No acepto excusas

Debía reunirme con un cliente que estaba interesado en el penthouse del edificio de apartamentos que estábamos terminando, si finiquitaba esa venta podría decirse que iniciaba con buen pie ese negocio, aún no habíamos culminado al completo ese complejo de apartamentos de lujo que estaba ubicado en una muy buena zona de la ciudad, ni siquiera se había hecho publicidad del mismo pero este amigo se había enterado de que ya casi estaba listo y quiso hacerse con uno de los inmuebles antes de que se pusiera en venta en el mercado, según lo que me dijo era para su hija que iba a cumplir años pronto y quería independencia de la casa familiar, era algo bueno para mí, entré a la cafetería donde habíamos quedado porque no podía acercarse hasta mi oficina y al entrar cual no sería mi sorpresa que allí estaba la mujer que me tenía obsesionado, me quedé sorprendido parado en la puerta, pero reaccioné acercándome rápidamente hasta la mesa donde estaba sentada junto a Mercedes.

-Hola, que sorpresa! -no esperaba verlas aquí.

-Hola Leonell, sí es una gran sorpresa, hoy precisamente cuando hablamos te comenté que no podíamos vernos y mira!, que pequeña es esta ciudad!, -dijo Mercedes con una gran sonrisa.

-Si, hola Lya, es un gran placer verte, -le dije mirándola fijamente, estaba hermosa, toda sonrojada, el pelo suelto cayendo por su espalda, casi no tenía maquillaje, pero era la mujer más hermosa del lugar, su mirada me rehuía, y tenía las manos fuertemente agarradas entre sí, se notaba que estaba nerviosa.

-Ho... hola Leonell, no esperaba verte por aquí.

-Si, nunca vengo hasta acá, pero quedé de ver a una persona aquí para hablar de negocios y mira que sorpresa tan agradable.

-Sientate Leonell, quieres algo de tomar?, un café o algo así.

-No Mercedes esperaré a pedir cuando llegue la persona que espero, creo que estoy incomodándolas.

-No, no está bien, sólo estoy sorprendida de que nos volvemos a encontrar precisamente cuando estoy con Meche, por favor siéntate con nosotras hasta que llegue la persona que esperas, creo que tú tenías que hablar con Mercedes de todas maneras.

-Si, pero nuestra reunión está pautada para mañana, cierto Leonell?, así que este encuentro es solo de amigos, nada de negocios, -respondió Mercedes sonriendo con complicidad, -no es así amigo mío?.

-Cierto mi amiga, este encuentro es como amigos, así que en este caso invito lo que deseen estás hermosas amigas tomar, -les dije sonriendo y mirándolas a ambas y tomando una silla me senté alzando mi mano para advertirle a la mesera que se acercara a tomar el pedido. Cada una pidió un café, y yo pedí agua y galletas para todos.

-Bueno yo estoy citado aquí con un cliente, y ustedes qué vinieron a hacer aquí?, o solo es una reunión de amigas?, -dije para aligerar el ambiente.

-En parte sí y en parte no, -respondió Mercedes de forma ambigua, mirando a Lya que se había quedado callada.

-Cómo es eso?, qué quieres decir?

-Bueno, si estamos en plan de amigas, pero también son negocios, -respondió Mercedes sonriendo.

-Meche, por favor, -replicó Lya.

-Qué, es un secreto del cual no puedo participar?.

-No, pasa que Lya está tratando de hacerse cargo de la empresa que dejó su difunto esposo y se le ha hecho complicado porque su papá es machista y...

-Meche por favor, no creo que a Leonell le importe nada de eso, son mis problemas y debo resolverlos sola, -la interrumpió Lya rápidamente.

-No te preocupes Lya, si en algo te puedo ayudar lo haré con mucho gusto, para eso estamos los amigos, será un gran honor enseñarte algo de lo que sé si lo necesitas, puedes acudir a mí y confiar en que haré todo lo que esté a mi alcance para ayudarte en lo que necesites.

-Gracias Leonell, -dijo tímidamente en voz baja. -Mira aquí te anoto mi número de teléfono para que me llames si necesitas algo, cualquier cosa, yo trataré de apoyarte en lo que necesites y si puedes y quieres dame el número tuyo para tenerlo en caso necesario, -le dije mirándola fijamente con una sonrisa persuasiva que esperaba que la convenciera de darme su número de teléfono.

