El corazón de ella se aceleró.
—No es un secreto que me atrae, pero entiendo que es una mujer casada, y yo no quiero mentirle, usted me gusta para unas cuantas noches —confesó Elián, tratando de parecer lo menos patán—. De verdad te deseo, pero sé que en 'esto' tienes mucho que perder, así que te dejo sobre la mesa mi propuesta y tú toma la decisión que crees conveniente.
—Señor Baillerés, agradezco su sinceridad, pero no es lo mismo meterse con un desconocido en una noche de copas, que con el jefe de mi marido —explicó nerviosa—. Si la razón por la que me dio el proyecto fue para follarme, creo que queda más que claro que renuncio.
—No, no, no, esa no fue la razón, de verdad la creo muy competente. Separamos lo laboral de lo personal, por favor, a mí me gustaría que usted siga en el proyecto —Elián se aclaró la garganta.
—Bien, entonces supongo que ya sabe la respuesta —dijo Michelle, dando a entender que se estaba negando a su 'declaración'.
—Entiendo. Puede retirarse, gracias por su tiempo —respondió él, enseriado.
Michelle salió de esa oficina con una sonrisa triunfal, pues el señor Baillerés la había rechazado con anterioridad, haciéndola sentir una completa tonta, pero ahora ya se había vengado.
Al día siguiente, Michelle se puso su mejor atuendo, peinó su cabello y hasta pintó sus labios con un tono más exagerado de los que solía usar. Cuando llegó a la oficina para terminar algunos ajustes del proyecto, su sorpresa fue muy grande, pues quién la recibió fue Jade Harper y no Elián Baillerés. Un tanto decepcionada terminó de contar sus dudas sobre el proyecto.
Michelle, algo decepcionada, estaba a punto de irse, pues debía encontrarse con su esposo. Entonces, escuchó que alguien tocó, Jade Harper abrió la puerta, fue entonces que lo vio, era Elián Baillerés.
—Pensé que estabas ocupado —reclamó Harper.
—Solo vine a saludar —respondió Elián con una pequeña sonrisa de lado.
—Yo me retiro, muchas gracias por todo —Michelle se levantó de su asiento.
—Luce muy hermosa —dijo Baillerés mirando de arriba a abajo a la señora Lacari.
—Gracias, hoy tengo una comida especial con mi marido. —Michelle se encaminó hasta la puerta y salió de allí.
En cuanto la señora Lacari se fue, Harper le dedicó una mirada de recelo a Elián.
—Sé lo que está pasando aquí —advirtió ella—. No sabía que tenías esos gustos. Solo te recuerdo que es la mujer de uno de los empleados, así que sea lo que sea que hagas con ella, sé discreto —Harper se pavoneó hasta la salida.
Elián Baillerés se quedó solo en la pequeña oficina. Todo le apuntaba que esa obsesión acabaría mal. La única pregunta que rondaba por su mente era ¿Por qué no dar eso por terminado y seguir con su vida?
Siendo muy sincero, ni él mismo tenía la respuesta.
Tres días más pasaron, al fin la estructura del pequeño proyecto había finalizado, y ahora solo quedaba poner manos a la obra.
Michelle escuchó el discurso que el señor Baillerés daría en unos días.
Ella tomó los papeles que estaban sobre el escritorio, comenzó a leerlos fingiendo interés. Elián se acercó a ella, entonces la mujer quitó su mirada de las hojas e hizo contacto visual con Elián.
—Sus ojos son muy bonitos —soltó ella.
—No tantos como los suyos —respondió Elián con voz entrecortada.
—Mi esposo me está esperando afuera —dijo Michelle para romper con la tensión sexual del momento.
—Bien, hemos terminado. —Elián se separó de ella.
Michelle, cómo pudo salió de la oficina, convencida de que el jugueteo que tenía con el jefe de su marido, no se le iba a escapar de las manos.
Al encontrarse con Ramsés, este le canceló a último momento.
—Entonces iré a casa.
—Sí, no tardaré mucho —aseguró Ramsés.
Michelle se fue hasta su casa, se sentó en su sillón. Para su mala suerte, un nuevo ataque de ansiedad la estaba invadiendo, se suponía que ya se sentía mejor, ¿Entonces que pasaba?
«La ansiedad ocurre incluso en los días buenos, así que no debes culparte por sentirla». Las palabras de su psicóloga resonaron en su mente.
La joven mujer comenzó con sus ejercicios de relajación. Después de medio hora comenzó a sentirse un poco mejor. Así que, se levantó para preparar la cena. Aunque tenía la tentativa idea de mandarle un mensaje al señor Baillerés.
—Si juegas con fuego te puedes quemar —se dijo a sí misma.
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Comments
Alba Hurtado
michele separste de ese huevo frio necesitas unas bienas revolcadas
2023-08-22
4
Nelly Marisa Duarte
Que tristeza que este embarazada y no saber de quién es
2023-07-30
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Graciela Peralta
que bueno que se pone firme ella
2023-05-08
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