Marcos:
La ceremonia del nombramiento del alfa está a punto de comenzar, me siento bastante nervioso y aun no puedo dejar ir todo lo sucedido con Alice, también mi estúpida decisión. Me miro en el espejo y en el reflejo puedo observar a mi amigo con una gran sonrisa, él sí que está feliz por mi y porque la he encontrado, aunque no he hecho el mejor de los trabajos.
—¿Nervioso? —pregunta Lois y me echo a reír por su pregunta.
—Tú deberías estar nervioso en un salón lleno de lobos.
—Pero no seré el único —da una palmada en mi espalda—. En cambio tu detrás sobre estos anchos hombros la responsabilidad de guiar a una de las manadas más poderosas de Arizona, y eso amigo, eso si que pone nervioso, con todos esos lobos rebeldes que solo buscan luchar y que decir de los chupa sangre, dime amigo ¿eso no te pone a temblar?—. Guiña un ojo mientras yo le doy un ligero golpe en la espalda para continuar colocándome la ropa de pieles usada por mis antepasados, esta ropa normalmente no se utiliza pero al ser una ceremonia con tanta importancia debemos de remontarnos a nuestras raíces.
Tomo mis dagas, coloco una en cada pierna, tres en el cinturón y otra más grande en la espalda, este es solo el uniforme tradicional que utilizaba nuestros antepasados, la verdad es que en la actualidad solo nos concentramos en transformarnos y no morir en el intento.
Acomodo un poco mi ondulado cabello y doy un suspiro grande. “Ella debería estar aquí” me reclama mi lobo produciendo una extraña presión en mi pecho. Mi cuerpo se estremece, y es verdad, sé que ella debería de estar aquí pero no es el momento, no puedo solo decirle lo que ha pasado y en cambio mantenerla a la fuerza y después de lo que he hecho.
He decidido que mañana le diré lo que soy cuanto antes, apenas pase esta ceremonia, y… “tendrás que obligarla a quedarse”. La voz de mi lobo necesitado me atormenta día y noche. No quiero obligarla, no quiero retenerla a fuerza, pero a la vez siento que no hay otra opción. Después de todo ¿Quién querrá estar con un monstruo?, mi hermana tiene razón.
El llamado a la puerta me saca de mis pensamientos, es Douglas.
—Todo está listo, Azura se encuentra de pésimo humor —resopla—. Esa niña es difícil.
Una persona más que se une a la conclusión de que mi hermana se encuentra en una de las peores etapas de su juventud.
—Hace un par de horas tuve una discusión fuerte con ella, me ha escuchado hablar con Barbará —Douglas y Lois se vuelven hacia mí con el ceño fruncido, me siento un poco extraño por sus miradas acusadoras.
—¿Bárbara?, ¿en serio?, pensé que Alice era importante —dice Douglas y yo lo fulmino con los ojos
—Es importante —la cara de mi amigo es mera desaprobación y se limita a decir entre dientes.
—La cagaste —y antes de que pueda reclamarle se mete al cuarto de baño.
—¿De verdad te volviste a ver con ella? —pregunta Douglas, me siento realmente incómodo al aceptar esa situación pero al final, ya lo he hecho, ya no hay vuelta atrás, frunzo el ceño ante sus preguntas. Si antes me sentía culpable, ahora me siento aún más.
—Yo sé que estuvo mal, fue un impulso, no volveré a hacerlo Douglas —él alza las manos
—No soy quien, para cuestionar tus acciones, pero Alice es una excelente chica y tu mate, yo no puedo ni pensar en otra mujer… Maite representa algo muy fuerte —muerdo mi labio y puedo sentir la desaprobación de mi lobo.
—Fue algo sin pensar —digo en un gruñido
—Marcos, solo te estoy diciendo lo que yo pienso…— niego varias veces y al girarme para ver mi reflejo en el enorme espejo siento repulsión hacia mí.
—Lo sé— mi amigo sale del baño y sin decir nada cruza la habitación.
Es cuestión de minutos para encontrarme solo. Pienso en Alice, mi hermosa Alice… vuelvo a mirarme al espejo, no debí de haberle hecho esto, ni siquiera sé como pude involucrarme en eso. No puedo evitar odiarme e instintivamente doy un puñetazo partiéndolo en pedazos. Quisiera no haberla traicionado de esa manera.
Mis nudillos, están partidos y sangrando. Camino hacia el baño y me limito a lavar la sangre pero no deja de salir de las profundas heridas creadas por el espejo. Termino por sacar un par de trozos incrustados aún.
—Mierda — busco en un estante algo que pueda ayudarme. Encuentro una botella de alcohol etílico y la vierto por la herida torpemente haciéndome gruñir. Cuando los ligeros piquetes cesan coloco un par de gasas y las termino ajustando con una cinta especial.
