LOS DUNNE, TRES GENERACIONES DE HOMBRES LOBO

Capítulo 9

Marcos

No sé por qué ha reaccionado así cuando le he preguntado por su padre, y me es imposible no preguntarme, ¿le habrá hecho daño?

Doy una mordida a mi hamburguesa tratando de imaginar y encontrar una respuesta, pero es que la miro y no puedo pensar en que alguien le haga daño, no lo soporto, ella es tan dulce, lo único que provoca son cosas buenas.

—Es tu turno —me dice con la boca llena y eso me interrumpe el pensamiento.

—Bueno… —trago el trozo de hamburguesa doble y carraspeo—. Marcos Dunne, soy de Denver, me mudé aquí hace algunos años…

No puedo especificar cuantos si no mi chica se asustaría, los hombres mitad lobo no se desarrollan como los humanos, en realidad tenemos muchas diferencias físicas.

—Mi familia es muy unida, tengo 4 hermanos más, soy el mayor, Douglas, Cory y Bob, que son mellizos y Azura, a quien ya conoces, Mis padres Donna y Emerick, son una pareja envidiable y los admiro mucho, tengo 24 años… Padezco el vicio del tabaco y… me gusta salir a correr por las mañanas, también boxear —ella asiente metiendo una papa frita más a su boca.

—Yo tengo 20 —dice y sonrío, en realidad si luce muy pequeña, tiene el rostro como una muñeca, sus ojos son grandes y sus labios carnosos, en realidad tiene todo lo que me vuelve loco.

—Pequeña —hago que se sonroje una vez más su pálida piel, no puedo explicar lo bien que me siento al tenerla cerca, y tampoco puedo estar seguro de que ella entienda el bien que me hace. La comida continúa por una o dos horas más de plática, hemos hablado de tantos temas que parece como si nos conocieramos desde hace mucho tiempo. Ella no tiene muchos amigos, en realidad es muy solitaria y fue Abril la que se “apiado” de ella y comenzó a hablarle. También que en su niñez tuvo un perro que era de su madre y hace 5 años ha muerto.

Es alérgica a la canela y su mamá es médico general en el hospital local. Siento que pasa mucho tiempo sola y necesita mucha atención, toda la atención. Conduzco de vuelta a su casa, ha estado un poco callada lo cual no me agrada.

—¿Estás bien? —pregunto y ella asiente

—Si —carraspeo y sigo las indicaciones que me da como si no supiera por donde está su casa y ya frente el recibidor apago el motor.

—Muchas gracias por la comida, fue muy agradable y… —mira su móvil —. El tiempo se ha pasado volando son las 6 de la tarde.

Su voz parece sorprendida y luce una bonita sonrisa, el tiempo me ha parecido nada y la verdad es que no quiere que este encuentro termine, solo quisiera poder contemplarla un tiempo más. Esto pudiera resultar algo enfermo para algunas personas pero para mi significa bastante, porque ella es mi mate.

—Yo también lo he disfrutado mucho —Abre la puerta para salir.

—Espera, yo te acompaño —digo y salgo lo más rápido que puedo del auto, lo rodeo para llegar a ella. Caminamos por su bonito jardín hasta llegar a su puerta.

—¿Quieres pasar? —pregunta y mi mente se echa a volar. Pudiera besarla, cada parte de su hermosa piel, fundirme en su aroma, su tan necesario aroma y marcarla para que todo quien se le acerque sepa que es mía, mi mate. Hacer el amor con ella hasta que nuestros cuerpos se fundan en uno solo y…

—¿Marcos? —pregunta sacándome de mis pensamientos. Me recompongo.

—No, tengo que ir a hacer unas cosas en casa… —ella asiente con un poco de ¿decepción?

—Claro, no te preocupes —toma la llave y la inserta en la cerradura liberando el seguro—. Gracias por la cita Marcos —dice sin mirarme, tomo su barbilla y beso muy cerca de sus suaves labios… dejándome con ganas de más

—Gracias a ti preciosa —muerde sus labios y se separa de mí—. Cierra bien— digo y ella asiente. Me está volviendo loco, lo juro, mi lobo no ha parado ni un solo momento y esto está comenzando a resultar sofocante y cansado, yo solo quiero tenerla conmigo y evitar que pueda irse a algún lado, quiero reclamarla como mi mate y que todos en la aldea lo puedan saber, ella es mía, ese es su destino.