Capítulo 20

Alice:

Apenas puedo creer lo que me está diciendo, ¿realmente cree que soy tan estúpida?, por Dios, claro que lo cree. Debe de formar par de alguna clase de extraña secta de universitarios, o solamente eso debe de ser una broma, la broma a la novata.

—Llévame a casa— digo de mala gana pero él se niega de inmediato. Es imposible salir de este lugar, he tirado de la puerta innumerables veces y no cesa ni un poco. Marcos me atormenta cada vez más y jamás me imaginé que pensara hacerme creer semejante bobees.

—Huiras de mí— no sé porque razón escuchar eso hace sentirme mal, ¿huiría de él?, cada vez que lo veo mi piel se eriza, siento una tranquilidad aún sabiendo que es…

—Alice, te mostraré lo que somos, dame una oportunidad— dice de manera seria y sé que del día de ayer al día de hoy se le ve cambiado, como si un par de años se le vinieran encima. Marcos pide mi mano pero no se la concedo, en cambio me pongo de pie y lo miro desafiante.

Comienza a caminar de vuelta a la habitación y me doy cuenta que es bonita, está decorada con muebles viejos. Siempre mantengo mi distancia de él a pesar de que no siento como si fuera una amenaza pero, mierda, me acaba de decir que es un lobo…

—Siéntate— me dice con un libro en la mano, vacilo un poco pero termino haciendo lo que dijo.

—Este, es un libro de generaciones— dice poniéndolo en mis manos, mi corazón se acelera hasta casi chocar con mi el pecho—. Ábrelo.

Lo miro a él, sus ojos verdes parecen haberse oscurecido más, luego miro el libro de piel y termino por decidir que lo abriré. No puede ser que me haga parte de esto. Solo quiero que acabe con la broma en este momento así que no lo pienso más y deslizo las yemas de los dedos por la orilla de piel. Está en excelentes condiciones. Abro la primera página y me encuentro con dibujos, parecen fotografías pero son pinturas pequeñas

—Esta es la primera generación registrada— dice, es extraño, las fotos parecen mucho más viejas, miro en el pie de la foto y dice 1420, es demasiado tiempo.

Continuo hojeando y me encuentro con rasgos muy parecidos a los de Marcos, 1523, 1645, 1790, 1850… he visto a mas de mil familias aquí. Llego hasta la foto de su familia, ahí está Azura, Douglas, Bob, Cory y sus padres… en el pie de página dice 1995 pero se ven justo como hoy…

—¿Pero qué?— lo miro confundida, ¿cómo pueden lucir iguales?

—Somos nosotros— frunzo el ceño

—Pero el año…— traga saliva y parece estar intranquilo diciendo esta información. Simplemente no puedo creerlo, no puede ser un hombre lobo, ni siquiera luce como uno.

—Cuando estás en forma de lobo… no envejeces— pestañeo varias veces y no puedo evitar entrar en pánico.

—¿Qué? — escupo y él desvía la mirada, no puede ser que Azura sea… —¿Cuándo naciste Marcos? — pregunto con un poco de terror por la respuesta que recibiré.

—Eso no importa —carraspea—. Importa que al fin te encontré

—¿A qué te refieres con, “al fin te encontré”? —digo haciendo las comillas con mis manos, su mirada se dulcifica haciéndolo ver, extraño.

—Llevo tiempo esperándote Alice y al fin estás aquí— frunzo el ceño.

—Si claro, eso le dices a las chicas para que tengan sexo contigo o es la nueva para mi ¿qué hay de tus otras mates? —me mira haciendo mala cara y niega

—No hay otras, para un lobo existe solo una mate— carraspeo

—Mira, sinceramente creo que todo esto es una broma y que involucres a Azura en esto me parece algo… inaceptable —Marcos niega y me toma las manos con fuerza

—Te lo juro Alice, mi familia es una familia de hombres lobo, existimos y hemos existido desde hace mucho tiempo en este mundo.

—No puede ser —alcanzo a decir con un hilo de voz.

—Lo es, no te mentiría mucho menos si esto no fuera real, pero lo siento, en mi pecho, en mi mente, en mi corazón, eres tu Alice —carraspeo y cierro de golpe el libro que tengo frente a mi.

—Supongamos que esto es real… yo soy humana Marcos, eso no debería pasar —sus labios delgados se aprietan y toma mi mano con delicadeza.

—Puede pasar, no es algo extraño… pero es difícil por la aceptación— bufo y ruedo los ojos. Ni que lo digas. Sigo mirando la foto cuando me interrumpe—. No quiero perderte —alzo la mirada y siento como un escalofrío me recorre.

—Creo que esto es muy rápido, raro y me deja casi incrédula— escupo y al encontrarme con su mirada puedo visualizar… ¿terror?

—¿Rápido?, Alice he esperado por ti por años, no es rápido— hago mala cara, mierda esto me está abrumando

—Pues yo no tengo la culpa de no haber nacido antes Marcos, esto es demasiado rápido para mí— frunce el ceño y se pone de pie, luce molesto, ¿pero por qué no piensa en como me siento yo? —. Llévame a casa— escucho un gruñido tan fuerte que hace que el libro caiga al suelo.

—¿No te basta todo esto Alice?, ¿no te basta que solo haya vivido por ti estos años?, soy Alpha ahora, tengo una manada que proteger y si tú te vas…— carraspea, y lo miro con preocupación, su voz se ha quebrado

—Si tú te vas yo no podré con esto, estoy librando una batalla entre mi lobo y yo, él te necesita Alice y yo también, ¿Qué no entiendes?, ¡TU DESTINO ES SER MIA! —su voz me hace estremecerme y las lágrimas comienzan a brotar.

El aire me está faltando, siento miedo. No por él, si no por todo lo que me está diciendo, no creo ser tan importante, nunca en mi vida lo he sido, en mis 20 años nunca lo he sido… Me estoy comenzando a marear

—¿Alice?— escucho su voz pero la vista se me ha puesto borrosa, siento sus brazos rodeándome y respiro agitada—. Tranquila mi amor.

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