Salgo de la habitación y me dirijo hacia uno de los salones más pequeños de la casa. Ahí me espera mi padre.
—Estoy aquí— digo y él asiente sin mirarme
—Debiste haberla traído.
—Ella aún no sabe lo que somos— se vuelve y me mira con ¿tristeza?
—Dejaste pasar demasiado tiempo— mi lobo apoya cada palabra que dice mi padre.
—Lo haré…—esas palabras parecieron más un gruñido que mi voz.
Los cantos de unas mujeres comienzan a sonar y mi padre me dice que tenemos que entrar. No me agradan todos estos procedimientos, es algo absurdo, ¿Por qué no solo se anuncia por el balcón o por medio de un escrito?, nada de ceremonias y palabras coloquiales.
Abre la vieja puerta de madera rechinando un poco. Esta casa ha permanecido en mi familia por casi 300 años, hemos hecho restauraciones claro, tratando de que no cambie su forma original. Los materiales son sorprendentemente fuertes.
Mi padre cruza la puerta y yo lo sigo. Al lazar la mirada puedo observar el grande salón lleno de gente. Es una regla que nadie puede mirarnos hasta estar en el templete. Subo un par de escaleras y tomo asiento en una de las sillas.
—Buenas noches— dice mi padre con voz fuerte pero haciendo notoria su edad—. Gracias por acompañarnos en esta ceremonia tan importante… hoy anunciaremos la llegada de un nuevo Alpha a la manada y… estoy muy orgulloso de que sea mi hijo.
Su mirada se dirige a mí con una sonrisa, yo solo me limito a asentir inexpresivo. Las palabras de mi padre continúan dándole paso al inicio de la ceremonia. Hace mención a algunos de los grandes guerreros que ha tenido la manada durante su liderato y por fin llega a la parte donde me nombra Alpha.
—Gracias y esto se acabó para mi…— baja del templete sosteniéndose del brazo de alguno de los ayudantes. De inmediato me pongo de pie para subir.
Miro fijamente a la multitud, luego a mi madre quien está hecha un mar de lágrimas, mi hermana que sigue molesta conmigo, al encontrarme con sus ojos esta los desvía hacia otro lado y el resto de mis hermanos tienen una amplia sonrisa en el rostro.
—Gracias padre por tu entrega estos 55 años… —carraspeo—. Quiero extenderles el agradecimiento a ustedes, mi manada. Guerreros, su familia está segura en mis manos— alzo la copa de vino que tradicionalmente sirven al Alpha y todos me siguen—. Por un nuevo legado.
Bajo del templete y mi madre se acerca con la cabeza baja. No es permitido acercarte mirando al Alpha directamente a los ojos, siendo mujer.
—Madre —una sonrisa se pinta en su hermoso rostro—. Mírame
Ella sube la mirada y en su rostro no cabe una sonrisa más grande.
—Hijo mío —toma mi mano y al ver la sangre que ha traspasado la venda se altera.
—Estoy bien —digo acariciando su rostro y la acerco a mí para fundirla en un abrazo. A esta mujer le debo todo… —. Gracias.
—Tú serás grande, lo serás— se separa abriéndole paso a mis hermanos. Estos me funden en un abrazo fuerte y varias palmadas. Puedo ver que Azura está detrás de Douglas.
—¿Azura? —se vuelve a mi sin mirarme—. Mírame
Levanta sus ojos y me encuentro con una mirada de repulsión
—Felicidades —dice a la fuerza y luego comienza a caminar alejándose de mi pero la detengo.
—Para —niega varias veces y siento su cuerpo rígido.
—¿Qué quiere Alpha? —la fundo en un abrazo pero parece no reaccionar.
—Sé que estuvo mal, no volverá a pasar y sé que ella no se lo merece— cuando se separa de mi puedo notar que sus ojos tienen lágrimas.
—La traeré mañana —confieso y mi hermana me mira un tanto preocupada.
—Pero… ¿la vas a retener? — asiento y su cara refleja dolor—. Se sentirá traicionada Marcos…
—Haré lo posible por que no sea así, me importa —Azura se encoge de hombros alejándose de mí. Doy un largo suspiro. Mi hermana es muy difícil.
Continúo recibiendo felicitaciones y elogios de varios guerreros e integrantes de la manada. Me retiro de la reunión alrededor de las 2 de la mañana, subo a lo que ahora será mi alcoba, necesito dormir… me deshago de la ropa y dejo caer mi cansado cuerpo en el colchón.
—Te necesito Alice.
***¡Descarga NovelToon para disfrutar de una mejor experiencia de lectura!***
Updated 89 Episodes
Comments
Irma Ruelas
❤️🤩🤩😍😍
2025-02-18
0
Ido Rojas
más cavernicola , !imposible!
2024-07-04
0
gladys pauque
este si es una bestia y no lo digo por sea lobo es porque es un bruto
2024-03-15
0