-Claro Lya, sabes que yo te apoyo en todo lo que necesites pero nunca está demás otra ayuda, Leonell es uno de los hombres de negocios más exitoso de este país y si necesitas alguien que te guíe en un momento dado nadie mejor que él -expresó Mercedes, por lo que me dí cuenta que ella me apoyaba en mi afán de conquistar a Lya sin que yo tuviese que pedírselo.

-Gracias por tus palabras amiga, es un honor que me haces.

-Bueno, aquí tienes mi número de teléfono, y voy a guardar el número tuyo también, gracias.

En ese momento ví que entraba mi amigo acompañado de dos damas.

-Acaba de llegar mi amigo, no les molesta si se sientan aquí? En realidad no vamos a hablar nada que no puedan escuchar.

-Por mi no hay problema, la verdad todas las mesas están ocupadas, que dices Lya, te incomoda eso?

-No, está bien, es más creo que ya va siendo hora de que me vaya, se está haciendo tarde y mis hijos ya deben estar en casa o por llegar.

-Por favor no te vayas todavía, -le dije tomándola de la mano y haciendo señas a mis invitados para que se acercaran a la mesa.

Me puse de pie para recibir a mi amigo y a las damas que resultaron ser su esposa y la hija a quien le regalarían el inmueble, los presenté a todos y nos sentamos. Hablamos del negocio en juego y la chica comenzó a coquetear conmigo, algo que me puso incómodo, no porque no hubiera ocurrido antes, sino por Lya, no quería malas interpretaciones con ella y aún cuando Mercedes intervino en la conversación varias veces, ella permaneció callada y hasta podría decir que tensa.

Terminé mi reunión quedando para volver a vernos otro día, ya en el edificio de apartamentos donde estaban interesados para comprar ya que una vez vieron las fotos del inmueble la muchacha quedó muy entusiasmada, ellos se fueron y quedamos nuevamente los tres reunidos.

-Leonell esos apartamentos son una muy buena inversión, -dijo Mercedes en cuanto nos quedamos solos.

-Si, es el desarrollo habitacional que estamos próximos a inaugurar, de antemano están invitadas. -En ese momento sonó el teléfono de Mercedes y ella se disculpa para contestar, se levantó y se dirigió al área de la terraza, por lo que aproveché la oportunidad para hablar con Lya.

-Lya quiero hablar contigo, a solas, -aclare.

-No puedo, dejémoslo así, es lo mejor para ambos.

-No, no puedo dejarlo, quiero estar contigo, saber de tí, compartir contigo. No quiero involucrar a Mercedes en nuestra relación, pero sólo pude acercarme a ti a través de ella.

-Entre nosotros no hay ninguna relación, no puede haberla.

-Me niego a aceptar éso, lo que vivimos esa noche fué especial y quiero que nos demos una oportunidad de estar juntos.

-No, yo acabo de enviudar, tengo hijos ya grandes y tú creo que eres hasta menor que yo.

-Y crees que a mí eso me importa? nada de lo que dices es motivo suficiente para alejarnos, yo te quiero en mi vida, es más, al salir de aquí te voy a seguir para que nos encontremos a solas.

-No por favor, yo voy para mi casa, con mi familia.

-Te dejo ir si me prometes encontrarte conmigo más tarde, cuando ellos duerman, te espero frente a tu casa.

-Estas loco!

-Si, por ti. Vendrás conmigo al desocuparte o toco el timbre para buscarte.

-Está bien iré contigo cuando todos se retiren a sus cuartos, -dijo nerviosa, en ese momento regresó Mercedes y se sentó en la silla, yo me despedí y salí de allí, no sin antes advertirle que la estaría llamando, lo dije de manera casual pero mirándola fijamente para que lo interpretara como una advertencia.

No me gustó presionarla así pero si no lo hacía perdería la oportunidad de comprometerla a vernos y estaba decidido a tenerla, no iba a permitir que sus prejuicios nos separaran, esa noche la vería nuevamente y por el momento lo sentí como una pequeña victoria.

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