No podía parar de mirarlo, su espalda ancha, se notaba que asistía al gimnasio. Cuando se quitó el pantalón, Michelle pudo jurar que ese hombre era un atleta o un dios griego.
—Su turno, señorita uno cincuenta y siete—le dijo con una sonrisa de lado.
—Para su información, son cincuenta y ocho, casi nueve —respondió Michelle con fastidio. ¿Qué acaso había vuelto a la escuela para que le hicieran bullying por su estatura de nuevo?
—Por un centímetro, mejor dicho por casi dos, hubiera atinado —se burló.
—¡Qué gracioso! —Michelle se sentía como una tonta, el hombre guapo la había llamado al lugar "privado" solo para burlarse de su estatura.
—Me pregunto si aparte del enojo, el placer también provoca ese adorable sonrojo en usted —arrastró las palabras de forma sexy.
La chica tragó saliva, podía pasar de chico grosero a hombre seductor con tanta facilidad que asustaba.
Lo próximo que su cerebro procesó, fue lo cerca que estaba ese hombre de ella. Podía sentir su cálido aliento, nada la preparó para lo que venía, él la tomó de las mejillas y le plantó un beso, nada que hubiera experimentado antes, ese sujeto la dejaba sin aliento, literalmente.
—Tus labios son tan dulces como imagine. —le dijo tan cerca de su rostro que el antifaz le lastimó por la cercanía.
Michelle se debatía consigo misma si todo eso se trataba de un loco sueño, tal vez había cenado demasiado y esto era producto de eso.
—Tu piel es tan suave —dijo con voz ronca, mientras acariciaba su mejilla—. Sin esto, apuesto que te verás mucho mejor. —Él quito el antifaz de Michelle.
Ella tenía temor, pero algo dentro de ella la hacía tranquilizarse, estaban a cientos de kilómetros de su casa, no era como si fuera al supermercado de su colonia y se encontrara con ese sujeto.
—Esos ojos son hipnóticos —susurró en forma seria.
Michelle instintivamente regresó a ver el dedo anular de su mano izquierda.
—No te preocupes por eso, en unos segundos olvidarás hasta tu nombre —le dijo de manera cínica acomodando su antifaz.
La chica tragó saliva, lo miró de pies a cabeza y una fuerte voz, que ella pensaba, pertenecía a su conciencia, le gritaba que solo se dejará llevar.
Toda pizca de culpa que había amenazado con surgir, fue callada.
Aquel hombre la besó nuevamente, pero esta vez más salvaje, de manera más recia, y ahí fue cuando, las palabras que había dicho hace unos segundos se cumplieron. Michelle no era consciente de nada.
Después, se sentió como si nunca hubiera sido tocada, nadie la había besado igual, nadie la había hecho sentir de esa manera.
Y así fue como Michelle Galcaci, mandó a la mierda lo que quedaba de su destruido matrimonio y pasó una hora y media, siendo consumida por el deseo que le provocaba ese hombre.
—Eres demasiado ruidosa —espetó el hombre, segundos después de haber terminado su acto carnal.
Michelle se sentía tan satisfecha, tan relajada que en lo único que pensaba eran en dormir.
—Es hora de que te vistas y salgas de aquí. El reglamento estipula que aquí únicamente vienes a pasar un buen rato y te vas —le explicó con frialdad.
—Eso no es su asunto señor antifaz de avestruz —respondió entre bostezos.
—Hmp —se quejó—. Haga lo que mejor le convenga.
Cuando estaba a punto de salir, Michelle lo detuvo.
—Oiga. —Se levantó de la cama aún sin ropa—. No es justo que usted conozca mi rostro y yo no conozca el suyo y si me dice que el "reglamento estipula" le voy a aventar mi tacón en la cabeza —amenazó, señalando su antifaz tirado a unos metros de donde fue su candente encuentro.
El hombre lo pensó por unos segundos, acarició su antifaz y se lo retiró lentamente.
—¿Satisfecha? —preguntó, mirando detenidamente los gestos de la chica.
Michelle observó cada detalle de la cara de aquel hombre, su nariz era fina, pero masculina, su mandíbula cuadrada, su barba detonaba días sin rasurar, sus ojos avellana ¡Eran preciosos! Pero su imponente mirada la hacía sentir electricidad. Era como estar frente a un actor de cine o un empresario poderoso.
—Me alegro que disfrute de la vista, con su permiso, señora —fue lo último que mencionó y salió de la habitación.
Michelle buscó su ropa, y por primera vez pudo contemplar la habitación, colores fríos, la hacían sentirse en una película de misterio, ese lugar gritaba "costoso" por todas partes, aunque únicamente tuviera una cama y una mesita de noche. Buscó su ropa, que estaba esparcida por el suelo de la habitación, y se la colocó tranquilamente. Fue hasta el pequeño baño y trató de acomodar su cabello y retocar su maquillaje.
Cuando sintió que estaba lista, salió, mentalizando que lo había pasado ahí, ahí se quedaría.
Afuera la esperaba Kate, con una sonrisa tan amplia que le recordaba al gato de Alicia en el país de las maravillas.
—Creo que Marco me tomó el pelo —confesó algo apenada, pero sin dejar de sonreír.
—¿En serio? —cuestionó con sarcasmo Michelle. Tratando de mantener los ojos abiertos.
—Sí, pero bueno, al menos alguien aquí se la pasó bomba —dijo casi dando palmadas, como si fuera una niña a la que su mejor amiga invita a su fiesta de cumpleaños.
—Digamos que, lo que pasó esta noche está olvidado.
—Entiendo ¿Nos vamos? —Kate trató de fingir demencia.
—Sí. —Y ambas chicas salieron del lugar.
No sin antes, regalarle una última mirada a su apasionado acompañante de esa noche, segura que en su vida volvería a ese lugar, ni a toparse a semejante adonis.
Finalmente, esa noche estaba a punto de terminar. Kate condujo en silencio hasta la casa de su amiga, cantando a todo pulmón, Lover de Taylor Swift.
El afrodisíaco estaba abandonando el cuerpo de Michelle, quien comenzaba a ser invadida por una gran culpa.
¿Qué pasaría si su marido se enterará de eso?
Ella sería tan mala persona para seguir luchando por su matrimonio, después de haber pasado el rato con un desconocido.
¿Por qué no detuvo el asunto cuando pudo?
Ramsés no se merecía algo así.
Michelle apagó el estéreo de una.
—Kate ¿Crees que soy una maldita zorra?
—Mmm ¿Me puedes repetir la pregunta? —Kate cuestionó entre carcajadas y su mejor amiga solo rodó los ojos.
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Comments
Yara Noguera
no eres zorra, solo liberastes el stress que el gusano de tu esposo te a echado encima../Proud//Proud/
2025-04-01
0
Stella Paez
Yo pensé que iba relatar ese encuentro parece una novela rosa
2024-11-02
1
Victoria Ruiz
Mamita linda, Ramses se merece ese y todos los cachos posibles. 🤬🤬🤬
2023-09-30
11