—Kate, no puedes creer esa locura que esa gente importante, está aquí en un club de swinger.
—Cariño, recuerda que la gente famosa es promiscua, los mortales somos promiscuos.
Michelle reflexionó sobre las palabras de su amiga.
—Quedémonos a averiguarlo ¿Qué tenemos que perder? Yo estoy soltera, tú tienes un horrible marido. —Le extendió la mano—. ¿Qué dices?
Michelle, lo pensó por un momento, recordó los alocados relatos que había leído sobre los intercambios de parejas. Ella era una adulta, no era como si alguien la obligara a hacer algo en contra de su voluntad.
—Una hora, si en una hora no encuentras a alguien famoso a quien destruirle la carrera, nos vamos —respondió apretando la mano de Kate, sellando su trato.
—¡Bien! —respondió entre risitas, acto seguido se miraron al espejo, se acomodaron el cabello, se retocaron el labial y salieron del baño.
Michelle se repetía mentalmente que era una mujer casada, no importaba cuán horrible fuera su matrimonio. Si Ramsés era un asqueroso infiel, ella no sería igual a él.
—¿Desde cuándo entraron a este mundo?
Escuchó que una pelirroja con un antifaz color vino, le preguntó a Kate.
—Somos novatas.
—Vaya, entonces déjame invitarte el "trago especial" para animarlas.
—¡Claro! —Kate era tan efusiva y a la vez alzada que Michelle, llegó a creer que todo ese tiempo le había mentido en cuanto a su personalidad.
—Siéntense con nosotras —invitó coqueta, señalando una mesa donde otra chica de melena oscura, saludaba con una amplia sonrisa.
—Yo tengo tres años en esto, pero es la primera vez que asisto a este club —confesó.
—Nosotras tenemos seis meses —mintió Kate, y Michelle se sorprendió aún más, por lo buena "actriz" que resultó ser su amiga.
—Interesante, pero vamos. —La chica hizo un ademán con la mano, para volverlas a invitar a su mesa. Kate y Michelle, asintieron y a paso ridículamente lento se dirigieron hasta ellas.
Al llegar, se pudo reafirmar que las personas que estaban en ese tipo de club, no iban a hacer "amigos", ya que las chicas comenzaron a relatar lo que les gustaba a la hora del coito.
Hasta Kate, quien se creía bastante liberal sobre temas sexuales, se sonrojó más de una vez.
—Es su turno —dijo la chica de cabello oscuro.
Entonces Kate, se valió de toda su imaginación, o eso quería pensar Michelle, para relatar un apasionado encuentro.
—Permíteme un momento, mi "amo" me busca —se disculpó la chica pelirroja, mientras se acomodaba el antifaz al levantarse de la mesa. Por el tono de su voz, esa interrupción no había sido grata.
—¿Hace cuánto se conocen? ¡Ay perdón! Disculpen si he sido muy tonta, ya me repitieron como mil veces que no debo hacer ese tipo de preguntas. —La chica de cabello negro, parecía muy avergonzada.
El camarero llegó con los tragos que previamente había pedido la pelirroja.
Michelle lo tomó con desesperación, deseando que el alcohol mitigara todas las molestias causadas por las locuras que se le habían ocurrido a Kate.
—Tómalo, con calma —susurró la chica.
Kate regresó a ver a su mejor amiga, quien parecía querer ingerir todos los tragos del lugar.
—Me permiten. —La futura periodista se levantó de la mesa, dispuesta a buscar carne fresca que la hiciera ascender en su carrera.
Michelle asintió de mala gana, tomó la copa de su amiga e ingirió la mitad del trago que quedaba en esta.
—¿Sé nota que estoy nerviosa? —cuestionó la chica de cabellera oscura—. Mi nombre es Rose. Lo siento, no debí decir eso.
—No te preocupes, tu secreto está a salvo conmigo —le dijo Michelle, como si fuese Batman quien le hubiese confesado su identidad secreta y no una chica random en un club swinger.
A lo lejos se podía ver a Kate flirteando con un par de chicos, que, a su juicio, parecían ser del medio del espectáculo.
—Está haciendo mucho calor —mencionó Michelle.
—No te preocupes, es solo el efecto del "trago especial" la primera vez que lo tome, sentí que me había transportado al infierno, no es que haya estado en el infierno —explicó, Rose.
—¿No es tu primera vez aquí? —cuestionó algo indignada, por la mentira de una desconocida.
—Sí, es solo que en los clubes swingers a los que he ido acostumbran dar ese tipo de tragos, para ambientar la cosa —confesó la chica.
—Entiendo —le contestó una sofocada Michelle. A lo lejos pudo ver como la glamorosa chica de cabello rojo, que las había invitado a la mesa, regresaba, pero esta vez una figura masculina la acompañaba por el largo pasillo.
—Que guapo —pensó en voz alta.
—Sí. Un hombre muy atractivo. —Escuchó responder a Rose, y se reprendió a sí misma.
—¿No creen que hemos platicado mucho? —inquirió la mujer pelirroja, volviéndose a acomodar su antifaz color vino.
Pero en ese momento, pareció que todo el mundo a su alrededor se detuvo, cuando las miradas de Michelle y el acompañante masculino recién llegado se cruzaron, una especie de conexión se formó entre los dos, ambos podían sentir cómo la chispa del deseo y la atracción se encendía entre los dos. La chica no podía saber a ciencia cierta el color de sus ojos, pero sí podía sentir el quemar de su imponente mirada, su cabello oscuro, sus labios delgados, pero carnosos.
Su cuerpo se veía bastante atlético, y sobre todo ese peculiar antifaz de cuervo.
《Un hombre muy atractivo》Recordó las recientes palabras de Rose. Y si que le daba la razón ese hombre era muy guapo.
La pelirroja bufó con burla.
—¿Le gustaría acompañarme a un lugar más privado? —El chico fue directo.
Michelle sentía que comenzaba a salivar demasiado, como si frente a ella estuviera el buffet más apetitoso que jamás imaginó poder comer.
—Yo… —balbuceó un poco, tenía miedo, no sabía si era el "trago especial" haciendo de los suyas en su cuerpo, pero sentía un deseo incontrolable por el hombre frente a ella.
—Claro —por fin contestó, se levantó de su asiento y fue detrás de aquel desconocido, sin mirar atrás.
Mentiría si dijera que no tuvo "choques de realidad" cada hombre por el que pasaba de camino al lugar más "privado", le recordaban en cierta forma a su esposo, ignoró todo eso y siguió a paso lento pero seguro aquel apuesto hombre.
《Quizás, cuando abra la puerta de ese cuarto, entre en razón》reflexionó Michelle.
Pero nunca estuvo más equivocada.
Cuando por fin entró al cuarto y miró cómo se desvestía aquel hombre, el fuego en su interior creció.
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Comments
Alba Hurtado
que bueno que tenga una buena revolcada bien ardiente porque el desgraciado marido la tiene mentalmente psicosiada traumada tiene otra 😂🤣😅😆😁😄😃😀🙂🙃🫠😉
2023-08-22
10
NathalyGood
jajajajaja ame tu historia, la verdad revive un sin fin de fantasía que hacía cuando joven jajajjaa que recuerdos
2023-07-21
1
Zaida
A la bebida le agregaron afrodisíaco 👍🏻
2023-05-31
0