y me devore —se burla de mi hambre y lo aniquilo con la mirada 

Nos sentamos a desayunar en completa paz, siento que me he quitado un gran peso de encima y ahora lo que deseo esta en frente de mi leyendo el periódico mientras toma su segunda taza de café. 

El impulso me gana y me levanto de mi asiento dirigiéndome hacia él. Aparto el periódico para sentarme en su regazo tomándolo por sorpresa, me da su sonrisa coqueta y no pierdo tiempo en besarlo por todo su hermoso rostro fotografiando en mi memoria todo de él. La verdad ahora me siento melancólica, ya que lo voy a extrañar y necesito disfrutar cada segundo a su lado hasta que me tenga que marchar

—Me sorprenden tus repentinos cambios de humor —murmura contra mi cuello. 

—De seguro soy bipolar —bromeo mordiendo el lóbulo de su oreja sacando un gruñido excitante de su garganta. 

—Si sigues haciendo eso no me voy a poder contener —lo sostengo del rostro con fuerzas para que me mire a los ojos. 

—No te contengas —mi propuesta indecente asoma una sonrisa perversa en su rostro, observo como el verde de sus ojos se oscurece y cuando creo que voy a obtener lo que quiero, corta el momento levantándome de golpe 

—Dejémoslo para más tarde preciosa —besa mi frente y lo miro decepcionada —, no me mires así. Entiende que si te tomo ahora mismo no voy a poder parar y deseo llevarte a un lugar que te encantara, ahora ve y ponte tu bikini. —mi humor mejora con esas palabras.  

Corro emocionado en búsqueda de mi bolso para sacar mis cosas. Si hay algo que me encanta aparte de los niños es el mar y ahora mismo deseo darme un chapuzón de agua salada para relajarme y olvidar todo el estrés de mi pronto regreso a casa. 

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