Capítulo 16

Alice:

Me siento un poco mal, tengo unas náuseas terribles y los mareos no me abandonan ni un minuto. Juro que no haré esto de nuevo nunca más, eso es lo que dice Abril que dicen todos, bueno en realidad ni siquiera puedo pensar en comer algo ahora. Aunque debo de aceptar que la noche fue bastante buena a pesar de la situación sucedida con el raro de Marcos.

Tomo una gran bocanada de aire y trato de borrar esos bonitos ojos de mí, son escandalosos, son abrumadores y terminan por no dejarme estar en paz. De verdad nunca me había sentido así por ningún chico… lo juro, es como si no me importara lo que hago solo pienso en él, y tampoco es que pueda mantenerlo lejos de mi mente.

—El chico es bastante atractivo —dice mamá en el umbral de la puerta mientras me mira fijamente con una ceja alzada, asiento—. ¿Es con quien estás saliendo?

No estoy muy segura de cómo responder a esa pregunta debido a que si, hemos salido pero no me lo ha pedido formalmente, además de que con un par de minutos a su lado me vuelve una loca y pone mi mente de cabeza.

—Si —me limito a decir y de su boca escapa un pequeño chillido y se acerca para picar mi barriga que de verdad me está matando, trato de detenerla pero ella continúa interrogándome.

—¿Cuándo planeabas decírmelo? —sonrío disimulando todos los pensamientos que invaden mi mente.

—Basta madre, ni siquiera hemos tenido tiempo, has trabajado mucho—digo y ella alza las manos

—Este bien, lo entiendo, iré a hacer un poco de té— asiento y me dirijo hacia mi habitación, comienzo a liberarme de la ropa para colocarme una pijama.

Mi madre entra a dejar una taza de té, le doy gracias cuando escucho la puerta cerrarse, agradezco infinitamente que me de mi espacio, sé que está muy interesada al respecto pero también busca darme mi privacidad.

Las imágenes de lo sucedido anoche y esta mañana pasan una y otra vez por mi cabeza. Marcos irrumpiendo nuestro baile, sus palabras, miro mi brazo y encuentro la marca de su gran mano cubriendo casi todo el derredor de mi brazo y me concentro en la nada, en cómo es que todo esto ha llegado tan lejos en tan poco tiempo.

Pienso en él y sus hermosos ojos verdes, en su extraño comportamiento, es como si tuviera más años de los que aparenta, en su mal humor y su rostro serio. Nunca lo he visto sonreír… no me había percatado de ello. Aún puedo sentir su olor a tabaco y loción, todo se esfuma cuando recuerdo lo que le he dicho referente a mi padre.

—Mierda— por qué no mantuve mi boca cerrada, él solo desapareció, mamá no estaba lista… ni él, pero al final he llegado al mundo y mamá ha hecho un excelente trabajo en mi crianza. Debí quedarme callada, debí hacerlo. Mis pensamientos se ven interrumpidos cuando mi móvil suena.

—Hola —contesto sin mirar quien es.

—Hola hermosa —su voz hace que cada músculo de mi cuerpo se estremezca—. ¿Estás mejor?

—Creo que sí…

—Te extraño.

Una extraña sensación se apodera de mi pecho, desesperación, angustia, ansiedad y mariposas. Es cuando me doy cuenta que me he quedado muda, así que él termina con el silencio.

—¿Tu… me extrañas? —pregunta y puedo sentir un poco de inseguridad en su voz.

—Si —digo en un susurro. Puedo escuchar como su aire contenido sale de golpe.

—Deberíamos de vernos mañana —dice y yo muerdo mi labio—. ¿Puedes?

Un silencio invade la llamada pero termino accediendo a la invitación.

—Nos vemos mañana hermosa, pasaré por ti a las 8 de la mañana —frunzo el ceño.

—¿Tan… temprano?

—Te necesito conmigo — dice entre risas justo antes de terminar la llamada.

Termino por sucumbir en los brazos de Morfeo y dormir bastantes horas para después despertar, preparar pan tostado y terminar trabajos y tareas pendientes para la próxima semana, me gusta ser organizada y evitar trabajar bajo presión. No me gusta para nada la desorganización. Por otro lado mi estómago tarda un poco en poder aceptar más que comer fruta y pan tostado, sin embargo las náuseas han desaparecido y me pongo feliz por ello. Si esto sucederá cada vez que tome un par de vasos no quiero saber más de esta vida.

—Alice —es mi madre que se adentra a la habitación—. ¿Te sientes mejor?

—Si… creo que no volveré a hacer algo como eso —suelta una carcajada y toma asiento en la cama.

—Es parte de tu juventud, solamente recuerda que siempre debe haber un límite y rodéate de buena gente, gente que te cuide, como Abril, has hablado muy bien de ella y ese chico Marcos…. Me parece que es bueno, aunque llévalo todo con calma— toma mi mano y asiento.

—Todo va con calma mamá… es solo un chico —rueda los ojos y asiente

—Si… yo sé cuando es solo un chico y cuando alguien de pone realmente nerviosa y la cabeza un poco loca —muerdo mi labio.

—Mamá…

—Solo cuídate amor, es todo —asiento

—Me voy al hospital —asiento—. Cuídate Alice.

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